30 Dic. 2011

Una macro radiografía del Uruguay al culminar el décimo segundo año del tercer milenio

Oscar A. Bottinelli – Diálogo con Fernando Vilar

Radiocero y Radio Monte Carlo

Mañana termina el duodécimo año del tercer milenio, o del siglo XXI. Es común que los fines de año sean propicios para los balances y también para elaborar esa larga lista de proyectos y objetivos para el año siguiente. Con prudencia, vale la pena quedarse en tratar de hacer un análisis, un análisis macro, en grandes pinceladas. Más que un balance propiamente del año 2011, un estado de situación del Uruguay.

OAB: Mañana termina el duodécimo año del tercer milenio, o del siglo XXI. Es común que los fines de año sean propicios para los balances y también para elaborar esa larga lista de proyectos y objetivos para el año siguiente. Con prudencia, vale la pena quedarse en tratar de hacer un análisis, un análisis macro, en grandes pinceladas. Más que un balance propiamente del año 2011, un estado de situación del Uruguay.

FV: ¿Por dónde te parece comenzar?

OAB: Primero, la evaluación de Uruguay en el mundo. Es interesante ver tres grandes indicadores:

Uno. Uruguay es el primer país de América Latina y el décimo en el mundo en sustentabilidad ambiental, es decir, en calidad del medio ambiente y la posibilidad de mantener esa calidad a lo largo del tiempo.

Dos. Es el primer país de América Latina en el índice de menor percepción de corrupción: Y en el mundo está en el lugar 25 en 180 países.

Tres. Es el primer país de América Latina en el Indice de Democracia y está en el lugar 23 en 180 países del mundo. Si se analizan los diversos indicadores políticos e institucionales que clasifican las democracias en el mundo, Uruguay es miembro de un exclusivo club de menos de una treintena de países que cuentan con democracia plena.

Cuatro. Es además uno de los veinte países del mundo con mayor solidez en el sistema de partidos.

FV: Mirar esta clasificación del Uruguay en estos temas produce la misma satisfacción que ver cómo está en el fútbol mundial.

OAB: Efectivamente. A lo que hay que sumar además que es un país cuyas prácticas políticas tienden a la búsqueda de entendimientos y de consensos. Esto no quiere decir que siempre se busquen y siempre se obtengan, pero lo que es claro es que la sociedad uruguaya, en forma global y mayoritaria, castiga la confrontación y premia el entendimiento. Y el actual gobierno, junto con el primero de Sanguinetti, son los que más han buscado el consenso político en la democracia restaurada.

Sin embargo, hay nubarrones en el horizonte. Se observa que hay cierto deterioro en la calidad institucional del país. Especialmente en sectores del gobierno se ve cierta confusión en el entendimiento del manejo institucional, de sus reglas y sus lógicas.

Por otro lado –fue el centro de nuestro análisis del viernes pasado- crece en la población una actitud refractaria, una actitud de rechazo hacia todos los partidos y líderes políticos. Ello es una señal de la existencia de infecciones que pueden afectar la salud de la democracia y de la calidad institucional.

FV: ¿Y qué pasa con lo económico?

OAB: Como uno no es economista y trata de hablar de lo que se supone que ha estudiado, cabe repetir lo que se oye a los principales economistas: Uruguay atraviesa el periodo de su historia de mayor crecimiento económico, en cantidad y en extensión, en el largo tiempo de crecimiento ininterrumpido.

Paralelamente, y en parte como consecuencia de ello, atraviesa un periodo de muy fuerte crecimiento del ingreso de los hogares y de las familias, es decir, del dinero que ingresa a los hogares por vía de salarios, jubilaciones, pensiones, trabajo por cuenta propia, actividad profesional.

¿Cuál es la discusión? Si todo esto es por causas ajenas al gobierno, como consecuencia de un impacto económico que empuja a toda la región, o en cambio si se considera que el crecimiento económico es al menos en parte también por obra del gobierno. Esta es una discusión.

La otra discusión es si, independientemente de quién sea responsable del crecimiento económico, el aumento del ingreso de los hogares es un fenómeno natural o es gracias a la política del gobierno, sobre todo de este gobierno y del anterior. Esa es la otra discusión política que hay al respecto.

FV: Tenemos crecimiento económico del país y crecimiento del ingreso de la gente ¿pero qué pasa con el empleo, con la desocupación?

OAB: En esto hay que ser muy cuidadoso. Por un lado tenemos una de los más bajos niveles de desempleo de las últimas décadas y uno de los porcentajes más altos de gente con empleo en proporción a la población. Se puede decir que hay pleno empleo, con relativamente buena retribución y cierta calidad del empleo, entre las personas con un mínimo de formación.

Sin embargo, hay dificultades crónicas para encontrar trabajo para personas con baja calificación. Y hay personas con calificación medio baja que tiene tres tipos de problemas con el empleo: la precariedad, es decir, que el empleo no es estable; un segundo problema puede ser que sea trabajo a tiempo parcial y no completo, y un tercer tema la calidad del empleo. Por acá hay algunas dificultades en el tema trabajo y explican la existencia de una relativa insatisfacción de la gente.

FV: ¿Qué se puede decir en el aspecto social?

OAB: La palabra social hace relación a cosas muy diferentes. Por un lado referido a la pobreza, de lo que hablaremos después, y por otro a los que se pueden llamar problemas sociales. La gente ve dos grandes problemas como los más importantes del país: la seguridad pública, es decir, la delincuencia que lo afecta personalmente en robos, arrebatos, robo de la casa o asaltos al comercio; y el segundo problema el de las drogas, el tráfico de drogas, la venta en muchísimos lugares, el crecimiento del consumo. Las drogas son un problema que por un lado está relacionado con la delincuencia, pero por otro lado no, es un problema específico.

Otro tema social significativo, el tercero en preocupación de la gente, es la educación. Hay una percepción de que Uruguay ha retrocedido en materia educativa y está mal. Y hay una cierta decepción en que no se ve que se encuentren caminos de solución, de recuperación.

FV: Tú dijiste que otro tema social es el de la pobreza ¿Qué se puede decir al respecto?

OAB: Hablar de la pobreza no es fácil, porque hay muchas formas diferentes de definir qué es la pobreza.

Habitualmente, aquí y en el mundo, se mide la pobreza en función del nivel de ingresos. Y de allí surge que tanto por ciento está en la pobreza extrema o indigencia, y de que tal otro porcentaje está en el nivel de pobreza. Con esos indicadores, hay un logro sustancial de los últimos cinco años: el porcentaje de indigencia ha caído espectacularmente y muy fuertemente ha caído el nivel de pobreza. En ambas categorías el país ha progresado sensiblemente.

FV: Pero decías que hay diferentes formas de definir la pobreza

OAB: Exacto. Otra manera de verla es desde un punto de vista más estructural, de cuáles son las necesidades básicas que la gente tiene insatisfechas. Esas necesidades hacen a lo estructural: saneamiento, agua potable, electricidad, vivienda decorosa a prueba de lluvia, frío y humedad, calles a prueba de barro, entre otras.

En ese sentido, sólo se puede salir de la pobreza si hay grandes mejoras en la infraestructura urbana y en la vivienda. Y ahí es donde aparece un gran debe del país: se ha avanzado muy poco en materia de vivienda y se ha avanzado muy lentamente en el mejoramiento de la infraestructura urbana. Entonces, desde el punto de vista estructural, de las necesidades básicas, de la calidad de vida para el largo plazo, no se está tan bien como en el mejoramiento de los niveles de pobreza por mejoramiento del ingreso de la gente

FV: ¿Algo más?

OAB: Bueno, estas son grandes pinceladas. Cada una daría para un largo análisis. Como se ve no hemos hecho propiamente un balance del gobierno, sino un estado de situación del país al culminar el 2011.

OAB: Hasta el viernes próximo, día de reyes, y Feliz Año Nuevo para todos