Argentina
en la encrucijada - II
Oscar
A. Bottinelli - diálogo con
Emiliano Cotelo
EMILIANO COTELO:
En el análisis que realizabas ayer,
Oscar, nos habían quedado dos
aspectos para considerar, y era bueno
trasladarlos para este momento cuando
íbamos a tener ya los
últimos números de encuestas
disponibles.
Recién José Antonio
daba algún titular, algunas
referencias a algunos de estos sondeos; yo
tengo aquí la edición de
Clarín y entonces aporto
algún número más de
esa encuesta relacionada con la provincia
de Buenos Aires. Dice: "A 48 horas de la
elección de diputados, el Partido
Justicialista y la Alianza de la
oposición aún sostienen una
dura disputa por la intención de
voto en la provincia de Buenos Aires. En
ese escenario, la candidata del Partido
Justicialista, Chiche Duhalde, registra
una ligera ventaja, apenas 1,2 puntos
porcentuales sobre la candidata del
acuerdo UCR-Frepaso, Graciela
Fernández Meijide. En un escenario
de virtual empate técnico,
según la denominación de los
encuestadores, Chiche obtiene 44% de
intención de voto contra 42,8% que
recoge Fernández Meijide. Hay 8,1%
de los encuestados que se declara
indeciso."
Los datos surgen de una encuesta del
Centro de Estudios de Opinión
Pública, hecha en exclusiva para
Clarín. Abarcó 1.360
consultas en el gran Buenos Aires y 11
localidades del interior de la provincia,
y fue tomada en los últimos cinco
días. El estudio tiene 95,5% de
confiabilidad y reconoce un margen de
error de 2,71%. Y agrego este otro
elemento: la encuesta contempla dos
hipótesis sobre la
proyección del voto de los
indecisos, que en cada caso favorece a una
y otra candidata, y da lugar entonces a un
pronóstico abierto para el distrito
más numeroso del país, con
más de 8:000.000 de electores sobre
un total de más de 22:000.000.
Hablemos de las encuestas.
OSCAR A. BOTTINELLI:
Lo primero que tenemos que señalar
es lo siguiente. Una diferencia que se
plantea con las empresas encuestadoras en
Uruguay es que aquí las empresas de
primera línea se manejan todas de
forma absolutamente independiente con
respecto a vinculaciones partidarias. Y
por lo menos dos de ellas lo mantienen
invariablemente -una de las formas de
asegurarlo es que se trabaja para los
distintos partidos-; en cambio, en
Argentina en general tiende a haber una
relativa vinculación de empresas
encuestadoras con partidos
políticos. Se denuncia mucho la
existencia de una guerra de encuestas,
porque en general hay diferencias
importantes. Por ejemplo, a nivel de
Capital Federal, mientras Julio Aurelio da
un empate en el segundo lugar entre el
Partido Justicialista y Cavallo,
Acción para la República,
Graciela Romer da ganando por casi el
doble al Partido Justicialista sobre
Acción para la República,
también en la Capital
Federal.
E.C. - Sí, es una diferencia
fuerte.
O.A.B. - Son diferencias muy
fuertes, e incluso a nivel de todo el
país, si bien hay una cierta
aproximación en los resultados
finales, hay diferencias fuertes entre las
distintas empresas encuestadoras en cuanto
a las cifras. Esto ha dado lugar, por
ejemplo, a que en la exposición
final de cierre de campaña, la
senadora Fernández Meijide,
más allá de que muchas de
las encuestas favorecen a la Alianza, haya
dicho: "Bueno, vamos a dejar de lado la
guerra de encuestas, porque unas nos dan
como ganadores y otras nos dan como
perdedores".
El segundo tema es un poco
más delicado y tiene que ver con
las muestras. Tú acabas de leer la
ficha técnica de la encuesta que
dirige Roberto Bacman, del Centro de
Estudios de Opinión Pública.
La ficha técnica técnica de
Bacman, en lo más importante no
difiere demasiado de las otras, de la de
Graciela Rohmer, la de Julio Aurelio, la
de Catterberg, la de Fraga, Mora y
Araújo. Todas están
referidas a una muestra urbana; incluso en
las elecciones presidenciales ni siquiera
contemplaban la muestra de la totalidad de
las provincias, de los distritos. Estas
muestras, más allá del
margen de error estadístico que les
asignan, están en relación
al propio universo muestrado y
están excluyendo del universo un
sector cuyo comportamiento electoral no
necesariamente es el mismo al de la zona
urbana, y acá puede haber algunas
diferencias entre la encuesta y la
elección.
Y lo tercero es que, salvo Bacman,
del CEOP, los demás acostumbran a
difundir las cifras ya proyectando los
indecisos. El único que difunde el
porcentaje de indecisos y que los proyecta
por primera vez en el día de hoy es
Bacman. Los demás tienen una
técnica diferente que confunde un
poco, porque ya pusieron a los indecisos
dentro y uno no tiene todos los datos de
cómo hicieron para
proyectarlos.
Extraigamos las conclusiones a nivel
de las encuestas viendo todo el panorama.
Tenemos tres datos: el primero, a nivel
nacional, más allá de que la
Cámara de Diputados se renueva
parcialmente y no es en proporción
a los votos emitidos en todo el
país, sino que se dirime el tema
provincia por provincia, es que
políticamente la lectura más
importante es quién ganó,
como si hubiera sido una elección
presidencial.
E.C. - Sí, va a importar
hacer la suma.
O.A.B. - Va a importar saberlo en
todo el país. Hay acá un
juego político interesante: la
Alianza como tal no se presenta en los 24
distritos, entonces se están
presentando los datos -lo que
técnicamente es correcto, pero se
le da lectura política- entre la
Alianza por un lado y la Unión
Cívica Radical y el Frepaso por
otro. Es decir, se toma en cuenta los
votos de la Unión Cívica
Radical y el Frepaso por separado, cuando
no son parte de la Alianza; es el caso de
Córdoba o Chubut, por ejemplo.
Visto así, todas las encuestas
coinciden en que a nivel nacional hay un
relativo empate, puntos más puntos
menos, entre la Alianza como tal y el
Partido Justicialista.
E.C. - O sea, si se deja de lado
aquellos lugares donde la Unión
Cívica Radical y el Frepaso van
separados.
O.A.B. - Exactamente. Pero si
sumamos los votos de la Unión
Cívica Radical y el Frepaso que van
por separado, todos coinciden, con
diferencias muy fuertes en las cifras, en
que el conjunto de fuerzas que constituye
la Alianza derrota claramente al
Justicialismo. Las diferencias son que
para Graciela Rohmer es de 12 puntos, para
Julio Aurelio es de siete puntos y para
Bacman, que se maneja con prudencia, hay
un rango de 10 a 13 puntos. Lo cierto es
que, independientemente de cuál sea
la cifra, más chica o más
grande, todos los encuestadores
están coincidiendo en
señalar que la oposición
expresada en la suma de Unión
Cívica Radical y Frepaso y
expresada en la mayoría de las
provincias en la Alianza, va a tener una
ventaja importante, por lo menos no menor
al 6% o 7% sobre el Partido Justicialista
de Menem. Esto parece una primera
conclusión.
La segunda conclusión es que
la diferencia entre las encuestas es
cuál es la magnitud del triunfo que
tiene en Capital Federal la Alianza sobre
los demás. Las cifras más
conservadoras están ubicando el
voto de la Alianza próximo al 60%,
y las más optimistas lo
están llevando ya al 65%. Eso
está implicando un triunfo
categórico. No es excepcional desde
el momento en que en la Capital Federal en
la elección del jefe de Gobierno de
la ciudad autónoma de Buenos Aires
la primera fuerza fue la Unión
Cívica Radical y la segunda el
Frepaso, y el Partido Justicialista fue,
por muy lejos, tercero. Podía
esperarse desde el principio.
La lucha que hay en este momento es
por ver qué pasa atrás.
Acá está la discrepancia
entre las encuestas, si sale segundo el
Justicialismo con el campeón
mundial de motonáutica, Daniel
Scioli como candidato, como primer
titular, o Acción para la
República, encabezada por Domingo
Cavallo, que en general va a hacer un
papel electoral muy por debajo de las
propias expectativas.
Y luego, lo más importante es
la elección en Buenos Aires, que es
la provincia y el distrito más
grande de Argentina.
E.C. - 8:000.000 de electores sobre
un total de un poco más de
22:000.000.
O.A.B. - Buenos Aires es el eje
político de Argentina. Acá
están en juego muchas cosas,
externas e internas. Hay una duda con
respecto a quién gana pero se
está manejando una relativa
paridad, una lucha cabeza a cabeza en las
cifras de estas encuestas. Hay que ver
qué pasa con el medio rural y
qué grado de corrección
tuvieron los indecisos.
Desde el punto de vista de las
bancas no importa demasiado la diferencia,
porque pueden terminar dándole la
misma a cada una de las dos listas
principales, pero lo significativo
acá es lo simbólico: si gana
la lista de Graciela Fernández
Meijide y Federico Storani, es decir la
Alianza, o gana el Justicialismo,
encabezado por Chiche Duhalde, la esposa
del gobernador de la provincia de Buenos
Aires y ex vicepresidente de la
Nación con Menem, Enrique
Duhalde.
E.C. - Vemos ahora los escenarios
posibles y las candidaturas
presidenciales.
O.A.B. - Primero, el resultado desde
el punto de vista jurídico. Esto no
va a variar demasiado el panorama, no
está en juego la Presidencia de la
Nación y la Cámara de
Diputados se renueva por mitades.
¿Qué puede pasar desde el
punto de vista
jurídico-político? Nadie
discute que el Menemismo va a conservar la
calidad de primera fuerza en la
Cámara de Diputados, por lo que
tiene y porque además va a tener
una muy buena votación, aunque no
gane a escala nacional. Los resultados
provincia a provincia dejan una duda, que
es la incógnita quizás
más importante desde este punto de
vista: si logra estar por encima o por
debajo de la mayoría absoluta de la
Cámara. Nadie duda que va a ser la
primera fuerza. Pero a esa primera fuerza,
¿le da para ser mayoría
absoluta, tener más de la mitad de
los diputados, o no? Esta es la primera de
las cosas importantes de esta
elección.
En segundo lugar, desde el punto de
vista político, de gobierno para
los dos próximos años,
¿qué impacto tiene sobre el
gobierno este resultado? ¿Cómo
va a jugar, cómo va a administrar
este buen resultado, lo que aparentemente
sería una victoria a escala
nacional, una clara victoria a escala de
Capital Federal y un muy buen resultado
aunque no llegara a ganar a nivel de la
provincia de Buenos Aires, la
Alianza?
El ex presidente Alfonsín,
que aparece como un gran referente de toda
la Alianza, maneja con mucha fuerza la
idea de decir: "Argentina va a volver a
hacer política, va a volver el
diálogo, va a volver la necesidad
de que las dos principales fuerzas
políticas discutan y no haya una
imposición permanente de una fuerza
política sobre el resto del
país".
Menem ha sido muy cauto, pero ha
dicho: "Van a ser los mejores años
de mi gobierno, no tengo ninguna
expectativa electoral de por medio, es
donde puedo concretar mi obra". Y no
cerró ni abrió las puertas a
la posibilidad de este diálogo y de
esta gobernabilidad.
La Alianza expresa con toda claridad
que se va a poner a las órdenes
para la gobernabilidad. Esto, según
la Alianza, significa facilitar la labor
de gobierno, pero discutir con éste
las medidas que se van a tomar. De alguna
manera está diciendo: "Queremos
rectificaciones fuertes". Y claramente lo
dijo Alfonsín con todas las
palabras: "De ninguna manera la Alianza va
a reclamar ni quiere tener presencia en el
gabinete". Con sus propias palabras, eso
sería para la Alianza "el abrazo
del oso".
Luego vienen las otras consecuencias
que tiene esta elección desde el
punto de vista de la competencia interna
de los partidos. Y aquí tenemos
primero la competencia dentro de la
Alianza: hay acá un gran referente
que es el ex presidente Raúl
Alfonsín, al que algunos le
atribuyen intenciones presidenciales de
disputar la vuelta, pero otros creen que
no. La lista de nombres no es
pequeña, y todos son de figuras que
se han transformado en "pesos pesados" de
la política argentina. En primer
lugar, si va a ser del Frepaso o va ser
radical. Del Frepaso surgen en esta
elección dos grandes figuras. Una
es "Chacho" Alvarez, que es líder
histórico del Frepaso, candidato a
vicepresidente hace dos años y,
luego de irse del Frepaso el candidato
presidencial, Bordón, quedó
como la figura principal. Y luego, esta
gran figura electoral que es Graciela
Fernández Meijide, esta senadora
sexagenaria que está logrando una
captación popular en la provincia
de Buenos Aires realmente
extraordinaria.
A nivel del Radicalismo hay tres
grandes figuras aparte del ex presidente
Alfonsín: el jefe de Gobierno de la
ciudad de Buenos Aires, Fernando de la
Rúa, que tiene una
aprobación de su gestión del
orden del 60% en este momento; la cabeza
radical a diputados por Capital Federal,
segundo en la lista de la Alianza, el
presidente nacional de la Unión
Cívica Radical, Rodolfo Terragno,
escritor, periodista, ex ministro; y la
cabeza radical de la provincia de Buenos
Aires, también segundo candidato a
diputado de la Alianza, el diputado y ex
presidente de la Cámara, Federico
Storani.
Del lado del Peronismo, la
incógnita es qué pasa con
Duhalde. Si gana la lista de su esposa,
éste queda proyectado en las
mejores condiciones para suceder como
candidato presidencial del Justicialismo a
Carlos Saúl Menem; si pierde
Duhalde se le complican las cosas, va a
tener que pelear muy duramente.
Aquí aparecen otros dos nombres que
son los rivales de Duhalde: el ex
gobernador de Tucumán, Ramón
Ortega, mucho más famoso y conocido
como cantante -"Palito" Ortega-, y el ex
gobernador de Santa Fe, también
más conocido por su calidad de
vicecampeón mundial de
Fórmula Uno en automovilismo,
Carlos Reutemann. En el Justicialismo, el
resultado va a depender muchísimo
de si Duhalde queda posicionado adelante y
por lo tanto Ortega y Reutemann tienen que
pelear de atrás o al
revés.
En la Alianza, la elección no
define nada en materia de candidaturas y
recién ahora va a empezar a
plantearse la disputa en torno a las
candidaturas.
El corolario más importante
de esta elección es, por supuesto,
que sea cual sea el resultado final, pero
siempre que se mantengan estas cifras que
manejan las encuestas, Argentina
quedó -ahora sí-, de cara al
99 con una elección altamente
competitiva, con dos fuerzas
políticas con exactamente las
mismas probabilidades de ganar cada una de
ellas la Presidencia de la Nación,
de retener el poder el Justicialismo o de
darse el paso histórico en
Argentina de que un partido entregue en
tiempo, forma y normalidad la Presidencia
de la Nación a otro partido.
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