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La
reencarnación
Todo ser viviente un día
muere, y eso ocurre con los seres humanos.
Esa perspectiva ineludible genera temores,
angustias, sueños y esperanzas. Las
creencias de los hombres van desde
considerar la muerte como el fin de todo,
hasta creer en un alma inmortal que se
reencarna en otros seres. Cuatro grandes
interrogantes aparecen relacionados con la
muerte:
Una. Independientemente del cuerpo y de la
mente, ¿ los seres humanos tenemos
alma o no?
Dos. ¿el alma es inmortal, es decir
que sobrevive luego de la muerte del
cuerpo?
Tres ¿el alma, luego de abandonar un
cuerpo, vuelve a reencarnarse en otro
cuerpo?
Y cuatro, de haber reencarnación
¿se realiza en seres humanos, en
animales o en otra clase de seres?
Qué contestan los uruguayos a estas
interrogantes lo investigó Factum
Opinión Pública en todo el
país, tanto urbano como rural, a
personas de 15 años en adelante.
Veamos por tema. El primero:
Independientemente del cuerpo y de la
mente, ¿ los seres humanos tenemos
alma o no?
SI, fue la respuesta contundente y
abrumadora del 85%
NO, opinó apenas el 9%
No opinó el 6%
La segunda interrogante:el alma es
inmortal, es decir que sobrevive luego de
la muerte del cuerpo?
SI, cree en la inmortalidad del alma, el
61% de los uruguayos
NO, no cree en la inmortalidad del alma,
el 24%
No sabe, tiene dudas, no se arriesga a dar
una opinión, el restante
15%
Tercera pregunta: el alma, luego de
abandonar un cuerpo, vuelve a reencarnarse
en otro cuerpo?
Sí, existe la reencarnación,
cree el 25%
No, no hay reencarnación, afirma la
mayoría absoluta, el 54%
No opina otro 21%
Cuarta pregunta: de haber
reencarnación ¿se realiza en
seres humanos, en animales o en otra clase
de seres?
El alma se reencarna en otro ser humano,
cree el 15% de la población, que
representa las tres quintas partes de los
creyentes en la reencarnación
El alma se reencarna exclusivamente en
algún animal, cree el 1% de los
uruguayos
El alma se reencarna indistintamente en
otro ser humano o en un animal, es la idea
del 9%, casi equivalente a los dos quintos
de los creyentes en la
reencarnación.
No cree en la reencarnación o no
opina del tema, el 75%.
En síntesis, la cuarta parte
de los uruguayos creen en la
reencarnación y los dos tercios,
no. De los que creen, las tres quintas
partes creen que el alma se reencarna en
otro ser humano, mientras que los
restantes dos quintos creen que existe la
posibilidad de una reencarnación en
animales.
Si bien en materia de creencia en la
reencarnación no hay demasiadas
diferencias entre las diversas
categorías, hay algunos matices y
algunas curiosidades. Por ejemplo, de las
personas no creyentes en Dios, el 15% de
ellas cree en cambio en que existe la
reencarnación
Según la actitud religiosa de
la gente, los menores creyentes en la
reencarnación son los no creyentes
en Dios y los adherentes a religiones no
católicas. Los máximos
creyentes en la reencarnación son
los católicos de baja religiosidad
y, en menor grado, los de religiosidad
media.
Es más fuerte la creencia en
la reencarnación en la mujeres que
en los hombres, entre los residentes
metropolitanos que en los del interior, y
en los jóvenes que en el resto de
la población. También es
mayor el porcentaje de creyentes en la
reencarnación en los niveles
socioeconómicos intermedios, es
decir, en el nivel medio y el semibajo, y
paralelamente entre las personas con
educación media.
Sin embargo, debe destacarse que en
todas las categorías los
partidarios de la reencarnación son
siempre una fuerte minoría. El
porcentaje más alto se da entre los
católicos de baja religiosidad, y
entre ellos los que creen en la
reencarnación son el 30%.
En cuanto a dónde se
efectúa la reencarnación, no
aparecen diferencias importantes entre las
distintas categorías: siempre son
más o menos los tres quintos de los
creyentes en la reencarnación que
afirman que el alma se reencarna en otros
seres humanos, mientras que casi los dos
quintos creen que puede ser
indistintamente en otro ser humano o en
algún animal. Y en todas las
categorías es muy bajo el
porcentaje de quienes creen que la
reencarnación ocurre exclusivamente
en animales.
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