28 Oct. 2019

El nuevo escenario frente al balotaje

Oscar A. Bottinelli - Diálogo con Pilar Teijeiro y Martín Rodríguez

TV Ciudad - Informe Capital

“La distancia entre la suma de la oposición, Partido Nacional, Partido Colorado, Cabildo Abierto, Partido Independiente y Partido de la Gente sobre el Frente Amplio es de 14,68%. Es una distancia muy grande. ¿Qué hay a favor del FA y qué hay a favor de Lacalle Pou? La experiencia, hasta ahora, y no quiere decir que esto se repita, es que la suma de partidos no dio lo mismo en el balotaje. No ha habido un acatamiento, y han perdido la suma respecto del balotaje desde un décimo para arriba. Es decir, si se tradujera ahora, podría haber siete, ocho puntos de pérdida. Esa suma que hoy es de 54% podría no dar 54%.”

P.T.: Primera lectura, primer análisis de lo que pasó ayer, que, de alguna manera, se ajusta a lo que Factum había presentado en la última encuesta nacional.

O.B.: Sí. En realidad, y creo que esta precisión es muy importante, hemos hecho mucho hincapié en el cambio de metodología, de indagar y presentar el voto, y de julio a octubre fue este escenario que presentamos. Muy discutidos, en solitario, porque el resto de los colegas presentaba un Frente Amplio muy pegado al Partido Nacional, casi un empate técnico, y nosotros dábamos esta distancia. Y, de alguna manera, con alguna variante, porque no existía Cabildo Abierto, lo venimos viendo de febrero en adelante. El escenario fue diseñado tal cual terminó ocurriendo. El tema es que había cierto escepticismo, en base a interpretaciones no del todo correctas sobre las encuestas y el resultado de 2014, y además, hay una confusión que tienen muchos dirigentes políticos, de no darse cuenta, sobre todo con metodologías tan afinadas como la nuestra, que cuando uno detecta, hace un largo tiempo, a un individuo que no le dice a nadie lo que vota, el encuestador se lo extrae, de alguna manera. Con el tiempo esa persona se lo dice a los vecinos, después lo dice más públicamente, después va a un club o a un acto, y lo van contando cada vez que da un paso adelante, que se entusiasma, que grita, que sale con banderas y cornetas, y el dirigente dice “seguimos creciendo”. Pero el individuo con corneta y bandera, y el que apenas le decía el voto al encuestador es el mismo. No es un aumento cuantitativo, es cualitativo. Esto es general, diría, de casi todos los dirigentes políticos, y lo venimos viendo hace 30 años.

M.R.: Se sobrevalora el clima festivo y se discuten los resultados de las encuestas.

O.B.: Yo ayer, bromeando entre nosotros, decía que iba a votar el 125%, porque estaba sumando lo que esperaban sacar los distintos partidos. En general, casi todos tenían una sobreestimación de su propio resultado. Que alguien se sobreestime no está mal, pero otra cosa es que eso no implique tener Plan B si los resultados son como la encuesta le dice, y un Plan C por si se equivocan al revés.

P.T.: ¿Cómo deben leerse los resultados?

O.B.: Hubo dos tipos de resultados, el del Parlamento, que da una serie de novedades importantes, la más destacada de ellas es que el Uruguay pasa de ser un país tripartidista a un país tetrapartidista, con cuatro partidos relevantes en el Parlamento, con un partido totalmente nuevo, y queda una Cámara de Diputados con siete partidos, el número más alto en la historia del Uruguay. Cuatro que ingresan al Senado, los cuatro del tetrapartidismo, más el Partido de la Gente, el PERI y el Partido Independiente. El FA sale con 42 bancas, el PN con 30; es decir, el FA pierde ocho bancas, el PN pierde dos, el PC queda igual, pierde dos bancas el PI, pierde la banca Unidad Popular, y ahí gana una banca el PdlG, gana una banca el PERI, y lo que pierden el PN y el FA lo gana CA. Hay 13 bancas de pérdida, y una ganancia de 11 + 1 + 1. En la Cámara de Senadores el FA pierde dos, el PN y el PC quedan igual, pierde su banca el PI, y las tres bancas perdidas son las que ocupa CA.

Hay un tema muy grande a discutir, que es el famoso tema de las cuotas de género. Nosotros siempre sostuvimos que las cuotas electorales no funcionan en sistemas como el nuestro. Si se quieren cuotas de verdad tiene que haber lo que se llama cuota resultado, que es muy complicada, hay que afinarla mucho, pero siendo la cuota un tercio tenemos siete senadoras y, en gran medida, gracias a que el FA tiene una cuota de uno y uno. Y el FA, con uno y uno, de 13 senadores, tiene cinco senadoras. Porque Astori sacó una sola banca, los socialistas sacaron una sola banca, la 609 tuvo número impar, con tres hombres y dos mujeres. Y los que sacaron dos bancas, como Bergara, Vertiente Artiguista y el conjunto de Andrade-Cosse, ahí salió un hombre y una mujer. En cambio, en el PN hay dos mujeres, una por la lista de Aire Fresco, y otra por la conjunción del herrerismo y Mejor País, que, otro dato, es el primer afrodescendiente, hombre o mujer, que entra a la Cámara de Senadores.

Es un Parlamento que lleva, necesariamente, a diálogos, acuerdos, entendimientos, independientemente de quién sea el presidente de la República.

Otra cosa: en la primera vuelta no hubo ninguna sorpresa. Los números se dieron tal cual se venía dando la encuesta, pero la distancia entre la suma de la oposición, PN, PC, CA, PI y PdlG sobre el FA es de 14,68%. Es una distancia muy grande. ¿Qué hay a favor del FA y qué hay a favor de Lacalle Pou? La experiencia, hasta ahora, y no quiere decir que esto se repita, es que la suma de partidos no dio lo mismo en el balotaje. No ha habido un acatamiento, y han perdido la suma respecto del balotaje desde un décimo para arriba. Es decir, si se tradujera ahora, podría haber siete, ocho puntos de pérdida. Esa suma que hoy es de 54% podría no dar 54%.

P.T.: Siempre pierde la oposición.

O.B.: Sí, porque el FA siempre fue solo, nunca fue aliado con nadie. Batlle, que fue el que tuvo mayor seguimiento, obtuvo el 52%, y la suma del PN y el PC daba arriba del 56%.

M.R.: ¿La fragmentación implica que esa pérdida puede ser mayor?

O.B.: Es muy difícil trazar modelos estadísticos cuando tenemos tres experiencias, y además no solo tiene que ver lo estadístico, sino los contextos políticos, sociales, de cada uno. Uno no puede arriesgar lo que no tiene experimentado con modelos.

Lo otro que tiene el FA es que de este 14,5%, en cifras redondas, puede descontar de dos a tres puntos, si consigue el grueso de los votos del área llamémosle más contestataria: UP, PERI, PVA. Si se hace esa hipótesis queda a unos 12 puntos de distancia y, como la distancia entre dos, cada punto que se consigue le resta al otro. Es decir que la distancia a descontar es de seis puntos. Hay dos nichos que dan seis, pero que no se les caiga una moneda. Del 11% de CA, grosso modo, está la idea de que, alrededor de tres puntos porcentuales, son votantes que en 2005, 2010 y 2014 votaron al FA, específicamente a Mujica. Y otros tres puntos del PC son personas que, a priori, tienen un rechazo a Lacalle Pou, y no rechazan a Daniel Martínez. Pero estos son números en un tablero. Para llevar esto, implica que tiene que haber una estrategia, poner las mejores cabezas del FA a diseñar qué hacer, cómo se capta, dónde está, por qué esa gente puede ser proclive y no votó al FA. Esto no es una cuestión de eslóganes, es política. Es un tema profundo, y si no aciertan cómo llegar, naturalmente les va a ser muy difícil.

P.T.: Lacalle dio la sensación, e incluso ya se informó, que el pasado fin de semana había tenido conversaciones con otros partidos. ¿Qué pasa con el FA?

O.B.: La sensación es que no había Plan B. Hay un problema con el FA, que es una tremenda dificultad de aceptar la realidad. El FA obtuvo el 50,5% de los votos en 2004. Desde entonces tuvo todo el recambio biológico a su favor: aunque en menor medida, cada año morían más blancos y colorados que frenteamplistas, a nivel de votantes. Los que se mueren, ahora menos, eran más blancos y colorados que frenteamplistas. Y de los nuevos votantes, ahora habrá un poquito menos, pero son, globalmente, frenteamplistas. Hay estudios que indican que, si no cambiaba nada, el FA tendría que haber tenido entre el 55% y el 56%.

M.R.: En el medio está la realidad política.

O.B.: Y la realidad política es qué perdió. No perdió de una elección a otra. Fue perdiendo hacia 2009, hacia 2014, y en 2019 despierta con que la pérdida era mayor. El 2014 le hizo un daño tremendo al FA, al haber logrado la banca 50, porque ahí llegó a la conclusión de que el único problema que había era que se habían equivocado las encuestas, que el FA no tenía ningún riesgo, y que había obtenido la mayoría en el Senado también era incorrecto, porque había tenido la mitad de los senadores. Llegó a tener 16 votos porque después ganó el balotaje. El problema es que, de golpe, hoy empieza a ver qué pasó. Y lo venían advirtiendo las encuestas en general, la nuestra en particular, hasta con el número preciso: no más abajo del 37%, no más arriba del 40%. Era una buena señal de alarma, pero la expectativa era mucho más alta. Ese es un problema.

M.R.: Usted dijo que el FA necesitaría a sus mejores cabezas, y usted interpreta que eso no está ocurriendo. Hoy recogimos declaraciones de integrantes del Consejo de Ministros con respecto al resultado. Víctor Rossi deslizó que le hubiera gustado de alguna instancia en lo que pareció ser una alusión al comando de campaña de Daniel Martínez. ¿Qué dice de esto?

O.B.: Yo no creo que sea un tema de comando de campaña, sino de conducción estratégica. Se me ocurre, como primera cosa, decirle a Vázquez, a Astori, a Mujica, Andrade, Bergara, Enrique Rubio, que piensen colectivamente. No tienen más que hoy mañana, no hay plazo para que el FA dé señales de qué cambio hace, hacia dónde va. Del otro lado observamos que Lacalle Pou tenía Plan A, Plan B y Plan C. Hasta muy diseñado el hablar último, esperar. Tuvo una gran ayuda: la votación del PC le despejó el camino. Recordemos que, cuando Talvi y el Pc estaban en niveles altos, había deslizado que podía hacer acuerdo o no, que tenía alguna coincidencia con Daniel Martínez o con algunos sectores del FA, y ahora se encontró con el PC dividido en dos mitades. Y quedó, en el mejor de los casos, con las mismas bancas que en la elección pasada. Ya es un Talvi que su juego es directamente el acuerdo con Lacalle Pou. Eso ayudó mucho. ¿Qué hace Lacalle Pou teniendo todo esto a favor? ¿Cuáles son las debilidades que tiene? No basta que la gente haya votado de esta manera, y haya un 54% que quiere cambio, sino que tiene que atraerla. Una cosa es el 28% de los votos del PN, pero los que votaron al PC, a CA, a los otros partidos, ¿Están conformes con votar a Lacalle Pou a la Presidencia? Depende de la oferta. Si ven que el partido en que confiaron, los líderes en que confiaron, van a estar coparticipando en ese gobierno es una señal. Siempre digo que un gran modelo es lo que hicieron el PC y el PN en la elección del 99. Primero, porque la noche de la elección, Luis Alberto Lacalle salió con una fuerza tremenda a dar el apoyo a Jorge Batlle para el balotaje, y a proponer el acuerdo formal con el PC. Y en una semana y poco se hace un acuerdo formal, y se anuncia que van a gobernar juntos, uno con mayor responsabilidad que otro, porque, además, habían salido con una proporción de tres a dos PC y PN, y salen a ofrecer eso a la ciudadanía. Ahora hay muchos modelos. Uno es que todos hagan esto. Otro es, como se ha señalado, es que Lacalle Pou negocie por un lado con CA, por otro con el PC, y después ver cómo se conjuga.

P.T.: Talvi ayer dijo que va a hacer campaña por Lacalle Pou.

O.B.: Sí. Pero no es matemático el voto de la gente. El tema es la señal que le dan. Con todo el compromiso que tuvo Luis Alberto Lacalle en el apoyo a Jorge Batlle, uno de cada diez votantes blancos no votó a Batlle. Fue una campaña como si estuviera en juego la Presidencia para él y para el PN. No basta con eso. ¿Qué se ofrece? ¿Qué rol van a tener Talvi y Sanguinetti en ese gobierno? ¿O van a hacer campaña para apoyar un gobierno ajeno, de Lacalle Pou? Y respecto a CA, qué señales da, cuál va a ser su participación. ¿Qué rol va a tener Manini? Ese conjunto de señales es muy importante. Tiene una situación, igual, bastante cómoda, pero a veces está el peligro de ver las cosas fáciles. La actitud de anoche, donde Lacalle Pou y el PN demostraron que vienen manejando la cosa, pensándola con mucho cuidado, que tienen mucho temor a entrar en el exitismo y el facilismo. Están en una actitud de cuidar lo logrado, de trabajarlo, y ya pensando de antes. Ya con conversaciones con el PC, con CA. Está bastante aceitado para ese lado, pero tienen que concretarlo. La amenaza mayor que tendría Lacalle Pou es que el conjunto de la oposición no haga las cosas bien, y que el FA logre encontrar un camino de salida a disputar, con un fortalecimiento de la candidatura. Porque en el balotaje se personaliza más la competencia.

M.R.: Habrá un nuevo debate, ese es otro elemento para esta campaña.

O.B.: Yo soy medio escéptico de los debates, y creo que el último casi no movió mucho la aguja. Pero a este le asigno mucha importancia. No digo que sea decisivo, pero, según todos estos condicionamientos que puse, un traspié importante de un candidato en el debate, puede generar, ahora, algún efecto. Y ahora sí, en este momento, un 1% de electorado puede terminar siendo decisivo.