Entre balotajes
y coaliciones
Oscar
A.Bottinelli - diálogo con Emiliano
Cotelo
EMILIANO COTELO: La semana pasada se puso fin
a cuatro años y medio de gobierno de
coalición. Los problemas que quedaron al
desnudo y marcaron el fin de la coalición
pueden interpretarse como un diagnóstico de
aquellos problemas que supone constituir y mantener
una coalición de gobierno en un sistema
político que tiene las peculiaridades del
uruguayo. Pero además de experimentarse un
nuevo tipo de coalición de gobierno, se
estrena ahora el sistema de balotaje, al que muchos
analistas ven como un sistema que promueve las
coaliciones de gobierno antes de que sea elegido el
Presidente de la República.
Este tema quedaba apuntado en el comentario
que hacía el martes el politólogo
Oscar A. Bottinelli, y lo elegimos para el
análisis de hoy que, de alguna manera,
profundiza en aspectos apenas mencionados en esa
oportunidad
Para comenzar, hablemos de balotaje.
OAB - Hablemos de los tipos de balotaje, no
desde el punto de vista del sistema electoral sino
desde el punto de vista político, de las
formas de presentarse los partidos al balotaje, y
digamos en principio que hay tres formas. Uruguay
tiene cuatro partidos, dos de los cuales van al
balotaje.
Una forma es la competencia abierta: un
partido salió tercero, otro salió
cuarto, quedaron fuera de la segunda vuelta, no se
pronuncian sobre el balotaje, no hacen
ningún tipo de manifestación a favor
o en contra de nadie, y los dos que quedan van a la
"pesca libre" de votos en ese gran espacio de
captura que son, en principio, los electores de
esos partidos que quedaron fuera, además de
las personas que siempre votan a uno de los dos
primeros pero quedan con dudas y pueden
reposicionarse entre octubre y noviembre.
Una segunda forma es la opuesta: la
competencia entre bloques: de los cuatro partidos,
dos forman un bloque, una coalición
electoral, y los dos restantes forman otro bloque,
y compiten bloque contra bloque. Esto es lo
habitual en las elecciones presidenciales de
Francia: se forman por lo menos dos grandes
bloques, más alguna tercera fuerza, y quedan
fuera de la competencia algunos partidos chicos.
Habiendo cuatro partidos, matemáticamente
hay dos posibilidades de formar bloques: dos
partidos contra dos o tres partidos contra
uno.
Y la tercera posibilidad es que uno de los
que va al balotaje logre formar un bloque con
alguno de los que quedó tercero o cuarto, el
otro que pasa a la segunda vaya solo, y haya un
tercero que se mantiene al margen, que no se
pronuncia. Se combinaría un juego de bloques
(dos contra uno) con un juego de competencia
abierta.
Esas son las tres posibilidades que se
presentan en nuestra realidad. Hoy por hoy, esta
última parece la que más
probablemente ocurra entre octubre y
noviembre.
EC - ¿Cuáles serían los
actores; cómo se distribuirían los
papeles?
OAB - Uno ve que hay ciertas posibilidades de
entendimiento entre el Partido Colorado y el
Partido Nacional. Ha sido explícitamente
manifestado, sobre todo por todo el Partido
Colorado pero además por el Herrerismo, el
sector que ahora es mayoritario en el Partido
Nacional. El Nuevo Espacio viene con una
línea de equidistancia, de acuerdo
difícil con unos u otros, marcando un perfil
en el medio de lo que pueden ser bloques o polos de
la realidad política uruguaya.
Si esto se da así (digo que me parece
lo más probable, no que vaya a ocurrir
necesariamente), tendríamos una competencia
de un bloque contra un partido que sale a la pesca
abierta. ¿Cómo juega? Tratando de
neutralizar al electorado de neutralizar al
electorado de ese tercer partido que adhiere a un
bloque sin tener un candidato propio. Porque este
tipo de acuerdo tiene un peligro importante: el
tercero o cuarto que va a formar un bloque
está arriesgando mucho que su electorado no
esté totalmente de acuerdo con las
decisiones de la dirigencia, y por lo tanto sean
bloques a nivel de dirigencias políticos
pero que no tengan el correlato del electorado. Lo
cual, a un partido que salga tercero o cuarto y
haga un acuerdo de esta naturaleza, al no haber
entrado al balotaje (que en definitiva es una
limitación o una derrota), se le
sumaría otro revés: que en esa
segunda instancia su electorado no lo
acompañe, lo desobedezca como suele
decirse.
Lo otro a tener en cuenta es que hay dos
posibilidades de acuerdos para el balotaje. Dijimos
que se puede formar bloques (dos contra dos, tres
contra uno, etcétera), pero estos bloques
significan acuerdos. Y estos acuerdos se pueden
hacer de dos maneras:
Uno sería, más que formar un
bloque, formar un polo de votación en cuanto
uno de los partidos toma resoluciones unilaterales
de apoyatura, o concluye que con determinado
partido o determinado candidato tiene mayores
proximidades programáticas o
ideológicas, o hasta de estilo. Pero no hay
un pacto explícito, no hay una
coalición: "Lo votamos porque entre este y
el otro, es el que está más
cerca".
Lo otro son las coaliciones de gobierno: el
bloque, el acuerdo, el pacto que va más
allá de decir "Los de este partido votan a
este otro".
EC - Recapitulando: una posibilidad es la de
acuerdos unilaterales, y otra la de la
coalición. ¿Cuáles son sus
características?
OAB - Ingresamos entonces a cuáles son
los requisitos para una coalición electoral
con la finalidad de constituir una coalición
de gobierno.
En Uruguay hay dos barreras que importan
mucho. Una posibilidad es lograr lo que
generalmente llamamos coalición de gobierno:
una apoyatura que dé al gobierno la
mayoría absoluta en ambas Cámaras
para impulsar con tranquilidad una determinada
política, con respaldo a los ministros y con
la sanción de la mayoría de las
leyes, en especial la aprobación del
presupuesto y la rendición de
cuentas.
En Uruguay también es necesario contar
con una mayoría de los dos tercios de las
Cámaras para tener gobernabilidad, lo que a
veces llamamos coaliciones de políticas
Estado. Estos dos tercios son necesarios para
algún tipo de designaciones como son la
Suprema Corte de Justicia, la Corte Electoral, los
Tribunales de Cuentas y de lo Contencioso
Administrativo, pero también para aprobar
algún tipo de leyes. En Uruguay no se puede
cambiar el número de ministerios, no se
puede modificar la Carta Orgánica de los
entes autónomos, algunas disposiciones de la
reforma de la seguridad social requirieron dos
tercios de votos en ambas
Cámaras
De modo que son dos tipos de entendimiento
que tiene un gobierno: la coalición de
gobierno y lo que podríamos llamar la
coalición de gobernabilidad, que le
permitiría llevar adelante políticas
de Estado: la reforma constitucional que se hizo
por ley constitucional requirió dos tercios
de votos de cada Cámara. En Uruguay
gobernó una coalición de gobierno del
Partido Colorado y el Partido Nacional, y una
coalición de Estado en la que se sumó
el Nuevo Espacio, en estas instancias.
¿Cuáles son los elementos clave
para definir a la coalición de gobierno?
Apuntemos tres:
Primero, una coalición de gobierno
debe definir objetivos básicos para el
quinquenio. Esta coalición los
definió en las conversaciones Sanguinetti -
Volonté, en el acuerdo escrito entre
Sanguinetti y Lacalle (o entre el Partido Colorado
y el Herrerismo): objetivos que tenían que
ver con una serie de reformas como seguridad
social, educación, salud pública,
reforma del Estado, mantenimiento y
profundización de una política
macroeconómica caracterizada por la
búsqueda de la estabilidad fiscal, de la
estabilidad monetaria y de la apertura de la
economía.
Segundo elemento, definir los grandes
instrumentos gubernativos y legislativos. ¿Por
qué los diferencio? En general son muy
importantes los legislativos, y siempre se ve que
el primero o los dos primeros años son los
de gran producción de las leyes
fundamentales de una política de gobierno.
En general, las grandes reformas o los grandes
instrumentos se aprueban en los dos primeros
años. Pero los demás instrumentos
(por ejemplo, la política monetaria y
fiscal, sobre todo la fiscal) son producto, en
parte, de las leyes fiscales; pero en parte de las
decisiones casi cotidianas que va adoptando el
Poder Ejecutivo. La política monetaria es
producto de lo que hace el Banco Central, lo que
hace el Banco República, de los distintos
movimientos que va haciendo el Ministerio de
Economía o la Oficina de Planeamiento. Es
decir que la conducción de la
política económica escapa a lo
legislativo, y tiene mucho de decisiones diarias en
el ámbito de la
administración.
En tercer lugar, acordar los espacios de
gobernabilidad del Estado, de políticas de
Estado. Una coalición de gobierno no
sólo acuerda entre sí, define
objetivos e instrumentos, sino que define con
quién, para qué objetivos, con
qué metas, hacer los acuerdos en aquello que
requiera los dos tercios.
EC - A partir de esta descripción de
los puntos clave para definir una coalición
de gobierno, ¿qué queda por
definir?
OAB - Alguien va a decir: "¿Cómo?
¿Así que lo único que se discute
son objetivos, leyes
?". Es que, una vez
discutidos esos objetivos e instrumentos, viene el
tema de qué personas van a ocupar esas
responsabilidades. Esto a lo que muchas veces se
llama, despectivamente, repartos. Pero el reparto,
que a veces se lo maneja despectivamente, es
esencial. Porque si a uno le dicen: "Esta va a ser
una coalición de gobierno pero los 12
ministros son colorados", o le dicen "seis
ministros son colorados y seis blancos", la lectura
de la coalición es totalmente distinta. No
es sólo un reparto de cargos sino qué
responsabilidades tiene cada partido. Si uno lee
que el partido que no tiene la Presidencia de la
República va a llevar los ministerios de
Turismo, Vivienda, Educación y Salud, no es
lo mismo que si el partido del presidente lleva
Economía y el otro lleva Industria y
Ganadería; o que el partido del presidente
lleva Relaciones Exteriores y el partido coaligado
Interior. En los últimos casos se trata de
un cogobierno: en las áreas más
fuertes están corresponsabilizados por
igual. Y sobre todo si dicen que uno lleva la
presidencia del Banco Central y el otro la del
Banco República.
Es decir que la distribución de cargos
puede hacerse de manera y por malas razones, y con
gente incompetente, exclusivamente por su caudal
electoral. También puede hacerse con gente
muy competente: a qué gente se lleva, por
qué Juan y no Pedro, es un tema. Otro tema
es la distribución de los cargos entre los
partidos, porque esto es lo que les da la
responsabilidad, y da la imagen de cuánto
compromiso hay de uno y de otro, cuán
monopartidista, bi o tripartidista puede ser un
gobierno. Para eso es clave la cantidad de
ministerios y cuáles son.
Entonces, importa ver cómo se integra
el equipo económico, qué partido y
qué sector tienen Economía,
Planeamiento, presidencia del Banco Central,
presidencia del Banco República, y como
anexo qué partido tiene Industria y
qué partido tiene Ganadería. Segundo,
cuántas presidencias de entes
autónomos, y de cuáles, corresponden
al partido del presidente y a sus socios. En este
gobierno, sólo la presidencia de un servicio
descentralizado, de una empresa del Estado (que es
OSE), corresponde al Partido Nacional. Todas las
demás han sido ejercidas por el Partido
Colorado. Tercero: cuántas carteras
ministeriales y cuáles a cada uno de los
partidos de la coalición. En esta
última, que se ha entendido como "una
coalición fuerte", "casi a la europea", el
partido del presidente, con casi exactamente el
mismo número de votos y legisladores que el
partido coaligado, tuvo ocho ministros contra
cuatro. Lo cual muestra que no fue una
coalición de dos partidos con igualdad de
responsabilidades y con igualdad de peso en la
ejecución del gobierno, aunque la imagen que
se transmitió fue de un cogobierno con el
presidente del Partido Nacional como un
co-presidente. Pero sabemos que, en la
instrumentación real, un presidente, un
director de empresa, un presidente de un club de
fútbol, lo que sea, si a su vez no tiene
gente que le responda a él, que haga la
"cosita" concreta, pierde poder; porque el poder no
está sólo en dar la orden, las
directivas, sino en quiénes son los que las
aplican.
Observamos entonces que, de las respuestas a
estas preguntas, a estos ítems que venimos
mencionando, va a surgir qué tipo de
gobierno hubo: si fue un verdadero cogobierno (que,
como acabamos de decirlo, esta coalición no
llegó a serlo: fue la coalición
más fuerte en la historia del país, o
la segunda más fuerte después del
gobierno de Amézaga, como hemos mencionado
antes, pero no llegó a ser un cogobierno);
si es una coalición fuerte con la
centralidad del gobierno en el partido del
Presidente (y así definiríamos a esta
que terminó); o una tercer opción: si
es una coalición débil, algo
más que gobernabilidad, algo parecido a la
posición del Partido Colorado durante el
gobierno de Lacalle, quizá con un poquito
más de compromiso; o en cuarto lugar, si
tenemos la gobernabilidad más
clásica, la que ocurrió sin duda en
el primer gobierno de Sanguinetti.
Estas cuatro cosas no son planteos
teóricos: van a marcar el compromiso del
tercero y cuarto partidos, si llegan a hacer un
acuerdo con el primero o segundo, entre la primera
vuelta del 31 de octubre y yo diría que no
más allá del 10 de noviembre. Es
decir, lo que va a definir el balotaje.
En conclusión, a partir del 31 de
octubre no sólo tendremos una segunda
instancia electoral, no sólo vamos a tener
dos candidatos, dos fórmulas presidenciales
y dos partidos compitiendo por el apoyo ciudadano
para obtener la Presidencia de la República,
sino que se van a presentar tratando de conformar
bloques, lográndolo o no, pero esos bloques
pueden tener muchas formas como las que acabamos de
ver. Y esas formas van a surgir de acuerdo a todo
esto que se diseñe: objetivos, instrumentos,
distribución de las responsabilidades en el
gobierno, si se explicita qué área y
qué compromisos asumirá cada uno
(porque no es lo mismo para un tercer partido
pedirle a su electorado "Voten a Fulano porque
vamos a cogobernar igual que él y vamos a
tener igual responsabilidad y hombres nuestros en
la conducción de la política
económica", que pedirle "Vótenlo
porque vamos a estar en el área de
Educación, Salud y Turismo". Porque la gente
está oyendo en definitiva que la
política económica va a ser del
partido del presidente. Son dos señales que
da ese tercer partido a su gente, y esta es la
íntima relación entre el tema de las
formas y la profundidad de las coaliciones, y un
tema puramente electoral como es el balotaje.
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