La
reforma educativa
Oscar
A.
Bottinelli
Este es un sondeo que se
realiza en todo el país,
tanto urbano como rural, a
personas de 15 años en
adelante, y comprende distintos
ángulos. Uno de ellos es
una pregunta genérica
sobre la reforma educativa, otro
es la personalización de
la reforma educativa en la figura
de Germán Rama, y luego la
situación de la
enseñanza.
Hoy vamos a encarar la
opinión sobre la reforma
educativa, qué
opinión tiene la gente de
la reforma educativa, dicho
así, genéricamente.
La reforma educativa es muy
compleja, tiene aspectos que
afectan a la enseñanza
primaria, otros que afectan a la
enseñanza media, pero se
le hace a la gente una pregunta
global en la materia.
A setiembre de este
año se recogió lo
siguiente: una aprobación
del 29%, una desaprobación
o juicio negativo del 31%, un
juicio neutro -ni bueno ni malo-
del 17%, no opina el 23%. Eso
arroja un puntaje de 41 puntos en
la escala de cero a 100 del
Indice Factum: 29 a favor, 31 en
contra, 41 puntos, un puntaje que
permite decir que globalmente la
opinión pública da
un juicio neutro sobre la reforma
educativa.
En relación a un
año atrás, los
juicios positivos aumentaron seis
puntos, de 23 a 29. Los juicios
negativos aumentaron de 27 a 31,
cuatro puntos. Los juicios
neutros quedaron igual y lo que
bajó fue el no opina.
Globalmente hubo un aumento en el
Indice Factum por esta baja del
no opina, de 37 puntos a 41. Es
decir que la reforma pasa de un
juicio neutro levemente negativo
a tener un juicio promedialmente
neutro y mejorando más los
juicios positivos que los
negativos. Prácticamente
se puede decir que en el
país cerca de la cuarta
parte no opina. Dentro de los que
opinan se equilibran los que dan
opiniones positivas con los que
dan opiniones negativas, con una
pequeñísima
diferencia a favor de los que
opinan negativamente.
Esto es el juicio de todo
el país. En la reforma
educativa, con mucha más
intensidad que en los
demás temas, es muy fuerte
la diferenciación en la
emisión de estos juicios
en función de la
inclinación
política de la gente.
Hemos visto todo un conjunto de
temas, algunos de ellos bastante
alejados de lo que es la
conducción del Estado, la
toma de decisiones
políticas, y de las
distintas variables sociales,
sociodemográficas o
sociopolíticas, la
pertenencia política, la
adhesión política
es de las variables donde mayor
diferenciación de
opiniones se da en la gente. En
el caso de la reforma educativa
esto tiene una particular
acentuación.
Recordemos que el puntaje
en el Indice Factum para todo el
país es de 41 puntos. Los
colorados, en esta escala de cero
a 100 están otorgando 58
puntos a la reforma educativa,
las personas que hoy se inclinan
por el Partido Nacional 50 puntos
y los del Nuevo Espacio 55
puntos. Más o menos,
tenemos un rango de 50 a 58
puntos entre colorados, blancos y
nuevoespacistas, con un mayor
puntaje de los colorados. Los
frenteamplistas le otorgan 27
puntos, un juicio fuertemente
negativo a la reforma, mientras
que las otras tres fuerzas
políticas le otorgan un
juicio levemente
positivo.
Si vemos los niveles de
rechazo, de juicios negativos de
la reforma, casi no hay
diferencia entre blancos,
colorados y nuevoespacistas,
donde el nivel de juicio negativo
anda prácticamente en
todos en el 16%, 17% o 18%. Entre
los frenteamplistas, la
opinión negativa sobre la
reforma de la enseñanza es
del 53%. Acá hay
claramente dos visiones, pero nos
falta una quinta
categoría: los que no se
definen hoy por ninguno de los
cuatro partidos. El puntaje en
Indice Factum que otorga la gente
que no se define por
ningún partido a la
reforma educativa es exactamente
el mismo que el que le otorgan
los frenteamplistas, 27 puntos.
Quizás la diferencia es
que entre los no definidos hay
una opinión negativa un
poco más baja porque hay
opinión positiva mucho
más baja y porque hay un
no opina un poco más alto,
lo que de distinta forma llega al
mismo puntaje.
Tenemos una primera
conclusión fuerte: la
reforma educativa promedialmente
presenta un juicio neutro en el
país, pero este juicio
neutro es producto de dos juicios
absolutamente opuestos en
función de la
posición política
de la gente, que otorga una
postura levemente positiva de
blancos, colorados y
nuevoespacistas y una postura
extremadamente negativa, tanto
por parte de los frenteamplistas
como de las personas que no se
definen partidariamente por
ninguna de las cuatro grandes
opciones al día de
hoy.
Esto se refleja en la
visión que se puede tener
geográficamente. El Indice
Factum de Imagen es de 37 puntos
en la capital, mientras que en en
el interior es de 45 puntos. Es
mejor la imagen que hay en el
interior que la que hay en
Montevideo de la reforma
educativa. A nuestro juicio,
vista la diferenciación
fuerte que se produce desde el
punto de vista partidario,
más que una visión
diferenciada de Montevideo y el
interior sobre el tema
propiamente educativo, son las
diferenciaciones políticas
partidarias que presentan
Montevideo y el interior lo que
se refleja en la reforma
educativa, en la medida en que
hay muchos más
frenteamplistas en Montevideo que
en el interior y hay más
blancos y colorados en el
interior que en
Montevideo.
No existen diferencias
importantes en la visión
de la reforma educativa por nivel
socioeconómico. Los cuatro
niveles socioeconómicos
tienden a moverse en un rango muy
leve, con la particularidad de
que es un poco más bajo el
puntaje en los niveles medio y
bajo, y un poquito más
alto en los niveles alto y
semibajo.
En materia de
educación de la gente
sí hay una
diferenciación fuerte,
aunque también acá
puede decirse que esta diferencia
de juicios sobre la reforma
educativa por educación de
la gente está relacionada
con la diferencia en las
inclinaciones partidarias. La
gente con educación
primaria otorga 46 puntos a la
reforma, aquella con
educación secundaria le
otorga 40 puntos y aquella con
educación terciaria 30
puntos. A menor nivel educativo
es mayor el apoyo a la reforma, y
a mayor nivel educativo es menor
el apoyo a la reforma. Aunque
también es verdad que a
mayor nivel educativo hay una
mayor inclinación a la
izquierda y a menor
educación hay un mayor
apoyo a los partidos
tradicionales.
Concluimos afirmando que la
reforma educativa de 1996 a 1997
ha tenido una levísima
mejora en la opinión
pública. El juicio
globalmente es neutro. Se divide
en dos partes. De un lado,
levemente a favor blancos,
colorados y nuevoespacistas; del
otro, fuertemente en contra
frenteamplistas y no definidos.
Están claramente a favor
las personas con educación
primaria y claramente en contra
las personas con educación
universitaria; no hay muchas
diferencias por nivel
socioeconómico.
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