Con la
información por cuentagotas
Oscar
A.Bottinelli - diálogo con Emiliano
Cotelo
EMILIANO COTELO:
Continuamos hoy con el análisis del
resultado de la elección del domingo 25, que
iniciábamos ayer con el politólogo
Oscar A. Bottinelli, director de Factum. Ayer
cerrábamos el primer análisis
diciendo que quedan varios enfoques posibles del
resultado, y que los íbamos a desarrollar a
medida en que dispusiéramos de la
información correspondiente, porque los
datos requeridos han ido apareciendo por
cuentagotas.
OSCAR A. BOTTINELLI:
Sí: ayer hice una comprobación. El
martes 2 de diciembre de 1959, el diario El
País publicaba el resultado de todo el
país, lista por lista. O sea que al
día siguiente de la elección se
tenía el resultado de la votación de
todo el país, me imagino que contando con
aquellas máquinas de calcular donde
había tantos números como columnas de
cifras: eran como 100 teclas que había que
apretar, y una fenomenal palanca para hacer la
suma. Con eso, el martes siguiente a la
elección el diario publicaba toda la
información -por supuesto, con algunos
errores y faltantes primarios, pero se podía
analizar las cifras.
EC - Y hoy, martes, a dos días de las
elecciones, lo que tenemos como información
más completa es la distribución por
candidatos en los distintos departamentos, pero no
se avanza a nivel de las listas. Lo que está
empezando a trascender viene de algunos sectores
políticos que han hecho sus propios trabajos
de recopilación...
OAB - Sí, y muy parciales. Y no es claro de
dónde han salido los errores: el Ministerio
del Interior aparece por un lado como
víctima de la información que le fue
mal suministrada, y que le impide procesarla
debidamente.
EC - A su vez, habría dos niveles de error:
los que cometieron los funcionarios del Ministerio
del Interior que recabaron los votos, terminados
los escrutinios, y los que contenían las
propias actas de las mesas receptoras.
OAB - Creo además que la forma en que la
Corte Electoral diseñó el escrutinio
creó una confusión fenomenal en los
funcionarios. Pretendiendo clarificarlo, fue mucho
más engorroso de lo normal. En última
instancia, el escrutinio no difería de una
elección nacional como para justificar la
creación de procedimientos adicionales.
El problema era de mayor cantidad de hojas de
votación, y aclaremos que no tan descomunal
con relación a algunas elecciones. Fueron
muchas más, pero el tema no estaba por
ahí. El tema es que se creó
procedimientos que confundieron a los miembros de
mesas, y digamos otra vez (lo hablaremos en una
próxima oportunidad) que el régimen
de votación en Uruguay está llegando
a sus límites. Me refiero a muchos aspectos,
entre ellos básicamente el conteo de votos,
pero también al documento de votación
y otros elementos en los que es necesario
incorporar tecnología. Sin perder las
garantías, porque -aclaremos- el uruguayo es
un sistema excepcional en materia de
garantías, y eso hay que cuidarlo. Y hay que
reconocer en la Corte Electoral y en las personas
que han estado a su frente o vinculados a ella la
obsesión porque esas garantías, que
han dado grandes seguridades al Uruguay, no se
pierdan nunca. Pero habrá que combinar ambas
cosas.
Yendo a lo poco que se conoce de los resultados,
haría un primer comentario global sobre lo
que se conoce más de las internas, que son
las del Encuentro Progresista - Frente Amplio. El
Espacio 90 había salido primero en una
elección interna (propiamente interna, de
afiliados al Frente Amplio y en locales
partidarios), con un porcentaje un poquito superior
a este.
EC - Las cifras que publica el diario La
República, sobre "una muestra de circuitos
representativos a nivel nacional, realizada por
distintas fuerzas frentistas", adjudican al Espacio
90 el 29%, a Asamblea Uruguay casi 17%, a la
Vertiente Artiguista 13,70%, al Movimiento de
Participación Popular 13,58%, a la Alianza
Progresista 10,02%, a Democracia Avanzada 1001 el
9,12%.
OAB - El Espacio 90 venía en las encuestas,
consistentemente desde mediados de 1996, como la
fuerza más importante del Frente Amplio. Eso
se había demostrado en la elección
interna de afiliados al Frente. Pero ahora fue en
las urnas, en elecciones abiertas, lo cual
constituye un hecho político significativo:
el Espacio 90 y el Partido Socialista aparecen como
la fuerza de mayor peso en el Frente y,
después de Tabaré Vázquez, el
senador Reinaldo Gargano aparece como el dirigente
político más importante del Encuentro
Progresista - Frente Amplio.
Un segundo dato que todos los dirigentes del Frente
sin duda están tratando de asordinar es que
puede verse como un error político el haber
hecho a competir a Mariano Arana encabezando una
lista a la Convención Nacional por la
Vertiente Artiguista, y salir tan retrasado.
EC - Obtuvo el tercer lugar.
OAB - Tercer lugar, superado por Astori y duplicado
por el Partido Socialista, lo cual parece un paso
en falso. Da la impresión de que
aportó muy poco al electorado de la
Vertiente. Si pensamos que las encuestas daban a la
Vertiente de 9 a 11% de votantes, con un 23% de
indecisos, adjudicando proporcionalmente el vuelco
de los indecisos daba una cifra superior a la que
finalmente logró. Quiere decir que la
Vertiente no se benefició capitalizando a la
figura de Arana, y en cambio parece que a esa
figura, a la que sin duda el Frente va a proyectar
a la reelección a la Intendencia, que
claramente tiene apoyo fuera del Frente, se la
sometió a un desgaste electoral que no era
necesario. Hay sin duda una especie de operativo
para ocultar que esto ocurrió: nadie hace
referencia a ello.
EC - Después, una buena votación del
MPP.
OAB - Una buena votación que yo (sin
demasiados elementos de juicio objetivos) me atrevo
a aventurar que de Mujica.
EC - Sí, sí. El imán
ahí es Mujica.
OAB - Creo que acá hay una figura que
está demostrando un atractivo personal muy
importante, que es un gancho para los medios de
comunicación (Mujica recorre el país
e inmediatamente tiene todos los micrófonos
a su disposición), es un hombre de
reflexiones muy profundas... Se puede discrepar con
él, con su conducta, con sus dichos, pero
estoy diciendo que genera un atractivo, sobre todo
en determinado sector...
EC - Tiene carisma. Es pintoresco en la jerga que
utiliza, ...
OAB - ... y me da la impresión de que el MPP
tiene este componente, una figura de peso
personal.
En lo demás diría que no hay
demasiada sorpresa.
EC - ¿La votación de la Alianza
Progresista, con este 10%?
OAB - Lo que veíamos en las encuestas, con
los problemas serios de medición en niveles
bajos, es que el Frente tenía un despegue de
la 90, aparecía un segundo escalón de
Astori y la Vertiente, al que se suma ahora el MPP
(que despega del escalón anterior; esto no
aparecía en las encuestas: quizá
estaba en los indecisos o en los que no
contestaban), y luego tenemos otro escalón
formado por la Alianza Progresista y por la
1001.
EC - Recordemos que la Alianza Progresista es la
que encabeza Nin Novoa y contiene además a
los socios no frenteamplistas del Encuentro
Progresista, pero además a grupos de origen
frenteamplista.
OAB - Están el grupo de Nin Novoa, el
Partido Demócrata Cristiano, más la
Confluencia Frenteamplista, con figuras de larga
trayectoria en el Frente Amplio como Tabaré
González, Víctor Rossi, León
Lev... No se puede decir que esta es la
votación de los "socios no frenteamplistas"
del Encuentro Progresista, y acá
vendrá la discusión sobre si "los
socios frenteamplistas de los socios no
frenteamplistas" aportaron el 01% o el 9,9% de este
10%.
EC - En las elecciones nacionales los no
frenteamplistas habían votado solos, en un
acuerdo electoral claramente identificado,
independiente del resto de los grupos estrictamente
frenteamplistas.
OAB - Luego, vinieron los problemas del
reconocimiento de Confluencia como miembro pleno
del Frente, lo que contribuyó mucho a esta
Alianza.
Lo cierto es que la Alianza, que puede tener como
referentes a Nin Novoa, a Héctor Lescano y
Tabaré González, a la lista 78, al
PDC y a la Confluencia Frenteamplista, sacó
el 10% y aparece en un tercer escalón, un
poco por delante de la 1001.
Luego viene un conjunto de grupos como Izquierda
Abierta, del diputado Leonardo Nicolini, y la
Unión Frenteamplista. La Unión
Frenteamplista es un grupo extraordinariamente
desparejo: tiene una fuerza muy importante en
Maldonado, con el diputado Darío
Pérez, no tengo datos sobre cómo
votó el diputado Julio Mattos en Florida, y
en Montevideo la conjunción del Partido por
la Victoria del Pueblo con la figura de Hugo Cores
a su frente, e independientes como Ariel Collazo
(una figura histórica, uno de los fundadores
del Frente), por lo que es muy difícil
manejar su votación: hay que ver cómo
se distribuyó en todo el país.
Es destacable que el Frente ha tenido cambios en el
grupo principal a lo largo de su historia. En su
fundación tuvo un cierto equilibrio, y
después grupos dominantes: la 99 en un
tramo, la 1001 en otro, Asamblea Uruguay en otro, y
ahora es el Partido Socialista. La impresión
que da es que, si tomamos las encuestas como el
electorado general con voto obligatorio, si tomamos
esta instancia como un voto voluntario de alta
participación, y como un voto de algo
más que militancia, en las tres el Partido
Socialista tiene el mismo peso de algo más
de un 30%, y siempre primero. Da la
impresión de que, desde el núcleo
más militante hasta la opinión
pública, el Espacio 90 - Partido Socialista
tiene el mismo peso y la misma
participación, y siempre es el grupo
dominante en el Frente. Eso no se daba en otras
circunstancias, con grupos que eran
preponderantemente o de opinión o de
aparato.
EC - Otro enfoque es la votación de los
partidos por departamentos.
OAB - Bien: en la competencia entre partidos, se
destaca que en cada departamento tuvo más
votos el que había ganado en 1994, con
pequeñísimos cambios.
En Soriano había ganado el Partido Nacional,
y ahora tuvo más votos el Partido Colorado.
Es un departamento históricamente
bipartidista, donde hubo administraciones coloradas
y blancas con cierta alternancia (colorada en 1984,
blanca en 1989, blanca en 1994, y los colorados
tuvieron mayor votación en esta primera
vuelta).
En Maldonado aparecen los colorados apenas por
encima del gobernante Partido Nacional. Maldonado
es muy peculiar: no sólo fue
históricamente un departamento colorado,
sino que la primera vez en que tuvo un diputado
blanco fue en 1958 (era un departamento de muy poca
población que tenía sólo dos
diputados, y hasta 1958 los dos eran colorados), y
en ese año también ganó la
administración departamental. Después
se fueron alternando blancos y colorados: Francisco
Salazar del Partido Nacional, Acosta Arteta
colorado, Benito Stern colorado, y la del blanco
Domingo Burgueño, que ha pasado a ser algo
mítica. En este resultado el Partido
Nacional puede estar reflejando la
desaparición de Domingo Burgueño, que
le hizo perder al gran peso pesado que tenía
en el departamento.
Y el otro cambio que se produjo es en Rocha,
departamento también muy cambiante, que ha
alternado administraciones blancas y coloradas: en
1984 colorada, en 1989 blanca, en 1994 colorada, y
ahora tiene más votos el Partido
Nacional.
Es decir que los departamentos que son en sí
mismos competitivos, donde no hay predominancia
obvia, natural, de un partido, es donde se producen
los cambios y las alternancias.
El Encuentro Progresista gana claramente en
Montevideo; el Partido Nacional en los
departamentos históricamente blancos (Cerro
Largo, Tacuarembó, Durazno, Flores, San
José, también en Treinta y Tres
-departamento blanco que se torna cada vez
más competitivo); el Partido Colorado en
Salto, en Canelones (prevalecientemente colorado
aunque algunas veces ha triunfado el Partido
Nacional), Artigas (históricamente colorado
pero últimamente competitivo) y en Rivera
(también competitivo pero con cierta
prevalencia colorada).
EC - Otro ángulo es el de la competencia
interna de los partidos en los distintos
departamentos.
OAB - En el Partido Nacional, en Montevideo hay
prácticamente un empate. Según las
cifras provisorias Lacalle está delante de
Ramírez, pero hay que esperar al recuento y
a los votos observados porque la diferencia es de
decenas, casi de unidades...
EC - Sí: 36.672 para Lacalle, 36.650 para
Ramírez. Son 22 votos de diferencia.
OAB - Nos hace acordar al escrutinio de 1984 en
Colonia, cuando Jorge Sanguinetti perdió la
Intendencia por nueve votos. Recién el
último día se supo quién era
el intendente.
Pero, decíamos, en Montevideo es empate y
Lacalle triunfa en todo el interior excepto en
cuatro departamentos en los que gana la
fórmula Ramírez - Larrañaga.
Uno es el departamento del propio intendente Jorge
Larrañaga, Paysandú; otro es el
vecino Tacuarembó, que además tiene
la particularidad de ser el de mayor peso que tiene
Propuesta Nacional (es el departamento de la figura
número dos de Propuesta, Sergio Chiessa), al
punto de que en número de votos Propuesta
saca en Tacuarembó prácticamente lo
mismo que en Montevideo, es decir que
proporcionalmente tuvo un peso fenomenal. Pero
allí Ramírez gana levemente, y no
sé si no habrá que esperar a los
votos observados porque la diferencia es de 80
votos. Y también gana, pero claramente, en
Soriano y en Treinta y Tres, donde hay dos o tres
figuras de peso: el dirigente rural Gaggero, el
intendente de Treinta y Tres, Walter Campanella, y
el ex intendente y actual presidente de OSE y
aspirante a la Intendencia de ese departamento,
Wilson Elso Goñi. De modo que
Paysandú, Soriano y Treinta y Tres fueron
los tres focos de gran peso de Ramírez.
En cuanto al Partido Colorado, observamos que Jorge
Batlle gana en Artigas (un departamento muy
complicado, muy conflictivo, con permanentes pases
de dirigentes de un sector a otro); en Río
Negro, donde el Foro había quedado muy
desguarnecido en la medida en que grandes figuras
se habían pasado a la Lista 15, y fue
determinante la del ex intendente y ex candidato a
la Intendencia de Montevideo por el Foro, Mario
Carminatti. Gana en Colonia, donde la 15 tiene un
peso pesado como Jorge Sanguinetti (fue el
candidato a la Vicepresidencia junto a Batlle en
1989, ministro de Transporte y Obras
Públicas del primer gobierno colorado, y no
fue intendente de Colonia por ese resultado digno
del "Libro Guinnes de Elecciones Uruguayas", porque
le faltaron nueve votos). Gana en el centro del
país: Flores, Florida, Lavalleja. Florida no
es ninguna sorpresa: ahí está la
figura legendaria del intendente Juan Justo Amaro,
otro "peso pesado" de la 15 y del Partido Colorado
no sólo a nivel departamental sino nacional.
Así como el intendente Malaquina, del Foro
Batllista, es extraordinariamente fuerte en Salto
pero tiene proyección nacional (es el
secretario general del Partido Colorado), Amaro lo
es en Florida pero en filas de la 15. Y Batlle
también gana en Flores y en Lavalleja, donde
anteriormente prevalecía el Foro.
En los demás departamentos, no se producen
cambios en el Partido Colorado.
EC - Podríamos especular hacia el futuro, a
partir de estos resultados.
OAB - Falta muchísima información.
Así como hicieron los diarios, tuvimos que
hacer un esfuerzo llamando por teléfono a
distintos grupos políticos para conocer
resultados respecto a listas, pero los datos son
fragmentarios, muy parciales. Eso impide avanzar en
un aspecto como es qué va a pasar en el
Partido Colorado hacia octubre, que va a ser
diferente del que hubo hacia mayo del año
próximo. Me refiero a que Batlle es el
candidato a Presidente de todo el Partido Colorado,
en una fórmula que va a llevar a un hombre
del Foro Batllista como candidato a Vicepresidente
(una de las posibilidades es que sea el propio
precandidato del Foro, Luis Hierro López, lo
que posiblemente será oficialmente definido
en muy pocos días).
Ahora bien: hubo un voto claramente "sanguinettista
- jorgista": un voto de gente que tiene muy buena
opinión del gobierno de Sanguinetti, incluso
de su liderazgo, pero que vota a Jorge Batlle. Esto
no quiere decir que cambie de voto: hay que tener
mucho cuidado en ver la política de hacha y
martillo: hay muchos planos superpuestos en las
decisiones, porque en última instancia el
Partido Colorado hoy es un todo, un único
tronco común. Las viejas divisiones
históricas se fueron fundiendo, se fueron
fusionando. La última de las fusiones es
cuando el pachequismo se va rompiendo y diluyendo:
primero rompen Pacheco y Millor, luego el
pachequismo puro se va desgranando y termina
disuelto dentro de la 15 y dentro del Foro: aunque
hayan marcado votos son parte de uno y otro grupo.
Pero ya no aparecen como distintos uno del otro:
todos son parte de ese gran Batllismo Unido que
llega a la Presidencia en 1984, con las figuras de
Sanguinetti, Tarigo y Jorge Batlle. No son las
líneas históricas de décadas,
o a veces centenarias, que dividieron al Partido
Colorado, líneas que sí aparecen en
el Partido Nacional.
Entonces, los trasvases dentro del coloradismo son
más naturales porque juegan más las
opciones personales y coyunturales. Mucho
más cuando, a diferencia del 94, Batlle no
es un candidato opuesto a Sanguinetti ni a su
gobierno sino que, si bien marcando distancia con
aspectos del gobierno, Batlle se posiciona (desde
el día de la elección nacional en
adelante) como una de las primeras espadas, si no
la primera, del gobierno. De un gobierno que por
supuesto no dirigía, y con muchas de cuyas
medidas podía discrepar, pero fue el gran
sostén parlamentario y político de la
línea económica de este gobierno.
¿Qué viene ahora, entonces? Con Batlle
a la Presidencia, delinear las listas
parlamentarias, un juego muy complicado ya no
sólo de votos sino de armados, que pueden
hacer prever que estos resultados no sean
exactamente los puntos de partida hacia octubre. En
todo el Partido Colorado se arma un escenario muy
fluido: no son tan tajantes las líneas
divisorias entre el Foro Batllista y la 15. Al
punto de que no tenemos la información
cuantificada, no podemos decir qué magnitud
tuvo, pero sí que en muchos lugares hubo un
número no menor de votos que llevaban una
hoja a la Convención Nacional con Batlle a
la Presidencia, y una hoja a la Convención
Departamental del Foro. Sin duda, en el conjunto de
votos fue un número menor, pero está
marcando que en algunos lugares no se sintió
que fuera contradictorio lo uno y lo otro.
Distinta es la situación del Partido
Nacional. Primero, porque persisten las corrientes
históricas, segundo porque los grupos
están mucho más armados, más
perfilados, porque en general hubo matices muy
significativos o en algunos casos ya no matices
sino líneas muy distintas en relación
al gobierno y a la coalición, en
relación a la propuesta futura de
país... Cuidado, porque el Partido Nacional
no sólo tiene el problema de las acusaciones
cruzadas Ramírez - Lacalle o Ramos -
Volonté: también hay diferencias
sobre cómo se valoró a este gobierno,
y cómo se valora el camino futuro.
El Partido Nacional tiene mucho esfuerzo que hacer
no sólo en el terreno personal:
también debe avanzar en el terreno
programático y lograr mayores coincidencias.
Esa es otra dificultad. Y el trasvase no es tan
simple ni tan lineal como en el Partido Colorado,
porque las líneas divisorias responden a
cortes más traumáticos y alguno de
ellos más históricos.
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