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Las camisetas
Los colorados son algo más
peñarolenses, los blancos un poco más nacionalófilos
y los frenteamplistas acentúan la adhesión a los
chicos
Existe una idea
generalizada de que los colorados son peñarolenses y
los blancos son nacionalófilos; o a la inversa, que
los simpatizantes de Peñarol son colorados y los de
Nacional, blancos. Esta percepción aparece
robustecida por el hecho de que los presidentes de
Peñarol y la abrumadora mayoría de sus directivos son
de filiación colorada, y algunos de ellos de singular
gravitación política. Por otro lado, tiempo atrás se
dio un período extenso de presidentes de Nacional de
filiación blanca. Sin embargo, el actual presidente
de la República es nacionalófilo y el presidente del
Club Nacional de Fútbol fue candidato colorado a la
Vicepresidencia de la República. Esto serviría para
decir que no es tan clara la relación entre política
y fútbol en los nacionalófilos, pero que estos datos
a nivel directivo no desmienten la relación
peñarolense colorada. Pero lo que sí clarifican es
que hay colorados —y de envergadura— en ambas
instituciones grandes del fútbol uruguayo.
A nivel global de la
población la situación es más matizada. En principio
puede afirmarse que entre frenteamplistas, colorados,
blancos, nuevoespacistas e independientes hay un
elevado porcentaje de peñarolenses y nacionalófilos y
un bajo o relativamente bajo porcentaje de
simpatizantes de cuadros chicos, o como se ha puesto
de moda decir, de "instituciones en desarrollo". Lo
que hay es diferencia de énfasis, que marcan que haya
un poquito más o un poquito menos de simpatizantes de
un club.
Por ejemplo, los
frenteamplistas son (promedio del tercer trimestre
del año) el 43% de la población residente en Uruguay
con un mínimo de 15 años de edad. Los frenteamplistas
son también el 43% de los peñarolenses y el 43% de
los nacionalófilos, lo cual quiere decir que la
representación es estadísticamente perfecta, sin
ningún tipo de sesgo. En cambio, entre los
simpatizantes de los cuadros chicos los
frenteamplistas son el 54% y entre quienes no
simpatizan con ningún club son el 35%. En otras
palabras, hay una mayor proporción de frenteamplistas
entre la gente de cuadros menores y una menor
proporción al promedio. Puede decirse que entre los
frenteamplistas hay un sesgo favorable a las
instituciones en desarrollo y también un mayor grado
de adhesión a clubes, un menor nivel de indiferencia
clubística.
Los colorados son el
23% de la población, pero son el 25% entre los
peñarolenses, el 22% entre los nacionalófilos y el
17% entre los simpatizantes de los cuadros chicos.
Los énfasis son pequeños pero claros: hay un poquito
más de peñarolenses, una pizca menos de
nacionalófilos y bastante menos partidarios de
instituciones me-nores. Los colorados tienen el mismo
grado de adhesión y de indiferencia hacia los clubes
de fútbol que el promedio de la población.
Los blancos, por su
parte, son el 16% del país, pero son el 18% entre los
nacionalófilos, el 15% entre los peñarolenses y el 9%
a nivel de cuadros chicos. También son claros los
énfasis: un poco más de nacionalófilos, una pizca
menos de peñarolenses, bastante menos de partidarios
de clubes en desarrollo. Es interesante remarcar que
esta situación se ha mantenido incambiada a lo largo
de los últimos 10 años. A medida que ha ido creciendo
el Encuentro Progresista-Frente Amplio, ese
crecimiento se dio parejo entre nacionalófilos y
peñarolenses y fue un poco mayor entre los clubes
chicos. Colorados y blancos fueron cayendo tanto
entre peñarolenses como entre nacionalófilos, y de la
misma forma entre simpatizantes de las instituciones
chicas. Ese pequeño énfasis peñarolense de los
colorados ha sido de la misma dimensión tanto cuando
el Partido Colorado era el 30% de los uruguayos, como
ahora cuando es el 23%. Ese leve sesgo nacionalófilo
de los blancos se ha dado cuando el Partido Nacional
era el 30% de los uruguayos, cuando era el 22%, y
ahora que es el 16%. Y esa fuerte
sobrerrepresentación de frenteamplistas entre los
clubes chicos se da tanto ahora cuando el Frente
Amplio es el 43% del país, como cuando fue el 33%, o
más atrás todavía cuando fue el 24% |