La
diferencia más fuerte de electorado entre la izquierda y los
partidos tradicionales, entre lo que en el mundo se llama
centro-izquierda y centro-derecha, no está en el nivel
socioeconómico ni en el tipo o nivel de ocupación, sino en
la edad. Grosso modo: cuanto más joven es la gente más vota
a la izquierda, cuanto mayor edad más vota a los partidos
tradicionales.
Conviene ver esto con datos concretos. Como se sabe, los
ciudadanos uruguayos están inscriptos en el Registro Cívico
Nacional según el territorio de residencia. Ese territorio
es el individualizado en la Credencial Cívica con tres
letras, que componen la serie: la primera de las cuales
corresponde a la jurisdicción (que en Montevideo son dos y
en el interior coincide con el departamento), la segunda
letra identifica una subdivisión de la jurisdicción llamada
zona y la tercer letra a una nueva subdivisión llamada
distrito. Dentro de cada distrito, los ciudadanos son
registrados con un número correlativo. Normalmente, todas
las personas que van a votar por primera vez en una misma
elección se inscriben en el mismo periodo inscripcional,
periodos que eran cuatrienales hasta 1966 y pasaron desde
entonces a ser quinquenales. De allí surge que todo el
conjunto de inscriptos por primera vez en un mismo periodo
constituyen una generación electoral (técnicamente, una
cohorte electoral). Esta metodología tiene algunas impurezas
– que parcialmente se purifican en una investigación afinada
– producto de que las personas pueden trasladar su
inscripción de un distrito a otro, con lo que su número
correlativo se intercala dentro de una generación electoral
menor a suya. Con estas salvedades, es posible dividir la
totalidad de los circuitos del país en tres grandes
categorías consistentes. Ellas son:
-
Mayores. Personas que votaron por primera vez en las
elecciones de 1971 o anteriores, que al 31 de octubre de
2004 registraban de 51 años en adelante. Constituyen el
25% del electorado
-
Intermedios. Personas que debieron votar por primera vez
en las elecciones no realizadas de 1976 o votaron por
primera vez en el plebiscito constitucional de 1980 o en
las elecciones generales de 1982, 1984 ó 1989, que a la
fecha de las pasadas elecciones nacionales contaban con
entre 33 y 51 años de edad. Representan el 33% del
electorado
-
Jóvenes. Personas que votaron por primera vez en las
elecciones de 1994, 1999 ó 2004, que al 31 de octubre de
2004 registraban de 18 a 32 años de edad. Constituyen el
42% del electorado.
Divididos todos los circuitos de votación (“mesas de
votación”) en estas tres categorías, pueden observarse los
siguientes resultados para los tres principales lemas y para
el conjunto de los partidos tradicionales:
|
|
Todo el electorado |
Mayores |
Intermedios |
Jóvenes |
|
Frente Amplio |
50.5 |
39.6 |
52.3 |
56.4 |
|
P.Nacional |
34.3 |
40.7 |
32.6 |
30.9 |
|
P.Colorado |
10.4 |
15.1 |
9.9 |
7.8 |
|
Partidos
Tradicionales |
44.7 |
55.8 |
42.5 |
38.7 |
Porcentajes
sobre el total de votantes
Como surge con absoluta nitidez, los partidos
tradicionales son una fuerza con clara preponderancia en el
electorado mayor (donde se sitúan casi en el 56%), son
minoría (apenas por encima del 40%) en el nivel intermedio y
una fuerza claramente minoritarias entre los jóvenes, donde
están claramente por debajo del 40%. A la inversa, la
izquierda arranca con menos del 40% entre los mayores,
obtiene la mayoría absoluta en el nivel intermedio y la
consolida entre los jóvenes. La diferencia entre la
izquierda y los partidos tradicionales es negativa en 16.8
puntos entre los mayores, positiva en 9.8 puntos en el nivel
intermedio y altamente positiva en 17.7 puntos entre los
jóvenes.
¿Qué pasa exclusivamente con los cambios biológicos? En
las elecciones del 25 de octubre de 2009 dejará de votar
unas 150.000 personas, en una forma preponderante de los que
en 2004 eran mayores de 51 años. Por otro lado votarán entre
200 y 220 mil nuevos votantes (dependiendo del factor
emigración). Si se toma la hipótesis de que no exista ningún
cambio de orientación política entre los actuales votantes y
que los nuevos votantes se comportan exactamente igual que
los jóvenes, se darían estos cambios:
|
|
Bajas |
Altas |
Total |
|
Total |
-150000 |
+210000 |
+500000 |
|
Frente Amplio |
-59000 |
+118000 |
+59000 |
|
Partidos Tradicionales |
-84000 |
+81000 |
-3000 |
|
Otros* |
-7000 |
+11000 |
+4000 |
|
Saldo FA menos PP.TT. |
-25000 |
+37000 |
+62000 |
*
P.Independiente, En Blanco, Anulados, otros partidos
El factor biológico incrementa la diferencia del Frente
Amplio sobre los partidos tradicionales en 62.000 votos, lo
que amplía la ventaja frenteamplista en 2.6%, es decir,
llevaría el voto del FA de 50.5% a 53.1%.
De lo anterior surgen dos conclusiones fundamentales. Una
es la más obvia de todas que no merece fundamentación: todo
partido o conjunto de partidos minoritarios necesitan para
devenir en mayoritarios restarle votos al partido
mayoritario, es decir, lograr que se produzca el desvío de
votos de una parte hacia la otra, lo que en estudios
electorales se denomina provocar un swing. Pero la segunda
conclusión es fundamental desde el punto de vista
estratégico: el futuro de los partidos tradicionales está en
que se revierta esta tendencia. La batalla histórica está en
la captación de los jóvenes en general, pero en particular
entre los que están en proceso de socialización política, de
elegir su opción electoral por primera vez. Para el 2009 sí,
pero fundamentalmente para los años siguientes, tanto al
Partido Nacional como al Partido Colorado les va la vida en
conseguir que quienes se socialicen políticamente lo hagan
proporcionalmente diferente a como lo han hecho las últimas
generaciones. La apuesta a los jóvenes es la apuesta
estratégica para uno y otro partido.
Esa apuesta la están haciendo ambos. El Partido Colorado
hacia octubre. El Partido Nacional ahora, hacia el 12 de
mayo. Ese sábado, el próximo, unas 431 listas competirán en
pos de la captación del voto de jóvenes que adhieran al
Partido Nacional, de entre 14 y 29 años de edad; los
candidatos en la contienda superan los 12 mil. La apuesta
del Partido Nacional a los jóvenes, la realización de
elecciones juveniles, fue planteada en el quinquenio pasado
por el entonces presidente del Directorio Luis Alberto
Lacalle. Esta idea maduró lentamente y ahora en el
Directorio que presidente Jorge Larrañaga terminó de
plasmarse con el apoyo de todos los sectores nacionalistas.
Sin duda
es el momento ideal para generar esta convocatoria, cuando
ya no se puede acercar nadie o casi nadie al Partido
Nacional (ni al Partido Colorado) en búsqueda de beneficios
personales, es decir, en demanda de clientelismo. Vaciados
de todo poder (salvo 10 gobiernos departamentales para el
Partido Nacional y 1 para el Partido Colorado), la
convocatoria que obtengan será por las ideas, los valores y
el programa que cada partido exhiba. Es una apuesta a la
convicción. Y en el resultado de la apuesta se juega buena
parte del destino de cada partido hacia muchos años por
delante.