Balance del
Año Político
Oscar
A.Bottinelli
EMILIANO COTELO - En el último espacio
de análisis de este 1998, en vísperas
de un año triplemente electoral, el
politólogo Oscar A. Bottinelli nos propone
un balance del año político.
OSCAR A. BOTTINELLI - Más que un
balance será un punteo de este año al
que podemos dar un nombre muy rimbombante: el
último año de gobierno del milenio,
porque consideramos que terminó el tiempo
útil de gobierno. El nuevo sistema electoral
que alargó las campañas electorales y
creó un ciclo de un año y medio
dentro del quinquenio, ha llevado a que el tiempo
útil de gobierno, aquél en que las
medidas se pueden tomar con calma, ha terminado. De
ahora en adelante todo el funcionamiento
político del país se va a realizar y
se va a leer en clave electoral. Estamos en una
campaña electoral e (independientemente de
esta ley que entró a regir ahora y que
pretende acortar las campañas exclusivamente
mediante la reducción de la publicidad en
los medios electrónicos), las
campañas se alargaron porque se creó
un sistema de una muy larga duración, desde
que hay un nuevo sistema de elección del
Presidente, que de verdad es a tres vueltas, como
lo hemos explicado antes: un sistema de tipo
eliminatorio cuyos cuartos de final empiezan en
abril, y cuyo resultado pone a cuatro personas de
cara a la elección de octubre, y luego hacia
una definición en noviembre. Esto implica
una campaña electoral absolutamente
ininterrumpida.
¿Qué se puede puntear como un
rápido balance (sin jerarquizar demasiado
afinadamente) de este año 1998, que en gran
medida es un balance del cuatrienio 1995-98? Se
podría marcar básicamente ocho
cosas.
1) A nivel del sistema político: la
instauración y la puesta en funcionamiento
del nuevo sistema electoral, lo que significa el
comienzo de todo un nuevo ciclo político en
el país, un largo ciclo político que
sucede al iniciado con la Constitución de
1918 y culmina con esta de 1997. Nuevo sistema
electoral que va a afectar las prácticas
políticas: ya se está viendo
cómo las nuevas prácticas electorales
afectan a la estructura misma del sistema de
partidos y su funcionamiento, y lo veremos con
más fuerza a partir de 1999 y del año
2000.
2) A nivel de ejercicio del gobierno: el
logro de una coalición muy estable, que
permitió llevar adelante sin grandes
sobresaltos y de una forma bastante lineal una
política de gobierno, con sus aciertos y
errores, con los lineamientos que a unos gustan y a
otros no y que tiene toda política de
gobierno. Una coalición muy amplia, muy
abarcativa, como que en principio supuso su
integración por la totalidad de los dos
partidos tradicionales. No obstante, es verdad que
son partidos que ya no tienen la representatividad
de antes, que ya no son el 90 por ciento sino el 63
por ciento del país. Hubo otro
coalición en la historia del país que
representaba más o menos los mismo: todo el
Partido Colorado con el Partido Nacional
Independiente, entre 1943 y 1947, pero era si se
quiere una coalición desigual: un gran
Partido Colorado que representaba el 57 por ciento
del país, con un aliado menor que
representaba al 9% y le daba un plus de
mayoría. Ahora son los dos partidos
tradicionales en igualdad, cada uno representando
poco más del 30 por ciento del electorado
nacional.
Las dudas que deja este balance son sobre los
costos de la coalición para los asociados al
partido de gobierno. Dentro del Partido Nacional,
el sector más oficialista, el que lidera el
doctor Alberto Volonté, sin duda ha sufrido
en términos de captación electoral a
lo largo de este año. Puede señalarse
múltiples causas, pero es un dato que uno de
los elementos de ataque que recibe es la forma en
que llevó adelante la coalición de
gobierno y la forma en que se comprometió
con ella. Esto, a la larga, deja dudas para una
próxima coalición en el futuro
gobierno: hasta dónde es útil a un
segundo o tercer partido coaligarse con un gobierno
cuyo presidente es de otro partido.
3) A nivel de políticas de Estado: un
logro trascendente para el gobierno, aunque queda
la interrogante de la instancia plebiscitaria, es
la reforma de la seguridad social. Es un cambio muy
fuerte en el sistema, que tuvo menos conflictividad
y menos confrontación de la prevista antes
de su implantación, y que ahora
tendrá una instancia en que se puede definir
su mantenimiento o su cambio en aspectos cruciales.
Pero a nivel de política de Estado
también hay que marcar, por un lado, la
incertidumbre que ha planteado la reforma de la
enseñanza, una reforma altamente
conflictiva, que ha producido algunos cambios
importantes pero ha recibido cuestionamientos desde
distintos ángulos, incluyendo a la propia
coalición de gobierno, y luego el tema de la
seguridad pública, que deja dudas sobre la
rapidez que puede tener para su solución,
que parecería ser de muy largo plazo. Por
último, como políticas de Estado,
cualquiera que se implante en el país lo
será sobre el trasfondo de una
percepción en la opinión
pública de temor a las incertidumbres, de
temores hacia el futuro, de ciertos miedos.
4) A nivel de políticas concretas de
gobierno deben marcarse dos elementos muy
importantes: el logro de la inflación de un
dígito, que sin ninguna duda aparece hoy
como consolidado en la medida en que todas las
fuerzas políticas consideran que debe
mantenerse, y por otro lado las percepciones de la
opinión pública sobre la
desocupación como un fenómeno
preocupante.
5) A nivel del Partido Colorado, algo
importante a destacar es que ha surgido un camino
de solución para elegir al candidato a la
Presidencia, lo que se denomina "el vicario", el
candidato a sustituto. Había sido uno de los
temas conflictivos, difíciles de resolver en
instancias anteriores, pero hasta ahora parece
superado con éxito (y no hablamos de las
personas sino del camino elegido).
Lo otro es que el Partido pasa de un
liderazgo hegemónico que tuvo en la
elección pasada a una muy peculiar
bipolaridad, en que no aparece como un partido
polarizado sino como una bipolaridad de
candidaturas: dos candidatos que se diferencian en
sus estilos, en sus propuestas hacia el futuro, en
sus trayectorias, pero que no están
planteando un partido enfrentado en dos sectores
sino como que ambos se reconocen como continuadores
de esta misma política de gobierno, y que
marcan distintas formas de relación con el
presidente Sanguinetti, pero ninguno en un plano de
confrontación con el mismo: uno como su
discípulo y continuador, otro como un igual
que le sucedería jugando una política
que, en timings parecidos, uno arrancaría
con la política del otro. Aparece entonces
un Partido Colorado en un planteo que, si no
cambia, es muy significativo como
transformación en el país: un partido
unido que se expresa a través de personas
diferentes.
6) A nivel del Partido Nacional se han
producido cambios muy dinámicos, más
allá de que si analizamos el cuatrienio,
pasa de tener originalmente dos grandes candidatos
a tener nuevamente dos grandes candidatos. El
cambio se produce en cuanto a cuáles son
esos dos candidatos y esos actores. Pero durante
casi todo el período 1995-98, el Partido
Nacional se basó en una triple candidatura,
una especie de "tres polos" si se me admite el
término no muy correcto, y de golpe, a
partir de agosto, fue cambiando hasta terminar en
dos candidaturas que además representan, en
gran medida (no en su totalidad: esto tiene muchas
excepciones, no es un proceso lineal), el
espíritu de las dos grandes corrientes
históricas que la colectividad blanca ha
tenido a lo largo de toda su existencia.
7) A nivel del Frente Amplio también
hay cambios muy importantes. El primero de ellos,
aparentemente muy tenue, del que todavía no
se han visto los impactos, el paso decisivo dado en
noviembre del Frente Amplio al Encuentro
Progresista. El Encuentro Progresista es, a partir
de noviembre, una fuerza política
estructurada, organizada, de carácter
permanente, dentro de la cual el Frente Amplio es
una de las partes, un sector y no la totalidad o la
fuerza convocante, como lo fue con anterioridad. El
segundo cambio es esta novedad en la izquierda que
es la existencia de la doble candidatura, que la
lleva a una confrontación electoral abierta,
pública, que comienza con dos polos y luego
va a terminar en que una de las dos candidaturas
tenga el apoyo de una pluralidad de listas a las
convenciones. Y finalmente lo que podemos llamar la
consolidación del proyecto Vázquez y
su contracara, el surgimiento del proyecto
Astori.
Pero, claramente, todas estas
transformaciones del Frente Amplio - Encuentro
Progresista, la potenciación o el retorno de
Vázquez como presidente del Encuentro y como
presidente del Frente Amplio, han significado la
culminación de un proceso por el cual se
pasó de un proyecto que tuvo como referente
a Seregni, y una institucionalidad en torno al
Frente Amplio organizado con distintas pautas, a un
poryecto completamente diferente, muy amoldado al
estilo y la personalidad de Tabaré
Vázquez.
8) A nivel del sistema político e
institucional: aparece el surgimiento de las
políticas municipales, de la política
municipal, de la política partidaria a nivel
departamental como un plano autónomo de lo
nacional. Lo vamos a ver con mucha fuerza de enero
a abril en la presentación de las
candidaturas a las convenciones departamentales,
que se hace simultáneamente con la
Convención Nacional en abril, y luego hacia
mayo del 2000 con la elección separada de
intendentes. Vamos a ver una forma de
política municipal separada de la nacional
como no se vio nunca en la historia del
Uruguay.
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