Las
elecciones internas del Frente
Amplio
Oscar
A. Bottinelli - diálogo con
Emiliano Cotelo
EMILIANO COTELO:
Los martes, antes de las nueve de la
mañana, es el espacio habitual de
La Opinión Pública, con
datos y análisis de encuestas, pero
como el domingo tuvieron lugar las
elecciones internas del Frente Amplio en
las que por primera vez se está
eligiendo directamente, por los
frenteamplistas, a la totalidad de los
miembros del Plenario Nacional, ante esto
que es un hecho político importante
le hemos pedido a Oscar Bottinelli
sustituir el habitual comentario sobre
encuestas, sobre números, para dar
lugar a un espacio extra de
análisis político,
justamente con primeras reflexiones sobre
las elecciones internas del
Frente.
Oscar, ¿por dónde
empezamos? Quizás sería
bueno hacer una especie de
introducción que nos situara en
cómo es la estructura interna del
Frente Amplio, cómo funciona,
qué papel juega el Plenario, que es
el que se eligió el domingo, aunque
todavía no se sabe cómo
queda conformado porque está en
proceso el escrutinio.
OSCAR A. BOTTINELLI:
El Frente Amplio desde su fundación
tuvo una estructura de dos órganos:
un Plenario Nacional (que puede ser
equivalente a una Convención en los
otros partidos, con la diferencia de que
tiene un funcionamiento un poco más
periódico, pero es la máxima
autoridad normal del Frente Amplio) y una
Mesa. En un momento se llamó Mesa
Ejecutiva, desde el 86 Mesa
Política. Es el órgano de
conducción cotidiana. Desde 1986 se
creó una tercera instancia que es
el Congreso, como un órgano muy
numeroso con competencias
limitadas.
Así que la máxima
autoridad, lo que define
políticamente al Frente, es el
Plenario Nacional y, a su vez, la Mesa,
cuya elección deviene del Plenario
Nacional.
El Plenario Nacional, desde el
año 86, se integra con dos tipos de
vertientes, de afluentes: los grupos
políticos y los llamados delegados
de base. Sobre los delegados de base hay
que analizar que ha habido un doble
cambio. Primero, un cambio de peso. Era un
poco menos del tercio del Plenario,
alrededor de un 30%, y con la reforma del
93 pasó a ser la mitad de los
miembros electivos del Plenario.
E. C. - ¿Y qué hay que
entender por "delegados de base"?
O. A. B. - Acá, la segunda
transformación es el concepto de
delegado. Primero, los delegados eran una
estructura, los comités de base
elegían delegados a Coordinadoras o
Departamentales en el interior, y cada una
de estas zonas geográficas, 36 en
todo el país -18 en Montevideo y 18
en todos los departamentos del interior-
elegía su delegado al Plenario
Nacional (excepto Canelones, que
elegía dos). Es decir, una
estructura muy clara, muy piramidal de
delegaturas. En cuanto a la diferencia
entre delegado y representante,
groseramente diría que sería
un representante lo que es un edil, un
diputado. Se lo elige, se ve cómo
actúa, es libre de actuar como
quiera, es libre de consultar a su
electorado, a su partido, pero nadie lo
puede obligar a actuar de una manera u
otra y, después, lo juzgan y lo
vuelven a votar o no. Eso es un
representante.
Un delegado es como un apoderado, es
alguien que responde a algo, en este caso
a las asambleas de las Coordinadoras, de
las Departamentales; los de los
comités a los comités. Y
reciben mandatos, instrucciones o
indicaciones de cómo
actuar.
Esto va cambiando. El segundo paso
se dio con la elección ya de los
delegados directamente por el conjunto de
los afiliados y termina en lo que es hoy,
que de hecho es una elección de
representantes al Plenario de los
votantes, en circunscripciones
uninominales. Es decir, circunscripciones
donde se elige de a uno, a mayoría
simple -el más votado es elegido-,
mediante una adscripción no
partidista de las personas. Se vota a
personas aunque diga que Fulano es de
Asamblea Uruguay o Fulano es del Espacio
90. Se vota a Fulano o a Mengano. Son
representaciones de orden personalizada y
no partidizada, en circunscripción
uninominal, por mayoría
simple.
Le quedó el nombre de
delegado de base pero, a esta altura, no
hay diferencia entre uno y otro, ya que
son distintas formas de haber sido
elegidos.
El otro afluente son los sectores
políticos. El Frente comienza
siendo una alianza de grupos
políticos, lo que en un uso
bastante espantoso de la
terminología se dice
coalición. Es una alianza. Esa
alianza determinaba que los sectores
tenían delegados (algo como en la
Asociación Uruguaya de
Fútbol, donde cada club tiene su
delegado, lo mandata, va, viene) con
distintos pesos de votos en ese Plenario
Nacional.
Esto se mantuvo prácticamente
invariado hasta que se produjo el primer
cambio; siendo delegados, ya su
composición obedecía a dos
elementos. Cada grupo tenía dos
cargos en el Plenario; luego, el resto era
un ajuste al resultado de las elecciones
nacionales.
Ahora viene el tercer cambio
significativo: son elegidos directamente.
Son 144 miembros del Plenario, de los 151
que puede llegar a tener. Luego hay seis
que pueden ser designados por el propio
Plenario, como personalidades
independientes, como han sido hasta ahora
Licandro, D'Elía, fue Crottogini,
fue Astori, Arana, etc., y el presidente
del Frente. De estos 144, los 72 se eligen
de la siguiente manera: cada grupo
político del Frente tiene asegurado
un cargo.
E. C. - Ese es el piso
ahora.
O. A. B. - Ese es el piso. El que no
llega va a tener un cargo asegurado. Los
72 se distribuyen, salvo esa
excepción del mínimo, en
función de un método de
proporcionalidad de votos. Ahora,
¿cuál es la base de
soberanía? Es decir,
¿quiénes son los que
están determinando esta
elección? En general, hay en el
mundo dos grandes extremos, que es lo que
predomina en Europa, que son los afiliados
a un partido los que eligen las
autoridades de un partido.
Se entiende que el afiliado es una
persona que tiene un compromiso permanente
con un partido, que no sólo tiene
derechos sino responsabilidades, como se
puede decir groseramente, es el que se
considera que está en las buenas y
en las malas. Y en Uruguay ha predominado
-sobre todo, el primero fue el Partido
Nacional y luego se incorporó el
Partido Colorado- el concepto del
resultado de la elección nacional.
En definitiva, considerar que todo el que
vota en la elección nacional por
ese partido está influyendo en la
composición interna del
partido.
E. C. - Es decir, se han definido
las convenciones en función del
resultado electoral nacional.
O. A. B. - Sí. Los que
votaron por el Partido Nacional en el
año 94, o al Partido Colorado, con
ese voto determinaron la
integración de las respectivas
convenciones. Tal grupo tuvo el 40%,
entonces tiene el 40% de los
convencionales. Tal lista sacó
tantos votos, entonces tiene dos
convencionales.
Ahora el Frente aplica un
método intermedio que tiene
algún parentesco con el
método aplicado por mucho tiempo
por el Partido Colorado-Batllismo, que es
un método, una especie de
afiliación más o menos
implícita, o más o menos
unilateral. Es decir, por un lado, el
Frente Amplio tiene afiliados que son
más o menos unos 40.000 y pico, que
corresponden a estos que se escrutaron el
domingo. Y luego, todo aquel que iba, daba
sus datos, firmaba una afiliación
instantánea, que era unilateral
porque ya le permitía votar -no era
una afiliación que tenía que
ir a un lugar para ver si lo aceptan o no
-, y con eso votaban. Esto se emparienta
mucho con las primarias batllistas del
año 89, las del 28 de mayo, cuando
se firmaba lo que se llamó la
Declaración de Fe Batllista, o el
compromiso, que ocurrió en otras
elecciones, es decir que con eso se
comprometía a votar al Partido
Colorado Batllismo en las próximas
elecciones. Es un acto unilateral de
afiliación. A este tipo de
elecciones generalmente se las denomina
elecciones a padrón abierto; pueden
tener muchos matices, pero más o
menos son esto. Esto explica los dos tipos
de electorados que hubo el domingo.
Por un lado, un electorado rondando
los 40.000 votos, que es el de personas
afiliadas que estaban en un padrón.
Al estar en el padrón de los
comités fueron y votaron. Ese voto
es común, normal. Ese voto se pudo
abrir y dio un primer resultado. Y todos
los demás votaron observados,
básicamente para comprobar que no
haya habido más de un voto por
persona.
Es muy difícil que alguien
pueda votar dos veces en el mismo lugar,
pero en la medida en que era abierto, y
abierto total, ni siquiera se votaba de
acuerdo a la credencial, uno votaba en
cualquier otro lado, una persona
podría haber votado en Carrasco, en
Malvín, en Buceo... Ahora viene un
proceso en que en base a cédula de
identidad van a detectar si hay doble
voto. A su vez, eso sirve para elaborar el
nuevo padrón de afiliados, y una
vez validados los votos observados se
computan.
El otro elemento es la edad de los
votantes, que no es nada nuevo en Uruguay,
es muy viejo que se pueda afiliar a un
partido a los 14 años, y esto fue
una innovación que introdujo en
Uruguay el Partido Nacional Independiente,
en la Carta Orgánica que
elaboró a principios de los
años 40. Digo esto porque he
oído algunos comentarios muy
sorprendentes.
E. C. - Claro, ha habido sorpresa.
Alguna gente ha dicho: "¿Cómo?
14 años es el comienzo del liceo,
prácticamente. ¿Ya a esa edad
se puede votar?".
O. A. B. - Normalmente es la edad en
que la gente empieza a socializarse
políticamente. Y si pensamos en el
comienzo de un período
interelectoral es cuando comienza a ver
qué vota al cumplir los 18
años. Esto puede verse bien o mal,
puede verse como prematuro o no. Todas las
discusiones sobre edades son las
mismas.
E. C. - Claro, pero un argumento en
contra podría ser que el que tiene
14 años hoy en las próximas
elecciones, o sea en el 99, va a tener
16.
O. A. B. - Lo que pasa es que
normalmente se fija una edad standard. Si
no, una persona votaría a partir de
los 14, pero al año siguiente es a
partir de los 15 o de los 16. Normalmente
se ponen edades fijas. El tema de las
edades es muy arbitrario. ¿Por
qué 21, por qué 18? Hay
países que ya empezaron a bajar la
edad de votación a 16 años
para elecciones nacionales, y esto de los
14 es algo que sí ha sido muy
controversial en Uruguay.
E. C. - Pero que tiene
antecedentes.
O. A. B. - La controversia
comenzó cuando el Partido Nacional
Independiente incorporó la edad
para ser afiliado a los 14 años. Y
repito que fue hace ya más de medio
siglo que se incorporó la edad de
14 años en Uruguay para ser
afiliado a un partido
político.
E. C. - Oscar, ya que estamos
hablando del cuerpo electoral, de los que
estuvieron habilitados para votar en las
elecciones del domingo, del Frente Amplio,
sería bueno que ahora
examináramos brevemente la cantidad
de votantes que hubo. No se conoce
todavía el número preciso,
pero se habla de unos 140.000.
O. A. B. - Sí. Ese dato
está un poco confuso, sobre todo
por Canelones, y oscila entre 135.000 y
140.000 votos. Desde el punto de vista del
análisis es exactamente lo
mismo.
E. C. - ¿Es una cifra alta,
efectivamente?
O. A. B. - Bueno, es mucho
más que el 20% de los votos que
tuvo el Frente Amplio en la
elección pasada, y mucho más
del 20% de los votos que podría
llegar a tener. Es una cifra
difícil de analizar. El Movimiento
Por la Patria obtuvo 100.000 votos en la
elección de noviembre de
1986.
E. C. - Una elección interna
de Por la Patria, no tiene nada que ver
con las elecciones internas de los
partidos políticos.
O. A. B. - No, en la elección
interna de Por la Patria, previa
afiliación, la afiliación
era gratuita, unilateral, no era
asociarse, pero con un padrón que
se cerraba 30 días antes. Y dio
-muy curiosamente- 80.000 votos en el
interior y alrededor de 20.000 solamente
en Montevideo, cuando Por la Patria
tenía un número de votantes
que era la mitad de lo que puede tener el
Frente Amplio hoy.
E. C. - Estamos hablando del
año 86, cuando Wilson aún
vivía.
O. A. B. - Sí, en el auge del
Wilsonismo y previo a la Ley de Caducidad,
y por lo tanto de los problemas internos
que esto generó en Por la Patria.
También es verdad que estamos
hablando de un momento de altísima
militancia en el país, de alto
compromiso político. Por otro lado,
el Frente Amplio ha tenido elecciones pero
no tenían la riqueza de votar a
todo el Plenario y elegir entre los grupos
políticos con listas, los
socialistas, Asamblea Uruguay, Vertiente,
MPP, 1001, que realmente es lo que a la
gente la motivaba a votar, sino elecciones
de comité de base. Bueno, siempre
en elecciones de comité de base las
cifras fueron muy bajas y en el mejor de
los casos anduvieron muy poco por encima
de los 40.000 votos reales. Yo
diría que para el nivel de
politización que hay en Uruguay
hoy, que es bajo, ésta es una
convocatoria bastante alta. Yo
diría que es bastante o muy
elevada.
E. C. - Yo recuerdo que cuando
empezó a insinuarse la
campaña electoral, desde Asamblea
Uruguay, por ejemplo, el senador Danilo
Astori señalaba que había
que establecer como meta los 100.000
votos. Que era todo un desafío, una
aspiración llegar a esa cifra. Las
elecciones terminaron
desarrollándose en un clima
inesperado, de alguna manera, para el
Frente, con el tema del Hotel Carrasco, el
MPP, Arana, Zabalza de por
medio...
O. A. B. - Sí. Si bien es muy
difícil aquello famoso de
qué habría pasado si
Napoleón hubiera ganado en
Waterloo, pero evidentemente si no
hubieran ocurrido estos hechos es probable
que el interés hubiera sido menor.
El Frente Amplio realiza las elecciones
justo en un momento de alta
conmoción para la ciudadanía
frenteamplista, con todo lo que supone la
renuncia de Tabaré Vázquez y
los episodios que lo precedieron. Creo que
desde ese punto de vista fue un momento
motivante para que la gente votara. Pero
creo que una fuerza política que
convoque a 140.000 personas para una
elección interna tiene que
considerarse satisfecha del resultado
obtenido.
E. C. - Las elecciones internas
anteriores del Frente Amplio habían
andado por los ...
O. A. B. - 40.000 y tantos
reales.
E. C. - El profesor Hugo Cores
más temprano manejaba
57.000.
O. A. B. - Bueno, hay cifras
manejadas pero no son cifras absolutamente
exactas.
E. C. - Y tú decías
que no son elecciones comparables.
O. A. B. - No, no son comparables.
¿Por qué? Porque elegir
delegados de base o por lo menos hacer
elecciones unipersonales, de personas que
en su mayoría no son de
conocimiento público, que se mueven
en un plano muy interno, que los conoce el
que milita en los comités, en
Montevideo o en Canelones... Quizás
en el interior, donde todo el mundo es
conocido, es más fácil que
la gente pueda votar de esa manera, con un
método de votación que no es
el habitual en Uruguay. Es una lista con
todos los nombres, y marcar con cruces
tres nombres es todo un mecanismo para el
iniciado, que no atrae demasiado.
E. C. - Eso era lo de las elecciones
anteriores.
O. A. B. - No, lo de las elecciones
anteriores y las actuales elecciones, y
una parte para los llamados delegados de
base. Eso determinaba que una convocatoria
de 40.000 era alta en la medida en que
estaba marcando una convocatoria de gente
que tenía que tener niveles muy
cercanos. Acá estamos marcando algo
que es muy importante para el
análisis posterior. Al
frenteamplismo, a partir de hoy, es muy
claro que lo delimitamos en tres
círculos. Tenemos un primer
círculo, más o menos de
40.000 personas -no importa si un 35 o un
50, pero por ahí- que podemos decir
que es el espacio más o menos
militante, el espacio que tiene una
cercanía de información al
funcionamiento regular cotidiano de las
estructuras del Frente Amplio.
Hay un segundo espacio de 50.000 a
150.000 que es un espacio de un
frenteamplismo muy comprometido, pero
más distante de la militancia, al
punto que recién se fue a afiliar
el domingo. Y un tercer gran
círculo, por supuesto que con un
degradé formidable entre ellos, de
450.000 personas, que hoy aseguran que van
a votar al Frente Amplio si hubiera
elecciones. Casi todos aseguran que van a
votarlo en el 99.
E. C. - En las encuestas,
¿no?
O. A. B. - En las encuestas, pero
que no fueron a votar el domingo. Entonces
tenemos el espacio militante, el espacio
no militante pero de opinión
comprometida y el espacio de lo que
podemos llamar de opinión
pública general
frenteamplista.
E. C. - Entonces, a partir de esos
tres círculos, entre otras cosas
podría preguntarse cómo va a
ser el resultado del escrutinio cuando
éste termine, de qué manera
van a variar o no los números que
han ido conociéndose ahora, a
partir de estos 31.700 votos escrutados.
Ya se han difundido datos que le otorgan
al Espacio 90 el 32%; a Democracia
Avanzada, a la Lista 1001, un 19%; a la
Corriente de Izquierda, los radicales, 15%
a 16%; a la Vertiente Artiguista 14%; a
Asamblea Uruguay 9%, casi 10%; a Izquierda
Abierta 4%; al PVP 2,285 y al POR, Partido
Obrero Revolucionario, 0,36%. Estos son
números parciales del escrutinio de
los votos no observados. Pero falta mucho
todavía.
O. A. B. - Exacto. Nosotros podemos
definirlo políticamente de esta
manera: cuando se termine el escrutinio de
los votos no observados vamos a tener el
resultado final del primer círculo.
Vamos a tener el mapa político de
lo que podemos llamar el espacio
más o menos militante del Frente
Amplio. Eso, a los efectos de la
composición del Plenario puede no
ser muy importante. Pero sí a los
efectos de evaluar cómo se componen
los distintos tipos de adhesión al
Frente Amplio. Y acá tenemos que va
a terminar más o menos en esta
cifra una vez que vengan los datos de
Canelones y algunos circuitos que
están faltando de Montevideo y no
sé si del interior.
Hay un Espacio 90 con el peso
protagónico del Partido Socialista,
por encima del 30%, en torno al 20%
Democracia Avanzada, un poco más
abajo el MPP y aliados, luego la
Vertiente, en un orden muy bajo Asamblea
Uruguay, lo cual está marcando un
dato muy fuerte que es la lejanía
que tiene Asamblea Uruguay del espacio
militante del Frente Amplio, y
después sí ya los sectores
menores como Izquierda Abierta, que
encabeza Nicolini, y el sector del PVP,
cuya figura máxima ha sido siempre
Hugo Cores.
Ahora, el tema es, cuando tenemos la
friolera de más del doble de votos
observados, o dos veces y media más
de votos observados que de votos abiertos,
prácticamente podemos decir que
todavía no tenemos escrutinio. Eso,
a los efectos del resultado final. Pero
veamos algunas conclusiones. A mí
siempre me gusta empezar diciendo lo que
no es. Para mi sorpresa, vi comentar en
televisión o en algún diario
que los votos observados normalmente
siguen la tendencia del voto
abierto.
E. C. - En este caso es
absolutamente al revés. Es
absolutamente impredecible.
O. A. B. - Eso cuando estamos
hablando de la elección nacional
donde votan 2:000.000 de personas y hay
80.000 votos observados, primero. Segundo,
el voto observado no tiene ningún
sesgo. Ojo, a veces los votos observados
no siguen la tendencia porque tienen
sesgo. Por ejemplo, cuando el 30% era de
los custodias, el voto militar y policial
ponía un sesgo muy fuerte -cosa que
en el 94 ya no lo tuvo- e incidía
mucho. Pero además, si el voto
observado es un voto rural no es lo mismo
que si es montevideano. Acá es una
cosa totalmente distinta.
No es un voto observado porque
alguien se olvidó de la credencial
o no estaba en el padrón. Es porque
unos son afiliados y otros recién
se afiliaron el domingo, lo cual implica
dos actitudes distintas. Y pensar que da
lo mismo suponer que todos los votos del
Frente Amplio tienen el mismo grado de
uniformidad en el electorado, que el
individuo de opinión pura que se
informa por televisión y el que va
todos los días a militar al
sindicato o al comité de base son
de la misma estructura... Eso no es
así, notoriamente.
E. C. - Entonces, a partir de la
elección interna del Frente Amplio
del domingo tú hablabas de varios
círculos: el voto militante de
aparato, el voto de opinión...
Vamos a ver qué consideraciones se
puede hacer, tenemos nada más que
el escrutinio de 32.000 votos.
O. A. B. - Partamos de la base de
que no va a haber muchas modificaciones
cuando tengamos el escrutinio final de
este primer círculo. No me importa
un 1% más o menos, estamos hablando
del "ranking". Vamos a ver qué se
puede pensar hacia el escrutinio final,
cuando se escruten estos 100.000 votos.
Creemos que los comportamientos de
los grupos políticos son todos
distintos. El Espacio 90, en
función de los estudios que surgen
de las encuestas, aparece como un sector
político muy uniforme, de
distribución muy uniforme, que
tiene más o menos el mismo peso
entre el sector militante, entre sectores
próximos pero no militantes e
incluso en la opinión general, que
ni siquiera se acercó a votar el
domingo. Yo diría que no
habría que esperar sorpresas en
relación al Espacio 90, y que
razonablemente es posible esperar que
mantenga con cierta holgura este primer
lugar que obtuvo en el escrutinio
primario.
E. C. - Del orden del 30%.
O. A. B. - Bueno, ya afinar
porcentajes es un poco más
difícil, pero no sería
sorprendente que mantuviera el
30%.
E. C. - Pasemos ahora a Democracia
Avanzada, que es quien aparece ahora, con
estos números, en segundo
lugar.
O. A. B. - Con Democracia Avanzada y
la Corriente de Izquierda, cuyo sector
prevalente es el MPP, podemos decir que
tienen, con matices, un elemento
común, que es una muy fuerte
presencia en la estructura militante que
se desvanece a medida que se va a los
espacios de opinión más
general. Creo que es más fuerte
todavía la presencia de Democracia
Avanzada en el espacio militante que de la
Corriente de Izquierda. La Corriente de
Izquierda puede tener un poco más
de espacio de opinión que
Democracia Avanzada, pero todo
indicaría que cualquiera de estos
dos porcentajes tendrían que bajar
si se sigue lo que uno visualiza en los
estudios permanentes de opinión
pública.
A la inversa ocurre con la Vertiente
y con Asamblea Uruguay. La Vertiente, sin
duda, tiene un espacio militante
más fuerte que Asamblea Uruguay,
14% contra 10%, y en espacios de
opinión Asamblea Uruguay y
Vertiente vienen muy parejos a nivel de
encuestas. Hay que ver cómo
están en este primer
círculo, y acá sí
aparece una incógnita, si a
Asamblea Uruguay en esa paridad que se
observa con la Vertiente en opinión
pública, le da para invertir la
relación entre ambos. A priori
aparece más favorable el escenario
para la Vertiente que para Asamblea
Uruguay, pero es una incógnita
porque son 100.000 que hay para escrutar.
Da la impresión de que el primer
lugar es lo más claro, y luego,
sí, es muy cambiante y muy
sorprendente la posición de los
otros cuatro sectores. Es posible que
Asamblea Uruguay y la Vertiente tengan en
estos 100.000 votos bastante más
captación, más holgura de
captación -y fuerte-, que
Democracia Avanzada y Corriente de
Izquierda.
Los otros sectores no sólo
votaron mal sino que además da la
impresión de que fuera del espacio
militante su captación va a ser muy
pequeña y que van a disminuir
claramente los porcentajes, lo que va a
llevar a que el PVP prácticamente
obtenga la banca que ya tenía
asignada por el mínimo y que
Izquierda Abierta pueda estar ahí.
Quizás un poco más,
podría llegar a dos pero no mucho
más que ello.
E. C. - Recordemos que Izquierda
Abierta es un desprendimiento de Asamblea
Uruguay.
O. A. B. - Es un Desprendimiento de
Asamblea Uruguay, sí. Y lo que
sí es importante marcar es que ese
desprendimiento pegó fuerte en el
espacio militante, ya que Izquierda
Abierta en el espacio militante estuvo
bastante cerca de ser la mitad de lo que
fue Asamblea
Uruguay.
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