El
papel de los liderazgos
Oscar
A. Bottinell
La palabra "liderazgo" puede usarse
en un par de sentidos. Por un lado,
generalmente se habla del líder de
algo cuando es la persona que conduce, que
preside, que ejerce la
representación, que es lo que se
puede llamar muchas veces el referente de
una organización social o
política, de una
institución.
En el caso particular del que
nosotros estamos hablando le damos otra
connotación al liderazgo: cuando
existe un papel ya más activo que
el meramente presidir o ocupar
institucionalmente un cargo.
Desde este punto de vista, tenemos
que empezar a establecer alguna
distinción entre distintas formas
de conducción. Por un lado, lo que
es el conducir de una forma meramente
institucional, presidir un organismo, una
institución, administrar el
funcionamiento. Puede ser administrar el
gobierno, administrar un partido,
administrar una organización
social. ¿A qué le llamamos
administrar? A que ese organismo, ese
partido, ese gobierno, cumpla su
función sin que exista en el
ejercicio de esa dirección, de esa
presidencia, de esa conducción,
cambios fundamentales que apunten a
modelos diferentes en cuya forma de
funcionamiento hay una especie de "piloto
automático", para decirlo muy
gráficamente.
Un extremo opuesto a esta
administración, que es una palabra
que en sí misma en el caso uruguayo
es muy clara, que define mucho qué
es, se da cuando hablamos de caudillismo o
de caudillo. En el caudillo lo que
encontramos ya es una relación
totalmente distinta, muy fuerte, en que
los representados en relación a
quien los representa entregan plenamente
su confianza; ese caudillo conduce,
propone y, en muchos sentidos, dispone.
Hay una relación muy intuitiva, una
relación meta-racional entre los
seguidores y ese caudillo
político.
Al liderazgo lo estamos ubicando en
un escalón inferior. El liderazgo
puro, en el cual encontramos que el
líder en una figura más
moderna, ejerce por un lado un rol de
representación. Hay sentires, hay
demandas, hay formas de pensar, hay
valores de la organización, de la
sociedad o del grupo que representa. Pero
¿en qué se diferencia este
líder de un mero rol de
administrador? En que a este líder
se le exige algo más que meramente
reflejar, expresar lo que siente ese
grupo. Además, se busca que
esté reflejando, expresando o
marcando futuros, destinos, proyectos. Es
decir, que este líder esté
cumpliendo un papel de ir más
allá del mero presente de la
expresión de valores o de la
traducción al presente de valores o
de la expresión de demandas o de
deseos que tienen que ver con la
resolución del momento en que se
está actuando.
Vamos a ver este papel de liderazgo
confrontado con el tema de cómo se
ejerce la conducción en
relación a los movimientos o los
vaivenes de la opinión
pública.
Es muy importante la relación
entre opinión pública y
conducción social, política
o de instituciones de
representación en este sentido.
Vamos a ver tres categorías. Por un
lado, quién ejerce una
conducción, pero podemos calificar
a los seguidores de la opinión. Es
lo que muchas veces se reprocha a las
encuestas de opinión
pública, atribuyéndoles un
papel del que en sí mismas no son
las responsables. Independientemente de
que existan o no encuestas de
opinión pública existe la
opinión pública, existe una
sociedad, un público que opina
sobre lo público, sobre lo que debe
hacerse.
Hay una forma de liderazgo en un
sentido muy amplio del término o
muy poco exacto, que es la
conducción ejercida como
seguimiento de la opinión
pública. En otras palabras, si yo
veo que la opinión va para A yo voy
para A, si la opinión va en sentido
contrario a A yo cambio el rumbo y voy en
el sentido contrario a A.
Estos seguimientos de opinión
tienen como problema que van
permanentemente reflejando el presente o
el pasado inmediato de una sociedad, no
ejercen conducción, es más
bien una permanente encia en tratar de
convencer a la gente de las virtudes o de
las bondades del proyecto que propone, en
un juego de interacción en que ni
despega de la opinión ni queda
permanentemente sujeto a esa
opinión.
Los liderazgos, entonces, cumplen su
papel histórico, su rol en el
desarrollo de la sociedad, cuando son a la
vez espejo y guía. Reflejan a la
vez el sentir colectivo -al menos de un
segmento importante de la sociedad- y a
partir de ese sentimiento marcan un
camino, cumplen una función de
docencia y de conducción. Estos
liderazgos son los que trascienden las
coyunturas y cumplen ciclos vitales,
ciclos en la vida de un país y de
una sociedad.
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