Las elecciones
municipales de mayo del 2000
Oscar
A.Bottinelli - diálogo con Emiliano
Cotelo
EMILIANO COTELO
Ahora miramos hacia las próximas elecciones
municipales que ya se encaraman en los primeros
lugares de la información política. Y
parece lógico empezar por lo
jurídico.
OSCAR A.BOTTINELLI - Comencemos por lo
constitucional. Primero, entonces, lo obvio: estas
elecciones son separadas de las nacionales, lo cual
implica estrategias completamente diferentes. Lo
segundo: los partidos que pueden participar en esta
elección, de acuerdo a la disposición
transitoria de la Constitución vigente son
aquellos que concurrieron a las elecciones internas
del 25 de abril. Tercero: los candidatos que cada
partido puede presentar son los que participaron en
las elecciones internas de ese mismo partido, o
quienes el 25 de abril no hubieran figurado como
candidatos a ningún cargo (por candidato se
entiende, obviamente, los precandidatos
presidenciales y todas las personas que figuraron,
en el lugar que fuere, como candidatos a la
Convención Nacional o a las Convenciones
Departamentales, por el departamento que fuere: si
alguien figuró como candidato a la
Convención en una lista de Soriano, no puede
ser candidato a edil por Rocha en otro partido, es
decir que es como una inscripción
partidaria).
EC - Es decir que la reforma constitucional
que consagró la separación de las
elecciones nacionales de las municipales no
previó la posibilidad de crear nuevos lemas
accidentales a nivel municipal, y prohibió
los "pases" entre partidos. Concretamente, el
inciso g) de la letra W) de las Disposiciones
Transitorias dice que "Quien se presentare como
candidato a cualquier cargo de las direcciones
internas sólo podrá hacerlo por un
partido político, y queda inhabilitado para
presentarse como candidato a cualquier cargo en
otro partido en las inmediatas elecciones
nacionales y departamentales".
OAB - Puede haber lemas accidentales a nivel
municipal, pero debieron haber sido inscriptos en
el ciclo electoral.
EC - Está bien la precisión:
podrían haberse inscripto pero el 25 de
abril, y de lo contrario no pueden presentarse
después.
OAB - Ahora pasemos a algunas preguntas
concretas. ¿Pueden dos partidos presentar a un
mismo candidato? La respuesta es no. Lo que puede
haber es que un partido presente sus candidatos, el
otro no se presente a las elecciones y apoye a los
candidatos del otro. Más claramente: no
puede haber un candidato común blanco -
colorado, sino que uno de los dos partidos se
retire, o se retiren los dos y apoyen a un tercer
partido que haya comparecido el 25 de
abril.
Veamos algunas cosas prácticas, porque
hay muchos enredos. Por un lado, se habla de
acuerdos del Encuentro Progresista - Frente Amplio
con gentge del Partido Nacional
EC - Alternativa que circuló en las
semanas previas al balotaje, a partir de esa gira
que el doctor Vázquez hizo por el interior
del país tomando contacto con dirigentes
intermedios del Partido Nacional.
OAB -
y que además se
manejó con especial énfasis en Rocha,
por el apoyo de Irineu Riet Correa a la candidatura
de Vázquez.
EC - Y fue el propio Riet Correa quien puso
sobre la mesa esa alternativa.
OAB - Por otro lado, se habla de la
posibilidad de que el Partido Colorado y el Partido
Nacional voten juntos, con la idea de que
podría ser a través del lema
Unión Cívica.
Si el partido A decide apoyar a los
candidatos del partido B, lo primero que queda
claro es que el partido A no se presenta a las
elecciones, por lo menos en ese departamento. Para
manejar los dos casos que mencionábamos
-blancos y colorados apoyando las candidaturas de
la Unión Cívica en Montevideo,
Encuentro Progresista apoyando a uno de los
candidatos del Partido Nacional en Rocha-, eso
significaría desde el punto de vista
jurídico que el Partido Colorado y el
Partido Nacional se abstienen de presentarse en
Montevideo, y el Encuentro Progresista se abstiene
en Rocha. Desde el punto de vista jurídico,
es así.
Segundo. Esto daría señales
bastante complicadas a los electorados. El balotaje
demostró que es mucho más
fácil buscar votos para uno que para un
tercero: uno puede tener un 100% de efectividad
buscando votos para uno en relación a su
entorno, pero no tener esa efectividad cuando le
dice a su propia gente "Yo voto a Fulano".
Pero además el balotaje tenía
una explicación que Lacalle explicó
en forma tajante: "No decimos que Batlle es el
mejor candidato. Decimos que nos obligan a elegir
entre Batlle y Vázquez, y entre esos dos
tenemos que optar por Batlle". En cambio, si un
partido no se presenta ahora y dice "Vamos a
acompañar a Perico Pérez en el lema
Unión Cívica", la gente le va a decir
"Usted decidió no presentarse para votar a
Perico Pérez; nadie obliga a que no haya
otros candidatos". Es decir que se complica
más porque no es un determinismo
jurídico de eliminatorias que lleva a que
quedan sólo dos y nada más que dos y
elija uno.
Otro problemas es que no sólo se elige
intendente sino la Junta Departamental, y el tema
tiene dos ángulos. Uno desde el punto de
vista de la eficacia: ¿tiene sentido, y
funciona, que un partido presente una lista de
ediles que se sabe que son afines al partido pero
que no han figurado en ninguna lista, que no les ha
interesado, que prácticamente no tienen
militancia política? ¿Qué labor
pueden cumplir en un órgano político
esas personas que no tienen vocación?
Está claro que no todas, que podrá
haber alguna que sí tenga vocación
por la política, pero ¿encontrar el
número de personas necesarias para llenar
todos los cargos de titulares y suplentes de la
Junta Departamental, entre ciudadanos que pueden
ser blancos o colorados pero que no figuraron en
ninguna hoja de votación
? Y en el caso
del Encuentro Progresista de Rocha, ¿gente que
no haya figurado en los cientos de candidatos que
presentó el Encuentro en Rocha?
Da la impresión de que se
estaría por votar a un candidato haciendo un
descaecimiento del poder político y del
funcionamiento de las Juntas Departamentales, por
lo menos desde el punto de vista
partidario.
EC - En el caso de Montevideo, y en esa
hipótesis de que se utilizara el lema
Unión Cívica, se podría
presentar varias listas a la Junta Departamental:
una lista "colorada", una "blanca" y una
"cívica" bajo el mismo lema Unión
Cívica. Pero tanto los blancos como los
colorados deberían recurrir a nombres que no
están en la carrera política, lo que
a su vez tendría consecuencias
políticas, partidarias. Porque quizá
sea posible elegir a un candidato a la Intendencia
que no haya sido candidato en las internas de
abril, quizá sea posible o relativamente
sencillo: buscar un buen técnico, una
personalidad notoria
El problema es la
cantidad de nombres que se requieren para la Junta
Departamental, y el hecho de que quedarían
afuera los que sí están corriendo,
los que sí han empezado sus carreras
políticas en ese nivel.
OAB - Sobre lo de los intendentes
también cabe una salvedad. Quizá
pueda ser relativamente fácil encontrar
nombres, algunos técnicos, que acepten ser
candidatos. Que esos técnicos tengan
capacidad política para ser intendentes ya
es un poco más complicado. Porque un
intendente no es un cargo técnico sino un
cargo político: tiene que implementar
políticas en relación a la
población. El intendente es el orientador de
esas políticas, no el ejecutor. Un brillante
técnico puede ser el brillante director de
Arquitectura y Obras de una intendencia, cuando el
intendente dice "El rumbo es este". Pero puede ser
un fracaso como intendente, porque puede no tener
la menor idea de las prioridades políticas.
Y cuando digo políticas hablo de las
demandas de la gente. El doctor Tarigo siempre
decía que lo difícil para un
gobernante es decir que no. Efectivamente, un
intendente recibe demandas que exceden varias veces
lo que materialmente puede hacer, y no cualquier
técnico sabe administrar eso con sentido
político. Y además tiene que
relacionarse con los otros intendentes, con el
gobierno central, tironear con el ministro de
Economía, con Planeamiento, con el
Ministerio de Transporte, etcétera. Eso no
es para un individuo a quien le dicen "Deje su
consultorio para asumir como intendente, porque
sabemos que usted es buena persona aunque nunca
militó en política". Así que
es complicado incluso para los candidatos a
intendentes.
Pero además el cargo de edil
normalmente es para gente que -se diría-
toma la política como un complemento para el
tiempo libre, sobre todo en los departamentos del
interior; o para quienes pretenden hacer carrera
política, lo cual es muy legítimo; y
que trabajan mucho, y así lo hicieron en
abril, para que determinados dirigentes fueran
electos parlamentarios. ¿Qué pasa si a
esa gente que ha trabajado intensamente, que
integró listas (por ejemplo, en el Partido
Colorado, el Foro presentó una gran cantidad
de listas y había candidatos a diputado que
presentaron también un conjunto de listas en
su apoyo: por mencionar un caso, Washington Abdala
presentó diez), qué pasa si a esa
gente que trabajó por su candidatura hacia
las internas del 25 de abril y siguió hacia
el 31 de octubre y hacia el balotaje, ahora le
dicen "Vamos a apoyar a la Unión
Cívica, y tú no vas a ser edil.
Espera cinco años más"?
EC - Lo que dices es que se le
cortaría la carrera a quienes estuvieron en
la primera línea de fuego para un
candidato.
OAB - En la primera línea de fuego
apoyando a un candidato a diputado o al Senado,
trabajando, armando listas, convenciendo gente,
buscando adhesiones (que eso es conseguir votos:
buscar adhesiones para apoyar al alguien). Y le
dicen "Todo ese trabajo fue formidable, yo estoy en
el Parlamento, pero tú no vas de edil. Vamos
a votar a la Unión Cívica y te pido
no sólo que no seas candidato sino que
busques entre tus amigos a alguno que sea colorado
pero no sea militante, que no haya participado en
nada y quiera ser edil".
Ese mensaje es espantoso. Y esa persona le
responderá "Entiendo tu mensaje, pero dentro
de cinco años yo voy a competir contigo por
la banca de diputado, porque sabemos que de ahora
en adelante las bancas de ediles no existen dentro
de este partido; que este partido va a dar sus
bancas a gente desconocida para que represente lo
represente, y los hombres del partido van a estar
fuera de la Junta Departamental". Este planteo
tiene mucha falta de lógica.
Y, sin haber efectuado estudios
específicos, pero viendo estudios confianza
en sistemas políticos, tengo la
percepción de que estos juegos
estratégicos que podrían llevar a un
partido a votar dentro de otro (Partido Colorado y
Partido Nacional dentro de la Unión
Cívica, Encuentro Progresista dentro del
Partido Nacional en algún departamento)
corresponderían a las prácticas que
la gente más rechaza del sistema
político. Porque lo ve como maniobras que
van contra la transparencia del juego
político, y que implican una
desesperación por los resultados.
Pérdida de identidad, alianzas forzadas,
desaparición de partidos, ya por conseguir
un resultado en el caso de los partidos
tradicionales, ya por pagar un favor en caso de que
el Encuentro Progresista votara dentro del Partido
Nacional, o por querer frenar a toda costa el que
alguien pudiera ganar, y apostar todo el capital a
eso.
EC - Ese es un análisis de las
complicaciones jurídicas y políticas
de realizar acuerdos interpartidarios para las
intendencias municipales recurriendo a alguno de
los lemas existentes. Pero ahora se maneja la
posibilidad incluso de modificar ese corsé
que se estableció por una disposición
transitoria en la reforma de 1996, el inciso g) de
la Disposición Transitoria W) que
mencionábamos al comienzo.
OAB - Este corsé fue el determinante
de que se viera al sistema que se creó en
Uruguay como una garantía de que
después de abril no explotaría en
fracturas partidarias, porque no digo que se
hubiera producido pero el "ramirismo" tenía
un camino distinto al que recorrió si no
hubiera existido esa disposición.
Ahora bien. Si este camino se tomara en
serio, sería bueno que hicieras una ronda de
entrevistas con constitucionalistas, porque no es
claro qué es una disposición
transitoria.
EC - La pregunta es si pueden ser modificadas
por ley o hay que recurrir a una nueva reforma de
la Constitución, con plebiscito,
etcétera.
OAB - Exacto: están las dos
teorías. Por eso empieza por una
discusión doctrinaria. Si es una parte de la
Constitución, y por lo tanto sólo es
modificable por otra reforma constitucional, o si
puede ser modificada sólo por ley. Aunque en
este caso, en la medida en que dice que "mientras
no se dicte la ley reglamentaria
serán
", esto podría ser
modificado por ley.
Luego viene la discusión sobre si esto
es una ley por mayoría absoluta o por dos
tercios, en la medida en que es una ley de
elecciones. Es decir que para empezar tenemos una
discusión bastante complicada.
Pero dejando al margen lo jurídico,
por escasez de tiempo, hay un tema importante:
¿qué señales dan los partidos
tradicionales cuando a mitad del partido plantean
modificar las reglas sobre cómo se cuentan
los goles? Porque en definitiva es eso. Jugando al
fútbol con cuatro tiempos en ves de dos,
como en Estados Unidos, "La ley del off-side va a
es distinta para el cuarto tiempo que para los tres
primeros".
EC - Sí, porque además
tú has remarcado varias veces en este
programa que lo que se puso en funcionamiento a
partir de abril fue un proceso que se cierra en
mayo del año que viene.
OAB - No estamos hablando de que habrá
elecciones municipales y discutir las reglas para
esas elecciones como si no hubiera existido el 25
de abril. Porque con el mismo criterio se
podría decir: "¿Y por qué no
decimos que tampoco los candidatos sean proclamados
por las Convenciones Departamentales?". Ya tuvimos
una cosa harto discutible de la Corte Electoral:
que los dos candidatos únicos a la
Intendencia por cada partido en vez de dos son
tres, lo que da un pequeño problema
matemático. Entonces, con el criterio de que
se puede modificar, se podría anular la
elección del 25 de abril
Quiero decir:
la elección municipal de mayo próximo
empezó con la elección interna del 25
de abril y, por lo tanto modificar las reglas a
mitad de camino. Cuando la gente votó el 25
de abril las Convenciones Departamentales se le
dijo que era para una elección municipal con
estas reglas, y que el que era candidato a la
Convención Departamental sólo
podía ser candidato a edil o a intendente
por ese partido, y que los partidos iban a ser
tales y cuales. Es decir que no es que se
esté preparando una elección nueva,
sino el segundo nivel de una elección que
comenzó el 25 de abril.
Obviamente, no estoy tomando partido sobre si
está bien o no hacer una u otra cosa, sino
advirtiendo que la elección de 1999
entendida como en tres tramos, y el proceso
electoral del Uruguay de 1966 a 1999, están
dando determinadas señales de advertencia a
los partidos tradicionales sobre ciertos niveles de
asintonía con buena parte de la
ciudadanía. Hemos visto que en la
ciudadanía hay áreas de descreimiento
sobre la actividad política, (un
descreimiento que no es monopolio de los partidos
tradicionales, sino que va más allá
de ellos), pero cosas como estas podrían
llegar a provocar una acentuación del
descreimiento.
Impulsar estas cosas daría lugar a dos
lecturas: o que quienes la impulsan no están
leyendo correctamente los resultados y procesos
electorales de estos 30 años, o que
están dispuestos a pagar el precio que fuere
con tal de conseguir en mayo el resultado que
buscan, independientemente de lo que arriesguen
para los años siguientes. O lo uno o lo
otro. Pero si alguien dice "Queremos revertir este
proceso; queremos fortalecer a los partidos
tradicionales; queremos fortalecer la credibilidad
del sistema político", y paralelamente
propone esto, es incongruente.
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