La mitad se casa

Seis de cada 10 mayores de 15 años viven en pareja, de los cuales uno lo hace en forma de unión libre y cinco como matrimonio legal. Los solteros que viven sin pareja son la cuarta parte del total

Cuando a alguien le preguntan el estado civil, siente que lo interrogan sobre su situación de pareja. Desde el punto de vista legal hay cuatro situaciones posibles: soltero, casado, viudo y divorciado. Pero resulta que en muchos registros se ha incorporado una nueva categoría denominada unión libre, la cual figuró en el último censo nacional de población, el de 1996; si la información de que se dispone no es errónea, el primer registro oficial que incorporó la unión libre como una categoría del estado civil fue el de la Universidad de la República, en sus censos, hace como 40 años.

El problema es que mientras soltero, casado, viudo y divorciado son situaciones estrictamente definidas por la ley, certificables, la unión libre es una situación de hecho. La unión libre se define como una pareja estable que vive en forma similar a un matrimonio. Es decir que además del vínculo afectivo existe una convivencia bajo el mismo techo y se cocina en una olla común (el presupuesto de gastos del hogar es común a la pareja).

Y en los hechos, con independencia de cuál es la situación legal, en principio hay también cuatro situaciones posibles: que la persona viva sola y nunca haya tenido pareja, que viva en pareja, que viva sola después de la terminación de una pareja por separación, o que viva sola por muerte de la pareja.

En realidad desde un punto de vista técnico, esta forma nueva de clasificar los estados civiles en cinco categorías es errónea, pues mezcla dos criterios en la clasificación (dos variables, en la terminología de las ciencias sociales): cuatro de las categorías son definidas por la situación legal, y una de ellas (la unión libre) por la situación real.

Una mejor forma de tomar el problema es combinar las dos variables, las dos formas de definir las situaciones, la legal y la real. Así surgen ocho categorías de personas:

Soltero: nunca se casó ni tampoco vivió en pareja estable.

Casado: contrajo matrimonio legal y vive con su cónyuge legal

Unión libre: vive en pareja estable, sin haber contraído matrimonio con su pareja; desde el punto de vista legal puede ser soltero, viudo o divorciado, o también puede ser casado pero con una persona diferente a su actual pareja.

Divorciado: vive sin pareja estable y está legalmente divorciado de un matrimonio anterior.

Separado de matrimonio: vive sin pareja estable pero está legalmente casado, separado de su cónyuge.

Viudo de matrimonio: vive sin pareja estable, murió su cónyuge y es de estado civil legal viudo.

Separado de unión libre: vive sin pareja estable por haberse separado de una unión libre.

Viudo de unión libre: vive sin pareja estable por muerte de su última pareja, con la cual convivía en unión libre.

Además no hay que olvidar que una persona puede tener (y la mayoría tiene) varios estados civiles a lo largo de su vida y normalmente al menos dos o tres situaciones de pareja (vivir solo hasta determinada edad, luego vivir en pareja y más adelante volver a vivir solo por viudez). Por tanto, en la clasificación se toman la situación conyugal real y la legal actuales.

Entre los menores de 30 años casi los dos tercios permanecen solteros y sin compromiso, mientras que el resto se divide prácticamente en partes iguales entre quienes están casados y quienes viven en unión libre. Los solteros y sin pareja son proporcionalmente más en Montevideo que en el interior, y casi el doble entre los mayores de 60 años que entre los adultos medios (las personas de 30 a 60 años). La proporción de parejas informales es más alta en el interior que en Montevideo y crece cuanto más bajo es el nivel socioeconómico.

En principio surgen dos perfiles de las personas que componen uniones libres. Uno es el de la gente joven, menor a 30 años de edad, en que el no casarse puede considerarse una concepción ideológica o un estilo de vida.

El otro perfil es de personas de diferentes edades, de niveles socioeconómicos bajo y semibajo, residentes preferentemente en el interior del país, en que la informalidad en la pareja se asocia con otros componentes de informalidad en su vida.

Publicado en diario El Observador
abril 28  - 2001