Indecisión,
dudas,
firmezas y pertenencias
hacia las elecciones del '99
Oscar
A. Bottinelli - diálogo con
Emiliano Cotelo
EMILIANO COTELO
Si miramos en dirección a las
elecciones de 1999, la opinión
pública por un lado evoluciona en
cuanto a sus definiciones por partidos y
candidatos. Más de una vez hemos
actualizado los sondeos, qué es lo
que van mostrando en cuanto a las
preferencias en ese sentido, pero la
opinión pública
también va trazando matices en el
grado de definición de su
voto.
Justamente de eso es que nos propone
hablar hoy Oscar Bottinelli: la
indecisión, las dudas, las firmezas
y las pertenencias hacia las elecciones de
1999.
Vamos a ubicar cómo es este
estudio, qué características
tiene.
OSCAR A. BOTTINELLI:
Es un estudio de opinión
pública realizado mediante encuesta
de hogares cara a cara, en todo el
país, tanto urbano como rural,
representativo del 100% del electorado que
va a concurrir en el 99 -personas de 15
años en adelante-; se hicieron 904
casos, con un nivel de confianza de +/-
3,4%, a lo largo de todo el mes de
setiembre.
Cuando se mide cómo
evoluciona la intención de voto hay
dos formas de medirla: una es hacia
quién se pretende dirigir el voto,
hacia qué partido político,
hacia qué candidato, hacia
qué sector, pero otra es con
qué grado de firmeza se expresa ese
voto, qué dudas tiene,
cuánto puede cambiar, qué
grado de volatilidad tiene.
Formulamos una sucesión de
preguntas. La primera es: "Imagine usted
que la elección es el
próximo domingo; ¿a qué
partido político votaría?".
Y luego: "¿A qué sector?".
Aún a quienes no dijeron partido se
les pregunta a quién
votarían o a quién se
inclinarían a votar para presidente
de la República. Para el caso de
las personas que no dijeron partido, eso
está agregando una nueva
categoría: gente que no se inclina
en particular por ningún partido,
pero que sí tiene preferencia por
un candidato en particular.
A los que no contestaron por
ningún partido ni por ningún
candidato se les agrega una pregunta:
"¿Con qué partido
político simpatiza más o
siente menor antipatía?".
Y por último, una pregunta
que define pertenencias, que se hace
aparte de la exploración de voto y
mucho antes, al empezar una encuesta:
"¿Usted se siente blanco, colorado,
frenteamplista, o se define de alguna otra
manera?".
Con esto nosotros construimos en
principio un conjunto de cuatro
categorías y una residual: el voto
firme, las personas que tienen ya decidido
a qué partido van a votar en el 99,
en principio, salvo acontecimientos muy
significativos -si lo que dicen hoy lo
votan en el 99, sin ninguna duda
En
segundo lugar, el voto puntual, que son
las personas que dicen "hoy voto a este
partido, pero no es seguro que lo haga en
el 99; ahí veré, pero hoy me
inclino por éste". En tercer lugar,
el voto personalizado, un voto
volátil, que dice: "Yo
votaría a Volonté, a
Lacalle, a Ramírez, a
Vázquez, a Fernández
Faingold, a Opertti, a Batlle, pero no
sé si voto al Partido Colorado, al
Partido Nacional o al Frente". Le
está gustando la persona, es un
voto muy volátil porque apenas esa
persona lo defrauda un poco ese voto
cambia con mucha rapidez. Y por
último, las simpatías
partidarias, que son las personas que no
saben a quién votarían pero
tienen una simpatía muy marcada
hacia un partido político. Queda,
por supuesto, una categoría
residual de los que no definen
ningún tipo de preferencia ni de
inclinación partidaria. Veamos
ahora cómo se distribuyen los
datos.
E.C. - Voto firme 43%, voto puntual
31%, voto personalizado 3%,
simpatía partidaria 5% y no define
18%.
O.A.B. - En primer lugar, el "no
define" es una cifra que aparece
habitualmente cuando damos la
distribución del voto entre
distintos partidos políticos, entre
distintas opciones, está situado
cerca del 18%. En el interior es el 17 y
en Montevideo el 20. Es significativo el
hecho de que es mucho mayor en la capital.
Es una cifra relativamente alta si
partimos de la base de que en el
quinquenio anterior en el período
1990-94 este "no define" osciló
normalmente entre el 12% y el 13%, y ahora
oscila más o menos entre 16% y 19%,
está más bien cerca del
techo en este período. La
indefinición es notoriamente
más alta en este quinquenio que en
el anterior.
En segundo lugar, el voto firme a
esta altura -aunque estamos a dos
años o un año y poco de las
elecciones, porque ahora tenemos un ciclo
electoral muchísimo más
prolongado- es del 43%. Esta cifra era
mucho mayor, pasaba el 50% en el
quinquenio anterior. Otro dato interesante
es que el voto firme es el 51% en el
interior y el 34% en Montevideo. Es decir
que hoy por hoy es mucho más clara,
más previsible, la elección
en el interior del país que en
Montevideo.
En cuanto a lo que podemos llamar un
voto volátil, no firme, dudoso, que
puede expresarse a través de las
tres categorías que recién
se mencionaron -el puntual, el
personalizado, la simpatía-,
tenemos también esa gran diferencia
entre Montevideo e interior: es el 46% en
Montevideo y el 32% en el interior. Si
vemos Montevideo tenemos más o
menos de cada 10 personas tres y pico para
el voto firme, casi cinco el voto
volátil y dos no se definen. En el
interior es cinco el voto firme, tres el
voto volátil y también casi
dos los que no se definen. Como se
observa, es mucho más firme la
definición del voto en el
interior.
Esta volatilidad no quiere decir
necesariamente que es un voto que vaya a
cambiar inexorablemente. Ocurren varias
cosas. La primera es que los partidos
políticos con su acción
colectiva como partidos van a influir no
sólo en la elección, en
tratar de que los indefinidos se definan,
sino también en tratar de que toda
esta área dudosa, volátil,
pueda perder la inclinación que
tiene y cambiarla. Es decir que la tarea
del Frente Amplio es tratar de que los que
hoy son dudosos hacia el Partido Nacional
o el Partido Colorado afirmen sus dudas y
cambien de partido. El Partido Nacional lo
mismo pero con respecto al Partido
Colorado y al Frente Amplio, y así
sucesivamente. Es decir, no sólo
tratar de influir sobre los indefinidos
sino sobre esta masa dudosa, que no es
pequeña. Lo otro tiene que ver con
que la definición de candidaturas
en un momento en que va a haber
candidaturas únicas en cada uno de
los partidos también va a ser un
elemento importante a tener en
cuenta.
Este tema va a necesitar una segunda
veta de análisis que vamos a hacer
la semana que viene, que es el cruce de la
firmeza, duda y simpatía del voto
con las pertenencias. Le llamamos
pertenencia a la última pregunta
que mencionamos. Cuando una persona dice
"yo soy blanco", "yo soy colorado" o "yo
soy frenteamplista", es una
definición de ser parte de
algo.
Hay un dato interesante que ya
anunciamos: no necesariamente el
considerarse que se es parte de algo
implica que se tiene absolutamente seguro
-por lo menos que se manifiesta con
absoluta seguridad- que se va a votar a
ese partido político. Pertenencia y
voto no necesariamente van de la mano.
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