FV: Como
todos los viernes a las 8:30 aquí en Radiocero y
Radio Monte Carlo presentamos el análisis político
de Oscar Bottinelli, director general de
Factum. El tema de
hoy:
Por qué Mujica no va a vetar ni puede vetar la ley
que deja sin aplicación la Ley de Caducidad
OAB: Como se sabe,
tras la votación del Senado la semana pasada, en los
primeros días de mayo quedará promulgada la ley que
deja sin aplicación la Ley de Caducidad. Se ha
especulado con -y lo ha reclamado el senador
frenteamplista disidente Jorge Saravia- que el
presidente Mujica vete la ley. El presidente Mujica
ha descartado esta alternativa.
Hablando
técnicamente, en primer lugar no hay un veto a una
ley sino observaciones a una ley. Y en segundo
lugar, las observaciones no las interpone el
presidente de la República, sino el Poder Ejecutivo.
El Poder Ejecutivo es el presidente de la República
actuando con uno o varios ministros o con todo el
Consejo de Ministros; en Uruguay, el presidente por
sí solo no puede decidir nada. Las observaciones
para que no queden firmes se requiere que sean
levantadas dentro de los 60 días, por el voto de los
3/5 de los miembros de cada Cámara, presentes en una
reunión conjunta de la Asamblea General. No son los
3/5 del total, sino de los presentes.
FV: ¿Por qué Mujica
no va a vetar la ley?
OAB:
En primer lugar no la
va a vetar por razones políticas. El ha dicho que no
es una iniciativa del gobierno. Sin embargo, es una
iniciativa del ministro de Relaciones Exteriores y
se le llame como se le llame, una iniciativa de un
ministro compromete a todo el gobierno.
Todo esto surge de
la preocupación del canciller Almagro, inquieto por
la posible condena al Uruguay por parte de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en el “caso
Gelman”. El canciller pretendía impedir o atenuar la
condena. Al final igual se emitió la condena.
Pero el manejo
gubernamental del tema fue muy desprolijo. Cabe
recordar. Primero el canciller impulsa el proyecto
de ley y va como canciller al Parlamento a
defenderlo. Luego el secretario de la Presidencia de
la República Alberto Breccia sorprende con críticas
a la posición del canciller e informa que el
gobierno nada tiene que ver con el proyecto. Y viene
después la sorpresa mayor cuando el presidente
Mujica dice que los dos, el canciller y el
secretario presidencial, hablaban a título personal,
que el gobierno no impulsaba nada ni tenía posición.
Que la inciativa era de Luis Almagro como simple
militante. Parece claro que Mujica no quiso
comprometerse con la iniciativa, pero al menos dejó
hacer y dejó al canciller impulsarla con mucho
ahínco. Por tanto, no hay posibilidd alguna de que
vete lo que dejó hacer.
FV: ¿Pero tú decías
además que no puede vetar la ley?
OAB:
Aclaremos, en
términos jurídicos puede vetarla. No puede en
términos políticos. ¿Por qué? El veto presidencial
como se llama, las observaciones del Poder
Ejecutivo, existen para darle posibilidades a un
gobierno de gobernar hasta cierto punto sin contar
con mayoría parlamentaria propia. Ningún gobierno
gobierna con mayoría parlamentaria hostil, que le
haga la guerra, pues le derriba todos los gabinetes.
No hay que olvidar que en Uruguay -que es un sistema
semiparlamentario o semipresidencial y no
presidencial puro- los ministros deben contar con
respaldo parlamentario. El Parlamento puede hacer la
vista gorda y sin apoyar a un ministro, no
derribarlo. Pero un Parlamento hostil no deja
ministro en pie. Nadie gobierno contra una mayoría
parlamentaria. Pero puede gobernaar sin mayoría
parlamentaria
FV: ¿Y cómo lo hace?
OAB:
Por un lado conseguir
tolerancia para mantener el gabinete. Pero en el
plano legislativo, en el plano de hacer leyes, jugar
con una combinación de dos elementos: uno es el
lograr acuerdos puntuales para aprobar cada ley y
para aprobar el Presupuesto, y por otro usar el veto
para impedir que se aprueben leyes que vayan muy
fuertemente en contra de la orientación del
gobierno, o que puedan desbaratar el rumbo del
gobierno. Desde la restauración democrática en
Uruguay hubo un gobierno sin mayoría parlamentaria
propia ni coalición de gobierno, que fue el primero
de Sanguinetti, y también la segunda mitad del
gobierno de Batlle. Pero en ambos casos tuvo
tolerancia parlamentaria. Pero Sanguinetti en su
primera presidencia tuvo que recurrir mucho al veto
legislativo, ante leyes aprobadas por la conjunción
del Partido Nacional y el Frente Amplio.
Se puede decir que el
veto está previsto para este tipo de casos, para
darle poder al presidente de la República frente a
una mayoría parlamentaria contraria, pensando en un
presidente cuyo partido no tuviese mayoría propia en
las cámaras. Lo que se considera contra natura es
que un presidente vete una ley aprobada con los
votos de su propio partido y menos si la aprueba
todo su partido. Por eso fue que resultó tan extraño
que el presidente Tabaré Vázquez vetase la ley del
aborto. Más allá del fondo del tema, que es otra
cosa, nunca había ocurrido en el país que un
presidente vetase una ley aprobada por todo su
partido y quedase enfrentado así a todo su partido.
Porque en todo caso un presidente debe liderar su
partido, pero no enfrentarse a todo él. Esa
experiencia, única en la vida del país, ha resultado
traumática para el sistema institucional y para el
Frente Amplio. Esa es otra razón por la cual Mujica
no puede políticamente vetar la ley, si quisiera
hacerlo. Digamos que ningún presidente va a poder
políticamente vetar una ley que impulse y apruebe
todo su partido.
FV: El contenido de
este análisis puede verse hoy en el sitio digital de
Factum, www.factum.edu.uy
Con Oscar Bottinelli
estaremos aquí, en Radiocero y Radio Monte Carlo, el
próximo viernes y todos los viernes a las 8:30