09 Set. 2019

El Frente Amplio y la situación de Darío Pérez

Oscar A. Bottinelli - Diálogo con Berch Rupenian

Concierto Urbana FM – Después de Hora

“Es muy difícil de entender la escala de valores del Frente Amplio […] en función de sancionar, aunque sea en este caso llamémosle ‘moralmente’, y no formalmente, a un dirigente, con la tolerancia a otro tipo de conductas. No estoy haciendo un juicio de valor. De repente estaba bien sancionado Darío Pérez. Pero llama la atención los criterios adoptados, y la escala de valores”.

O.B.: La Liga Federal, cuando tenía dos diputados, ya protagonizó un episodio que tuvo que ver con no aprobar, en una Ley Presupuestal, varios artículos. El más claro, desde el punto de vista de la noticia, fue el rechazar que la Policía Caminera, que luego pasa a llamarse Policía Nacional de Tránsito, fuese parte de la Guardia Republicana. Se nacionalizó la Guardia Republicana, de ser de Montevideo pasó a todo el país, e incluía a la Caminera. Ahí Darío Pérez vota en contra de en contra de eso. La Liga Federal impide que la Caminera pase a depender de la Guardia Republicana. A raíz de eso hay una sanción de la autoridad del Frente Amplio, contra la Liga Federal, contra Darío Pérez y Sergio Mier; a este último le impiden ser candidato a la presidencia del FA, cuando la Liga Federal pretendía presentar su candidatura, y queda una relación muy crispada.

Darío Pérez fue decisivo para que los socialistas obtuvieran dos senadores, porque acumularon votos socialistas con Liga Federal, el sublema sacó dos senadores, los dos fueron socialistas, y no hubo ningún tipo de consideración hacia Darío Pérez. Ese es un elemento objetivo de esta Legislatura. Luego hubo toda una serie de líos y conflictos en Maldonado, entre Darío Pérez y el ex intendente Oscar de los Santos. A partir de eso viene una serie de conductas que termina con dos o tres votaciones, sobre todo dos claras, de Darío Pérez, que fueron el voto decisivo que impidió la reforma de la Caja Militar, e impidió la nueva ley de financiamiento de partidos, que solo apoyaba el FA. Más allá de que es muy discutible, por ser ley electoral, si requiere dos tercios o mayoría absoluta. Pero, pretendiendo sacarla por mayoría absoluta, no la tuvieron por el voto disidente de Darío Pérez.

Ahí vino una especie de “cordón sanitario” respecto a Darío Pérez, pero que empezó a operar después del 30 de junio. Hasta el 30 de junio Darío Pérez acompañó la precandidatura de Daniel Martínez, y fue muy bien recibido. Por ahí están todos los carteles del pre 30 de junio con Daniel Martínez-Darío Pérez.

B.R.: Fue una de las primeras campañas gráficas que apareció aquí en la capital.

O.B.: Sí. Darío Pérez fue de los primeros en salir a apoyar a Daniel Martínez. Y ahora hace un acuerdo, o resuelve apoyar a Michelini, y viene un tema dentro del Frente Líber Seregni, donde la Alianza Progresista, sector donde tiene un peso importante y activo el ex intendente Oscar de los Santos, considera que es incompatible que, bajo el mismo sublema estuviera Darío Pérez. Ahí rompen con Asamblea Uruguay, se van con Bergara, y hacen un acuerdo con él. A partir de ahí todo el mundo empieza a decir que con Darío Pérez no se puede hacer acuerdos. Una sanción total porque es un rebelde. Ahora, lo curioso es que no fue impedido de ser candidato, no fue suspendido por el FA, no fue expulsado. Es muy dual que el FA no sancione a alguien y luego le haga un “cordón sanitario”. No estoy discutiendo si estuvo bien o mal la postura de Darío Pérez; digo cómo se movió el FA.

Ahora bien: resulta que hubo otros hechos que se pueden llamar indisciplina. Uno muy importante es que Tabaré Vázquez, siendo presidente de la República, el tema fue la ley de Despenalización del Aborto, veta una ley impulsada y votada por todo el FA, y respalda el veto con el apoyo del Partido Nacional, el Partido Colorado y el Partido Independiente, contra la posición del FA. No solo no hubo “cordón sanitario”, sino que hubo reelección del presidente.

El actual intendente de Salto, Andrés Lima, siendo diputado, impidió que el FA, en la Legislatura pasada, aprobara una Ley de Despenalización del Aborto, tal cual la había aprobado en la primera legislatura. Y se aprobó una ley más reducida, que es la actual, porque el apoyo del diputado Iván Posada le introdujo una serie de modificaciones. Sin embargo, Andrés Lima fue postulado a la Intendencia, no fue impedido, y ahora, incluso, apoya la lista de Andrade, este sublema entre Oscar Andrade y Carolina Cosse. Y el aborto era una de las cosas en las que el FA tenía una posición muy fuerte. Era de las grandes banderas, el arranque de lo que se llama la Nueva Agenda de Derechos, uno de los temas considerados cruciales para el FA.

Y después está el caso Sendic. El FA sancionó a Sendic. Tardó tres años y medio, porque, no nos olvidemos, que la renuncia a la vicepresidencia de la República, se hizo ante un pronunciamiento de un tribunal de Conducta Política, pero no fue una decisión tomada por el Plenario Nacional del FA el pedirle la renuncia. Entonces viene la duda por lo siguiente: hay un tema clave para el FA, como es la despenalización del aborto. Ahí se puede impedir que se apruebe, se puede vetar una ley que fue aprobada, y ninguno de los responsables sufre nada, sino que, además, son apoyados para ocupar cargos. Pero no votar la Caja Militar o la Ley de Financiamiento de Partidos parece más grave como para decir “nadie puede estar cerca de esta persona”, a la cual, a su vez, no sancionan. Esto es lo significativo. Y la lista 711, cuyo líder es Sendic, aunque no sea candidato, acaba de hacer un acuerdo con el MPP, y lleva el octavo candidato a diputado por Montevideo, y el candidato a diputado por Rivera. Surge una dificultad para analizar cuál es la escala de valores del FA.

Voy a hacer un símil con el Derecho Penal. El Derecho Penal, más allá de que puede haber errores y las leyes puedan cambiarse, tiene como lógica que se considera más grave un delito cuanto mayor es la pena. En términos jurídicos, el bien jurídico tutelado se considera más importante cuanto más grave es la pena. A nadie se le ocurre que puede ser más grave la pena de una simple punga que un homicidio premeditado y alevoso. Uno está en un extremo, y el otro, en el otro. Esa escala gradiente del Derecho Penal ocurre en todos los órdenes de la vida. Hay diferencias en la vida también, aunque no haya un código establecido. Lo difícil es entender el código de valores del FA, cuando parece que lo de Sendic no es tan grave como para que haya un “cordón sanitario” a ese grupo político, y sí es grave lo de Darío Pérez, al cual, salvo Michelini, todos los demás le han tendido un “cordón sanitario”. No sé si tiene razón Darío Pérez o no, o si tienen razón todos los demás. Estoy diciendo que no se hace una acusación, no hay una sola acusación ética contra Darío Pérez. No se le acusa de haber despilfarrado dinero, porque no tuvo cargos de administración. Ninguna de las cosas que se le han aplicado a Sendic. Tampoco es que por culpa de él no se aprobó una ley clave para el FA, como el matrimonio de personas del mismo sexo, o la Ley Trans, o todo el Presupuesto Nacional. No. Fue que la Policía Caminera no pasara a la Guardia Republicana, o no se aprobara la reforma de la Caja Militar, a la que se oponían todos los demás partidos, o la Ley de Financiamiento de Partidos, que, además, era una ley que anduvo en idas y vueltas, muy desprolija, hecha con muchísimo asesoramiento, pero que termina saliendo con muchas contradicciones. Era un avance, pero no se logró armar un acuerdo, entre otras cosas porque una ley de financiamiento de partidos se aprueba en seguida de las elecciones y no cuando van a ocurrir.

Es lo que llama la atención de esto. En medio de un FA que está en una situación muy crispada, estamos a menos de 50 días de las elecciones, y todavía se están armando las listas y los acuerdos entre los distintos sectores, con mucha tensión. Además, el FA va a terminar siendo el que presente la mayor cantidad de listas de todos los partidos. Va a haber un número de listas muy grande, que no va a tener posibilidad de acceso a la Cámara de Diputados. En medio de este clima, la forma que se llevó al máximo el tema de Darío Pérez llama la atención, cuando no ha ocurrido en otros casos. Por ejemplo, Andrés Lima no tiene problema, se va a postular, probablemente, a la reelección, y su grupo político apoya las listas senatoriales de Andrade y Carolina Cosse. Vázquez fue reelegido después de haber vetado la ley, y además no solo la vetó, inició una campaña de referéndum junto a los líderes blancos y colorados, contra la ley del FA, promulgada por Mujica. Es muy extraño el orden de prioridades del FA en función de sancionar, aunque sea en este caso llamémosle “moralmente”, y no formalmente, a un dirigente, con la tolerancia a otro tipo de conductas. No estoy haciendo un juicio de valor. De repente estaba bien sancionado Darío Pérez. Pero llama la atención los criterios adoptados, y la escala de valores. Es más grave que la Policía Caminera no está bajo la Guardia Republicana que haya que haber recapitalizado Ancap en más de 800 millones de dólares, por ejemplo. Esto es lo que llama la atención. Da la impresión, analíticamente hablando, que no ha habido mucha coherencia en las distintas conductas. Lo otro es que un tema, que en definitiva empieza por ser un tema de rivalidades de un departamento, termina estallando como un gran problema nacional de la interna del FA. Es un tema para prestarle atención.

B.R.: El problema de Maldonado erosionó gran parte de los sectores del FA.

O.B.: Bueno, ha sido un disparador, que, sobre todo, ha terminado afectando a lo que podemos llamar el FA más de centroizquierda. Porque el conflicto ha girado entre el espacio de Bergara, el de Astori, el de Michelini, la Vertiente Artiguista… Por ahí ha andado todo el entrevero del problema, donde Darío Pérez ha pasado a ser una figura central de los juegos del FA, a partir de un estallido de un problema de rivalidades políticas en Maldonado.

B.R.: Y Darío Pérez muy jugado a Daniel Martínez.

O.B.: Claro, no hubo ningún “cordón sanitario” cuando hizo toda la campaña por la candidatura de Martínez contra Bergara, contra Cosse y Andrade. Ahí no hubo ese “cordón sanitario”. ¿Por qué después del 30 de junio, y no antes? Eso también llamó mucho la atención.

B.R.: Estuvo el caso de Gonzalo Mujica, que dejó la banca.

O.B.: Es diferente, porque él se fue del FA. Es un caso rarísimo, en Uruguay se han ido 40 personas desde 1920 a la fecha. En un siglo. 40 legisladores se han ido del partido por el que fueron elegidos. De esos 40, dos renunciaron a la banca en el momento de irse. Emilio Frugoni en 1921, cuando el Partido Socialista se transforma en Partido Comunista, y en 1989, Tabaré Caputi, de la 99, cuando se van del FA, es el único que renuncia a la banca. Hubo 37 que se quedaron hasta el final de la Legislatura, y Gonzalo Mujica es un caso raro, porque no renuncia cuando se va del FA, deja unos cuantos al FA sin la banca, perdiendo la mayoría parlamentaria, y después renuncia. Es una situación intermedia, muy extraña. En esta Legislatura dejaron el partido por el que fueron elegidos Guillermo Facello, que se fue del PC al Partido de la Gente, y hoy está sin partido; Daniel Bianchi, exactamente en la misma situación; Daniel Peña, que se fue del PN al PdlG y es el candidato a vicepresidente de la República por ese partido, y Gonzalo Mujica, que se fue al PN, y después renunció.

B.R.: Pero Mujica dejaba sin mayoría al FA.

O.B.: Cualitativamente lo de Mujica fue, con riesgo de equivocarme, muy de memoria, que, de los 40 casos, fue el único que creó un problema serio desde el punto de vista del juego institucional. El único que generó un problema de esta magnitud, de hacerle perder al partido de Gobierno la mayoría parlamentaria.

B.R.: En líneas generales, no hay ninguna razón por la que el FA haya actuado de esta manera en diferentes casos.

O.B.: Lo que encuentro es que cada caso, por separado, puede admitir lo hecho por el FA. La visión conjunta de los temas confunde. Y la pregunta que uno se hace es cuál es la lógica, dónde están los valores que dicen que, si se actúa de una manera así, no se puede actuar, en esto otro, de otra manera. Eso es lo que confunde. Se consideran más graves cosas totalmente políticas, que, de repente, no crean graves problemas para un partido, o institucionales, que otras que, incluso, han lindado en lo ético.

B.R.: Una indisciplina se castiga más que lo otro.

O.B.: Sí. Lo más grave de Ancap y de Alur, más allá de las conductas éticas, aceptables o no, es el grave despilfarro que implicó esa gestión. Eso no apareció con la gravedad con que está apareciendo el “cordón sanitario” a Darío Pérez. Esto es lo que más llama la atención, y a uno le parece que se está actuando más por enojos que por una racionalidad política de valores prestablecidos.