27 May. 2011

El oficialismo enfrentado a una lucha ideológica y de poder

Oscar A. Bottinelli – Diálogo con Fernando Vilar

Radiocero y Radio Monte Carlo

Cuando todavía no se han apagado los ecos del debate sobre la Ley de Caducidad, que monopolizó la atención política por más de un mes y medio, estalla un nuevo conflicto en el oficialismo, mucho más profundo, que tiene características de confrontación ideológico-programática y de lucha por el poder, más en concreto por el manejo de la política económica [...] En materia de fondo no hay empate. O Astori conserva la dirección de la política económica, con Fernando Lorenzo en la conducción, o pierde Astori y se desplaza la dirección y la conducción

OAB: El tema es éste. Cuando todavía no se han apagado los ecos del debate sobre la Ley de Caducidad, que monopolizó la atención política por más de un mes y medio, estalla un nuevo conflicto en el oficialismo, mucho más profundo, que tiene características de confrontación ideológico-programática y de lucha por el poder, más en concreto por el manejo de la política económica.

FV: Pero la conducción económica surge desde la definición misma de la fórmula Mujica-Astori ¿no es así?

OAB: Exacto. Para entender de qué se habla conviene recordar que cuando la campaña electoral la fórmula Mujica-Astori se presentó como un binomio de cogobierno: un uno y dos de un mismo tandem. Binomio en el cual Astori se encargaría de dirigir la política económica. Y además Astori anunció reiteradamente, siempre en presencia y con el expreso apoyo de Mujica, que no iba a haber cambios en la política económica y en la política tributaria. El último anuncio previo a la asunción lo hizo el 12 de febrero del año pasado en un almuerzo en Punta del Este ante casi 200 empresarios.

FV: Sin embargo el año 2010 estuvo marcado por una gran discusión al respecto

OAB: Efectivamente, a lo largo de 2010 comenzó la presión por un lado del Movimiento de Participación Popular y otros grupos de izquierda más nítida, como el Partido Comunista, y por otro lado del PIT-CNT. Se enfocaron en plantear fuertes modificaciones tributarias, aumentos de la tributación de las grandes empresas y la eliminación de exoneraciones impositivas a proyectos de inversión. Pero lo más importante de los planteos estuvo concentrado en mayores impuestos sobre el agro, más específicamente de algo muy simbólico para la izquierda clásica que es el impuesto sobre la tierra, además de otras medidas para combatir la concentración de la tierra, otra vieja preocupación de la izquierda clásica.

En algún momento, o en algunos sectores, se agregó la preocupación por la extranjerización de la tierra. Tanto avanzó el tema, que se constituyó en el Espacio 609 una comisión integrada entre otros por el economista Alberto Couriel y el senador Jorge Saravia.

FV: Pero los avances de la 609 y la 1001 levantaron resistencia en otros lados

OAB: Claro, estas propuestas generaron alta preocupación de la izquierda más moderada, cuyo principal referente es el vicepresidente Danilo Astori, a quienes apoyan su sector Asamblea Uruguay, la Alianza Progresista que lideran Nin Novoa y Lescano, y el Nuevo Espacio guiado por Rafael Michelini. Este espacio cuenta con el ministro de Economía y el presidente del Banco Central. Los astoristas cuestionaron el fondo de las propuestas y la intensidad de la discusión pública que -según ellos- generaba muchas dudas en los inversores

Al comenzar este año, en las altas esferas de gobierno se detectó la existencia de nerviosismo entre los inversores, a la vez que pérdida de credibilidad del gobierno ante los mismos. Ello llevó a un segundo almuerzo en Punta del Este también ante más de un centenar de empresarios, la mayoría extranjeros. Allí reapareció el binomio Mujica-Astor. Cabe recordar que este tema fue el motivo de nuestro segundo análisis en este nuevo ciclo de Radiocero y Radio Monte Carlo, emitido el 8 de abril. El vicepresidente reapareció en su papel de conductor máximo de la economía; ratificó la continuidad de la política económica y la no existencia de modificaciones importantes en materia tributaria; anunció que solo habría pequeños ajustes de aplicación. Mujica no solo estaba sentado al lado de Astori, sino que con sus palabras corroboró los dichos del vicepresidente. Días después, el astorismo dio por concluido el debate tributario.

FV: ¿Y ahora se reabre ese debate?

OAB: Comenzó a reabrirse silenciosamente en medio de los estruendos del debate sobre la Ley de Caducidad. Aparece un nuevo actor, el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, también conocida como OPP, a cuyo frente está el economista Gabriel Frugoni, hombre de Mujica.

Antes que nada es necesario aclarar algo del cargo. La dirección de OPP, que tiene rango ministerial, es un cargo muy flexible. De los cinco gobiernos anteriores, en los tres de presidencia colorada el director de OPP -que siempre Ariel Davrieux- fue un integrante del Equipo Económico de igual a igual con el ministro de Economía y el presidente del Banco Central. Con Vázquez, la OPP primero perdió protagonismo y luego, al promediar el mandato, se repotencia al poner a su frente a una figura poderosa como el senador Enrique Rubio. Pero se potenció por fuera del Equipo Económico y sin contradicción con él. La OPP se concentró en impulsar la reforma y modernización del Estado, es decir, se dedicó a la planificación estratégica.

Con Mujica, en el primer año la OPP no tuvo protagonismo público. Pero desde hace un mes su director comienza a aparecer en el anuncio de medidas económicas y tributarias, en una línea de confrontación fuerte y creciente con el Ministerio de Economía, con el presidente del Banco Central y con el propio Astori. En forma expresa en sus palabras quita autoridad al vicepresidente en la conducción económica. El contador Frugoni declara que la conducción económica es del Presidente y es él quien marca los lineamientos.

FV: Este es el juego de poder. Pero hay un juego de fondo.

OAB: Claro. Las ideas que impulsa primero Frugoni y luego el propio Mujica tienen que ver con reflotar lo planteado el año pasado por su gente: mayores impuestos al agro, impuestos a los propietarios de más de 2.000 hectáreas, impuestos sobre la tierra con independencia de la ganancia. El anuncio se hace sin consulta ni asentimiento de Astori ni del ministro de Economía, ni del ministro de Ganadería y Agricultura.

El astorismo rechaza estas medidas porque considera dos cosas. Que los cambios de planes restan credibilidad al gobierno y en si mismo afectan la confianza de los inversores. Y que las medidas propuestas -en sí mismas, con independencia de la forma y del momento- también afectan la inversión.

Mujica defiende su postura en que pese al gran crecimiento económico y al importante aumento de la recaudación, el gobierno no tiene dinero para obras de infraestructura ni para vivienda, e inclusive este año el presupuesto va a cerrar un año más con déficit.

Planteadas así las cosas, lo que aparece es primero una gran confrontación ideológica. De un lado los que consideran que los grandes empresarios, los grandes inversores y en particular los grandes terratenientes son necesarios pero no deseables, y que cada vez deben aportar más dinero para que se puedan hacer obras y políticas sociales. Y otra concepción -opuesta- que considera que sin inversión no hay crecimiento ni justicia social, y que si se asusta a los inversores no habrá dinero ni para infraestructura ni para políticas sociales.

Pero además hay una fuerte lucha por el poder. De un lado Mujica y su gente que quieren asumir el control del área de gobierno que se les escapó, o que cedieron en los acuerdos pre-electorales al interior del Frente Amplio, es decir, asumir el control de la política económica. Del otro lado Astori y su gente quieren mantener el control del área de gobierno que obtuvieron en las negociaciones internas y que fue la base para que se pudiese armar la fórmula Mujica-Astori. Gabriel Frugoni de un lado como director de OPP y Fernando Lorenzo del otro, como ministro de Economía, son los que desde uno u otro bando disputan la conducción operativa de la política económica.