Francia
'98: Uruguay
¿se clasifica o
no?
Hace poco menos de medio siglo, en
los añorados años cincuenta,
la discusión giraba en torno a si
Uruguay obtenía o no el
título mundial en Fútbol,
esperanza mantenida hasta el más
cercano año setenta, cuando
llegó a las semifinales en el
primer mundial que se realizó en
Mexico. Después las expectativas
bajaron sensiblemente: en el nivel
máximo fue aspirar a un pasaje
más allá del primer o
segundo turno, y más modernamente
las dudas y expectativas tienen un nivel
de modestia que nos empareja con
países de menor trayectoria
futbolística: llegar al Campeonato
del Mundo, o con mayor precisión
técnica, a la Ronda Final. Cada vez
es más frecuente para los uruguayos
ver de lejos los campeonatos del Mundo,
eligiendo algún otro país
como favorito sustituto: Suecia '58, el
doblete de Argentina '78 y España
'82, luego los pasados USA '94 y el riesgo
de un nuevo doblete de no ir a Francia
'98.
¿Cuáles son las
expectativas actuales de los uruguayos?
¿Y cómo han variado desde que
se iniciaron estas Eliminatorias? Las
preguntas fueron formuladas en todo el
país, tanto urbano como rural, a
personas de 15 años en adelante, en
la serie de investigaciones que Factum
Opinión Pública realiza en
forma permanente sobre fútbol y
deportes.
Uruguay hoy comparte el tercer lugar
entre cuatro equipos, pero queda sexto por
diferencia de goles. Con este panorama,
las expectativas de los uruguayos son:
Uruguay se clasifica seguro, opina el
13%
Probablemente se clasifique, 29%
Es tan probable que se clasifique como que
no, 16%
Probablemente Uruguay no se clasifique,
20%
Es seguro que no se clasifica, 16%
Y finalmente, no opina el restante 6%
Si agrupamos las respuestas, nos
encontramos con:
piensa que es probable o seguro que
Uruguay se clasifique, el 42%piensa que es
probable o seguro que Uruguay no se
clasifique, el 36%
el resultado es de una leve ventaja del
optimismo sobre el pesimismo de apenas
6%
Pero hay diferencias significativas entre
los distintos grupos de uruguayos. Los
habitantes de Montevideo son francamente
pesimistas (la diferencia es menos 14)
mientras que los residentes en el interior
son fuertemente optimistas (la diferencia
es más 21). Nacionalófilos y
peñarolenses son moderadamente
optimistas (más 6 y 7 por ciento,
respectivamente), mientras que los
simpatizantes de cuadros chicos son algo
pesimistas (menos 7%).
A su vez, los jóvenes y
adultos jóvenes son un poquitito
pesimistas (menos 3%); los adultos medios
son un poquitito optimistas (más
3%) y la gente mayor es bastante optimista
(más 15%). La expectativa de
clasificación es más fuerte
en el nivel socioeconómico bajo
(más 11%), un poco menos en el
semibajo (más 8%) y algo menor en
el nivel medio (más 5%), mientras
que el nivel socioeconómico alto
está dubitativo.
¿Cómo ha variado la
percepción de la gente a lo largo
de estos doce meses de
Eliminatorias?
Al iniciarse las Eliminatorias en
abril del año pasado, previo al
debut ante Venezuela como visitante, las
expectativas eran:
Se clasifica seguro 21%, hoy es 13%
Probablemente Uruguay se clasifique, 36%;
hoy es 29%
Es tan probable que sí como que no,
9%; hoy es 16%
Es probable que no se clasifique, 11%; hoy
es 20%
Es seguro que no se clasifica, 9%; hoy es
igual
No opina, 15%; hoy no opina solamente el
6%.
Como puede verse, baja el optimismo,
aumentan las dudas y crece el pesimismo.
Pero la cosa fue peor. Comparemos tres
momentos: antes de iniciarse las
Eliminatorias; el peor momento,
después de las sucesivas derrotas
ante Paraguay y Colombia, y hoy.
Es seguro o probable que Uruguay se
clasifica: al inicio, 57%; luego, 29%;
ahora, 42%
Es seguro o probable que Uruguay no se
clasifica: al inicio 20%; luego, 47%;
ahora, 36%
La diferencia entre optimistas y
pesimistas: al inicio, más 37%;
luego de las primeras derrotas, menos 18%;
ahora, más 6%.
Las expectativas iniciales sin duda
estaban bastante relacionadas con la
anterior perfomance celeste, la
obtención de la Copa
América. Y la fuerte caída
de las expectativas pueden explicarse por
los sucesivos baldes de agua fría
que supusieron las derrotas ante Colombia
y Paraguay. Pero ¿qué explica
esta relativa recuperación del
optimismo? Tentativamente pueden
señalarse estas explicaciones:
Una. La sustitución del director
técnico abre un nuevo
período de expectativas,
independientemente de que exista o no un
cambio fuerte en materia de
resultados.
Dos. El producido de la selección
luego de la asunción de
Auntchaín ha sido contradictorio:
triunfo ante Perú como local,
empate con Argentina en un partido muy
bien jugado, aplastante goleada de
Ecuador, y obvio triunfo nada espectacular
ante Venezuela. Sin embargo, el conjunto
de resultados de todos los equipos
sitúa a Uruguay compartiendo el
tercer puesto entre cuatro países,
lo que le mejora las posibilidades
estadísticas.
Vienen ahora dos instancias
difíciles: hoy ante Paraguay, en
tierra guaraní. Y el 8 de junio
ante Colombia, aquí en el
Centenario. Luego de ello veremos
aquí, en el espacio La Gente,
cómo han variado las expectativas
populares.
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