30 Oct. 2019

Dos actores a la caza de votos ajenos

Oscar A. Bottinelli - Diálogo con Luis Custodio

Radio Uruguay - Puntos de Vista

“Tenemos una linda pelea por delante, de resultado incierto, más allá de que, probabilísticamente, hay alguien que tiene un poco más de ventaja que otro”.

L.C.: Mirando estos dos actores a la caza de votos ajenos, esta competencia que ha quedado, para estos veinte y poquitos días de cara al 24 de noviembre, reducida a dos candidatos que, obviamente, no representan al 100% del electorado.

O.B.: Convendría empezar con algunos números. Hay que mirar qué potencialidad básica tiene cada candidato que es, en principio, aunque haya que hacer algunas salvedades, el voto de cada uno de los partidos. Por ahora, con los datos primarios, 39,2% para el Frente Amplio, Partido Nacional 28,6%, ventaja de 10 puntos y medio. La otra lectura es que está en marcha, y ya se veía como muy posible, una alianza entre el Partido Nacional, Partido Colorado, Partido Independiente, Partido de la Gente y, sobre todo, Cabildo Abierto, y una suma que está dando 53,9%, prácticamente. 53,9% de la Coalición por el Cambio, como le están llamando, versus 39,2% del FA, los números se dan vuelta muy fuerte, con una ventaja de 14,7% a favor del respaldo a Luis Lacalle Pou. Vistos estos números vamos a empezar por quien, en principio, tiene la situación más comprometida, que es el FA.

Lo primero que hay que hacer es analizar los números, que tienen que estar basados en encuestas previas. Nos da que, entre la cuarta y la quinta parte de los votantes colorados rechazan votar a Luis Lacalle Pou. La misma proporción, entre la cuarta y la quinta parte del voto a CA rechaza a Lacalle Pou. También un poquitito menos de la mitad de los votantes del PI, y más de la mitad de los votantes del PdlG, que son más libres, en la medida que, aparte de que el partido salió golpeado, no aparece en la posibilidad de un elenco ministerial. Si sumamos estos rechazos tenemos 6,1%. Eso nos da que esa diferencia de 53,9% contra 39,2% resulta que cambia a una diferencia de 47,8% a 45,3%. Esos seis puntos se van de la alianza que respaldaría a Lacalle Pou hacia Daniel Martínez. Estamos viendo caminos para el FA, no que necesariamente se dé.

L.C.: No necesariamente dejan de votar al candidato que su líder señala, y no necesariamente, en caso de que dejen, acompañan otra opción. Tienen un camino que es no acompañar a ninguna de las dos candidaturas.

O.B.: La experiencia de los balotajes anteriores muestran que el uruguayo ha sido reticente al voto en blanco, y el que vota en blanco lo hace casi de continuo. No quiere decir que se dé necesariamente. Pero no es un disparate pensar que esto es un traslado de votos de uno contra otro. A mí no me gustan esos dichos simplificadores, pero no es una exageración decir que en la primera vuelta se vota a favor y en la segunda vuelta se vota en contra. Obviamente no es así, porque, para empezar, los dos tercios seguirían votando a favor, porque votarían lo mismo que la primera vuelta. Pero es probable que, en lo definitorio, unos voten a favor, pero unos cuantos dirán que no quieren que tal partido, que tal persona, que tal alianza gane. El voto por la negativa. Lo que pasa es que el voto vale lo mismo por la afirmativa que por la negativa. Le queda 2,5%, y ahí el FA tiene para achicar. Puede ganar una diferencia de 0,8% en Unidad Popular, 0,4% de ventaja en el Partido Ecologista, donde dos tercios votarían a Martínez y un tercio a Lacalle Pou, y en el Partido Verde Animalista se equilibran, grosso modo, mitad y mitad. Esto otro le reduce la desventaja alrededor de un punto y algo. 1,3% daría este juego matemático. Es decir, la posibilidad de que Daniel Martínez pelee la presidencia de la República, es muchísimo más cierta de lo que dan los números iniciales, pero sigue habiendo mayor probabilidad, no tan grande, a favor de Lacalle Pou. El resumen es que es una elección abierta, inclinada un poco más hacia Lacalle Pou.

L.C.: Visto eso desde la óptica de lo que necesitaría el FA, y cuál es el escenario, de acuerdo con los comportamientos de esos votantes, veámosla desde el otro lado. Ese entendimiento que es fundamental, en el que está trabajando todo el equipo de campaña de Lacalle Pou.

O.B.: Lo obvio es ver los números desde el otro lado, que es partir de un 53,9%. Partimos de la base de que todo el PN es compacto, más todo el PC, más todo el PI, más el PdlG, más CA. Más lo que va a recortar del PERI, el PVA. Eso lo hace pasar un poquito el 55%. Eso es el punto de vista favorable, optimista, de un optimismo no irracional. Ahora, ¿Dónde vienen los problemas? No hablamos todavía de los problemas del FA, que son mucho más cualitativos. Estos son de afectación cuantitativa. Vimos primero los rechazos. Uno diría, ¿Cuánta gente del PC dice que nunca votaría a Lacalle Pou, pero si Ernesto Talvi, y alguna figura que represente más al sanguinettismo están en el Gobierno no sabe qué haría? Capaz que lo vota, aunque no le guste. Lo mismo con respecto a CA. ¿Va a estar Guido Manini Ríos en el gabinete? Igual, en ambos casos, la pregunta es dónde van a estar. Porque si es un ministerio muy nominal, que no tiene peso político, el votante dice no. Esos son los juegos. Es muy importante la convicción de Talvi, de Sanguinetti y los suyos, de Manini Ríos, el seguimiento. Recordemos que en el caso de Talvi y Manini Ríos han sido muy cortos en el tiempo, muy frescos. No tienen una adhesión de la vida entera.

Y lo otro importante es que las cifras son pequeñas, pero no existe lo pequeño en un balotaje. Lo mismo con el PI, un partido que ha quedado bastante golpeado. Recordemos que, el año pasado, llegaba al 6% en las encuestas, estaba peleando un segundo senador, y hoy saca un solo diputado. Entonces, uno puede pensar: ¿Puedo vencer la resistencia que tengo a Lacalle Pou porque me importa tanto que Mieres esté en el Gobierno?

L.C.: ¿Y cómo opera ahí el anti FA?

O.B.: El anti FA está del otro lado, del lado del PN y de cierto sector del PC y de CA, del PI y del PdlG, que son los que no resté. No importa si uno va a votar porque es colorado y su partido va al Gobierno, o si además de colorado es anti FA; los dos van a votar a la Coalición por el Cambio. Numéricamente importan solo los que pueden cambiar el comportamiento esperable del partido. El anti FA sí importa en partidos que no van a estar en las conversaciones, como el PERI, el PVA. Y ahí vimos que en el PVA los anti se compensan, y en el PERI quedan dos a uno: dos tercios anti FA y un tercio anti Lacalle Pou. Aclaremos que los anti no son iguales. De un lado, se es anti FA, porque Daniel Martínez tiene muy escaso rechazo. El tema es anti FA. Y del otro lado se es anti Lacalle Pou. Puede ser también un anti blanco y colorado, hay muchas formas de manifestarlo. Entonces, ¿Cuáles son los problemas que tiene la alianza? Las virtudes son fáciles de ver, pero ¿Qué problemas tiene? Yo he hecho, antes de la elección y este lunes, algunos análisis de lo que podemos llamar formatos de acuerdo. Lacalle Pou está dando un paso ya más hacia una coalición plena, cuando anoche dijo que Ernesto Talvi, Guido Manini Ríos, Pablo Mieres y Edgardo Novick van a estar en el gabinete. Ahí hay dos datos: uno, que hay ciertos crujidos dentro del PdlG. El único diputado, Daniel Peña, no va a seguir automáticamente a Novick. Peña además tiene, aparentemente, la mayoría en el manejo de la Convención del partido, y es muy difícil de distinguir si hay una división del electorado, hacia dónde van los votantes. Esto es positivo como elemento de convocatoria. La gente de CA, anti Lacalle Pou, votó a Manini, es el candidato más personalizado de todos los importantes. Su nuevo líder, su caudillo, va a estar ahí. Ese es un factor importante. Pero se observa, en la masa de votantes colorados, un sentimiento muy difícil de cuantificar en cuanto este voto a Lacalle Pou con Manini en el gabinete. Es un juego difícil de imaginar en este momento, pero vemos que, cuando se pregunta a quién rechaza más, es muy elevado el rechazo a Manini Ríos en los votantes colorados. Esos votantes, ¿Qué hacen entre la atracción que puede tener que esté Talvi o alguien de Sanguinetti, o el PC como tal en el Gobierno, a que esté Manini? Depende mucho de ese grado de convicción, con un partido que estaba en el 6%, 7% hace dos años. Tiene una franja que venía de votarlo, seguramente, porque votó casi igual que en 2014, pero que estuvo yéndose. Ese que se estuvo yendo, vuelve ahora, pero ¿Le agrega a Talvi y Sanguinetti a Manini? Como se responda a esto es un montonazo de votos que pueden ir para Lacalle Pou o para Daniel Martínez. El componente de rechazos recíprocos, ¿Suma o resta?

Y del lado del FA, ayer, a lo largo del día, se fue dando la reacción y a última hora apareció Mujica, se designó a Yamandú Orsi, una potente figura emergente del FA, un hombre totalmente leal a Mujica, para conducir el comando y ser el vocero de Daniel Martínez. Acá hay un cambio de desplazamiento de gente muy grande, y aparecen actuando ahí, inmediatamente, Oscar Andrade y Mario Bergara. La plana mayor del FA, que no estuvo con la fuerza que estuvo, pasa a ser la que va a conducir la campaña. Y empiezan a haber algunos ejes. El tratar de crear “cucos” más ideológicos que personales: cuidado con el retroceso con el aborto, cuidado con el retroceso con la agenda de derechos, con el monopolio de Ancap. Y los salarios, las pasividades. El FA va a salir a plantear un tema conceptual, ideológico, de sus logros, los que considera que son sus logros, después la gente evalúa. Y además, se sabe que, claramente, empezó lo que dijo de alguna manera Yamandú Orsi, un hombre que es un señor feudal de un departamento muy plural y muy clave, a trabajar con los “punteros” blancos y colorados. Lo que es clave, no solo en los colorados, es que hay dirigentes, caudillitos blancos, muy contrarios a Lacalle Pou. Ahí es donde quieren trabajar a ver qué pescan.

Como resumen, Lacalle Pou y su gente están haciendo las cosas que uno diría son los deberes de un manual de cómo se debe afrontar un balotaje, siendo el segundo, pero teniendo un gran entorno para conformar una mayoría. Lo está haciendo perfecto. Ahora viene ver cómo enfrenta el desafío ideológico. Y el FA logra reaccionar, después de un cimbronazo absurdo, porque fue creer en lo místico, lo mágico, y no en los números duros, contantes y sonantes que tenía delante; lo absurdo es el descontento que le generó lo esperado. Y logra reaccionar de la forma que tenía que reaccionar, con la aparición de los pesos pesados, viejos y nuevos: Mujica, Astori, Vázquez, con sus limitaciones constitucionales, pero pudiendo jugar hacia adentro, más las nuevas figuras emergentes, Oscar Andrade, Mario Bergara, y alguien que viene de antes, pero que es de refresco, que es Enrique Rubio, que sacó dos senadores. Ahora hay figuras de peso, viejas y nuevas, y nuevas de lo viejo, como Yamandú Orsi, que es, dentro del mujiquismo, una figura de recambio, un gran caudillo en su departamento, más toda la pléyade de figuras jóvenes que tiene el MPP. Y sectores sociales. Me consta que ayer empezó a haber una gran movida de docentes frenteamplistas y docentes de Unidad Popular, con docentes batllistas. Porque hay una cosa bastante clara: la gente que sigue a Robert Silva en la enseñanza y en el PC, está muy lejos de los planteos educativos de Pablo Da Silveira. Tenemos una linda pelea por delante, de resultado incierto, más allá de que, probabilísticamente, hay alguien que tiene un poco más de ventaja que otro.