La
Internacional Socialista en la política
uruguaya
Oscar
A. Bottinelli
La relación de la Internacional
Socialista con la política uruguaya es un
tema de fuerte presencia a partir de la
restauración institucional. Originalmente, a
esta internacional perteneció el Partido
Socialista del Uruguay. A mediados de los
años 50 se produce un doble fenómeno:
por un lado la actitud de algunos partidos
socialistas gobernantes en Europa -y centralmente
el socialismo francés- en relación a
los movimientos emancipadores e independentistas
del tercer mundo. Hay un episodio concreto que
lleva al enfrentamiento del Partido Socialista
uruguayo con la Internacional Socialista, que es la
guerra de Argelia, la forma en que Francia combate
los movimientos independentistas para tratar de
mantener su status colonial. Se trató de
gobiernos franceses, con ministros del socialismo
francés. Este es uno de los elementos que
lleva a la separación del Partido Socialista
uruguayo de la Internacional Socialista.
Por otro lado, también en esos
años el Partido Socialista uruguayo inicia
un cambio político, que lo lleva de
posiciones más o menos insertas en los
viejos parámetros de la Internacional
Socialista, a posiciones de corte mucho más
izquierdista, más marxista. Eso conduce, por
un lado al apoyo a grupos revolucionarios
guerrilleros, y por otro a adoptar hacia 1972 la
definición de marxista-leninista. Esa
definición luego tiene algunas correcciones,
pero básicamente es una afirmación
clara del marxismo, con los aportes e
incorporaciones de otros pensadores, entre ellos de
Lenin.
Durante el gobierno de facto en Uruguay -y
éste quizás es uno de los puntos de
referencia que hay que tomar-, distintos dirigentes
y fuerzas políticas se van relacionando con
la Internacional Socialista. El Partido Socialista
se empieza a reencontrar con el socialismo europeo
desde el exilio: hay una relación fuerte con
el Partido Socialista Obrero Español, con el
Partido Socialista catalán, con los partidos
socialistas o socialdemócratas escandinavos.
Y también aparece un período de
vinculación fuerte de Wilson Ferreira
Aldunate con el socialismo escandinavo, de
Sanguinetti y sectores ligados a él con el
socialismo francés, con la socialdemocracia
alemana, y también con algunos sectores de
la socialdemocracia o el socialismo escandinavo.
Dentro del Frente Amplio, aparece la 99 -ya
transformada en Partido por el Gobierno del Pueblo-
iniciando vínculos con partidos o grupos
socialistas europeos. La 99 aparece dando los pasos
que lo ubican, primero como observador y luego como
miembro pleno de la Internacional Socialista.
Paralelamente se da a nivel juvenil que la Juventud
por el Gobierno del Pueblo y la Juventud del
Partido Socialista pasan a integrar la
Internacional de Juventudes Socialistas.
En este juego apareció el PGP -partido
que ahora aparece disuelto ya que se integra al
Partido Colorado- con una pertenencia a la
Internacional Socialista, y el Nuevo Espacio
estableciendo un relacionamiento con dicha
internacional en una especie de continuación
a la del PGP. Además un relacionamiento
personal de Sanguinetti con líderes y
figuras del socialismo europeo, particularmente con
Felipe González, antiguamente con el
fallecido presidente de Francia François
Mitterrand y ahora esta nueva situación que
plantea el Partido Socialista.
El fin de semana pasado, el Comité
Central del Partido Socialista uruguayo dio un paso
muy fuerte al volver a retomar institucionalmente
los contactos con la Internacional Socialista, con
la cual tiene una serie de vínculos desde el
período del exilio en adelante, pero nunca
había llegado al paso orgánico de
pedir una especie de reingreso, paso que dio en esa
resolución.
Como pasa siempre, los partidos y las
personas tienen mayor relacionamiento con algunos
sectores que con otros. En el caso del Partido
Socialista uruguayo, aparece esa vieja
relación con el Partido Socialista Obrero
Español, dentro del mismo con el Partido
Socialista catalán, y con los socialistas
italianos y escandinavos como algunos de los puntos
centrales. Esto viene de la mano de un tema que
Gargano plantea con mucha exactitud, que ya no es
de preocupación sólo para los
socialistas y frenteamplistas sino para todo el
sistema político uruguayo: el Partido
Socialista está planteando esta
incorporación, en aras del relacionamiento
internacional de un partido que es parte de una
fuerza política que se siente con
vocación de gobierno y que aspira a
gobernar. Por otro lado, plantea el relacionamiento
de las fuerzas políticas dentro del
Mercosur. En otra oportunidad, hicimos un paralelo
entre la Unión Europea y el Mercosur.
Veíamos que en este último, faltaba
una correlación de los partidos
políticos con la fuerza e intensidad que se
dio desde el origen en la Comunidad Europea, y que
ayudó mucho al doble proceso político
de integración: por un lado la
integración entre gobiernos e instituciones
y por otro la de los propios partidos entre
sí. En ese aspecto, el Partido Socialista de
Uruguay da un paso estableciendo la necesidad de un
relacionamiento más fuerte y más
fluido de ese partido, o del Frente Amplio, con el
Partido de los Trabajadores en Brasil y con el
Frepaso en la Argentina.
Más allá del ángulo
particular por el cual el Partido Socialista da
este paso, aparece planteado un tema de mucho
interés para el país: la necesidad o
conveniencia de que desde el Uruguay, los distintos
grupos políticos den pasos hacia una mayor
integración de los partidos políticos
del Mercosur, y a su vez hacia el
interrelacionamiento de los partidos con los
sistemas políticos que giran en el
mundo.
|