El 67%
de los habitantes de estos departamentos no conoce a sus
representantes
Los diputados
colorados son los más conocidos en
Montevideo y Canelones
Los votantes del Encuentro
Progresista-Frente Amplio y del Partido Nacional conocen
mucho a sus senadores y poco a sus diputados, y además
identifican más a los representantes colorados que a los
de su propio partido. Los colorados conocen por igual y
poco a sus senadores y diputados. La gente de educación
terciaria, la de nivel socioeconómico alto y la de
mediana edad, y los hombres, son quienes más conocen a
los parlamentarios montevideanos y canarios.
En el
mundo hay dos grandes formas de representación
parlamentaria, desde el punto de vista de la relación
entre el ciudadano y el Parlamento. Una forma es aquella
en que los electores expresan su confianza en partidos o
grupos políticos, esa confianza se traduce en la emisión
de un voto por la lista del partido o grupo y los
legisladores electos son las personas que los partidos
consideraron conveniente incluir en las mencionadas
listas o nóminas; en esta tipología de representación es
más lejana la relación entre elector y elegido, y es
esperable que buena parte de los votantes no conozca a
los votados. La segunda forma es exactamente la opuesta,
donde el elector elige en forma directa a personas,
generalmente a una; en este caso la relación entre el
elector y elegido es muy directa.
En Uruguay se da la peculiaridad que los dos tipos de
representación se dan en la Cámara de Representantes. En
un extremo se encuentra la representación por Montevideo
y en menor grado Canelones, donde el elector vota por
listas de candidatos, las cuales en general se
corresponden con los grandes grupos nacionales. En el
otro extremo el interior puro, donde en general se elige
una única banca por cada lema en cada departamento —la
excepción es el Encuentro Progresista-Frente Amplio
(EP-FA), que eligió dos bancas en Maldonado y Paysandú—.
En Montevideo y Canelones se concentran los seis décimos
de la cámara baja, 58 bancas (44 por Montevideo, 14 por
Canelones). Las 44 bancas de la capital fueron provistas
por 13 listas de cuatro partidos: seis listas
frenteamplistas (una con siete bancas, otra con cinco,
dos con cuatro, una con dos y una con una banca), dos
listas coloradas (con siete y seis bancas cada una),
tres listas blancas (una con tres y las otras dos con
una banca cada una) y dos listas del Nuevo Espacio (una
con dos bancas y otra con una). Las 14 bancas de
Canelones correspondieron seis al EP-FA (dos listas con
dos bancas cada una y otras dos listas con una banca),
cuatro al Partido Colorado (dos bancas a cada lista),
tres al Partido Nacional (una con dos bancas y otra con
una) y una al Nuevo Espacio. El promedio es de 3.4 de
bancas por lista en Montevideo y de 1.6 en Canelones.
El otro hecho significativo en Montevideo es que al
momento de votación no hay una diferencia fuerte entre
las candidaturas senatoriales y las de diputado. Más
aún, hay una cierta sinonimia entre ser figura política
nacional y figura política montevideana. En menor grado
sucede lo mismo en Canelones. Ello supone pues una gran
confusión en la identificación de diputados y su
diferenciación con senadores, e inclusive diputados del
interior con relevancia nacional que aparecen nombrados
como representantes montevideanos. Así es que al pedirse
el nombre de un diputado por Montevideo o Canelones
aparecen los nombres de Mujica, Astori, Gargano, Couriel
y Nin Novoa en el EP-FA, de Millor en el coloradismo, de
Lacalle, Ramírez, Julia Pou, Arturo Heber y Gallinal en
el nacionalismo, y sobre todo el de Michelini en el
Nuevo Espacio. También surge el nombre del canario
Virgili como diputado del departamento, aunque es
senador. También la gente trastoca la representación, y
menciona como diputados por Montevideo a quienes
invisten la representación por Canelones, o a la
inversa; los casos más notorios son los de Julio Luis
Sanguinetti y Luis Alberto Lacalle Pou (hijos de los
líderes), ambos diputados canarios.
El conocimiento de los diputados tiene una relación
directa con el grado de interés en la política. Pero
también hay mayor conocimiento cuanto más alto es el
nivel socioeconómico y cuanta mayor es la educación. Los
más informados, además, son las personas de 31 a 60
años, quienes conocen al 50% de los representantes,
contra un 24% que conocen tanto los jóvenes (15 a 30
años) como los mayores (60 años en adelante). El 49% de
los hombres y el 29% de las mujeres identifica a los
representantes metropolitanos.
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