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Los
uruguayos y la religión
Hay
puntos de vista bastante divergentes sobre la relación
entre los uruguayos y la religión. Existe una idea
dominante que es un país muy laico o de baja
religiosidad, al menos comparado tanto con los países
eurolatinos como con los iberoamericanos. Pero hay
fuertes discrepancias a la hora de medir y valorar
ese nivel de religiosidad o de relación con la
relación. En las diferencias a veces hay posturas
ideologizadas, en que las conclusiones apuntan a
fortalecer el propio punto de vista, pero otras veces
las divergencias son producto de los difícil que es
estudiar el tema. Y el desafío lo ha emprendido
Factum desde 1992 en un estudio a la opinión pública
de carácter permanente.
Algunas
dificultades y varias distinciones que a continuación
se hacen pueden parecer bastante obvias, y sin
embargo en lo tenerlas en cuenta son parte de las
confusiones. No es lo mismo no adherir ni simpatizar
con ninguna religión que no creer en Dios, en las
distintas formas que puede asumir la no creencia (ateísmo,
agnosticismo, escepticismo). Existe una porción
sginificativa del país que no adhiere a religión
alguna pero en cambio manifiesta con absoluta
claridad creer en Dios o en alguna forma de ser
superior. Y dentro de este campo aparecen dos
tendencias: quienes se definen simplemente como
creyentes sin religión, y quienes asumen una
autodefinición genérica de cristiano y la expresa
clarificación que no pertenecen o simpatizan con
ninguna religión. Este conjunto de personas que se
puede calificar sin pertenencia religiosa o sin
religión puede pues verse a través de tres grupos:
los no creyentes, los creyentes sin religión y los
cristianos sin religión (es decir, que no simpatizan
ni adhieren a ninguna institución religiosa o religión
estructurada). Estos grupos globalmente represenbtabn
el 36% del país, formado por un 16% de no creyentes,
12% de creyentes sin religión y 8% de cristianos sin
religión. Es interesante señalar que estos
porcentajes se mantienen bastante estables a lo largo
de la década.
La
definición de católico es la más compleja. Para
empezar hay personas bautizadas en el catolicismo que
no se consideran católicas. Por otro lado la
autodefinición de católico no está relacionada en
la mayoría de los casos con una relación directa
con la Iglesia, como concurrencia con alguna
frecuencia a misas, o relación regular con el cura
de su parroquia (o la que deberái ser su parroquia).
Pero además aparece un sector ambivalente de
personas que practican cultos sincréticos de raíz
africana o con presencia de elementos afros, y sin
embargo se autodefinen como católicos y se
relacionan con la Iglesia al menos en tres momentos
fundamentales de la vida: el nacimiento, el
matrimonio y la muerte. Es muy bajo el porcentaje de
personas que declaran adhesión a religiones o cultos
sincréticos, lo que admite tres explicacoiones: que
su religión sea el catolicismo y el culto lo vean
como complementario o al menos como no opuesto; que
el culto no sea visto como una religión; y que el
culto o religión sincrética se considere
socialmente no aceptada y por tanto se oculte su
pertenencia o participación en ella.
Por
su parte, las religiones cristianas no católicas
suponen el agrupamiento de cosas muy divergentes,
como las viejas igleias evangélicas de larga data en
el país (metodistas, valdeneses), eligiones que
desde algunas décadas atrás van logrando creciente
penetración en los niveles socioeconómicos
semibajos y bajos, particularmente en el interior,
como los mormos y los Testigos de Jehová, y
religiones nuevas (algunas de ellas con procesos muy
rápidos de creación, extinción, fusión) cuyo
elementoi central de convocatoria son los medios de
comunicación.
En
el análisis de los uruguayos con la religión, es fácil
visualizar dos páises, uno metopolitano y otro que
cubre todo el resto del interior, sin demasiadas
dentro del cual también hay una distinción entre el
país urbano y el país rural. Algunos datos. La no
pertenencia a ninguna religión es el 41% en el área
metropolitana y el 29% en el interior puro; los
definidos como católicos son el 52% en el Gran
Montevideo y el 61% en el resto del país; los no
creyentes son casi la cuarta parte del país
metropolitano y la undécima parte del interior. En
general la pertenencia a religiones, la creencia en
Dios, la definición como cristiano y la adhesión al
catolicismo son más fuertes cuanto mayor es la edad,
menor es el nivel socioeconómico y, menor el nivel
de instrucción formal. A su vez las pertenencias y
creencias es más fuerte en las mujeres que en los
hombres, y más fuerte en el país rural, algo menos
en el interior urbano y mucho menos en el
metropolitano.
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