17 Jul. 2019

Los candidatos a vicepresidente

Oscar A. Bottinelli - Diálogo con Luis Custodio

Radio Uruguay - Puntos de Vista

“Las tres fórmulas presidenciables tienen perfiles totalmente diferentes, que apuntan a distintos segmentos del electorado”. El análisis de Oscar A. Bottinelli sobre las candidaturas a vicepresidente de los tres principales partidos.

L.C.: Mirando las fórmulas, esto de los vicepresidenciables es todo un tema en sí mismo.

O.B.: Hablamos de los tres partidos principales, de más alta competencia: Frente Amplio, Partido Nacional y Partido Colorado. Las fórmulas presidenciales, que no se dan en todo el mundo, pueden seguir, en general, muchos criterios. Uno, desde el punto de vista de diseño electoral, es la búsqueda del equilibrio. Puede ser, según el tipo de país, geográfico. En Estados Unidos era muy común que, si el candidato a presidente era del Este, el candidato a vice fuera del Oeste, o de geografía política, como en Uruguay. Por ejemplo, Luis Alberto Lacalle-Larrañaga, o Lacalle Pou-Larrañaga. O Mujica-Astori. Otro es buscar, independientemente, que tengan equilibrios electorales, a dónde llega ese candidato desde el punto de vista de captación de votos. De popularidad o de llegada a sectores específicos. Un tercer tema está relacionado con un viejo dicho, que dice que, para elegir un candidato a vicepresidente, lo que importa es que no reste; si suma o no es secundario. Entonces se busca el perfil del cargo. Recordemos que Uruguay tiene un entrevero fenomenal al respecto, porque el cargo, en realidad, es el de presidente de la Asamblea General. El vicepresidente es un suplente con título de dignatario.

Nadie dice “vicediputado” al suplente de diputado. Porque el vicepresidente, incluso, va a las sesiones del Consejo de Ministros, y no lo integra, es un invitado. Hay confusiones, como que es el número 2 del Poder Ejecutivo. Tarigo nunca iba, por ejemplo. Gonzalo Aguirre tampoco. El cargo principal del vicepresidente es el de presidente de la Asamblea General, pero de la misma fórmula que el presidente. ¿Qué tiene que hacer? Primero: agenda legislativa. Tiene que ser el que impulse la agenda del Gobierno, facilitar que se aprueben las cosas. Eso implica, si es un Gobierno monopartidario, de un solo partido, como el actual, “alinear la tropa”, algo que, en esta Legislatura, ha sido noticia recurrente por la desalineación en el Frente Amplio. Ha faltado el voto 50 en Diputados. Pero si es un Gobierno de coalición es coser, bordar y zurcirla. Y en realidad se borda y se surce en dos ámbitos: en el Consejo de Ministros, que se supone que todos los coaligados están ahí, y en el Parlamento.

Hay otra función que es el articular con la oposición. El perfil del cargo es muy complicado, y requiere una experiencia parlamentaria larga y, en principio, que no sea corta en el Senado. Dicho esto, vemos que no ha ido por el lado del cargo ni el Partido Colorado ni el Frente Amplio. Sí algo el Partido Nacional. Porque Beatriz Argimón tiene experiencia parlamentaria, pero no tiene experiencia de haber estado una Legislatura entera, como mínimo, en el Senado. Sí capacidad de articulación, y ser una figura político partidaria clara como ex presidente del Partido Nacional.

Analicemos uno por uno.

L.C.: Empecemos por el Frente Amplio. ¿A dónde se apunta con la conformación de esta fórmula?

O.B.: Es obvio que se está buscando el perfil del cargo, porque Graciela Villar es una persona que nunca pasó por el Senado. Tampoco desde el punto de vista electoral global, porque no es una persona de altísima popularidad. Es lo que uno llama candidatura de nicho. Es una focalización. El FA tiene varios problemas. Por un lado, pérdida de votos, y desánimo de su gente. Decimos en el FA hay enojados, desilusionados y desanimados. Desilusionado o enojado es el que está en la puerta, mirando si se va. El desanimado es el que va a votar al FA, potencialmente es un militante, fue el 30 de junio, pero se queda quieto. No tiene ganas. Aparentemente, la candidatura de Villar, ha apuntado muy claramente a los desanimados, y ha provocado efectos. La gente siente que es una vieja, en el sentido de antigüedad, militante frenteamplista, de base, luchadora, en lo partidario y lo social. No es que viene de lo social viendo con nariz fruncida el campo partidario, ni al revés. Esto ha provocado un efecto muy positivo en reactivar, o reanimar la militancia.

Lo otro que se ve es una candidatura de foco, en el sentido que los dos grandes sectores en los que el FA tiene un reflujo muy grande son las clases medias, y las clases medias independientes, las que no tienen trabajo en relación de dependencia. Ahí no apunta para nada, pero el otro problema grande son los sectores bajos socialmente, las clases sociales más populares. Ahí Graciela Villar tiene un perfil de actuación, de acción, de discurso, que la hace conectar mucho con ese medio, donde el FA no solo tiene un reflujo per se, sino, además, tiene un montón de disputas. Una se ha debilitado, que es la disputa de los batllistas, pero está latente la de Novick, que reaparece, está la de Manini Ríos, que ha aparecido con mucha fuerza, y estuvo, y hay que ver qué pasa, la de Sartori. Siempre ha habido algo del Partido Nacional desde el herrerismo, la Lista 71, que siempre tuvo una gran impronta en esos sectores. Tiene lados en los que no solo puede haber pérdida propia, sino gente que está queriendo “morder” ahí. Vemos la candidatura por el lado del ánimo de la militancia y la llegada a los sectores más populares.

L.C.: Veamos el perfil elegido por el Partido Nacional.

O.B.: La del PN parece ser la fórmula más política por excelencia, más político partidaria, integrada por dirigentes políticos. Lacalle Pou, elegido el 30 de junio, y Beatriz Argimón, la presidente del PN. Hay que hacer algunas aclaraciones: tanto el FA como el PN van por el concepto de paridad de género, o fórmula mixta. Es una novedad en el Uruguay en cuanto a grandes candidaturas. Ha habido candidaturas estadísticamente marginales. En el PN, la candidatura de Juan Carlos Payssé con Cristina Maeso en 1984, y el Partido de la Concordancia Laborista, en 1946 y 1950. Esta es la primera vez que hay fórmulas realmente paritarias disputando la presidencia de la República, con una muy elevada probabilidad de que haya una vicepresidenta a partir del 1º de marzo de 2020.

Volviendo a Beatriz Argimón: Lacalle Pou opta por un criterio matemático, que ya quedó muy explicitado en 2004. El PN es muy de manejar la proporcionalidad de los votos en la distribución de cargos de gobierno, en candidaturas, y Mujica tiene una cultura similar. El gabinete más perfecto en materia de apoyo de distintos sectores políticos fue bajo el gobierno de Mujica. Y aplica el 1 y 2. El candidato más votado va a presidente y el segundo a vice. Pero hubo dos excepciones: la primera, en 2004, cuando Larrañaga más que duplicó a Luis Alberto Lacalle, y eligió a Abreu como vice. Ahora, si bien no duplicó a toda la minoría del PN, Lacalle Pou duplicó a Sartori y a Larrañaga por separado, y sabemos que ambos no son sumables. Entonces, Lacalle Pou sintió el derecho de que la fórmula fuera suya, y, sobre todo, con una persona que viene representativa de todo el partido, y con bastante buen diálogo con todo el partido. Le agrega muchos perfiles, todos ellos desde el punto de vista político partidario.

L.C.: Nos queda ver qué pasa con el Partido Colorado.

O.B.: En el PC el candidato va a ser Robert Silva. Si uno mira a qué se dedicó el candidato a presidente en los últimos tres años, más allá de que es economista, y quién es candidato a vice, no hay que ser demasiado sagaz para descubrir que el PC pone en el centro de su campaña electoral la discusión sobre el sistema educativo. Talvi, en su actuación desde el think tank CERES, en los últimos años estuvo recorriendo el país con una propuesta educativa, apoyado por los centros comerciales e industriales, por la Cámara Nacional de Comercio. Él mismo es el impulsor del Liceo Impulso, uno de estos liceos que, con una parte grande de dineros públicos, más del 80%, que se descuenta de los impuestos de aportantes privados, dan clases gratuitas en sectores carenciados con gestión privada.

Y aclaremos: Robert Silva no solo es un hombre que viene de la Educación, sino que viene de la Educación Pública, de la UTU, uno de los lugares más relevantes en cuanto a una nueva forma de educación, como ha sido la proyección de la educación a la vez técnica e integral. Docente y miembro del Consejo Directivo Central de ANEP, elegido por los docentes, no por un partido político. Tiene condiciones importantes para llegar a todo el medio educativo del Uruguay, la gente que se mueve en la Educación. No es una figura de alto conocimiento de la ciudadanía en general. Lo que se ve en los candidatos a vicepresidente, especialmente en el FA y el PC, es la necesidad de dar a conocer quiénes son. Eso implica un esfuerzo importante en la campaña electoral. Nos parece que el esfuerzo más grande lo tiene que hacer el FA, porque Robert Silva es más fácil de describir con tres palabras. Beatriz Argimón no es una figura de alta popularidad, pero desde que asumió la presidencia del PN, no hay semana en que no esté en algún titular.

Es interesante ver que los tres vicepresidenciables son perfiles totalmente diferentes, que apuntan a distintos segmentos del electorado. El caso del PC está marcando con claridad la temática que va a enfocar, aunque la del FA, de alguna manera, también está marcando la temática. El FA va a ir por una campaña electoral en la que va a poner énfasis en lo social, y el PC en lo educativo. Da la impresión que el PN lo hará en lo político global. Por ahí van a estar los tres grandes perfiles, a partir de los candidatos a vicepresidente, que es una visión totalmente parcial.