Sindicalismo

Sólo el 15% de los uruguayos se siente representado por el PIT-CNT

La gente que se siente representada por el PIT-CNT es el 17% de los trabajadores en relación de dependencia (públicos y privados), que son la mitad de los afiliados a los sindicatos

El movimiento sindical uruguayo atraviesa una de las etapas más difíciles de su historia. En principio la central sindical es una organización de segundo grado que agrupa básicamente a personas que trabajan en relación de dependencia, ya sean funcionarios públicos o asalariados privados. La representatividad de la central sindical puede medirse de diferente manera: por la cantidad de afiliados, por el porcentaje de gente que se considera representada por el PIT-CNT o por las respuestas que obtiene en sus movilizaciones (marchas, concentraciones, paros). Las dos primeras mediciones pueden hacerse mediante encuestas, la última requiere otras técnicas.
En la medida en que el movimiento sindical agrupa fundamentalmente a trabajadores públicos y privados en relación de dependencia, el conjunto al que puede llegar constituye el 40% del total de personas de 15 años en adelante. El 60% restante está compuesto por quienes trabajan por su cuenta (trabajadores independientes, profesionales, empresarios) y por los que no integran la población económicamente activa (jubilados, pensionistas, estudiantes que no trabajan, amas de casa). Ese conjunto de trabajadores asalariados está constituida una cuarta parte por funcionarios públicos y las otras tres cuartas partes por asalariados o ex—asalariados privados (conviene recordar que en la actualidad en la actividad privada por cada tres personas que tienen empleo total o parcial, hay otra que busca trabajo y no encuentra)

El total de afiliados a sindicatos es entre el seis y el siete por ciento del total de personas en edad de trabajar, lo que equivale a poco menos de lo quinta parte del total de personas que trabajan en relación de dependencia. En otras palabras, está sindicalizada la quinta parte de las personas en condiciones de hacerlo.

Pero es diferente el ser afiliado que el sentirse representado por el PIT-CNT. Un individuo puede estar sindicalizado y no sentirse representado por la conducción del movimiento obrero, o a la inversa, ser un trabajador no agremiado pero sentir que el movimiento sindical lo representa. Más aún, puede haber y hay jubilados, pensionistas, amas de casa, estudiantes y trabajadores independientes que sin tener vinculación orgánica con el PIT-CNT ni trabajar en relación de dependencia, se sienten representados por el mismo. Este tipo de representación surge de responder afirmativamente a la pregunta "¿se siente representado por el PIT-CNT?" e implica lo que se llama una representación fiduciaria, es decir, por medio de la confianza. Esta representación fiduciaria la deposita en la central sindical el 15% del conjunto de la población en edad de trabajar y el 17% del total de trabajadores públicos y privados en relación de dependencia. La gran mayoría de la población en edad de trabajar no se siente representada por la central, ni tampoco la gran mayoría de los trabajadores en relación de dependencia. Entre los afiliados a los sindicatos integrantes del PIT-CNT, la mitad siente que la central sindical lo representa y la otra mitad siente lo contrario.

A nivel político surge con claridad que hay mayor confianza en el PIT-CNT entre los frenteamplistas (el 27% se siente representado) que entre los colorados (7%) y los blancos (4%). Pero el que haya más confianza entre los frenteamplistas que entre los simpatizantes de los otros partidos, no quiere decir genéricamente que los frenteamplistas se sientan representados por el PIT-CNT, sino más bien lo contrario. La mayoría de los frenteamplistas (63%) no se siente representada por la central sindical mientras otro 11% no tiene opinión formada sobre el tema.

Publicado en diario El Observador
enero 20 - 2002