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Venezuela en curso de colisión
Juan Rial
Hugo
Chávez juró por tercera vez ejercer la presidencia de
Venezuela el 13 de abril del 2002 tras vertiginosos y confusos
procesos políticos en los que un golpe de estado fracasó. La
primera vez Chávez juró sobre una “moribunda constitución” y
la segunda vez como primer presidente de la República
Bolivariana de Venezuela.
La confrontación interna en Venezuela, se anunció tragicamente
en el “caracazo” de 1989, que pavimentó la vía para la
destitución de Carlos Andrés Pérez. Este hecho llevó en 1992 a
un intento de golpe de estado fracasado, que llevó al primer
plano al entonces Tte. Cnel. Chávez. Siguió la debacle de los
partidos tradicionales, los socialcristianos de COPEI y los
socialdemócratas de Acción Democática que llevó a Rafael
Caldera a la presidencia, votdo por el “chiriperío” (las
cucarachas, nombre despectivo para señalar al sector bajo,
popular). La caída de la vieja política se consumó con la
elección de Chávez en 1999.
La demolición de la anterior institucionalidad fue la
principal tarea de Chavez durante sus primeros dos años de
gobierno. Tras la sanción de una nueva constitución a fines de
1999 tocaba llevar adelante la difícil tarea de la
construcción de un nuevo régimen. Buenos precios del petróleo
fueron dedicados a la tarea, pero Chávez careció de los
recursos humanos necesarios para llevar a cabo su vaga idea
revolucionaria. En tiempos de triunfo del capitalismo su
posición confrontaba la dominante en el mundo de hoy. Sus
seguidores carecen de contactos fuerte con el mundo
capitalista y lo confrontan.
La sociedad venezolana sufrio na aguda confrontacion. Azuzada
por el discurso del presidente y por sus acciones en el campo
simbólico. llevaron a sus opositores a rechazarlo duramente,
polarizando el escenario político. No se puede señalar un
esfuerzo constante del régimen de Chávez que apunte contra la
propiedad privada. La reforma agraria apenas si ha comenzado,
pero las medidas defensivas de quienes se pueden ver afectados
ya fueron puestas en práctica.
Inicialmente fue la confrontación verbal que tuvo por
escenarios los medios de comunicación. Chavez abusó del uso de
los medios, obligó a hacer constantes cadenas de TV y realizó
una actividad demagógica constante. Denigró a sus opositores.
Luego se adiccionó la disputa con los sindicatos, en su
mayoría bajo control de dirigentes adecos. Chávez perdió la
primera fase de la misma en un referendum que no logró
deslegitimar a los dirigentes de los trabajadores, ligados a
los viejos partidos tradicionales, especialmente adecos. Dado
que los mismos sólo representan al sector formal, son una
“aristocracia del proletariado”, que no es seguida por la masa
pobre de los sectores populres. Desde hace dos meses se agregó
una disputa con PDVSA, la empresa estatal que explota el
petróleo, la base de la economía del pais. Los mandos de la
empresa que creía controlar no siguieron a Chávez. Luego
aparecieron militares, el primero un coronel de la Fuerza
Aérea antiguo edecán de C. A. P., al que se le negó el ascenso
a general (el Cnel. Pedro Soto), seguido luego por miembros de
la guerdia nacional y un contra- almirantes.los que,
individualmente, reclamaron la renuncia del presidente. Otros
personajes anunciaban el futuro derrocamiento de Chávez, uno
de los más relevantes el alcalde metropolitano de Caracas, su
antiguo aliado Alfredo Peña, quién hace dos meses sostuvo que
llegaría el momento de la huelga general contra Chávez.
Un huelga general convocada por la asociación empresarial
Fedecámaras, contando con el apoyo de los sindicatos y la
presencia muy activa de los destuituidos dirigentes de PDVSA,
desembocó en hechos de violencia el jueves 11 de abril al
producirse una manifestación muy numerosa en el centro de
Caracas y llevó a la desestabilizacion politica. Según los
opositores ese día lograron reunir casi medio millón de
personas. Durante su desarrollo se produjeron tiroteos.
Aparentemente miembros de los llamados “círculos bolivarianos”
dispararon contra la multitud. Mientras se producían estos
hechos hubo una rápida serie de discrepancias y decisiones
entre los militares y los miembros de la guardia nacional
(formalmente las Fuerzas Armadas auxiliares) que inicialmente
se saldaron en contra de Hugo Chávez. Ante la orden dada por
el presidnete al comandante del Ejército Gral. Efraín
Velazquez Velazco que enviara a las calles al batallón de
tanques de la guarnición en Fuerte Tiuna, el último le
recriminó que nunca el Ejército debía reprimir el pueblo.
Chávez alegó que sólo debía enviarse a los carros de combate
como elemento disuasivo para sacar la gente de la calle.
Los hechos se precipitaron cuando diez generales y almirantes
aparecieron en TV anunciando la desobediencia a Chávez y luego
con la orden para sacar del aire a los canales que insistian
en dividir la pnatalla en dos mostrando por un lado a Chavez y
su discurso y por otro la manifestación. El proceso culminó
con la destitución de Chávez, un oscuro episodio de renuncia
que parece que no se firmó nunca por parte del mandatario y la
prisión del mismo, primero en Fuerte Tiuna (sede del mando
conjunto militar, del comando del Ejército y de la guarnición
de Caracas), siguiendo a la base de Turiano y finalmente a la
isla La Orchila.
Los golpistas que llevaron adelante la destitución de Chávez
quizás se vieron sorprendidos por los diversos movimientos que
desencadenó su acción y no tuvieron tiempo de releer las
referencias a las técnicas del golpe de estado de C. Malaparte.
No se aseguraron el control de los centros de decisiones, el
palacio de Miraflores (donde dejaron en sus puestos a los
militares de la Casa Militar, obviamente partidarios de
Chávez), el fuerte Tiuna (donde se produjeron notorios
enfrentamientos entre generales y almirantes), ni controlaron
adecuadamente los medios de comunicación. Finalmente no tenían
un plan político viable. No había una alternativa fuerte a
Chávez capaz de sustentarse como nuevo régimen.
El hecho que la Patronal llegue a la presidencia en la persona
del presidente de Fedecámaras, Pedro Carmona Estanga, indicó
el grado de desnudez de las posibles alternativas. Los
opositores tras la breve presidencia del empresario dicen que
en las 28 horas de mandato se cometieron todos los errores
posibles. El conocido periodista director de Tal Caul el ex
guerillero de los años 60 y ex ministro de Caldera, Teodoro
Petkoff habla de un gobierno de “talibanes de derecha“
conformado por le Opus Dei, militares reaccionarios y
capitalistas…
Inicialmente Pedro Carmona indicó que sería acompañado en su
gestión por una Junta de Gobierno que integrarían los jefes de
los servicios militares y otros civiles entre ellos
Guaicaipuro Lameda, el cesado general retirado presidente de
PDVSA, el dirigente sindical de la CVT Carlos Ortega, adeco, y
el ex-teniente Coronel Francisco Arias Cárdenas, antiguo socio
de Chávez en el golpe de 1992. Petcoff, Federico Ravell
(director de Globovisión) entre otros consideraron muy
prudente ni siquiera considerar la oferta. Pero Carmona
Estonga siguió adelante sólo, eliminando a los integrantes
civiles de la junta cuando llegaron al palacio de Miraflores.
Carmona emitió el único decreto de su gobierno, resolviendo de
un plumazo eliminar todas las instituciones. Declaraba
abrogada la constitucion vigente, disuelto el congreso, la
corte de Justicia, el poder electoral, acefala fiscalia y el
contralor y declaraba nula la legislación de urgencia aprobada
por el gobierno de Chávez al amparo de la Ley Habilitante que
le había concedido el Congreso en el año 2001 y
autonombrándose presidente. Algunos de los firmantes del
decreto, empresarios y notoriamente el Cardenal Ignacio
Velázquez co firmnte del decreto informaron que no lo
conocían. En su redacción habrían incidido el propio Carmona,
su secretario Juan Jose Mejías, Isaac Pérez Recao, por el
grupo empresario petrolero VENECO, para el que trabajo
anteriormente Carmona, Daniel romero quien fuera secretario
privado de Carlos Andrés Pérez y el jurista Allen Brewer
Carias. El nombramiento de un contralmirante en el ministerio
de Defensa, desconociendo que el Ejército es la clave fue otro
error increible. Asimismo no se sustituyó a los militares de
la Casa militar leales a Chavez que rapidamente buscaron
reunir a los fieles en el palacio de Miraflores. Cuando ya la
discusión entre los militares indicaba que el golpe no iba
bien, los grandes hombres de los medios Gustavo cisneros,
Miguel Henriquez Otero, Marcel Granier y Alberto Federico
Ravell indicaron que los medios seguirían apoyándolo. Por ello
el silencio d ela TV todo el día sábado.
El manejo del decreto “sorprendió” al Gral. Efraín Velázquez
que negociaba con otros sectores tener un acuerdo de consenso
que incluyese a chavistas y otros izquierdistas como Luis
Miquelena.
Obviamente hubiese sido mucho más adecuado lograr que el
vicepresidente designado Diosdado Cabello (un teniente que en
1992 adhirió al intento de golpe de Chávez) hubiese sido
puesto a cargo de la presidencia, pero seguramente el grado de
tensión hacía que el plan no funcionara. También hubiese sido
necesario negociar con el viejo zorro de la política, el
anterior ministro del Interior de Chávez, el ya octogenario
Miquelena. El viejo dirigente comunista esperaba jugar
nuevamente un papel sustancial como lo hizo en tiempos dela
caída de CAP.
Carmona abandono el palacio en manos de militares d ela casa
presidnecial nombrados por Chávez y de soldados del regimiento
presidneical proclives al presidente depuesto. Fue al fuerte
Tiuna, creyendo que allí si lo apoyaban, pero llegó cuando la
rebelión de militare sprochavistas había cambiado el sentido
del apoyo militar.
Finalmente el patrón de patrones, Carmona Estanga, no pudo
controlar excesos y pronto la violencia de la manifestacion
del jueves quedo opacada por los nuevos actos persecutorios...
La clase media salió el jueves en masa, pero el sabado 20 fue
el turno de los militantes chavistas y de los saqueadores
provenientes de los sectores populares, que especialmente en
los barrios de Catia, Caricudo, El Junquiro, Los Yaguares, Las
Flores, y Antimano arrasaron a los comercios abiertos. De
alguna manera se repería un 27F, con menos publicidad. Los
resentidos, los niches de los sectores populares que carecen
de gustos, se cobraban cuentas, pero no contra los sifrinos,
contra los altaneros de clase alta, sino contra aquellos que
provenientes de los sectores populares estaban un escalón más
arriba.
Los militantes chavistas no eran numerosos, pero estaban
decididos y la clase media tras los disparos del jueves 12
consideró prudente irse a la casa.
La clave en todo el proceso estuvo en la fuerza militar.
Vacilante, osciló de lado a lado y no tuvo real capacidad de
represión. Una unidad clave (los paracaidistas de la brigada
42 estacionada en Maracay, al mando del compañero de promoción
de Chávez Gral. de Bda. Raúl Isaías Baduell) no se alinearon
con el golpe y la clase alta y encabezaron un movimiento que
terminó por devolver el sillón de Miraflores a Chávez.
El Regimiento Guardia de Honor, comunicado por un tunel con
Miraflores y encargado de la custodia presidencial, expulsó
primero a Carmona y sus ministros y luego alentó la vuelta de
Chávez.
Luego el batallón Caracas, del fuerte Tiuna, ocupó las
instalaciones y detuvo al Gral. Velázquez Velazco y a Carmona
Estanga. El Gral. Inspector de las FAN, Lucas Rincon Romero,
pasó de desobedecer a Chávez y anunciar su renuncia, a ser
destituido por Carmona, a exigirle a éste que abrogara el
Decreto No. 1. Y, finalmente a ser reinslado en el cargo por
Chávez.
En la práctica el domingo 13 se conformó un “aniillo militar”
de confianza de Chavez conformado por el Gral. Baudell, el
Gral. Alí Uzcategui, quien en ocnjunto ocntrolan
paracaidistas, las unidades blindadas que disponen los tanques
AMX13 y AMX30, los generales de la Fuerza Aérea Luiz Acevedo y
Pedro Torres, que controlan los 15 aviones F16 operable, el
contralmirante Maniglia que controla la flota operativa con
base en Carabobo. Este consejo militar tiene mucho de órgano
de cogobierno con Chávez y el Gral . Baudell ha pasado a ser
el referente militar básico.
Como conclusión, puede decirse que un ejercito de conscriptos
no es fiable para la represión, especialmente si el presidente
es un militar que sabe mover esos resortes. Tampoco uno cuyos
mandos medios que están en estrecha relación con el manejo de
problemas sociales y simpatizan con los sectores excluídos. De
alguna manera se ve una reiteración de lo ocurrido enero del
2001 en Quito.
Tampoco es confiable un ejército de mandos superiores
divididos y pusilamines para tomar decisiones. Sólo la muerte
de Chavez hubiera vuelto irreversible el proceso.
Quizás para el futuro esto lleve a acelerar a transformación
de los ejércitos de la región. EEUU favorecerá la existencia
de muy pequeñas fuerzas de profesionales, entrenadas por
“contratistas privados” como los que entrenaron los nuevos
batallones en Colombia o Nigeria, fuertemente separados de la
población. Para los mandos militares de la región estos nuevos
hechos se adiccionan a otros recientes como la accion de los
tenientes coroneles en enero del 2001 en Quito, las
visicitudes del alto mando peruano al descubrirse el video de
las 450 firmas de apoyo a Fujimori, la absoluta prescindencia
de la fuerza militar en la Argentina de diciembre del 2001, o
la constante acción de la fuerza militar boliviana para
mantener el orden público. Las vacilaciones y divisiones
registradas en Caracas, la ruptura de la verticalidad del
mando, ponen a las fuerzas de la región ante dilemas para los
que no están preparadas.
Los medios de comunicación pasan también por una situación
difícil. Hostigados por Chávez con su constante uso de cadenas
obligatorias de radio y TV, la mayoría de los medios se alineó
contra Chávez y perdieron esta primera fase de la
confrontación. Segurametne habrá nuevos problemas en los
tiempos que siguen. Pero lo importe es considearr que para una
buena parte de la población dejó de ser una institucion social
confiable. La Iglesia, en cambio, pudo salvar el trance en
mejor forma. La vision interna de posiciones la favorece. A
pesar del apoyo del Opus Dei al antichavismo, y del “error”
cometido por el Cardenal Velazco, la acción popular de
jesuitas como el padre Mikel Viana permite otra apertura.
Chavez tuvo en su reclusión una conversación con Mgr. Hernán
Sánchez Porras presidente de la Conferencia Episcopal
venezolana, con quien confrontó duramente en el pasado
reciente y a quien perdió perdón y con quien negocio garantías
para si mismo, su familia y su gente. En su discurso de
re-asunción Chávez se preocupó de mostar el pequeño librito
azul con la Constitución bolivariana y un crucifijo y recordó
la viejas palabras respecto al Cesar y Dios, indicando la
división de problemas a enfrentar.
En el campo civil sus ministros, especialmente personajes como
Rangel, el ministro de Defensa o el ministro de educación
Aristóbulo Isturez, el presidente de la Asamblea Nacional,
William Lara, el fiscal General Isaís Rodríguez (su primer
vicepresidente) que insistió en que el presidente no había
renunciado fueron personajes claves en el “contragolpe”. Otros
fueron apresados como su ministro del Interior el ex capitán
Rodriguez Chacin.
Afortunadamente los acontecimientos fueron tan rápidos que no
dejó expuesto a ningún gobierno de la región con posiciones
dificiles de mantener. La reunión del grupo de Rio tuvo el
tino de pedir la aplicación de la nueva cláusula democrática
aprobada en Lima en setiembre del 2001. Para el EEUU del
subsecretario para América Latina Otto Reich este episodio fue
una derrota. Segun el semanario Newsweek funcionarios claves
de EEUU sabían del intento de golpe y en forma indirecta el
vocero del Departamento de State Ari Fleisher lo admitió, pero
negó que lo alentaran o apoyaran. Si se tiene en cuenta que
los agregados militares venezolanos en Brasilia y Washington
retornaron a Caracas en la semana anterior no es de extrañarse
que en el futuro se sepa que hubo un intento concertado de
terminar con el gobierno de Chávez, pero que el mismo fue
ejecutado en forma chapucera. Por ello el involucramiento
oficial de organismos de EEUU debe haber sido mínimo.
Simpolemente escucharon y alentaron soto voce y esperaron
facturar y obtener dividendos. Esta vez no fue.
Chavez volvió tras una prisión como lo hizo Juan Domingo Perón
en 1945 de una prision en una isla, aupado por un movimiento
popular, al que ahora habrá que seguir contentando. Los
tiempos serán segurametne aún más dificiles. La situacion
tiene fuerte volatilidad y el peligro de aumento de la
polarización es constante. Sera dificil contener venganzas y
radicalismos. La desconfianza preside a todos.
Hay que tener en cuenta que si la destitución de Chávez
hubiese sido firme , salvo por su proscripción, sería dificil
impedir que el nuevo caudillo Chavez ganara nuevamente la
proxima elección. Si bien puede haber perdido seguidores, sin
duda todavía sigue siendo el referente mayoritario de la
población. Ahora es el tiempo para Chávez de buscar un respiro
en la acción opositora. Vuelve con mayor fuerza, pero
paradojicamente en una situación de más debilidad. Su
discursos inicial es moderado, pero al mismo tiempo aprisionó
a ciencuenta mandos militares considerados desleales.
Ha convocado al Consejo Federal, una institución que debería
discutir el manejo del presupuesto entre los estados de la
federación venezolana que debe presidir el vice presidente
Cabello. Pero que ahora será algo más, un ámbito de
concertación. A su vez el periodista Petkoff propone instalar
una Comisión de la Verdad independiente (quien puede serlo?)
para elucidar los problemas de violencia que llevaron a varias
decenas de muertos en abril del 2002.
Quienes eran demócratas. Pocos, y la mayoría por efectos de
conveniencia o legitimidad ante el mundo exterior. La mayoría
de los protagonistas se olvidó del tema.
Entre esos ejercicios y el mantenimiento del apoyo militar se
debate el futuro del gobierno de Chávez. Fue derrocado el 11
de abril por militares que no supieron llevar hasta el fin el
proceso y sin contar con una elite civil adecuada como
aliados. Fue reinstalado el 13 de abril, nuevamente por
militares, que ahora son los árbitros de la continuidad del
régimen.
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