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La competencia
entre partidos a la segunda semana de octubre
EMILIANO COTELO:
Cuando quedan 17 días para las elecciones nacionales
Factum presenta la segunda encuesta del mes de
octubre realizada este fin de semana que pasó. El
politólogo Oscar Bottinelli, director de Factum,
analiza cómo continúa este último mes de campaña
electoral rumbo a las elecciones nacionales.
Empezamos con una aclaración.
OSCAR A. BOTTINELLI:
Hay que hacer una aclaración que tiene que ver con el
semanario Búsqueda de ayer. Como en esta época los
días importan mucho, de otro modo tardaría una semana
entera hacerla. Hay un error en los números referidos
a Factum. La confusión es muy lógica porque manejamos
muchísimas cifras ya que hacemos muchos cortes que
van desde los completamente decididos en un extremo
hasta una proyección de votos en otro, según los
distintos análisis en distintos medios. En lugar de
tomar la intención de voto actual, que es de 52, 31,
9, tomaron las cifras de los completamente decididos,
que son mucho menores para los tres partidos. En la
serie de intención de voto de setiembre y para
comienzos de octubre publican sólo los completamente
decididos, lo que aparece como una caída de todos los
partidos.
Ese error se debe seguramente a una confusión que se
produjo al manejar el cúmulo de cifras distintas que
damos. Hacemos la aclaración no porque no la vaya a
hacer el semanario Búsqueda, sino porque de otro modo
habría que esperar una semana entera para hacerla y
si no se hace ahora la gente podría confundirse.
EC - Hecha la aclaración, pasemos a los números de la
nueva encuesta.
OAB - La ficha técnica es más o menos la estándar: se
relevaron 896 casos, el grueso de la encuesta se
cerró el domingo 10 y se continuó hasta el miércoles
haciendo las últimas entrevistas que habían ido
quedando colgadas; es representativa del 100 por
ciento del país. La ficha técnica completa está en el
sitio de Factum. Es importante marcar que las cifras
de intención de voto a las que llegamos y lo que nos
permite proyectarlas un poquito más hacia adelante es
producto de 25 preguntas dirigidas a explorar desde
distintos ángulos de enfoque cómo ve la gente la
opción electoral actual, la historia electoral de los
votantes, simpatías y antipatías por los distintos
dirigentes, opiniones sobre ellos, opciones en
distintos escenarios.
EC - Las cifras al 10 de octubre son las siguientes:
- Encuentro Progresista - Frente Amplio: 52%
- Partido Nacional: 31%
- Partido Colorado: 8%
- Partido Independiente, redondea: 1%
- En blanco, anulado, otros partidos: 3%
- Sin definición: 5%
OAB - Como podemos ver, ha habido una escasísima
variación, estamos hablando de una semana comparada
con otra, aunque es una semana muy cercana a la
elección. La única variación ha sido un punto que
pierde el Partido Colorado (PC) que pasa a
incrementar el conjunto que hemos formado de votos en
blanco, anulados y a los otros cuatro partidos
(Partido Intransigente, Unión Cívica, Partido Liberal
y Partido de los Trabajadores).
Podemos descomponer estas cifras (y acá es donde
puede venir la confusión) entre las personas
completamente decididas y aquellas que hoy votarían a
determinado partido pero todavía no han terminado de
afirmar su voto, están en duda.
En el EP-FA el 52% se descompone en:
- Completamente decididos: 49%
- Dudosos (que hoy lo votarían pero todavía les falta
de afirmar el voto): 3%
En el PN el 31% se descompone en:
- Completamente decididos: 26%
- Dudosos: 5%
En el PC el 8% se descompone en:
- Completamente decididos: 7%
- Dudosos: 1%
EC - ¿Cómo han sido las variaciones si consideramos
un período un poco más largo, por ejemplo desde las
internas de junio?
OAB - Desde las internas tenemos lo siguiente: el
EP-FA ha estado 49-50 por ciento, saltó en octubre a
52 y se mantiene por segunda semana consecutiva en
ese nivel, lo cual es un dato, no fue uno de esos
picos que cada tanto se presentan.
El PN está en una banda de 30-32, que esté en 31
ahora no es demasiado preocupante.
El PC ha venido teniendo 13, 12, 11, 10, 9 y ahora 8,
lo cual está marcando un nivel de caída preocupante.
Es probable que vote por encima de esto de acuerdo a
quienes tienen simpatía por este partido, pero es un
nivel inimaginado a comienzos de este año.
También es importante ver para atrás en dos períodos.
Por un lado ver el quinquenio, es decir desde la
última elección nacional a hoy.
EC - ¿Qué se nota en ese período?
OAB - En ese período se notan tres fenómenos
distintos según los partidos, con un eje central
ubicado a mediados de 2002 que va desde la
devaluación hasta la crisis bancaria.
En el EP-FA tenemos un primer período durante el cual
se mantuvo el nivel de la votación de 1999, 44 por
ciento -suma del EP-FA más el Nuevo Espacio-,
moviéndose entre el 44 y el 46 por ciento. Recordemos
que la izquierda siempre se movió por encima del
resultado de la última elección; ha sido así desde
1971. Pero luego de la crisis saltó y pasó a
estabilizarse entre 49-50, por lo tanto el 49-50 con
que llegó hasta fines de setiembre no viene de los
últimos tres meses; salvo pequeñísimos movimientos
lleva dos años de estabilidad en esa franja. Este
dato es muy importante para ver la perspectiva
electoral.
El PN, como hemos visto muchas veces, estuvo
planchado en alrededor del 15 por ciento hasta casi
fines del año pasado, cuando se produjo el
vertiginoso ascenso que posiblemente lo lleve a tener
el mejor resultado de las tres últimas elecciones.
El PC empezó a caer enseguida de las elecciones, o
inmediatamente después del comienzo del gobierno.
Cayó del 32 que tuvo en las elecciones a 21 a
principios de 2002, ahí se produjo una segunda caída
al 15; estuvo estable en ese nivel hasta abril-mayo y
luego se produjo una nueva caída que arrancó en el
15, pasó al 14, al 13 y hoy llega al 8 por ciento.
Pero también es importante ver 40 años para atrás.
EC - ¿Por qué nos vamos tan lejos?
OAB - Bueno, de repente porque uno no es tan
chiquilín... Lo que ocurre es que a veces hay una
tendencia a sobreestimar los hechos puntuales en una
campaña electoral, a veces uno escucha análisis de
coyuntura que dicen: "Fulano perdió porque estornudó
cuando iba a hablar en la cadena de televisión", pero
resulta que cuando uno mira líneas de larga duración
llega a la conclusión de que estornudar o no, no
cambiaba el resultado.
Entre 1942 y 1996 los partidos tradicionales sumados
estaban cerca del 90 por ciento y los partidos no
tradicionales, de centro a centroizquierda e
izquierda, estaban en el 10. Desde 1966 a aquí se
produce este fenómeno: en todas las elecciones que
hubo desde entonces, incluyendo el pequeño espacio de
28 días entre octubre y noviembre de 1999, los
partidos tradicionales siempre perdieron
porcentualmente votos y la izquierda siempre creció
porcentualmente, sin una sola excepción, y terminaron
en el balotaje en 53 por ciento los partidos
tradicionales y 45 por ciento la izquierda, contra 54
a 44 de octubre.
Estamos hablando de 1966 a 1999, y vimos que el
fenómeno continúa, hoy ya se cruzaron las líneas y la
izquierda es más que los partidos tradicionales. En
estos 40 años hubo gobiernos de todo tipo, de todo
color, hubo períodos de crecimiento económico y
períodos de caída económica... Si viene un extranjero
que no tiene idea de Uruguay dice: en este país todos
los hechos ocurren en una sola dirección, como si
fuera lineal lo que pasa en la economía. Es un
fenómeno que hay que atender.
Queda claro que la crisis de 2002 no es el
desencadenante del crecimiento de la izquierda, sino
en todo caso como un acelerador de un proceso que
viene desde el año 1966. Tampoco es un creador de la
caída de los partidos tradicionales, sino en todo
caso un acelerador de una caída que también viene
desde 1966. No hay que perder de vista estas
perspectivas porque las explicaciones coyunturales
siempre son válidas pero sólo para explicar que en
medio de una tendencia un partido esté un par de
puntos más arriba o más abajo, no para explicar todo
el fenómeno.
***
EC - Además de la encuesta de intención de voto como
tal, que acabamos de repasar ahora, ¿ustedes van
midiendo cómo ve la gente, cómo reacciona ante hechos
fuertes que se dan en el devenir de la campaña?
OAB - Sí, vamos observando distintas cosas. Una de
ellas, por ejemplo -polémica que ya terminó-, fue el
tema de los debates. Hemos medido varias cosas, de
las cuales vamos a presentar rápidamente tres: qué
importancia tienen, por qué quiere debatir Larrañaga,
por qué no quiere debatir Vázquez.
EC - ¿Tenemos números a propósito de esas preguntas?
OAB - A propósito de las tres.
Qué importancia tiene para la gente el debate:
- Considera que es muy / bastante importante: 34%
- Que es poco o nada importante: 48%
- Más o menos: 10%
- No opina: 8%
Es decir, triunfa la posición de que es poco
importante el debate. Claro, uno se pregunta si esto
no tendrá algo que ver con lo que vota cada uno.
EC - Sí, los números se parecen bastante a los de los
tres principales partidos.
OAB - Más o menos. No hay que explorar demasiado para
decir que no es un mero parecido. Entre los
frenteamplistas los que consideran que el debate es
poco importante son el 69 por ciento y sólo el 17
considera que es importante. Y entre los blancos el
57 considera que es muy importante, aunque realmente
llama la atención que el 32 lo considere poco o nada
importante. Es decir, parece más sólidamente alineada
la posición de los votantes frenteamplistas que la de
los blancos. Aquí uno nota que no hay posturas
abstractas sobre qué bueno o qué malo es el debate,
sino que están muy correlacionadas con lo que se
vota: primero decido el voto y después veo si el
debate es importante según lo que haga mi candidato.
EC - Pero tú decías que habían hecho un par de
preguntas más.
OAB - Sí. La segunda pregunta era por qué Larrañaga
quiere debatir y la tercera por qué Vázquez no quiere
debatir. Se le dio cuatro opciones a cada uno que
tenían que ver con los perfiles de cada uno. La gente
consideró lo siguiente:
Larrañaga quiere debatir:
- Porque está perdiendo, es un manotón de ahogado
para salvarse: 36%
- Porque cree sinceramente que el debate ayuda a la
democracia: 25%
- Porque cree que así se asegura ganar: 13%
- Dice que quiere debatir pero en realidad no quiere:
6%
- No opina: 20%
Vázquez no quiere debatir:
- Porque está ganando y no quiere arriesgarse: 28%
- Porque cree sinceramente que el debate no
contribuye a nada: 24%
- Porque tiene miedo de perder: 15%
- Le da lo mismo debatir o no, pero busca enojar a
Larrañaga: 13%
- No opina: 20%
En general en los dos casos predomina la posición de
verlo desde el punto de vista de los resultados
electorales, uno quiere debatir porque está perdiendo
y el otro no quiere porque está ganando. El otro
ángulo tiene que ver con atribuirle sinceridad desde
el punto de vista de los principios: uno cree que
ayuda a la democracia y el otro que no contribuye a
nada. Las opiniones se dividen por mitades entre
atribuirlo a un cálculo electoral o a una postura
sobre el valor que esto le da a la campaña electoral.
EC - ¿Alguna conclusión final?
OAB - Desde el punto de vista de la elección
presidencial vemos que lo único que está en juego en
este momento, con estas cifras, con el 52 por ciento
para Vázquez, para el EP-FA, que se mantiene dos
semanas consecutivas después de haber estado dos años
estable en 49-50, es que se derrumbe por algún hecho
ese 3 por ciento de personas que hoy votarían al
EP-FA pero están dudosas. Lo normal, vistas
elecciones anteriores, es que los dudosos terminan
votando para el lado que van si no hay algún gran
acontecimiento que los impacte y los haga correrse.
Ahí está la clave de la elección: en si los
opositores a Vázquez lograrán algo, no para convencer
a su propia gente ni a los que no tienen definición
partidaria; con eso no cambian al resultado, el
resultado sólo puede cambiar si logran que los que
están ya votando a la izquierda pero con dudas
afirmen esas dudas y cambien el voto. En eso está
exclusivamente la posibilidad de un cambio del
resultado de la elección de aquí al 31, en estos 14
días que quedan de campaña electoral, ya que la misma
termina el jueves 28.
EC - Estos días hemos recibido la consulta a
propósito de qué manera puede incidir el voto de
quienes vienen desde el exterior a sufragar ese día,
ese tipo de categorías especiales de votantes.
OAB - Se puede decir que hay tres elementos que las
encuestas no toman en cuenta. Uno es una proporción
muy baja de la población, de alrededor del 1 por
ciento, que en las encuestas llamamos "hogares
colectivos", que no se cuentan: hospitales,
conventos, cuarteles, es decir los lugares donde la
gente vive colectivamente. Como nunca se encuestó esa
población, en principio se presume que su
comportamiento no es demasiado diferente del conjunto
de la población porque de otro modo hubiera provocado
cambios que no se han visto.
En segundo lugar, dos categorías: el voto oculto y el
voto silencioso. El voto oculto es el "no contesta",
que hemos procesado siempre y está contemplado, hay
una serie de elementos de la propia encuesta que
permite ver para dónde va el que no contesta.
El silencioso es el que rechaza la encuesta. Es el
que se produce cuando a una persona le golpean la
puerta, abre y dice: "No, gracias, no tengo tiempo,
no me interesa contestar encuestas". En estos días
hubo una ofensiva diciendo que el voto escondido va a
cambiar el resultado. La realidad es que el nivel de
rechazo que se tiene en las encuestas, que estamos
siguiendo muy atentamente, se sigue siempre, es
exactamente el mismo que hubo en 2003 y en 1999, es
una cosa constante. En 2003 el voto escondido no
cambió lo que venían dando las encuestas en relación
al Sí y el No de Ancap, y lo mismo podemos decir de
la elección de 1999.
Lo que podemos decir es que quizás toda la suma del
voto oculto y el silencioso en 1999 le dio un par de
puntos al PC cuando estaba en 32; es probable que en
un PC que está en el 8 todo ese voto oculto y
silencioso lleve a que en lugar de 8 sea 9, por
ejemplo, pero no hay que esperar más allá de esos
cambios.
Sobre el voto del exterior, seguramente viene mucho
más masivamente hacia la izquierda que hacia otros
partidos, puede tener una incidencia de algún punto a
favor de la izquierda. Pero uno tiene la sensación de
que salvo que la elección venga en niveles muy
reñidos, como fue el principio de 1996 o la elección
de 1999, en la que un decimal era un mundo, todos el
juego del voto del exterior y el voto silencioso, en
los grandes números terminan compensándose unos con
otros y no varía demasiado lo que estamos viendo. Lo
decimos con prudencia, no decimos que el impacto es
absolutamente cero, pero más o menos se compensan el
uno con el otro.
***
EC - Nos reencontramos el próximo martes.
OAB - El próximo martes, con nuevos datos de esta
misma encuesta.
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