Un Brasil entre
dos polos
Oscar
A.Bottinelli
EMILIANO COTELO:
El pasado domingo 4 de octubre tuvieron lugar las
elecciones federales y estaduales en Brasil, el
país más influyente del Mercosur. El
hecho más importante fue, sin duda, la
reelección del presidente Fernando Henrique
Cardoso, sin necesidad de recurrir a una segunda
vuelta. Pero, confirmada la reelección,
surge una serie de preguntas. Por ejemplo:
cómo se valora la votación del Frente
de Izquierda, encabezado por "Lula" Da Silva;
cómo pesa el resultado de las elecciones
parlamentarias en el futuro de Brasil, y qué
pasó con las elecciones estaduales para
gobernador.
Vamos a tratar de buscar respuestas a estas
preguntas en el análisis político de
hoy, a cargo de Oscar Bottinelli, director de
Factum, politólogo, que nos propone para
este análisis el título de "Un
país entre dos polos". Oscar:
¿qué te parece si antes de ir al nudo
del análisis que tú propones, nos
detenemos unos minutos en el papel de las
encuestas, que ha dado lugar a mucha
discusión.
OSCAR A. BOTTINELLI
Sí. A diferencia de otras discusiones, como
las que se han suscitado en Europa, por ejemplo, o
algunas veces aquí en el Uruguay, sobre el
nivel de afinamiento o no afinamiento de las
encuestas, en Brasil se presentó una
discusión muy dura, básicamente en lo
referido a las encuestas previas de hogares, aunque
también hubo una discusión sobre las
encuestas de boca de urna. La más importante
de las encuestas previas de hogares, la del Ibope
-el Instituto Brasileño de Opinión
Pública y Estadística, nombre un poco
engañoso porque no es un instituto oficial
sino que es una empresa, la más importante
de audiencia de Brasil, según me dijeron-,
más o menos proyectó, no muy
diferente de lo que ocurrió, la
votación de Fernando Henrique y la de Cyro
Gomes, el tercero. Sin embargo, hubo un error de
más de 7 puntos en lo que se le adjudicaba a
"Lula". Además, quiero aclarar que no
decía que "Lula" tenía el 24,
Fernando Henrique entre el 41 o el 42, y que
había tantos indecisos, sino que proyectaba
el resultado. Y esta proyección del
resultado le daba a "Lula" prácticamente una
duplicación por Fernando Henrique. Si bien
fue muy grande la ventaja de Fernando Henrique,
más de 20 puntos, la distancia fue de 53 a
31. Y esta equivocación de 24 a 31, que
afectó a un solo candidato, ya no
está hablando de distintos errores
estadísticos que tuvieron un sesgo hacia un
lado o hacia el otro, sino que un candidato solo
aparece disminuido con fuerza. Ello ha generado
acusaciones muy duras desde el conjunto de partidos
que respaldó la fórmula Da Silva -
Brizzola, en cuanto se consideró que
acá podía haber un juego de las
encuestas con intencionalidad electoral, y no
exclusivamente un error técnico que
cualquiera puede cometer. Por ejemplo, en las
últimas elecciones británicas fueron
muy gruesos los errores cometidos por todas las
empresas. En lo único en que
coincidían era en que ganaba Blair, pero los
porcentajes de todos difirieron muchísimo en
las cifras del resultado final. Hubo una
acusación, y el tema es muy importante
porque se inicia toda una discusión sobre el
papel de las encuestas...
EC -
y cómo regular su trabajo
y su difusión en las semanas previas a la
elección.
OAB - ... y cómo regular su trabajo y
su difusión en las semanas previas. E
incluso -algo que ha preocupado mucho en el mundo-
una intención de que las encuestas sean
auditadas desde el Estado, lo cual estaría
implicando una pérdida de libertad para los
realizadores de las encuestas.
EC - Más aun en un país donde
hay reelección.
OAB - En un país en el que hay
reelección, y en un país donde
todavía los organismos no están
libres de toda sospecha de favoritismos
oficiales.
Yendo al resultado: primero, el dato en
sí mismo es la votación que tuvo
Fernando Henrique con alrededor del 53 por ciento
de los votos válidos. Lo cual, aparte de
asegurarle la reelección, está
marcando que hay un poquito más de la mitad
del país, que -con algunas reservas,
seguramente- se volcó a lo que podía
ser la certeza.
Parece bastante claro que la apuesta de
Fernando Henrique fue la conformidad con los
efectos del Plan Real y la certeza.
¿Por qué la conformidad con los
efectos del Plan Real? Bueno: el Plan Real y la
política económica seguida por
Fernando Henrique se aplicaron en un país
que venía de una inflación fenomenal.
A veces es muy difícil explicar esto a los
uruguayos, porque en Uruguay se confunde mucho la
inflación que hemos tenido en Uruguay con
una hiperinflación; la gente que no ha
vivido en países con hiperinflación
no tiene la menor idea de lo que es subir de tarde
a un ómnibus y preguntar cuánto sale
el boleto en relación a la mañana; o
hacer una cola para comprar leche, y el precio tuvo
dos subas desde que empezó la cola.
Acá, a la gente que vive de ingresos fijos,
reducidos, escasos, la baja de la inflación
le puede significar que el mismo dinero que le
duraba quince días le dure treinta, de un
mes para otro. Esto, que puede ocurrir en una
política de "shock", ocurrió en
Brasil. Y por eso, los sectores bajos siguen
recordando la influencia que tuvo el "shock" de
corte a la hiperinflación, y se volcaron
masivamente por Fernando Henrique.
A su vez, el Plan Real y la
contracción de la economía
afectó, y mucho, a los sectores medios, que
se volcaron en forma muy fuerte -los sectores de
alta urbanización, además- a favor de
"Lula" Da Silva o la fórmula "Lula" Da Silva
- Leonel Brizzola, que obtuvo una votación
también muy importante, de alrededor del 32
por ciento. Si la mitad del país votó
por la certeza, un tercio del país
votó por la disconformidad, votó por
el cambio. No hay una sola lectura. Cada
elección tiene varias lecturas, porque
cuando se dice que el resultado fue tal, no es que
un país entero vota para un lado, salvo
cuando se tienen resultados tipo el
referéndum nuestro de 1992, en el que una de
las opciones tiene el 70 por ciento de apoyo, y la
otra menos del 30. Pero acá hay esquemas,
hay segmentos.
Pero, además, hay un tercer
componente, que es Cyro Gomes. Gomes fue ministro
de Fernando Henrique. Estuvo en todo este
período de gobierno, en la apoyatura a lo
que vienen siendo los sucesivos gobiernos de
Sarney, Collor, Itamar Franco, Henrique; es decir,
no necesariamente ocupando cargos de gobierno, pero
venía en ese conglomerado. Cyro Gomes sale
de ahí y forma su propio partido. De alguna
manera, en un espectro derecha - izquierda, se
ubica entre Fernando Henrique y "Lula",
desplazándose crecientemente a posiciones de
oposición dura hacia Fernando Henrique, y
obtiene un 11 por ciento.
Luego tenemos un 4 por ciento de otras
candidaturas, que podemos llamar de menor
porte.
Lo importante es visualizar que en Brasil hay
dos resultados. Hay un Fernando Henrique, que sale
fortalecido con más de la mitad de Brasil
respaldándolo, que vota por la certidumbre,
que vota por la estabilidad, y un 43 por ciento de
Brasil que vota por el cambio o que vota por la
disconformidad, a través de dos opciones.
Este 43% se compone de 32 y 11: una es una
opción de cambio relativamente fuerte,
más incierto hacia dónde era ese
cambio por el conglomerado de apoyaturas que
había detrás de "Lula" Da Silva -y no
necesariamente los planteos de "Lula" eran los
mismos que los de Brizola-, pero que era una
apuesta al cambio. Y la de Cyro Gomes, que era, por
lo menos, una apuesta a la disconformidad, a una
variación de este tipo de política
económica.
EC -¿Qué lectura puede hacerse
desde Uruguay de este resultado?
OAB - Cada uno puede hacer dos tipos de
lectura. La votación que respalda a Fernando
Henrique puede ser capitalizada desde el gobierno
uruguayo, sobre todo por esa proximidad de
imágenes que hay entre Fernando Henrique y
Sanguinetti, personas que más o menos
pertenecen en el mundo al mismo espacio
político e intelectual. Entonces, desde ese
ángulo, puede beneficiar la visión al
sanguinettismo. Por otro lado, la votación
de "Lula" está dentro de los porcentajes en
que en Uruguay ha votado -o puede llegar a votar-
el Frente Amplio - Encuentro Progresista. El Frente
Amplio estuvo en el 30 por ciento de los votos
válidos, está dado 35 en las
encuestas, y "Lula" estuvo en el 32. Esto
está marcando que hay en estos países
un espectro electoral que podría moverse
más o menos al unísono, sin
saltearnos que no es lo mismo el Encuentro
Progresista y el Frente Amplio que "Lula" Da Silva
- Brizzola. Incluso, el Frente Amplio puede ser
más abarcativo que el conjunto de partidos y
movimientos que respaldaron la candidatura del ex
dirigente metalúrgico.
EC - Pasemos ahora a las elecciones
parlamentarias.
OAB - En función de un sistema
bastante complicado que tiene Brasil para la
distribución de bancas (si bien parte del
principio proporcional, la proporcionalidad se
aplica a nivel estadual y no federal, lo cual
provoca desproporcionalidades y distorsiones), y en
función, además, de que el voto
parlamentario fue distinto al voto presidencial-
tenemos que Cardoso y el conjunto de fuerzas que lo
respaldaron va a obtener un poco más de 350
bancas (hay algunas dudas todavía en las
informaciones), lo que le está implicando
una pérdida de entre 26 y 30 bancas.
A su vez, el PT va a obtener entre 5 y 7
bancas más de las que tiene actualmente, y
queda un margen de algo más de 100 bancas
-posiblemente, 103, 105, 106, según las
distintas informaciones-, que corresponden a los
partidos entre los cuales están las
apoyaturas a Cyro Gomes y a partidos
próximos a "Lula".
Se presenta, entonces, la interregante de,
por un lado, cómo van a jugar. Porque la
alianza que respalda a Cardoso tiene 361 bancas,
pero detrás de Cardoso hay distintos
partidos; y, además, hay en Brasil una
competencia muy fuerte entre tres partidos del ala,
llamémosle, hacia el oficialismo: el Partido
de la Social Democracia Brasileña -que es el
partido oficial de Fernando Henrique-; el Partido
del Frente Liberal, que es el partido con el que
gobernó Sarney; y el Partido del Movimiento
Democrático Brasileño, que fue el
partido clásicamente opositor de Brasil
durante todo el régimen militar, y que fue,
además, el viejo gran partido de la
transición y luego quedó reducido a
ser uno de los partidos más importantes.
Cómo terminen de definirse no sólo
las bancas, sino las gobernaciones estaduales, le
va a dar más o menos juego a Fernando
Henrique en la articulación de la bancada
oficialista. Para gobernar, en Brasil hay dos cosas
a tener en cuenta: por un lado, el presidente con
un Parlamento que tiene articular, en que los
diputados y los senadores pertenecen a partidos
distintos, con muy poca disciplina partidaria. Y
ahí tiene que "zurcir" muchísimo. Por
otro lado: los diputados y senadores pertenecen a
estados, cada uno con sus intereses,
contradictorios entre sí. A veces, un
diputado del PT de Rio Grande do Sul tiene
más afinidad con un diputado oficialista de
Rio Grande do Sul que con un diputado del PT de San
Pablo. Los juegos regionales, en Brasil, son muy
fuertes. Y, además, está el gobierno
federal y están los gobiernos de los
estados, y la política que lleva el gobierno
federal choca a veces con la política de los
estados, y ahí viene lo que ya vimos sobre
cómo se va a resolver el tema de las
gobernaciones, que es un tema clave y la mayor de
las espinas que tiene Fernando Henrique.
EC - Ingresemos, entonces, en el
capítulo de las gobernaciones.
OAB - En una lectura uruguaya y de algunos
europeos, podría decirse: que Fernando
Henrique tiene una ventaja al estilo de los
laboristas en Gran Bretaña. Sí,
perfecto; pero el Laborista es un partido
disciplinado, bastante rígido. En Brasil, en
cambio, hay que lidiar con una mayoría de
350, para empezar, de no menos de tres partidos,
que tienen diferentes intereses e ideas entre
sí. Tener mayoría, en Brasil, se
renueva día a día. Y, a veces, minuto
a minuto. Ese es un primer problema.
El otro tema es de los gobernadores
estaduales: Brasil es un país muy federal.
Cuando uno dice "muy federal" está diciendo
que los estados federados de Brasil tienen mucho
poder y muchas atribuciones. Y esto ha sido causa
de una de las grandes complicaciones de este
proceso de reforma que han impulsado los sucesivos
gobiernos brasileños, particularmente el de
Itamar Franco y el de Fernando Henrique, porque una
cosa es lo que ha hecho el gobierno federal y otra
la que han hecho los gobiernos estaduales. Los
estados brasileños tienen entre sí
las diferencias que en el mundo puede haber entre
los países del Primer Mundo y los
países más subdesarrollados de
Africa. Brasil tiene toda la escala
socioeconómica de países dentro suyo.
Y desde del punto de vista político
hay una dispersión del poder entre el
Partido Social Demócrata Brasileño,
el Frente Liberal y el PMDB, por una lado, en las
gobernaciones. Por otro lado, hay gobernaciones
fuertes en manos del PT.
Pero, además, hay balotaje para las
gobernaciones. En la segunda vuelta para las
gobernaciones hay situaciones como la siguiente: en
el Distrito Federal compite el PT de "Lula" con el
PMDB, que es aliado de Fernando Henrique, pero con
el que tiene una relación de amor y odio, y
del que Fernando Henrique, por escaso margen,
recibió el apoyo para su reelección
con Itamar Franco. En Minas Gerais, el balotaje es
entre el PMDB, este partido aliado con recelos de
Fernando Henrique, y el propio partido de Fernando
Henrique. En San Pablo, el balotaje está
yendo entre el candidato del PPB -un partido
afín a Fernando Henrique, con muchas
reservas, con un caudillo muy tradicional de
Brasil, como es Paulo Maluf- y el candidato del PT.
Por otro lado, existen enfrentamientos como,
por ejemplo, el de Rio Grande do Sul,
también entre el PMDB y el PT. O el del Mato
Grosso, entre su propio partido y el PT.
Entonces, ¿qué hace Fernando
Henrique? ¿Cómo se vuelca? No
sólo los resultados finales que puede
provocar. Ha sido muy pareja la elección en
muchos estados, y puede terminar en: uno, que haya
muchos gobernadores contrarios al gobierno federal.
Y en otros casos, que en los pronunciamientos de
Fernando Henrique, en la forma en que se vaya
inclinando, gobernadores que pertenecen al campo
oficialista puedan quedar en una situación
de encono con respecto a Fernando Henrique, y que
esto luego le vaya a dificultar este juego que
tiene que hacer de fuerza y negociación
entre el gobierno federal y los gobiernos
estaduales.
¿Por qué este acento en los
gobiernos estaduales? Porque las políticas
de reforma que tiene previsto llevar adelante
Fernando Henrique y su coalición de gobierno
en el futuro tienen como eje el problema del poder
de los gobiernos de los estados. Por lo tanto,
necesita imponerles soluciones a los gobiernos
estaduales, o tener el apoyo de los gobiernos
estaduales en la misma línea de reforma o,
por lo menos, llegar a una transacción en
estos paquetes de reforma. Y el clima
político es esencial para lo que va a
ocurrir.
Esto se da en un contexto en el que Cyro
Gomes, el tercero de los candidatos presidenciales,
está apuntando a la formación de un
gran y duro frente opositor, que representa al 43
por ciento de la votación brasileña.
Por eso hablábamos de la posibilidad de un
Brasil "entre dos polos", que le genere a Fernando
Henrique una oposición dura en el Parlamento
federal, en los Parlamentos estaduales, y en la
apoyatura de los gobiernos estaduales que respondan
al PT, a los grupos que apoyaron a "Lula" o a Cyro
Gomes, como un gran frente de oposición a
Fernando Henrique, que le haga a esta segunda
presidencia mucho más dura, mucho más
riesgosa que la primera.
Por lo tanto, el primer dato es esperar al
balotaje de las gobernaciones de los estados que
están en disputa, y luego tendremos
claramente el escenario que tendrá Fernando
Henrique para esta segunda presidencia.
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