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La competencia
interna en la izquierda
EMILIANO COTELO:
El Encuentro Progresista-Frente Amplio (EP-FA)
encabeza las preferencias del electorado uruguayo con
el 49 por ciento de la intención de voto. Pero además
de la competencia que la izquierda tiene con blancos
y colorados, hay una competencia dentro de la
izquierda entre sus sectores y sus listas. ¿Cómo va
esa carrera, cuál es la posición de cada grupo?
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Hoy presentamos la última Encuesta Nacional Factum,
cerrada el 30 de mayo, con el análisis de su
director, el politólogo Oscar Bottinelli.
OSCAR A. BOTTINELLI:
En el EP-FA, como pasa en todos los partidos, hay en
principio dos competencias, una hacia el 31 de
octubre y otra hacia el 27 de junio. En tanto el
EP-FA tiene definidos los candidatos a presidente y
vicepresidente y las listas al Senado y Diputados son
producto de mecanismos internos de cada uno de los
grupos, la elección del 27 de junio solamente tiene
en la competencia entre los sectores un nivel
simbólico que es marcar un ranking relativo y la
carrera definitoria sigue hasta el 31 de octubre. Es
decir que las que estamos viendo son las cifras hacia
el 31 de octubre en un escenario donde vota la
totalidad de la ciudadanía, la totalidad del
electorado.
Medir las competencias internas, particularmente la
de la izquierda, siempre ha sido complicado, un tema
en el que las distintas consultoras rara vez
coinciden, entre otras cosas porque tiene una
estructura bastante complicada, son muchos grupos,
esos grupos no quedan referidos por un candidato
presidencial, que es lo que la gente visualiza con
mayor facilidad, y por otro lado no todos tienen la
misma forma de ser visualizados.
Hoy en la izquierda tenemos básicamente tres
tipologías de grupos: grupos claramente
personalizados, donde la referencia personal es el
elemento central para el votante, caso Mujica con su
Espacio 609, caso Astori con la 2121; grupos que
podemos llamar institucionalizados, de larga
trayectoria, en cuyo caso lo que pesa en la opción es
la institucionalidad, como el Espacio 1001 y la 90; y
grupos mixtos, entre los cuales se identifica
claramente la Vertiente, que es un grupo muy
institucionalizado, con un perfil muy nítido tanto
como Vertiente como como 77, pero por otro lado con
una figura muy fuerte y carismática, el arquitecto
Arana, por lo cual el voto al sector es una especie
de mezcla de las dos cosas.
En una encuesta influye mucho la forma de preguntar.
EC - ¿Cómo hacen ustedes en Factum, cómo preguntan
concretamente por este tema?
OAB - Las preguntas en las encuestas puerta a puerta
que hacemos están ayudadas por lo que se llama
tarjetas, que en verdad son hojas; presentamos una
especie de menú tipo Windows, con ventanitas
desplegadas, donde cada una es una opción; en el caso
del Frente van en rojo, azul y blanco, sobre uno de
los colores va el nombre de la persona (Arana,
Gargano, Mujica, Astori, etcétera), sobre otro va el
número y sobre el tercero el nombre institucional del
grupo, de modo que el votante tenga las tres cosas;
sin perjuicio de lo cual por separado se pregunta
sólo por números, sólo por figuras y sólo por los
nombres de los grupos. Es decir que tenemos cuatro
abordajes para llegar a estas cifras que suman el 49
por ciento que representa el EP-FA.
EC - De ese 49 por ciento que recoge como intención
de voto el EP-FA los distintos sectores contribuyen
con los siguientes porcentajes:
- Espacio 609 - Mujica: 14
- Espacio 90 - socialistas: 8
- Asamblea Uruguay - Astori - 2121: 6
- Vertiente - Arana - 77: 5
- Michelini - Nuevo Espacio - 99000: 3
- Espacio 1001: 2
- Alianza Progresista - Nin - 738: 2
- Otras listas: 1
- Indefinidos: 8
¿Cómo interpretamos estos datos?
OAB - Si se quiere ver los porcentajes dentro de la
izquierda, como la izquierda tiene prácticamente la
mitad, con un poco de aproximación duplicar estos
porcentajes y decir que la 609 tiene el 14 por ciento
del total del electorado o el 28 por ciento de la
izquierda es más o menos lo mismo.
El predominio de la 90, de los socialistas, fue
bastante claro hasta un poco antes de mediados de
2002; primer lugar que fue compartido a lo largo del
año siguiente, 2002-2003, con la 609; en el segundo
semestre de 2003 ya la 609 está un poquito por
delante y ahora se producen un claro despegue, que
este año ha sido bastante consistente, y una caída de
la 90 que primero compartió ese liderazgo con la 609,
luego quedó en un segundo lugar pero muy distanciada
de los demás y ahora está apenas por encima de Astori
y la Vertiente, que son los dos que la siguen.
Es decir que tenemos a Mujica claramente arriba, un
segundo escalón con la 90, algo más atrás Astori,
casi pegada la Vertiente -hace 15 días estaban
iguales- y luego un tercer escalón con Michelini, la
1001 y la Alianza Progresista.
Es importante que Michelini, que había estado
bastante flojo hasta hace un año, fue recuperando y
si consolida el nivel que tiene hoy prácticamente
está asegurando nuevamente su banca en la Cámara de
Senadores, cosa que no parecía segura hasta ahora.
Tenemos que tener claro que cada punto porcentual que
estamos manejando equivale a aproximadamente unos
23.000 votos y que un poquito más de 3 por ciento es
lo que se necesita para lograr en forma completa el
cociente de un senador.
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EC - Ese es el ranking de los distintos grupos
integrantes del EP-FA cuando la encuesta se realiza
pensando en la elección de octubre, o sea una
elección en la que el voto es obligatorio. Pero ¿qué
cabe esperar para las elecciones internas del 27 de
junio?
OAB - El problema para el 27 de junio es que, como
decía en la introducción, la izquierda no se juega
nada, no tiene nada en disputa, es una competencia
muy simbólica. Pero ojo, que sea simbólica no quiere
decir que no importe. El primer tema es externo, el
EP-FA está mucho menos motivado para ir a votar que
el Partido Nacional (PN), entonces un primer problema
que puede tener es que la desmotivación de la gente
lleve a que no sea la primera fuerza; la dirigencia
frenteamplista está agitando en este momento para que
los frentistas tomen conciencia de que si no van a
votar su partido puede salir segundo.
Un escenario más probable es que salga primero, pero
que no tenga sobre el segundo la ventaja formidable
que se ve hacia octubre. En este momento la izquierda
está 5 a 3 con el PN, pero no es tan claro que esto
se dé el 27 de junio, lo cual le daría un arranque un
poquito mellado hacia octubre. Así como en diciembre
tuvo un gran envión a favor, ahora tendría una
especie de bajón. Es verdad que no logró capitalizar
ese envión, y del mismo modo puede que el bajón
tampoco le cueste.
Entre los sectores el tema es que no es lo mismo el
poderío que pueden tener con una cantidad de votantes
menor en el conjunto de la izquierda. En general los
grupos más estructurados son los que más se
benefician de una baja votación, los grupos de más
opinión, sobre todo de opinión más distante, la de la
gente en su casa, poco predispuesta a actitudes
militantes, ni siquiera a ir a un acto, probablemente
tengan una caída fuerte. Entonces es de esperar que
el ranking de los grupos y su peso el 27 de junio sea
bastante diferente de este que estamos presentando
hacia octubre, lo cual no quiere decir que haya
cambiado el escenario hacia octubre, sino que es una
votación en un escenario distinto, como también fue
distinto, mucho más chico, el de mayo de 2002, cuando
se hicieron las elecciones internas del FA para
elegir las autoridades partidarias. En esa instancia
Asamblea Uruguay y la Vertiente aparecieron muy
debilitadas y la 1001 apareció muy fortalecida,
precisamente por la incidencia de la opinión o del
aparato de los respectivos grupos. Esto lo vamos a
ver el 27 de junio.
Lo que hoy aún parece difícil prever es si va a ser
alta o baja la concurrencia de la izquierda a las
elecciones. En 1999 proporcionalmente tuvo mucha
menos concurrencia que el Partido Colorado (PC), que
era el que tenía la interna más competitiva y más
interesante con la confrontación Batlle-Hierro.
Recordemos que estando en las encuestas de intención
de voto presidencial delante del PC en aquel momento,
el Frente salió segundo, después del PC. Es decir que
las internas presentan escenarios diferentes del de
las elecciones nacionales con voto obligatorio.
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