La hora de las noticias

El del canal 4 es el informativo preferido por los uruguayos. En Montevideo están los tres casi empatados: el 4 y el 12 iguales y apenas detrás el 10

No es lo mismo la preferencia por un programa de televisión que la audiencia del mismo, el famoso "rating". Preferencia es, como lo define la Real Academia Española de la Lengua: "primacía, ventaja o mayoría que una persona o cosa tiene sobre otra, ya en el valor, ya en el merecimiento". Mientras que audiencia, en la definición de la Real Academia y en relación a este tema: "conjunto de personas que, en sus domicilios respectivos o en lugares diversos, atienden en un momento dado un programa de radio o televisión". Cuando se mide la preferencia de un programa de radio o televisión lo que se obtiene es el porcentaje de personas que se inclinan por él, que más les gusta en comparación con otros programas. Cuando se mide la audiencia lo que se obtiene es el conjunto de personas que en un momento determinado escucha o mira ese programa.

La preferencia y la audiencia no necesariamente tienen que coincidir. Una persona puede preferir el informativo del canal, y ver ese informativo todas las veces que puede hacerlo, pero resulta que sólo llega a su casa a esa hora una vez por semana; en cambio otra persona puede preferir otro informativo y a su vez estar disponible para verlo todos los días. Otro caso: una persona puede ver los tres informativos privados a la vez, lo que es bastante común mediante el famoso "zapping". Pero que vea los tres no quiere decir que prefiera a los tres.

La medición de preferencia es una clásica encuesta de opinión pública, hecha de la misma forma en que se miden otros tipos de preferencias, como en materia de partidos políticos, líderes partidarios, candidatos o religiones. La audiencia de televisión se mide en forma electrónica, exclusivamente en Montevideo, en una muestra reducida de hogares. Esta técnica es altamente confiable, si la muestra está bien realizada, en cuanto a la audiencia por hogares. Es algo más endeble al medir la audiencia por individuos, pues el registrar si un individuo está o no mirando la pantalla requiere de su intervención (activar o desactivar un botón que lo identifica).

Un cambio fuerte que se dio en Uruguay en los últimos ocho años fue la extensión al interior, vía cable, de los informativos de los tres canales privados capitalinos. Hasta entonces, el interior disponía solamente de la Red Televisora Color y, en algunos lugares, del SODRE (Sistema Nacional de Televisión). Desde entonces comenzó un proceso que llevó a que hoy haya algún tipo de televisión codificada en cuatro de cada 10 hogares, lo que aumentó notablemente la penetración tierra adentro de los tres canales montevideanos. A la inversa, los informativos nacionales sufren la competencia de los canales de cable.

Hoy la preferencia en Montevideo y en el interior es claramente diferente. En la capital los informativos de los canales 4 y 12 obtienen el 30% de las preferencias cada uno, seguidos a centímetros por canal 10, con el 27%. Más o menos es un triple empate. En cambio en el interior los noticieros de canal 4 aventajan en preferencia a los otros dos canales sumados. Canal 4 obtiene el 36% de las preferencias frente a un 14% de canal 10 y un 18% de Teledoce. En los cinco años de la serie presentada, la ventaja constante de Montecarlo TV es producto de un claro predominio en el interior, mientras que en la capital las predilecciones son más parejas entre las tres señales. En el interior la Red Televisora Color, cuyo informativo compendia noticias de las tres cadenas nacionales privadas (4, 10 y 12) logra una adhesión del 15%. Y mientras la suma de SODRE y Señal 1 logran el 3% en la capital, duplican las predilecciones afuera, al lograr el 6%. A escala nacional Montecarlo TV logra más preferencias cuanto más joven es la gente. A la inversa, Teledoce aumenta las predilecciones a mayor edad y Saeta TV no presenta diferencias por edad. Canal 4 aumenta la simpatía en los niveles bajos, canal 10 en los niveles altos y Teledoce en los medios y medio altos.

Publicado en diario El Observador
junio 23  - 2001