La
evolución de la intención de voto al
25 de abril:
los colorados
Oscar
A.Bottinelli - diálogo con Emiliano
Cotelo
EMILIANO COTELO:
Habíamos anunciado que, con el
politólogo Oscar Bottinelli, director de
Factum, íbamos a detenernos en cada uno de
los precandidatos presidenciales y en la
evolución que tuvo la intención de
voto por cada uno de ellos en los últimos
meses, hasta llegar al propio domingo 25.
OSCAR A. BOTTINELLI:
Vamos a analizar la evolución de las
diferencias, y qué hechos políticos
ocurrieron o dejaron de ocurrir en el medio.
Pero antes que nada hay que manejar algún
problema de imagen: cómo fue el resultado
del Partido Colorado y cuál fue el resultado
Batlle - Hierro. Ya en algún análisis
dijimos que se está cometiendo mucho un
error cuando se analiza la votación de un
millón 300 mil personas como si fuera un
circuito cerrado donde el aumento de un candidato
fuera necesariamente en detrimento de los votos o
del porcentaje que otros obtuvieron dentro de ese
millón 300 mil. Por ejemplo, se ha
oído decir que sólo con el voto
extrapartidario el Partido Colorado pudo sacar el
37% de los votos, y se está salteando que el
escenario total es de más de dos millones
200 mil personas. Es decir que en esta
elección puede haber traslado de un partido
a otro, de un candidato a otro, y nos parece que
también hubo mucho traslado de la casa a un
candidato y del candidato a la casa, porque el 40%
de los habilitados que viven en Uruguay no fueron a
votar.
Este es un dato que parece interesante porque,
cuando hablamos de porcentajes, siempre que
hablamos de aprobación del Presidente, del
intendente, o de intención de voto, siempre
hablamos referidos a esos dos millones 200 mil
personas. Respecto a ese total, el Partido Colorado
estuvo por encima del 21%, y la diferencia de
Batlle con Hierro fue de 11,2% contra 9,4% sobre el
total de habilitados que viven en Uruguay.
EC - Remarquemos eso: estás volviendo a
manejar la votación de uno y otro no en
función de los porcentajes de la interna del
Partido Colorado, sino del total de habilitados
para votar.
OAB - Claro. El tema es: ¿cuánto
exactamente representa en el país los votos
que obtuvo cada uno? Creo que los análisis
tienen que partir de ahí, en lo que se
refleja en el conjunto del país. Porque si
no estamos corriendo el riesgo de analizar las
realidades como circuitos cerrados que no tienen
movilidad, y sí la tienen. Por ejemplo: no
podemos analizar al Encuentro Progresista - Frente
Amplio comparando los resultados del 28 de
setiembre de 1997 (cuando efectuó sus
elecciones internas en sentido estricto, de
afiliados) con la votación de ahora, si nos
salteamos que en aquel momento el total de votantes
fue de 140 mil, y en este momento fueron 390 mil.
Si se dice que tal partido cayó de tal
porcentaje a otro, nos estamos olvidando de que el
total de votos de una elección es casi el
triple que el otro. Lo que interesa es ver
cómo se movió en la captación
o pérdida de gente.
EC - Volvamos ahora a la relación Batlle -
Hierro.
OAB - En la relación Batlle - Hierro tenemos
que Batlle tiene el apoyo de 260 mil votos sobre 2
millones 200 mil, Hierro de 208 mil en dos millones
200 mil, y tuvieron esa diferencia que es algo
inferior al 2% en el total del país.
Hay una diferencia de posicionamiento que
complicó mucho ver qué potencialidad
tenía cada uno, desde el momento en que
Batlle está visualizado como candidato
naturalmente por la gente apenas pasan las
elecciones del 94, mientras que el sucesor del
presidente Sanguinetti (en su momento analizamos
con bastante detenimiento el tema global de la
sucesión) llevó a que, hasta fin de
setiembre, no hubiera un nombre para contrincar con
Batlle. Se sabía que había un espacio
político, el Foro Batllista, el
sanguinettismo, y la duda era cuánto captaba
ese candidato.
En el arranque, cuando tenemos completa la primera
medición a principios de noviembre, ya
tenemos un escenario con una característica
bastante constante hasta el final: en un escenario
de voto obligatorio, a mayor cantidad de votantes,
Hierro tenía un espacio de opinión
mayor que el de Batlle. Y entre la gente más
informada políticamente, que mostraba
más interés en política y que
en general coincidía con la que desde el
principio se manifestaba dispuesta a votar,
tendía a ser más favorable el
escenario para Batlle. Esta es una constante que no
tiene excepciones a lo largo de toda esta
campaña de prácticamente seis meses,
de noviembre a abril: más allá de la
convicción, la motivación de ir a
votar pasó a ser un tema clave en cuanto a
que tenían espacios diferentes.
Lo segundo es que, como en ningún otro
partido, fue muy claro el corte de Batlle - Hierro
en cuanto a ser oídos por electorados
diferentes. Batlle se posiciona rápidamente
y con una fuerza avasallante, que fue creciendo en
las últimas dos semanas, en los niveles
medios y altos, particularmente de la capital o de
la zona metropolitana del país. Mientras
tanto, Hierro tuvo su gran fuerza en los niveles
medios y semibajos.
El segundo elemento de diferenciación
aparecía en el grado de urbanización
del país, donde el aparato del Foro
Batllista o la figura de Hierro (no estamos en
condiciones de diferenciar) le daba una formidable
ventaja a Hierro sobre Batlle.
Podemos marcar tres o cuatro grandes
períodos. Uno de noviembre a fin de
año, en que hay una competencia muy pareja,
se alternan uno y otro en la delantera,
también quién está adelante
depende del escenario: según hablemos de
decididos a votar, de potenciales votantes o de
todo el electorado. Lo que genera un desempate a
fin de año es un hecho muy trascendente en
el Partido Colorado, y que cabe analizar en otros
partidos. El Partido Colorado tenía una
competencia de tres candidatos, vistos por la gente
con capacidad de captación de votos: Batlle,
Hierro y Millor. Y el apoyo de Millor a Hierro fue
un hecho cualitativo que, en su momento, le permite
a Hierro nivelar con Batlle e incluso -en la
mayoría de los escenarios- ponerse delante
del mismo y polarizar la competencia en forma
excluyente para otro tipo de opción. Yo
diría que esto quizá le genera al
Partido Colorado un escenario muy atractivo.
EC - Ingresamos ahora al año 1999.
OAB - Al final del 98, con Hierro sobrepasando a
Batlle, podemos registrar dos hechos
políticos: el que acabamos de mencionar
desde el punto de vista electoral (nada menor
porque se produce en el momento de mayor fortaleza
de los últimos meses de Pablo Millor, que
después no se repetiría); y el
segundo hecho es toda la contienda en torno a la
terminal de contenedores, los desgastes que le pudo
generar al gobierno, y que sin embargo no parece
haber tenido incidencia al menos en lo inmediato
sobre los dos candidatos (lo mismo que la crisis
del Plan Real en Brasil).
A lo largo de enero tenemos un tercer hecho, que
aparece como el mutis de Batlle. El líder de
la 15 está en silencio todo el mes de enero,
luego enferma, y tenuemente empieza a reaparecer en
febrero. En estos dos meses de enero y febrero, en
cualquier escenario que se tome, Hierro tiene
ventaja sobre Batlle, y en cualquier escenario esta
ventaja es sumamente importante. En marzo comienza
a achicarse esta diferencia, y es muy interesante
el proceso: a lo largo de febrero y comienzos de
marzo Hierro tiene prácticamente la misma
cantidad de votos, pero entre los decididos a votar
aumenta la inclinación por Batlle, que se
traduce en un aumento del Partido Colorado.
Más aún: hacia fines de marzo, el
Partido Colorado se sigue potenciando, con un
crecimiento paralelo de los dos, que llega hasta
abril.
La semana de Turismo aparece como un corte muy
importante para la gente. Si uno analiza todas las
series de votos de los tres partidos, encontramos
que con mayor o menor profundidad, hubo dos cortes
en la campaña electoral: el de las fiestas
de fin de año seguidas del letargo de enero,
y luego el de semana de Turismo. Pero en medio de
esos silencios o aparentes letargos se produjeron
movimientos de opinión pública: no es
sólo el ruido, la actividad, el movimiento,
lo que genera hechos políticos, sino que
también el silencio lleva a que la gente
quizá se comunica horizontalmente o decanta
lo que fue recibiendo, y se producen movimientos. Y
el movimiento significativo que ocurre es que,
desde el 4 de abril (fin de la semana de Turismo)
al 20 abril es cuando se produce la
inversión dentro del Partido Colorado. Es
interesante que Hierro prácticamente no cae
entre esas fechas y las elecciones: todavía
tenemos que esperar encuestas opiniones y tener el
resultado de los escrutinios para hacer un
análisis mucho más matizado de
cuántos cambios se producen o no. Pero la
impresión es que Hierro mantiene su
electorado, pero a partir del 4 de abril hay un
envión de la captación de votos hacia
Batlle. Entre el 4 y el 13 de abril Batlle tiene un
crecimiento de un punto sobre el total del
electorado, es decir de alrededor de 20.000 votos;
vuelve a tener un crecimiento un poco menor (cerca
de 15.000 votos) en la semana siguiente que cierra
el 20 de abril, y tenemos de cinco a siete
días finales, que es cuando se produce
aparentemente la decisión de una buena parte
de la gente que le da el empuje final a Batlle para
transformar en superioridad eso que le había
permitido generar una situación de paridad
una semana antes. Recordemos que iba más de
20.000 votos por debajo (cuando se hablaba de 10
puntos dentro del Partido Colorado estábamos
hablando de algo más de 20.000 votos, casi
30.000: no era una diferencia tan grande). Recupera
esos 30.000 votos, pasa un poco adelante en dos
semanas, y en la semana final tiene ese crecimiento
de casi 20.000 votos: prácticamente lo mismo
que gana entre el 4 y el 13 de abril es lo que gana
entre el 20 de abril y el día de la
votación, lo que le permite llegar a esta
ventaja decisiva.
Lo que vemos es que no aparecen demasiados hechos
políticos, considerando tales a hechos
ajenos a la campaña electoral, que
correlacionen las oscilaciones de la diferencia
Batlle - Hierro.
Nos parece que las explicaciones están en la
propia campaña, los grados de entusiasmo y
credibilidad que generó uno u otro
candidato, en los grados de "magia" que supo
transmitir, y -claramente al final de la
campaña- se notó que Batlle repite un
fenómeno que tuvo en mayo de 1989: logra un
formidable poder de seducción.
¿Dónde se concentró
básicamente este poder? Uno: logra mejorar
su situación en los niveles semibajos de
Montevideo, donde estaba muy huérfano en
relación a Hierro; dos, logra mejorar en
Canelones y particularmente en las zonas rurales y
semirurales; y tres, logra mejorar formidablemente
en el país semirural, en los pueblos chicos
y el área rural, donde Hierro también
le llevaba una gran ventaja. Aquí, tenemos
la impresión, ese aparato del Foro Batllista
rindió por lo menos en relación a su
candidato presidencial. Habrá que analizar
después detenidamente cómo se dio el
voto departamental al Foro, ver cuánto hubo
o no de voto cruzado, pero que el aparato del Foro
rindió menos que en los meses iniciales de
la campaña.
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