Fidelidad e independencia
partidaria en el voto plebiscitario
Oscar A. Bottinelli

Durante este mes de enero venimos analizando las actitudes y motivaciones con respecto al plebiscito constitucional del 8 de diciembre. Hay un tema que ha sido una de las grandes interrogantes: ¿cómo votó la gente en cada partido? ¿Qué grado de fidelidad o de independencia partidaria tuvieron los votantes?

Recordemos que una cosa es comparar resultados electorales, en los cuales se toma como blanco, colorado o frenteamplista a todo el que votó en la elección del 94 a esos partidos y otra cosa es tener claro que no es lo mismo ser votante que ser una persona perteneciente a un partido político.

En principio, tenemos tres grandes categorías. Tenemos un 60% de la población del país que se siente perteneciente a un partido político. En otras palabras, es una persona que se define como blanca, como colorada, como frenteamplista o como nuevoespacista; tiene una pertenencia.

Hay un segundo nivel, que es el que nosotros tomamos en cuenta en este análisis, que es el que hoy está dispuesto a votar a ese partido. Es algo más que una pertenencia, pero es una persona que hoy se inclina por ese partido político.

Y hay un tercer nivel, que es el que lo votó en una elección. Por ejemplo, que lo votó en el 94, pero hoy no está dispuesto a votarlo. Es lo que uno llamaría "elector independiente", que oscila entre el 16% y el 20%.

Es decir que tenemos más o menos las tres quintas partes del electorado como perteneciente a partidos políticos; otro quinto, otro 20%, que sin sentirse perteneciente a un partido tiene orientaciones político-partidarias definidas, y otro quinto que es independiente, que no tiene orientación partidaria y en cada elección define su voto.

Es importante tener en cuenta estas cinco categorías: los colorados, los blancos, los frenteamplistas, los nuevoespacistas y las personas sin opción partidaria.

En el plebiscito del año pasado, votó aproximadamente la mitad a favor de la reforma y la otra mitad en alguna forma de rechazo (por NO, en blanco, anulado). Fue un poquito más del 50% por SI, un poquito menos del 50% por las otras opciones, pero en términos gruesos es mitad y mitad: 50% y 50%.

¿Cómo se dio esto entre los distintos partidos o entre los distintos sectores de pertenencia partidaria? En todo el país: aprobación 50%; rechazo, 50%.

- Colorados: votó por la aprobación de la reforma el 82% y por el rechazo el 18%.
- Blancos o personas inclinadas hoy por el Partido Nacional: aprobación, 77%; rechazo, 23%.
- Frenteamplistas u orientados hoy por el Frente Amplio o el Encuentro Progresista: aprobación, 11%; rechazo, 89%.
- Nuevoespacistas o personas inclinadas hoy por el Nuevo Espacio: aprobación, 70%; rechazo, 30%.
- Personas sin opción partidaria: por la aprobación de la reforma, 18%; por el rechazo, 82%.

Si realizamos una primera lectura de las cifras, vamos a ver cuál es el grado de independencia que tuvieron los cuatro partidos políticos. Tomando en cuenta a todo el país, tenemos que el 18% de los colorados votó distinto a su partido, así como el 23% de los blancos, el 11% de los frenteamplistas y el 30% de los del Nuevo Espacio.

Con estas cifras vemos que el rechazo logró la magnitud que tuvo por la independencia de blancos y colorados, que fue un poquito mayor que la de frenteamplistas, y la de los nuevoespacistas fue bastante más fuerte. Pero además -y esto es lo importante cuando se analiza cómo fue el voto-, porque cuatro de cada cinco, ocho de cada 10 personas sin opción partidaria votaron por NO. El NO está muy concentrado entre los frenteamplistas y las personas sin opción partidaria. Además, hubo más independencia entre los votantes del Nuevo Espacio que en los demás partidos y un poquito más en los partidos tradicionales que en el Frente.

Vemos que el Partido Nacional, que tuvo dirigentes -como el intendente de Cerro Largo- haciendo campaña activa en la línea contraria a su partido, no logró, sin embargo, tener una independización del voto mucho más fuerte que los colorados. Fue un poquito más: 23% en el Partido Nacional y 18% en el Partido Colorado. Y tampoco fue demasiado grande esta independización; fue de un quinto. Cuatro quintos siguieron la orientación partidaria.

El Frente Amplio -esto se veía en las encuestas- logró partidizar muy fuertemente su voto. De cada 10 frenteamplistas, nueve votaron junto con el Frente el rechazo a la reforma, y sólo el 11%, uno de cada 10, votó la aprobación de la reforma, votó en el sentido contrario.

El Nuevo Espacio tuvo el nivel más elevado de independización partidaria, que se sitúa en el 30%. Lo curioso -lo decíamos en programas anteriores del año pasado- es que mucha de esta gente no votó al Nuevo Espacio en el 94 y hoy se inclina por él, aunque no lo sigue en el plebiscito constitucional. Y aquí la explicación parece estar ligada a que es un nuevo partido, que no tiene historia, que por lo tanto no tiene pertenencias tan fuertes y que permite que la gente no sienta como una deslealtad o una ruptura partidaria el votar en forma diferente si hubiera elecciones nacionales y en un plebiscito constitucional.

¿Qué pasa entre Montevideo y el interior? Los colorados que votaron distinto a su partido fueron en Montevideo el 8% y en el interior el 25%. Este dato es muy interesante, porque puede avalar la teoría de que entre los colorados pesó la existencia de dirigentes locales y departamentales que acompañaron muy tímidamente al SI o se quedaron en sus casas o dieron señales en favor del rechazo a la reforma. Y estos dirigentes están básicamente concentrados en el interior del país.

En el caso del Partido Nacional, de los votantes blancos, el nivel de independencia de su electorado fue exactamente el mismo: 23% en Montevideo y 23% en el interior.

Entre los frenteamplistas es casi igual, pero hay un matiz. En Montevideo, los frenteamplistas que votaron a favor de la reforma y por lo tanto de manera diferente a su propio partido, representaron el 10%, mientras que en el interior fueron el 13%, un poquitito más.

En Montevideo votó diferente al Nuevo Espacio -es decir, estuvo en contra de la aprobación de la reforma- el 15% de los nuevoespacistas. En el interior fue casi la mitad, el 44% de los votantes nuevoespacistas votó por NO, anulado o en blanco. O sea que el nivel de independización del electorado del Nuevo Espacio en el voto plebiscitario estuvo muy centrado, muy sobre-representado en el interior del país.

Lo del Partido Nacional es interesante de marcar, además, porque mientras en Montevideo el Partido Nacional más bien tuvo dos conductas -los dirigentes que actuaron muy activamente y los que actuaron muy pasivamente-, no tuvo figuras de gran peso -y en Montevideo el gran peso por lo general son las figuras nacionales- o grandes aparatos que trabajaran por el NO. En el interior tuvo algunos dirigentes en una línea muy pasiva -como muchos intendentes y dirigentes del interior que no trabajaron por el SI-, hubo algunos que se pronunciaron explícitamente por el NO, aunque no hicieron campaña activa -como el de Treinta y Tres, Walter Campanella- y hubo intendentes como el de Cerro Largo, que se pronunció por el NO e hizo activa y decidida campaña por el NO, tanto en Cerro Largo como en Montevideo. Y el rechazo a la reforma obtiene el mismo porcentaje entre los blancos en Montevideo que en el interior, es decir, el 23%.

Entonces, lo que estamos viendo es, en primer lugar, que con algunos matices el nivel de fidelidad partidaria fue muy alto en este plebiscito, si observamos que el partido que logró menos seguimiento de sus partidarios fue el Nuevo Espacio y tuvo el 70% que lo apoyó. Y en los tres partidos con más adhesión, con más permanencia, con más pertenencia, como son el Frente Amplio y -por supuesto- ambos partidos tradicionales, lo más bajo es el 77% que se dio entre los blancos. Los otros porcentajes fueron 82 entre los colorados y 89entre los frenteamplistas.

La conclusión es que el voto se partidizó mucho y que los partidos siguen teniendo una muy fuerte convocatoria sobre sus seguidores. Logran, finalmente, más allá de dificultades iniciales, convencer a la gente para que siga la orientación de su partido. Entonces, no puede hablarse de que el plebiscito constitucional marcó una conducta diferente de los electores respecto a sus partidos. Lo que sí se puede señalar es que el nivel de independización que tuvieron los votantes en este plebiscito fue mayor que el que tuvieron en el referéndum de Ley de Empresas Públicas y mayor aún al del referéndum del amarillo y verde del 16 de abril del 89, de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado.

Lo otro que es significativo es que se actúa con muchísima independencia de los partidos y puede tener corrimientos muy fuertes para un lado o para el otro, ese bloque muy importante, que es un poco más de la sexta parte del país, que no tiene opción partidaria, que es un electorado absolutamente independiente. Tanto en el caso de un plebiscito como de un referéndum o de elecciones, estas personas, que son más de 350 mil, deciden y se vuelcan mucho hacia una opción, sobre todo si el resto se partidiza muchísimo.

Como resumen final en torno a la fidelidad e independencia partidaria en el voto del plebiscito, podemos decir que ha habido una alta adhesión, un alto seguimiento partidario, que en los tres partidos de larga historia puede trazarse entre el 77% y el 89% -77% en el Partido Nacional, 82% en el Partido Colorado y 89% en el Frente Amplio-. El que tuvo menor seguimiento partidario fue el Nuevo Espacio, con el 70%.

En segundo lugar, no fue igual la conducta de todos en Montevideo y en el interior. El Partido Nacional tuvo igual grado de adhesión en ambas zonas geográficas; el Frente tuvo un poco más de independización en el interior; el Partido Colorado tuvo muchísima más independización en el interior; y con respecto al Nuevo Espacio fue fortísima la independización en el interior y muy baja en Montevideo.

En tercer lugar, no hay que olvidarse de que en la definición de la aprobación o del rechazo a la reforma pesaron -y mucho- las personas sin orientación partidaria, que son casi la quinta parte del país. De esta gente, más del 80% estuvo en contra de la reforma, y esto pesó en más de 350 mil votos.

 

Publicado en radio El Espectador - programa En Perspectiva - espacio La Opinión Pública
Enero 24 - 1997