El día
después: el papel de las encuestas y los
resultados de ayer
Oscar
A.Bottinelli - diálogo con Emiliano
Cotelo
EMILIANO COTELO:
Con el politólogo Oscar Bottinelli, director
de Factum, nos interesa comenzar a trazar
líneas de análisis sobre los
resultados de las elecciones de ayer. Hay todo un
capítulo que es el del interior del
país y algunos departamentos clave, que
quizás tengamos que dejar para más
adelante, cuando los números estén
mejor divulgados.
Oscar, te propongo escuchar lo que tú
decías a las 21.45 ayer, a través de
Canal 4; ése fue el momento en que las
internas -sobre todo las del Partido Colorado y
Nacional- quedaron definidas:
(Grabación:)
"OSCAR A. BOTTINELLI:
El Partido Colorado en este momento tiene el 36,5%
de los votos. En segundo lugar, el Encuentro
Progresista-Frente Amplio tiene 30,0%. Tercero
está el Partido Nacional, con 27,9%; cuarto
el Nuevo Espacio, con 1,7%, y luego otras opciones
-incluyendo votos en blanco y anulados- 3,9%.
"En el Partido Colorado -proyección parcial
de escrutinio-: el doctor Jorge Batlle 54,8%, el
senador Luis Hierro López 43,8%, las otras
opciones 1,4%. En el Partido Nacional: el ex
presidente obtiene el primer lugar con 49,1%, el
doctor Juan Andrés Ramírez obtiene
33,3%, Alberto Volonté 10,2%, Alvaro Ramos
6,5% y Alem García 0,8%. En el Encuentro
Progresista-Frente Amplio el doctor Tabaré
Vázquez obtiene el 84,5% y el senador Danilo
Astori el 15,5%.
"Repetimos que esto es una proyección que se
realiza expandiendo la muestra de los 200 y tantos
circuitos que hicimos de todo el país -tanto
urbano como rural- cuando se llega a la mitad del
escrutinio".
(Fin de la grabación)
EC - Como decíamos, esto era lo que
comentabas ayer a la hora 21.45. Aclaremos que las
cuentas que estábamos haciendo hoy temprano,
sobre las 07.00 de la mañana, cuando en el
Ministerio del Interior todavía faltaban los
datos de 30 mesas, prácticamente ratificaban
esos números al decimal: teníamos a
Batlle con 55%, a Hierro López con 43,9%, a
Lacalle con 48,2%, a Ramírez con 42,2%, a
Vázquez con 82% y a Astori con 18%.
Hay todo un tema a analizar, que es el de las
encuestas en boca de urna -el trabajo que se hizo
ayer durante el día y que tú
empezaste a divulgar a las 19.30-, las proyecciones
de escrutinio -como ésta que diste a las
21.45- y las encuestas de los días previos.
Te propongo arrancar por allí.
OSCAR A. BOTTINELLI:
Empecemos por las encuestas a boca de urna. En
Uruguay las proyecciones de escrutinio tienen ya su
tiempo; no recuerdo si empezaron sólo en
medios de comunicación o solamente en sedes
partidarias en el año 71. Luego de la
restauración institucional, en el año
84, empezaron las proyecciones de escrutinio.
Nuestro debut en este tipo de actividad se produjo
hace 10 años, el 16 de abril de 1989 en
Canal 4, con una proyección de escrutinio
-aunque nuestro papel particular fue el de
analistas- y el 28 de mayo del 89 -en lo que a los
pocos días pasaría a ser la empresa
"Facta" que luego fue "Factum"- diseñamos la
primera encuesta de boca de urna de este
país. En aquel momento la llamamos con el
nombre con que la importamos: "exit poll". Lo de
"encuesta a boca de urna" fue un brasilerismo que
se nos pegó porque en el ínterin hubo
unas elecciones brasileñas que hicieron
mucho ruido. Recuerdo que en el 89 la propaganda
hablaba del "exit poll".
EC - Es una encuesta que se hace durante la jornada
de votación, preguntándole a la gente
que acaba de votar.
OAB - Exactamente. Marquemos cada cosa por su lado.
La encuesta a boca de urna se diferencia de la
encuesta diaria, de la que habitualmente
presentamos acá en dos cosas. La primera
diferencia es que la habitual se hace en los
hogares; de una muestra surge un conjunto de
hogares, se entrevista a un individuo por hogar, se
va a la casa. En el caso de la encuesta a boca de
urna se toma a la gente a la salida del lugar de
votación. En el 96 hicimos lo que
venía a ser una especie de estudio
metodológico y junto con la encuesta a boca
de urna hicimos encuesta de hogares y
telefónica, y nos dio que seguía
siendo mejor la encuesta en boca de urna, pese a
ser bastante imperfecta, ya que arroja un "no
contesta" disparatadamente alto para la encuesta de
hogares, que normalmente da niveles muy bajos en
ese sentido. En el caso de la de boca de urna esta
cifra puede andar en el 20%.
La segunda diferencia es muy importante: la
encuesta previa se refiere al futuro
-¿qué piensa?, ¿qué
prefiere?, ¿a quién va a votar?,
¿por quién se inclinaría a
votar? o ¿a quién piensa votar?-,
está en el ámbito de la
opinión. La encuesta a boca de urna -en la
medida en que se encuesta a la salida- se refiere a
qué hizo, es registrar un dato. No es lo
mismo preguntarle a la gente si va a ir al estadio
que preguntarle si ya fue.
EC - En este caso en particular, en que el voto no
era obligatorio, las encuestas previas se
encontraban con el problema de determinar
qué índice de participación se
iba a dar. En la encuesta de boca de urna esa
incertidumbre desaparecía porque ustedes
estaban consultando específicamente a
quienes habían ido a votar.
OAB - Estas encuestas tienen un problema
técnico. No estaría de más que
el régimen electoral uruguayo empezara a
acercarse a la tecnología del siglo XX. En
otros países se hace la encuesta a boca de
urna, por ejemplo, eligiendo el circuito 1.323 y se
encuesta a los votantes de ese circuito. Acá
hay que encuestar a los votantes del circuito 1.318
al 1.328 porque, como es tan "peligroso" que haya
400 personas -sumando todas las encuestadoras que
hacen boca de urna- encuestando a alguna gente,
puede correr peligro el sistema institucional,
entonces tienen que estar afuera del local.
EC - Tú estás hablando de las
disposiciones que rigen la actividad de las
empresas encuestadoras haciendo la encuesta en boca
de urna.
OAB - Exactamente. A mucha gente -a la que tiene
que ver con poderes de decisión- le cuesta
todavía entender que sin nosotros el
país todavía estaba hoy con todo el
mundo en vela, para ver qué pasaba con la
elección. Nuestra actividad aparece
totalmente extraña a la elección,
como la última que importa; es más
importante el delegado de una lista de 30 votos de
un pequeño departamento que la actividad de
las encuestadoras.
EC - Finalmente, termina pasando que los
funcionarios de las encuestadoras tenían
asignado un determinado circuito para hacer boca de
urna y aparece alguien que se lo impide.
OAB - O por lo menos que recoge los datos de varios
circuitos, porque lo único que sabe es que
sale gente que ya votó.
EC - Porque tienen que hacerlo fuera del local y
por lo tanto sale gente de varios circuitos.
OAB - La muestra no tiene la exactitud que
debería tener.
EC - La exactitud implicaba encuestar a los
votantes del circuito tal y sólo
ése.
OAB - Exactamente, porque de repente ese circuito
era de una edad joven, pero terminamos encuestando
a gente joven, de mediana edad y madura.
EC - Así que el resultado de encuesta de
boca de urna es el que Factum dio a las 19.30
horas; después hay otra cosa que se llama
proyección de escrutinio.
OAB - Exacto. Voy a comparar las dos
técnicas...
EC - Para situarnos en los horarios: el resultado a
boca de urna fue el que tú diste a las
19.30; el de proyección de escrutinio fue el
que diste 21.45 y 23.45. ¿Qué es una
cosa y qué es la otra?
OAB - Nuestra muestra fue de 201 circuitos. En esos
circuitos se va al escrutinio y se toma el "canto"
de los votos.
EC - Ustedes ponen gente en el momento en que
empieza a abrirse los sobres.
OAB - El mismo encuestador -en algunos lugares dos
encuestadores- va planillando la salida de los
votos. Con eso se hace un corte a determinada
altura del escrutinio, se nos pasa los datos y
hacemos lo que llamamos la proyección
parcial. Esto no es una encuesta, es un conteo de
votos: se determina que esos 200 votos -por la
forma en que se los eligió- representan los
7.000 circuitos del país. Ahí no hay
no contesta: hay votos efectivos, anulados y
observados. Eso se proyecta. Luego el trabajo se
sigue hasta que se abre el último sobre y se
termina lo que llamamos proyección
definitiva. Nuestra definitiva -que anunciamos al
aire- no es la definitiva total, porque
quedó un número ínfimo de
circuitos que a las 12.00 de la noche
todavía no había terminado la
apertura de los votos.
La diferencia entre una y otra técnica es
que una es una encuesta donde no hay
verificación de lo que dice la gente -aunque
cuando comparamos las cifras correspondientes a lo
que dijo la gente y las del escrutinio se puede
constatar que dijo la verdad; lo que ocurre es que
hay gente que no contesta; hay una serie de
fórmulas para proyectar o evaluar el no
contesta-; en cambio en el escrutinio hay un margen
de error estadístico producto de un error
muestrario. Toda muestra tiene errores
estadísticos.
Aquí es importante ver cómo han
funcionado en el país estas técnicas.
Voy a hablar de mi experiencia personal; viendo los
resultados de la competencia creo que todas las
empresas privadas funcionaron de modo parecido. En
el 89 la primaria Batlle-Tarigo -la hicimos
sólo en Montevideo- nos permitió
anunciar con absoluta claridad el resultado, que
fue muy abultado, de un dos a uno; se
anunció con el boca de urna. En la
elección del 89 el triunfo de Vázquez
en Montevideo y de Lacalle en todo el país
surgió de un boca de urna; no hubo necesidad
de esperar la proyección de escrutinio. El
13 de diciembre del 92 -casi al comienzo de nuestra
relación con El Espectador; el comienzo
había sido con el pre-referéndum de
la Ley de Empresas Públicas- tú
pusiste al aire la hora oficial que iba diciendo
"19 horas 29 minutos 40 segundos" y cuando
llegó exactamente a las 19.30 anunciamos el
triunfo abultado del "sí" sobre el "no", a
partir del boca de urna y con cifras altamente
confiables. En el 94 -la elección en que
entre el primero y el tercero hubo un 1,7- la boca
de urna sirvió para cuatro cosas: para los
dos plebiscitos constitucionales, para anunciar la
Intendencia de Montevideo y para anunciar el
Parlamento de tercios -alguna gente dijo:
"¿Para qué anuncian eso si era obvio?";
era obvio porque había encuestas nuestras
antes-, pero hubo que esperar a la
proyección de escrutinio para anunciar
quién era el presidente de la
República. En el 96 tuvimos la reforma
constitucional; la encuesta a boca de urna fue
insuficiente y hubo que esperar a la
proyección de escrutinio -donde
además hubo discrepancias entre las
empresas-; nosotros anunciamos el resultado de
virtual empate con apenas unos decimales del
"sí" por encima de la barrera de
aprobación. En el 99 -en la primera de las
instancias de la elección- bastó el
boca de urna.
Esto quiere decir que a veces las técnicas
se complementan. La boca de urna permite
determinados resultados y la proyección de
escrutinio es necesaria en algunos casos para
confirmar la primera y en otros para hacer el
primer anuncio confiable. En 1994 hubo resultados
oficiosos -de parte del Ministerio del Interior-
entre seis y ocho horas después de que el
país supiera quién era el presidente
por la actividad de las empresas encuestadoras,
particularmente de Factum y Cifra. En 1999 se supo
casi 12 horas antes quiénes serían
los candidatos únicos de los partidos.
EC - Estuvimos toda la mañana siguiendo la
información del Ministerio del Interior y
ésta recién llegó a estar a 30
circuitos del final del procesamiento sobre las
07.00 de la mañana; 06.30 faltaban muchos
más. Entre las 06.00 y las 07.00 hubo una
descarga importante de información, la que
se iba actualizando cada tres o cinco minutos.
Durante buena parte de la madrugada no había
números que dieran la tranquilidad de
entender que se tenía los resultados
prácticamente finales.
OAB - Prometo hablar del tema de la mecánica
de votación por un lado y de conteo de votos
por otro.
EC - Un oyente pregunta si no sería bueno
incorporar un sistema de urna
electrónica.
OAB - De eso vamos a hablar; hay pros y contras
para mucha cosa. No cabe dudas de que la forma en
que cuentan las cajeras en el supermercado es
bastante más rápida que el sistema
actual. Y además no es un sistema
sofisticado ni caro.
EC - Tú te refieres al código de
barras.
OAB - Al lector óptico, al código de
barras y al aparatito que transmite los datos por
línea telefónica, la mezcla de
cómo se utiliza la tarjeta de crédito
y cómo se calcula el total da lo que se
llama conteo en tiempo real y comunicación
en tiempo real de los datos. Esto de tiempo real
parece una cosa informática fenomenal, pero
en realidad estamos hablando de aparatitos
baratísimos y de información que va
por línea telefónica; no se trata de
aquello de los tendidos de cables para hacer una
red de computación.
Creo el Ministerio del Interior también
comete algunos errores porque no termina armando
bien las planillas, con elementos que permitan ver
totales y porcentajes de un solo pantallazo. No
puedo evaluar el trabajo del Ministerio del
Interior porque no lo he seguido mucho, pero
éste es víctima de que le llega
información inclasificable; nueve de cada 10
planillas que le llegan contienen datos
absolutamente incoherentes.
EC - Estamos hablando de las planillas elaboradas
por los funcionarios del Ministerio del Interior a
partir del resultado del recuento de votos.
OAB - No sé efectivamente quién es el
responsable, hasta dónde es la mesa y hasta
dónde el funcionario del Ministerio; pero lo
que sale de la mesa de votación no tiene la
precisión y la claridad que necesarias para
ser rápidamente ingresado en una
computadora. Ahí está la madre de los
líos.
EC - El escrutinio primario fue complejísimo
y lentísimo; ayer anduvo entre las dos y las
cuatro horas o más, según la mesa. El
recuento de votos en cada mesa fue terriblemente
lento, lo que a su vez impactó en la
información del Ministerio del Interior.
Hubo distintos factores que confluyeron.
OAB - Hace poco hubo elecciones en Italia y en
Suecia. Yo fui siguiendo las elecciones italianas
en Internet y cada 20 o 30 minutos tenía un
cambio de pantalla. A muy pocas horas de terminado
el referéndum, uno podía "clickear"
en la provincia que quisiera y tenía los
resultados -estoy hablando del 18 de abril- de este
referéndum que terminó de cambiar
fenomenalmente el sistema electoral italiano. Antes
se realizó un referéndum en Suecia en
el que hubo prácticamente seguimiento real
del escrutinio por Internet, y uno iba viendo
cómo cambiaban las cifras. Fue un esquema
fantástico: uno podía ir siguiendo el
escrutinio prácticamente en el mismo momento
que los líderes políticos suecos, con
diferencias de segundos.
EC - Vamos ahora al análisis de los
resultados. ¿Qué pasó? ¿Se
equivocaron las encuestas que en lo previo
señalaban paridad en el Partido Colorado y,
en el Partido Nacional, una diferencia muy fuerte
Lacalle-Ramírez?
OAB - Las encuestas no se equivocaron en absoluto.
Vamos a hablar de nuestras encuestas para no hacer
abogacía de cosas ajenas. Uno no sólo
hace encuestas para difundirlas en los medios de
comunicación; hace también
consultoría política para dirigentes
de todos los partidos, establece vínculos
personales muy fuertes con los dirigentes
políticos, con algunos porque tiene una
relación de largos años, de toda la
vida, y con otros porque estableció una
relación desde el ángulo profesional.
Realmente es muy duro decirle a alguien que le
empieza a ir mal; muchas veces he pensado en lo que
hace un médico cuando hace un
diagnóstico y le tiene que transmitir al
paciente algo bastante desagradable.
EC - Tú te refieres a las reuniones mano a
mano, privadas, con los dirigentes.
OAB - A las reuniones de consultoría con los
dirigentes, cuando uno analiza si le va bien o mal,
qué escenarios tienen y cuáles les
quedan. Realmente uno sufre; más allá
de que -como uno hace consultorías
múltiples- el mismo dato que perjudica a uno
beneficia a otro, uno no se alegra por el que se
siente perjudicado. Uno entiende que es muy natural
que el que se siente perjudicado -esto es
cambiante: al que hoy se siente perjudicado
mañana le puede ir bien y viceversa- tenga
una reacción inicial de ir contra el
dato.
Es muy viejo en la las leyendas y en la historia
comprobada lo de matar al mensajero, porque el
portador del mensaje es el rostro visible del
mismo. Discutir ese dato -que tiene mucha
falibilidad técnica; nadie, ni Factum,
proclama la infalibilidad de lo que hace, vivimos
publicando las tablas enteras de márgenes de
error, advirtiendo cómo hay que leer las
encuestas y que no somos ni lectores de borra del
café ni gurúes ni pitonisas, sino que
vamos proyectando estados de situación y
tendencias- es una reacción
lógica.
EC - Vayamos a la comparación entre lo que
las urnas mostraron ayer y lo que fue la
última encuesta Factum la semana pasada.
OAB - Mejor mostremos lo que dijeron todas las
últimas encuestas Factum. En el Partido
Nacional veíamos un escenario muy
competitivo Lacalle-Ramírez, con
Ramírez a la cabeza, que empieza a
invertirse a fin de año. En esa
inversión tenemos una curva de Lacalle
separándose de Ramírez; luego, a fin
de febrero, casi tocándose con Lacalle
arriba; luego separándose violentamente
hasta llegar, entre el 4 y el 13 de abril, con un
Lacalle espectacularmente despegado de
Ramírez. ¿Qué pasó en la
semana que fue del 13 al 20 de abril, cuando fue la
última encuesta? En esos siete días
Lacalle cayó un 6%; si analizamos y damos
por válido este escenario en el que Lacalle
-con una votación básica- estaba en
el 52% y sacó alrededor de un 48%, lo que
hizo fue reducir el ritmo de caída que
estaba teniendo.
EC - ¿A cuándo correspondía ese
número del 52%?
OAB - El 52% corresponde al 20 de abril; estaba
dando 57% al 13 de abril.
EC - La del 20 de abril fue la última
encuesta que dimos, el jueves.
OAB - Quiere decir que en una semana pasó
del 57% al 51% y terminó en 48%, cayó
menos de lo que venía cayendo.
Ramírez había llegado al piso, a su
nivel más bajo -creo que el 4 de abril-, al
13 de abril estaba en un 24 y fracción y el
20 de abril estaba ya pasando el 26% -estaba en una
línea ascendente-; pasó del 26% al
32%, que fue el final. Si uno baja y el otro crece,
la diferencia es chica.
Durante mucho tiempo insistimos en dar los
resultados sobre porcentajes del total del
electorado. Sobre el total del electorado
creció un 0,8%, y si no creció en
0,8% estaba dentro del más absoluto margen
de error posible, que era de más del doble
de esta cifra. Lo que es claro es que Lacalle le
ganó por algún cuerpo que otro a
Ramírez; no discutamos si fueron dos cuerpos
o dos y medio. No se puede decir que la encuesta no
tiene la perfección de un reloj
electrónico; nosotros jamás dijimos
estar vendiendo instrumentos de
precisión.
Recuerden cómo era Uruguay cuando no
había encuestas; en el año 1962 el
Partido Colorado perdió por más de
tres puntos y salió a festejar de noche y
terminó perdiendo la elección, porque
no se sabía cómo eran las tendencias
ni se conocía el resultado hasta que no
llegaban a lomo de mula los datos de
Paysandú, cuando se medía cómo
iba a votar un partido por las fotos que se
publicaba en los diarios o por la cantidad de
cuadras de los actos o por la cantidad de horas o
minutos que duraba una caravana, o por los caballos
o autos que llevaba alguien a la entrada de un
pueblo determinado. Estamos comparando eso con esto
y se está diciendo que esto es falible.
¡Claro que es falible! Lo primero que se dice
en una encuesta es el margen de error
estadístico. No es un margen de error de
Factum, es la ciencia estadística que tiene
ese límite. Estamos demostrando que en
ningún momento hemos ni siquiera llegado al
máximo de los márgenes de error
estadístico. Además están las
tendencias; no es que un día se hizo una
encuesta y se dijo "dio esto"; el pronóstico
tampoco fue el resultado. Este trabajo se
terminó el 20, y fue básicamente
hecho el 18; hubo una semana.
EC - Es una precisión importante: el dato se
divulgó el jueves 22 pero
correspondía a un cierre del 18 al 20. O sea
que desde el momento en que se hizo la
medición hasta que la gente efectivamente
votó pasó una semana.
OAB - La elección marca una corrida a favor
de Batlle. Esta corrida -más allá de
las encuestas- ¿no la vivió la gente?
Yo me fui a cortar el pelo y el peluquero me dijo:
"Mire, hoy vinieron 10 personas que iban a votar a
tal partido y van a votar a Batlle". También
hay que oír el comentario de la gente,
porque cuando la técnica da una cosa y la
gente está diciendo otra es porque algo
está pasando; o la gente está muy
desinformada o es muy parcial lo que oye, o a veces
uno tiene que prestar atención a lo que
está pasando y reencuestar por las dudas.
Fue visible que en la última semana hubo muy
fuertes cambios en la decisión
electoral.
EC - Claro, pero se ha dicho -lo que también
incluye una crítica a la difusión de
encuestas que han hecho algunos dirigentes-, por
ejemplo, que se produjo esa corrida a favor de
Jorge Batlle porque las encuestas decían que
la interna colorada estaba pareja, que entonces
hubo gente que salió a intentar definir ese
pleito.
OAB - Ese es otro tema, que propongo tratar de otra
manera. Hay que discutir si se puede o no dar
encuestas. Digamos otra cosa: analicemos toda la
información, todos los mensajes y
códigos que la población tiene o no
derecho a recibir o los que deben ser
censurados.
EC - El implícito en esta crítica es:
que se haga encuestas pero que no sean
publicadas.
OAB - No, el implícito es otro.
EC - Que las conozcan sólo los
dirigentes.
OAB - Hay otro implícito: que en una
sociedad puede censurarse lo que llegue a
información de los que tienen que decidir el
voto. El implícito no es el voto sino el
derecho a la censura. Esto es lo que hay que
empezar a discutir: qué información y
quiénes tienen derecho a censurar, si por
ejemplo se crea o no una especie de Iname electoral
que diga "estas encuestas sólo son aptas
para mayores de 18" o "para los que tienen
título universitario" o "se aconseja su
orientación y discusión para
ciudadanos de bajo nivel intelectual".
También podría llegarse a discutir si
no es conveniente calificar el voto y que no todos
los votos valgan lo mismo, porque hay diferentes
niveles intelectuales. Cuando se habla de prohibir
encuestas no se está discutiendo las
encuestas sino el concepto de la sociedad que se
quiere.
*************
EC - ¿Qué podemos decir a
propósito del índice de
participación, de votación?
OAB - Estuvimos hablando sobre las encuestas, y hay
un pequeño detalle a aclarar: se vota para
elegir Presidente, cargos públicos, no para
verificar la validez de las encuestas...
(Risas)
... lo que a veces se pierde de vista. No es un
testeo metodológico.
Pero, bien: el índice de
participación. Está ubicado
más bien en el nivel bajo de los
parámetros que habíamos trazado.
Recuerdan que habíamos manejado un nivel
bajo y uno alto, al que ubicábamos entre el
60% y el 76% de las personas habilitadas para votar
residentes en el país. Decíamos que
estaba entre 1:300.000 y 1:700.000. Monedas
más, monedas menos, estuvo cerca de
1:300.000 que equivalen en el padrón al 55%
a 56%. Efectivamente, el último dato que
habíamos manejado era que iba a estar entre
el 55% y el 70% del padrón, y estuvo en el
mínimo.
EC - Y eso ¿es alto o es bajo?
OAB - La cuestión es qué quiere decir
"alto" y "bajo". Es una elección que no es
la definitoria para la Presidencia, y por lo tanto
es muy difícil compararla ni con el pasado
uruguayo donde la elección era una sola, y
sobre todo las que tuvimos desde 1938 en adelante,
en que la concurrencia era voluntaria, pero se
elegía al Presidente, senadores, diputados,
autoridades departamentales. Y, segundo, la gente
fue entendiendo muy, muy sobre el final qué
importancia podría tener para la
definición presidencial. Esto nos lleva a
ser cautos en la comparación.
Manejemos algún dato. ¿Cuánta
gente votó sobre el electorado real por
ejemplo en 1966? Es muy difícil saberlo,
porque el padrón era bastante insuficiente,
teníamos un censo de población de
1963, pero podríamos hablar de una
participación por encima del 80%.
EC - ¿Por qué 1966?
OAB - Porque fueron las últimas con voto
voluntario. Sigo repitiendo que en Uruguay el voto
siempre fue voluntario, porque se habla de que esta
elección tenía esa "originalidad". Lo
menos original de esta elección es el voto
voluntario. Lo que sí es original -y
aprovecho para decirlo ahora- es que, con un
sistema de tres vueltas, o de tres instancias
(cuatro si se agrega la elección municipal),
una sea voluntaria y tres sean obligatorias. Me han
preguntado si esto está bien o mal, y
respondo que puede discutirse mucho, pero me parece
algo incongruente que jueguen dos sistemas a la
vez: o que fuera todo voluntario o todo
obligatorio. Después discutamos lo otro,
pero parecería que primero lo lógico
es la coherencia.
EC - Tú comparabas con la última
elección nacional de voto voluntario.
¿Y qué te da?
OAB - Que la participación estaría un
poco baja: en cifras groseras sobre habitantes del
país, 80 a 60.
Comparado internacionalmente, si en Estados Unidos
la elección del Presidente tuviera esta
participación, la "excelente convocatoria"
sería motivo de análisis de las
cadenas de televisión hasta ahora.
EC - ¿En qué orden se sitúa la
participación en la elección
presidencial?
OAB - Primero, es muy variable; y en general se
considera alta participación cuando
está en el 50%.
Si se lo compara con el voto voluntario en Europa
occidental, se diría que está baja
pero no extraordinariamente: estamos hablando de
porcentajes de 70 y algo a 80 algo según el
país y según el tipo de
elección. En Italia, por ejemplo (es verdad
que ahí juega el quórum y uno puede
no ir a votar para hacerlo fracasar), en el
último referéndum del 18 de abril, el
Sí tuvo el 90%. El problema es que la gente
que estaba en contra no iba, para evitar que se
lograra al quórum del 50% que validaba la
consulta. Pero uno diría que habría
muchos referenda que serían un éxito
con una participación como la de ayer.
Diría que el nivel de participación
en principio es de medio hacia arriba; medio-alto.
Me parece que demuestra un importante
interés de los uruguayos en decidir en
materia política o en materia de
autoridades, y que con esto el sistema
político uruguayo aparece relativamente
respaldado.
EC - Otro ángulo posible: la competencia
entre partidos, "competencia" entre comillas porque
no era eso lo que estaba en juego ayer.
OAB - De todos modos, con todo lo relativo que
tiene está marcando algunos datos
importantes.
Más allá de que cuando uno construye
la serie de 1942 a 1994 -una serie que trabajamos
mucho a nivel académico- está
mezclando siete elecciones con voto voluntario y
cuatro con voto obligatorio. Lo que hemos
encontrado es que los partidos tradicionales,
después de haber sumado más o menos
el 90% invariablemente salvo en 1946 (cuando
sufrieron una caída) tienen de 1966 en
adelante una caída constante elección
tras elección. En cada elección no
sacan ni siquiera la misma cantidad de votos que en
la anterior. Y ahora es la primera vez que la suma
de los partidos tradicionales remonta
porcentualmente.
EC - Porque tenemos al Partido Colorado con 36,5%
según la proyección Factum, y el
Partido Nacional 27,9%.
OAB - En consecuencia, superan el 63% que
habían logrado en 1994.
Y es la primera vez en que se detiene el
crecimiento de lo que podemos llamar la izquierda o
el centroizquierda. Sumando Encuentro Progresista y
Nuevo Espacio, habían pasado del 18% en 1971
a poco menos del 36% en la elección pasada,
y ahora sumados apenas superan el 30%.
EC - El Encuentro Progresista obtuvo 30,5% y el
Nuevo Espacio 1,7%.
OAB - 1,7%, una votación extraordinariamente
baja.
Esta primera conclusión no significa que
haya un cambio de tendencias en los partidos de
ahora hacia octubre, pero al menos ese automatismo
de que los partidos tradicionales sólo
están destinados a caer y la izquierda
sólo destinada a crecer no es tal.
Lo segundo es que el Encuentro Progresista-Frente
Amplio aparece muy lejos de las expectativas. Que
el Partido Colorado pudiera superar (no importa si
con voto voluntario) al Frente Amplio... Traigo
acá el recuerdo de la primera vez en que una
encuesta nos dio al Partido Colorado un punto por
encima del Encuentro Progresista, lo que
desató una catarata incluso de ataques, que
podían llevar a dudar sobre la estabilidad
mental mía o de Factum.
EC - Eso ocurrió hace un par de meses.
OAB - A fin de enero. Bueno: al menos mi problema
de estabilidad mental es el mismo que el de los
ciudadanos. No es la "rara avis" que se
creía, la resistencia de aquel individuo del
cuento, que va al zoológico por primera vez,
ve una jirafa y afirma: "Ese bicho no existe". El
bicho existe, lo cual llama a la reflexión.
Se puede explicar por qué ocurrió:
uno estuvo más competitivo, el otro menos,
uno fue más atractivo, el otro menos... Pero
en toda elección por algo la gente vota a
uno y no a otro.
¿Qué le pasa a Tabaré
Vázquez? Consolida, ahora sí, un
liderazgo absolutamente indiscutido en el Encuentro
Progresista-Frente Amplio. No es indiscutido
sólo a nivel de bases, de militancia, de
aparatos, de dirigencias, sino que en una
confrontación abierta de esta magnitud tiene
un resultado contundente.
EC - Superó el 80% de la interna.
OAB - Superó el 80% de la interna. El
liderazgo de Tabaré Vázquez sale
fortalecido de una manera extraordinaria. Pero con
un partido que no demostró la potencialidad
esperada, y que ahora tiene que demostrar esa
potencialidad hacia octubre.
El Partido Nacional sale mal. ¿Porque fue
más competitivo el Partido Colorado? Yo no
sé. El Partido Nacional tuvo cinco
candidatos, por lo menos tres de los cuales de alta
convocatoria, en algún momento por lo menos.
Volonté encabezó las encuestas del
Partido Nacional hasta agosto; Ramírez las
encabezó hasta diciembre; hay competencia
Lacalle-Volonté, Lacalle-Ramírez,
Ramírez-Volonté,
Lacalle-Ramírez-Volonté... Entonces
hay otros factores que no solamente el atractivo.
¿El papel de las encuestas? Lo analizaremos
después, pero adelanto que da para todas las
lecturas.
EC - El papel de las encuestas en cuanto a que,
como daban una interna del Partido Nacional
claramente definida, hubo gente que perdió
el estímulo para ir a votar a los blancos, y
decidió ir a resolver en otra interna, o no
votó.
OAB - Claro, pero también alguno pudo haber
decidido, con ese resultado de las encuestas,
redoblar el esfuerzo para que ganara el que estaba
por detrás. Cuando hay luz entre el primero
y el segundo puede dar lugar a muchísimos
resultados.
Lo que marca la conducta de la gente no son
sólo las cifras, sino por qué
reacciona de una manera u otra. Me parece que se
confirma una regla que hemos repetido muchas veces:
el partido que tiene la disputa interna más
dura, más ríspida, es al que le va
peor. Lo dijimos no como una profecía para
el Uruguay sino como la experiencia de los Estados
Unidos. Muchos analistas norteamericanos, grandes
columnistas periodísticos, lo han trazado
casi como regla y han hecho una larga historia de
primarias demostrando cómo efectivamente el
partido que se posicionaba mejor era el que mejor
administraba su primaria.
Entre el Partido Colorado y el Partido Nacional (no
hablo de personas sino de partidos: a veces las
responsabilidades pueden ser de los hechos en
sí mismos, de modo que no estoy juzgando)
hubo una diferencia notoria en la
administración de las primarias: la del
Partido Colorado fue muchísimo más
prolija, mucho más pareja, unida, como se
expresa finalmente en la presencia de Jorge Batlle
y Luis Hierro López juntos ante la prensa
anunciando el resultado, anunciando "Este es
nuestro candidato", y anunciando Hierro
López "A este le doy mi apoyo". Esa escena
era naturalmente imposible en el Partido Nacional,
y además generó efectos (que
analizaremos próximamente) para el futuro:
no sólo salió tercero, sino que tiene
que hacer un esfuerzo de recomposición, un
esfuerzo que además debe ser real y
creíble para la gente (la gente no puede
preguntarse después "¿Cómo?
¿Con lo que se dijo no pasa nada?"), porque se
dijeron cosas que están dichas.
EC - Sí: hay discusiones muy delicadas que
el Partido Nacional debe cerrar de alguna manera.
No pueden quedar puntos suspensivos.
OAB - Exactamente, y ese es un tema complicado.
Cada partido tiene sus problemas. El Colorado, por
más que haya salido mejor desde todos los
ángulos, tiene que administrar muy
prolijamente la victoria, debe ver bien el armado
de la fórmula presidencial, las
señales que da...
EC - Y me imagino otro aspecto sensible en el
resultado: si bien las dos corrientes llegaron a la
elección en buenas relaciones, con una
disputa controlada, resulta que quien gana es "la
oposición" dentro del partido de gobierno:
gana Batlle, que era la minoría dentro del
Partido Colorado, y pierde el candidato del
Presidente de la República. No es poca
cosa.
OAB - No es poca cosa. Es otro tema para analizar
más largamente, pero desde la
restauración institucional hasta ahora el
candidato del Presidente ha perdido siempre:
pasó en 1989 en el Partido Colorado,
pasó en 1994 en el Partido Nacional, vuelve
a pasar ahora en el Partido Colorado. Es un tema
sugerente para el análisis, sin caras: no es
Batlle-Tarigo, Volonté-Ramírez,
Batlle-Hierro, no es Partido Colorado o Partido
Nacional, sino qué pasa con este juego de
figura presidencial, candidato "oficial", "sucesor"
frente a "contestatario". Es un tema abstracto, sin
caras, sin partidos; pero ya tres veces no es
casualidad.
EC - Iba a que, faltando casi un año para
que termine este período de gobierno, la
ecuación interna del Partido Colorado se dio
vuelta, y el sector del Presidente queda en
minoría.
OAB - Aclaremos también que, con la
excepción de 1989, en 1994 y 1999 el
candidato no oficialista, no "in pectore" del
Presidente, le gana al candidato del Presidente
pero desde el oficialismo. En 1994, Volonté
se posiciona como defensor de la política
del gobierno de Lacalle, no como un opositor al
Presidente sino cambiando el eje de la
confrontación. Y ahora Batlle, salvo algunos
episodios del fin de semana anterior a la
elección, no se posicionó como un
confrontador con el Presidente sino independiente
de él, por supuesto, de igual a igual con
él, pero como alguien que sostuvo con
sacrificio la política de este gobierno, lo
que simbolizó en el apoyo permanente a la
figura política y personal del economista
Luis Mosca. Entonces, también en este juego
¿pierde el Presidente? Pierde, gana... es todo
un estudio que hay que hacer, porque no estamos
diciendo que en todos los partidos gana el que sale
a decir "Este gobierno fue horrible, hay que
cambiar el liderazgo partidario, el presidente fue
un desastre". Ni Volonté ni Batlle dijeron
eso: al revés, ambos reivindicaron la
política del respectivo presidente aunque
cuestionaron la candidatura de la sucesión
presidencial. Es muy sutil la forma en que se han
producido los hechos.
EC - Pero, prueba de que este punto no es nada
menor, fueron las declaraciones del diputado
Alejandro Atchugarry anoche, cuando se insinuaban
los resultados y el doctor Batlle todavía no
había hablado: que el Presidente
podía tener la seguridad de que el Partido
Colorado y su sector político le iba a
mantener el apoyo... Fue muy enfático.
OAB - Sí, sí.
Resta hablar del resultado del Nuevo Espacio. El
piso fue más bajo del que
esperábamos. El "núcleo duro" del
Nuevo Espacio es más chico que el que
esperábamos. Se le abre un camino que es una
incógnita, pero uno diría que
pasó lo más duro que debía
pasar, su peor momento. Este escenario le
significó una encerrona ahí sí
sin ningún atractivo: votar a Michelini era
un acto de compromiso total y absoluto con
Michelini y el Nuevo Espacio, porque se
sabía que no se elegía nada.
Ahora, hacia octubre, es una de las cuatro
opciones. De modo que no sale tan mal.
EC - Ya que mencionas al Nuevo Espacio, que
evidentemente sufrió una erosión de
votos que se le fueron hacia otros lados, queda por
ver la posibilidad de que Batlle haya recibido
votos de ciudadanos no colorados. Tema del que se
habla mucho desde ayer de tarde en todo el ambiente
político.
OAB - No tengo ninguna duda, entre otras cosas
porque uno diría lo obvio: en toda
elección, todo partido tiene votos de gente
que no lo integra. Si no, los resultados
serían invariables una elección tras
otra. Si no fuera así, cuando una persona
vota a un partido en una elección y a otro
en la siguiente, estaría haciendo todo un
cambio de filiación, de identidad... No es
que dejó de ser católico y
pasó a ser evangélico.
Al hablar de "voto extrapartidario" hay que
diferenciar dos cosas. Una era lo que en las
elecciones internas de 1982 don Alberto Gallinal
Heber llamó "los insuflados": el Frente
Amplio estaba proscripto, sólo estaban
habilitados los dos partidos tradicionales y la
Unión Cívica, y se veía (era
comprobable con las cifras, más allá
de las anécdotas que conocía mucha
gente) que un número significativo de
frenteamplistas votó básicamente a
Wilson Ferreira y en menor grado a Enrique Tarigo,
contra la voluntad del Frente que había
proclamado orgánicamente el voto en blanco
(que obtuvo un apoyo muy bajo). Era gente que era y
se decía frenteamplista, pero lo
hacía como un voto contra el régimen
militar, pero fue un caso muy peculiar. Lo normal
de una elección es que haya gente que
pertenece a un partido (hace unos meses hablamos
acá sobre las pertenencias
políticas): "Yo soy blanco", "Yo soy
colorado", "Yo son frenteamplista", y están
apareciendo el nuevoespacismo y el encuentrismo.
Con algunas mescolanzas: hay quienes se sienten
"blanco y del Frente Amplio", "batllista y del
Frente Amplio", lo que corresponde a personas de
determinadas edades hacia arriba. Eso es lo que
tiene que ver con la identidad. Otra forma de verlo
es la estabilidad del voto: un individuo que en
1984 votó A, en 1989 votó A, en 1994
votó A, es del partido A. Hay un viejo
chiste de una persona que se proclamaba
independiente y que afirmaba que cada vez
elegía al mejor, pero cuando enumeraba a
quiénes había votado eran todos del
mismo partido. Y otra cosa es que hay electores
independientes: "Entre Tal y Cual, me gusta Tal".
No es un voto extrapartidario sino un individuo que
puede tener mayor predilección por
determinado partido, mayor simpatía por ese
partido, puede en general tratar de votarlo, pero
se siente libre de decidir entre uno u otro
partido. Ese no es un voto extrapartidario sino
independiente, de gente que en determinado momento
no vota de acuerdo a su simpatía
política habitual.
EC - Está bien. Pero en este caso
(obviamente, hay que cuantificarlo) es evidente que
existieron comportamientos como los de oyentes que
nos llamaron más temprano: militantes del
Encuentro Progresista que entendieron que, como su
interna estaba resuelta, era mejor incidir en la
colorada. Y votaron a Batlle por dos razones
distintas: unos porque entendían que si el
Partido Colorado tenía a Batlle como
candidato era el mejor escenario posible para
Vázquez; y otros para sancionar al
presidente Sanguinetti, que ha tenido un
enfrentamiento fuerte con el Frente, con
Vázquez...
OAB - ... y están los que lo hicieron para
sancionar al Frente haciéndolo salir segundo
en la competencia entre partidos. Cuando se dicen
militantes: ¿eran militantes?
¿Dónde? No estaban incidiendo en la
competencia entre sectores: ni con el Espacio 90,
con la Alianza Progresista, con la Vertiente, con
ninguno, o los estaban castigando porque les
restaban sus votos. "La interna estaba clara", pero
le restaban votos a Vázquez a favor de
Astori, o de Astori contra Vázquez si
estaban con Astori. Le bajaron el apoyo a uno o a
otro, y además le bajaron el apoyo al
Encuentro Progresista - Frente Amplio. Con todas
las salvedades, a quien hizo eso yo no lo
calificaría, politológicamente, de
encuentrista ni de frenteamplista. Diría que
es una persona que puede tener un alto grado de
simpatía, pero si con su voto le crea una
serie de daños a un partido político,
no entra en las conductas lógicas del que
tiene una pertenencia partidaria.
*********
EC - A grandes trazos, podemos ingresar al
escenario que queda para octubre.
OAB - Un Partido Colorado con un líder por
lo menos en lo electoral, un referente, el doctor
Jorge Batlle, que debe completar su fórmula
presidencial, dato no menor.
Un Partido Nacional con un referente único
que es el doctor Luis Alberto Lacalle, que
también debe completar su fórmula
presidencial y recomponer al Partido, dato tampoco
menor.
Y un Encuentro Progresista-Frente Amplio con un
liderazgo del doctor Tabaré Vázquez,
que no es novedad pero que ahora tiene una
potencialidad extraordinaria, y en el que ya no es
tan significativo completar la fórmula
presidencial. Pero que tiene que repotenciar al
Encuentro en la competencia interpartidaria.
Los resultados también son significativos en
cuanto a la disconformidad por el resultado dentro
de cada partido, y la disconformidad se mide nada
más que matemáticamente por la
magnitud del resultado de cada uno, aquí
sí el Encuentro tiene comodidad. Es el que
tiene menos probabilidad estadística de
disconformes por votos a los precandidatos que no
ganaron.
Y el cuarto contendiente es el Nuevo Espacio, que
ahora sí se sitúa en un escenario
distinto. Ahora, alfabéticamente dichas, las
opciones son Batlle, Lacalle, Michelini,
Vázquez. Y Michelini tiene una
condición diferente a los demás:
puede ser visto como el candidato más
"light", no en cuanto a su capacidad, por favor,
sino en cuanto a las rispideces que pueda generar.
Son un partido y una figura que tienen fronteras
con los demás, lo que puede centripetar
mucho, aglutinar, compitiendo con tres figuras (y
esto es lo curioso que se dio en esta
elección) de aristas punzantes. Cualquiera
de los tres: Batlle, Lacalle, Vázquez, son
figuras que generan pasiones a favor o en contra;
aceptación o rechazo, ...
EC - Las personalidades con los perfiles más
marcados, más cortantes.
OAB - Más cortantes. Diría que es
difícil que en Uruguay se encuentre a
personas a las que tanto les dé Batlle,
Lacalle o Vázquez; que son figuras sobre las
cuales en general se tiene juicios muy fuertes a
favor o en contra. Y además, figuras de
fuerte liderazgo, fuerte conducción: Batlle
es un conductor fuerte; Lacalle es un operador
fuerte; Vázquez es un líder de
opinión más que de aparato, pero
extraordinariamente fuerte. Es decir que Uruguay
está viviendo una competencia de
líderes extremadamente fuertes.
Y el otro dato que daría para otro
análisis es que Lacalle y Batlle, los
partidos tradicionales, son las figuras de mayor
raigambre política (en algún caso
puede ser por edad), las que tienen más
trayectoria. Desde chicos en la actividad
política, siempre en las estructuras
partidarias, en la militancia partidaria. Uno
diría que, en los partidos tradicionales, la
gente eligió a lo que se llamaría
políticos profesionales: el político
por excelencia, el que define a la política
como su vocación, su profesión, a lo
que va a dedicar su vida. Que esto se dé
como resultado tampoco es una casualidad. Uno puede
explicar porqué ganó Batlle,
porqué Lacalle, pero ambos tienen la misma
tipología desde ese punto de vista, y eso
también merece su análisis.
EC - Es un resultado riquísimo el que
estamos empezando a conocer, porque falta contar
con números del interior, o los
números a propósito de las
agrupaciones dentro de cada partido, ...
OAB - Hay algunas incógnitas
importantísimas. En el interior, la
definición de las Convenciones
departamentales o lo que podríamos llamar
precandidaturas a las Intendencias. Es muy
importante saber cómo salió en cada
departamento, algunos de los cuales planteaban
confrontaciones muy interesantes.
En el Encuentro Progresista-Frente Amplio, ya que
en esta competencia lo que importaba en definitiva
era más que nada su magnitud, porque el
resultado era anunciado, qué pasó en
la competencia entre sectores...
EC - ... y cómo votaron los no
frenteamplistas del Encuentro.
OAB - Y en tercer lugar, dentro de los partidos
Colorado y Nacional, qué apoyos personales
obtuvieron quienes compiten en el plano siguiente,
en el no presidencial.
EC - Con algunos de esos temas, continuamos el
análisis mañana.
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