La difícil decisión del voto
del 8 de diciembre
Oscar A. Bottinelli

Hoy vamos a culminar este ciclo que llevó todo el mes de enero sobre motivaciones de las actitudes de la gente en el plebiscito constitucional del pasado 8 de diciembre. Vimos por qué la gente había votado por SI y por NO, qué grado de fidelidad o independencia había tenido en relación a sus partidos políticos, qué percepción tenía sobre dirigentes beneficiados o perjudicados por el resultado electoral. Hoy vamos a ver en qué momento decidió la gente su voto de manera final, si mantuvo o cambió la decisión, y cuánto le costó tomar esa decisión.

¿En qué momento decidió su voto la gente? Recordemos que la encuesta fue hecha a la semana del plebiscito, el 14 y 15 de diciembre del año pasado, cuando la gente tenía muy claros sus recuerdos. Se hizo en todo el país, tanto urbano como rural, a quienes votaron ese día en ese acto electoral. El mismo día del plebiscito decidió su voto el 13%; uno o dos días antes -el sábado o el viernes- el 9%; en la misma semana, el 11%; durante la campaña electoral, el 35%; desde que se aprobó la ley, el 31%; y hay casi un 1% que no tiene claro cuándo decidió el voto.

El 13%, una de cada ocho personas, se decidió ese mismo día. Pero durante la llamada veda fue el 22%; es mucho más que uno de cada cuatro que decide el voto ya terminada la campaña electoral, terminada la propaganda, en la veda, y si agregamos toda la última semana tenemos que el 34% decidió finalmente el voto en los últimos siete días. Y acá es interesante marcar una cosa: en la encuesta que nosotros hicimos el primero de diciembre, que difundimos aquí el día martes tres, nos daba que el nivel de indecisos más el nivel de dudosos por el SI y por el NO estaba en ese porcentaje, alrededor del 36%. Así que esto confirma que el nivel de indecisión y de duda era ése. Teníamos 26% de indecisos, 5% de dudosos por el SI y 5% de dudosos por el NO. En total, 36%. Y acá tenemos que el 34% declara que decide su voto finalmente en la última semana. Coinciden las cifras. Eso es importantísimo: más de uno de cada tres vuelca su decisión prácticamente en el último momento.

En la elección del 94 los que decidieron su voto en la última semana no llegaban al 5%. Esta es una comparación interesante. En una elección, la gente madura el voto a lo largo de cinco años y termina madurándolo a lo largo de meses, muy sobre la fecha, en la última semana o en los últimos 15 días. Acá, el 8 de diciembre, una de cada ocho personas se levantó sin saber qué iba a votar, y de ahí hasta que cerraron el sobre elaboraron la decisión.

Es muy interesante: tenemos un país dividido en tercios. Un tercio ya decide el voto con la aprobación de la ley, tiene una pre-decisión, se puede decir casi que es previo al proceso parlamentario. Un tercio se va decidiendo a lo largo de esas siete semanas de la campaña electoral, y un tercio se decide en la última semana. Lo más importante es que el grueso de ese tercio, más de la mitad de ese tercio lo hace durante la veda, el 22% de los uruguayos decidió su voto después de haberse cerrado la propaganda, los mensajes, la campaña electoral, en lo que se llama la jornada de reflexión. Y todavía -lo repito porque es un dato muy importante- un 13% lo hizo el mismo día, se levantó el 8 de diciembre sin tener decidido qué iba a votar.

Vimos en qué momento la gente decidió el voto: un tercio al aprobarse la ley o antes, un tercio durante el grueso de la campaña electoral y otro tercio durante la última semana. Es decir, 11% en la semana, 9% el viernes o el sábado, y 13% el mismo domingo 8 de diciembre.

Una vez que tomó una decisión, la primera vez que decidió qué iba a votar, ¿mantuvo hasta el final la decisión o la cambió? Recordemos algunas cifras. Nosotros teníamos en las encuestas, sobre todo durante las seis primeras semanas, que cerca de la mitad no tenía decisión, tenía una indecisión total -no nos olvidemos que estuvo en 36% o 38% durante prácticamente cinco semanas y muy poquito menos en la sexta semana- y además, dentro de los que habían decidido, había más de un 10% que tenía dudosa la orientación. Es decir, no era una decisión sino una proclividad al SI o una proclividad al NO.

De los que decidieron, que fueron decidiendo a lo largo del tiempo, el 89%, una vez que tomó la decisión, la mantuvo. Pero un 7% -y esto es interesante- tomó una decisión; no era indeciso ni dudoso, había decidido que iba a votar una opción y la cambió, es decir que no sólo tuvimos indecisos y dudosos sino hasta un 7% que cambió el voto y, en general, el cambio fue más a favor del rechazo que en sentido contrario. Es decir, la gente que había decidido votar por SI y luego cambió hacia el NO fue mucho más que el camino en sentido contrario.

Hay, finalmente, un 4% que no sabe si mantuvo o cambió el voto. Posiblemente son de los que anduvieron indecisos durante mucho tiempo para un lado y para el otro. Entonces, importa primero que tuvimos un nivel de decisión tomada por la gente de sólo el 31% en el momento en que se aprobó la ley, que llegó -una semana antes- al 66% y en los días sucesivos fue aumentando. Ese 66% llegó al 77%, luego aumentó -el viernes y el sábado- al 87%, y el mismo domingo recién se completó el 100% de la decisión de la gente.

Cuando la gente toma una decisión, en general, la mantiene. Pero aún así hubo un 7% que claramente cambió la decisión y un 4% que no sabe o no contesta. Es decir que un 11% no mantuvo esa decisión inicial con absoluta firmeza y claridad.

Habíamos visto entonces que la gente decidió su voto de la siguiente manera: un tercio desde la aprobación de la ley, un tercio durante la campaña y un tercio en la última semana, del cual un 22% lo hizo durante la veda. Y de estos, a su vez, la mayoría lo hizo el día del plebiscito. Y también que el 11% no mantuvo la decisión que había definido la primera vez y cambió su voto.

Esto marca que la decisión no fue fácil, aparentemente. Se preguntó a los encuestados: "¿Le costó mucho tomar la decisión ?".

Le costó mucho al 11%, le costó bastante al 15%, le costó poco al 31%, dijo que no le costó nada el 42% y no sabe si le costó o no al 2%. Digamos que el 26% de los uruguayos considera que ésta fue una decisión complicada, difícil, mientras que el 73% entraría en los que consideran que la decisión fue relativamente fácil o relativamente cómoda.

No hay diferencias entre los que optaron por la aprobación o los que optaron por cualquiera de los tres caminos del rechazo. Más o menos el mismo porcentaje de los que consideran que fue cómoda consideran que fue complicada la toma de la decisión y, según la opción partidaria, los que consideraron más fácil o menos complicada o más cómoda la decisión fueron los frenteamplistas. A prácticamente el 80% de los frenteamplistas la decisión les costó poco o nada. Fue un poquito más complicada para blancos y colorados, aunque no demasiado. Un 70% de los blancos consideran que fue poco complicada, así como un 74% de los colorados. En cambio, fue más complicada para los nuevoespacistas: para el 60% de ellos, la cosa fue fácil y para el 40% fue muy o bastante difícil tomar esa decisión.

Es interesante el caso de las personas sin opción partidaria, porque el 70% considera que le costó poco o no le costó nada tomar la decisión y que esta decisión fue hacia algún camino de rechazo a la reforma constitucional.

Como conclusión final, entonces, diríamos que los uruguayos se decidieron bastante tardíamente. Una vez que tomó la decisión, el 11% no la mantuvo, la cambió, osciló o anduvo por ahí, y más de la cuarta parte dice que le costó mucho o le costó bastante tomar la decisión de lo que iba a votar. Es interesante que en estas tres cosas -en qué momento decidió, si mantuvo o cambió el voto, si le costó tomar la decisión- no hubo demasiadas diferencias entre los que estuvieron a favor y los que estuvieron por cualquier opción de rechazo a la reforma. No hubo demasiadas diferencias entre blancos, colorados, frenteamplistas, nuevoespacistas o personas sin opción partidaria. Quizás las dos diferencias radiquen en que la gente del Nuevo Espacio fue a la que le costó más tomar la decisión y en que hubo más cambio de voto desde el SI hacia el rechazo que en sentido inverso.

De esta manera, concluimos estos cinco programas sobre actitudes, motivaciones y explicaciones a la forma en que la gente actuó en el plebiscito constitucional del 8 de diciembre del año pasado.

Publicado en radio El Espectador - programa En Perspectiva - espacio La Opinión Pública
Enero 31 - 1997