Un combate por
cinco años:
la lucha por el presupuesto
Análisis
del politólogo Oscar A.
Bottinelli.
EMILIANO COTELO:
Falta poco más de un mes para que venza el
plazo que tiene el gobierno para elaborar el
proyecto de presupuesto quinquenal que tiene que
ser enviado a consideración del Parlamento
no más allá del 1º de setiembre.
De modo que se está iniciando una etapa
clave en la gestión del gobierno y en su
relacionamiento con otros centros de
administración, con los diversos grupos de
interés y particularmente con los
sindicatos.
De esto vamos a tratar con Oscar A.
Bottinelli en el análisis político de
hoy, que nos propone como título "Un combate
por cinco años: la lucha por el
presupuesto".
¿Comenzamos por las reglas del
juego?
OSCAR A. BOTTINELLI:
Primero recordemos que está el presupuesto
nacional que abarca el período de gobierno,
que fue cuatrienal durante la Constitución
de 1952 y es quinquenal desde la
Constitución de 1967, y están las
rendiciones de cuentas y balance de
ejecución presupuestal que normalmente en
Uruguay fueron una especie de ajustes
presupuestales, en tres de los cinco
años.
En estos días se está
discutiendo una rendición de cuentas medio
neutra o sosa en la medida en que luego viene el
presupuesto. Lo mismo pasa en el año de
elecciones, en que hay una serie de limitaciones
constitucionales, por lo que las rendiciones de
cuentas tradicionalmente importantes son las del
segundo, tercero y cuarto año. La base es el
presupuesto. En cuanto a las reglas de juego, el
artículo 214 de la Constitución de la
República establece: "El Poder Ejecutivo
proyectará con el asesoramiento de la
Oficina de Planeamiento y Presupuesto, el
Presupuesto Nacional que regirá para su
período de Gobierno y lo presentará
al Poder Legislativo dentro de los seis primeros
meses del ejercicio de su mandato".
En la tradición uruguaya, "dentro de
los seis primeros meses" quiere decir que el
último día en el último minuto
del 1º de setiembre el presupuesto está
caminando rumbo al Palacio Legislativo.
Este presupuesto tiene dos o tres vías
de elaboración jurídica final como
iniciativa que llega al Poder Legislativo.
("Iniciativa" se llama a esa articulación o
ese proyecto que el Parlamento puede tratar, no lo
que puede ser una mera petición). Por un
lado está la iniciativa central, todo lo que
envía el Poder Ejecutivo. Aparece otra
vía que surge de la reforma de 1996-1997,
que es la determinación de un porcentaje del
monto total del presupuesto nacional que
corresponderá a los gobiernos
departamentales. Precisamente ahora vence un primer
plazo, de un mes menos, de cinco meses, que tiene
la Comisión Sectorial de
Descentralización, integrada por delegados
del Poder Ejecutivo y el Congreso Nacional de
Intendentes, creada con la reforma constitucional
de 1996, para enviar su proyecto.
EC - O sus proyectos.
OAB - Es el monto total. Luego, si el Poder
Ejecutivo no acepta el proyecto de la
Comisión Sectorial de
Descentralización lo ajusta, lo modifica y
envía los dos, el incorporado al presupuesto
nacional, elaborado por el propio Poder Ejecutivo,
y el originario de la Comisión de
Descentralización.
Luego hay una tercera vía, parecida a
ésta, que tiene que ver con los casos del
Poder Judicial, el Tribunal de lo Contencioso
Administrativo, el Tribunal de Cuentas, la Corte
Electoral y los entes autónomos y servicios
descentralizados que no fueren ni comerciales ni
industriales. Básicamente, por su peso
tenemos dos grandes: el Banco de Previsión
Social y, sobre todo, la Administración
Nacional de Educación Pública, lo que
vulgarmente se llama Codicen -más
allá de que éste es nada más
que el organismo-, todo lo que es Primaria,
educación media normal y la educación
media técnica de la Universidad del
Trabajo.
El Poder Ejecutivo también modifica o
puede modificar estos presupuestos. Entonces el
presupuesto nacional tiene toda la
Administración Central, los poderes o cuasi
poderes del Estado independientes de los poderes
políticos -el Judicial, el Contencioso
Administrativo, que es una especie de Poder
Judicial especial administrativo, la Corte
Electoral, que es la Justicia electoral y el
órgano de contralor financiero, que es el
Tribunal de Cuentas- más los entes
industriales y comerciales. El presupuesto nacional
no tiene nada que ver con los entes industriales y
comerciales -UTE, Antel, Ancap, los bancos-, los
gobiernos departamentales ni el Poder
Legislativo.
Pero además de este presupuesto
nacional que envía el Parlamento, va a haber
varios mensajes propios del Poder Judicial, el
Tribunal de Cuentas, el Tribunal de lo Contencioso,
la Corte Electoral, ANEP, el Banco de
Previsión Social. El Parlamento puede optar
entre uno u otro. Lo normal, por razones de
mayorías políticas, es que tome el
presupuesto que envía el Poder Ejecutivo, al
que después modificará o no.
En 1964, el partido de gobierno, que era el
Partido Nacional, no tenía mayoría
parlamentaria y finalmente realizó un
acuerdo con la Lista 99, entonces liderada por
Zelmar Michelini y Renán Rodríguez,
en función del cual el Parlamento
optó íntegramente por el presupuesto
de los organismos de enseñanza, que en
aquella época eran cuatro, porque Primaria,
Secundaria y UTU estaban separados.
EC - ¿Es el único
antecedente?
OAB - Es el antecedente que he encontrado,
que recuerdo de estos últimos casi 40
años. Es probable que haya anteriores, pero
no he hecho un estudio exhaustivo ni
minucioso.
EC - Pero no es lo habitual.
OAB - No, por eso lo estoy marcando; fue un
caso extraordinario. Además, lo
asocié a otro fundamento: la falta de
mayoría parlamentaria del partido de
gobierno o, según la nueva modalidad, de la
coalición de gobierno.
EC - ¿Cómo son los plazos para el
tratamiento parlamentario?
OAB - Los plazos se achicaron en la
Constitución de 1967, se redujeron
prácticamente a la mitad. Aclaremos que los
plazos son para cada cámara. Hace poco
tuvimos la ley de urgencia, que tenía
plazos; hay una diferencia sustancial entre los
plazos presupuestales y los de la ley de urgencia.
Si la ley de urgencia no es aprobada ni rechazada,
queda automáticamente aprobada; es lo que se
llama una aprobación ficta. En el caso del
presupuesto, si vence el plazo sin que haya
aprobación ni rechazo, sin que haya
pronunciamiento, éste queda
automáticamente rechazado, es un rechazo
ficto. No hay aprobación ficta del
presupuesto. Esto es interesante, porque desde el
punto de vista de la naturaleza de los fines del
plazo estos son opuestos a los de la ley de
urgencia.
Los plazos son inicialmente de 45 días
en cada Cámara. La primera Cámara es
la que decide el presidente de la Asamblea General
cuando recibe el mensaje y lo destina a una u otra.
Normalmente, el grueso de la negociación se
termina en la segunda Cámara, porque
después tiene que volver a la primera para
ser ratificada. La primera Cámara puede
aprobar el presupuesto y ponerle "x" aditamentos,
luego pasa a la segunda y vuelve a la primera; si
la primera lo ratifica, va a la Asamblea General,
donde la aprobación requiere dos tercios de
cada Cámara. Por razones políticas se
requiere que la cámara primera tenga que
aprobar como está lo que venga de la
segunda, por lo tanto la negociación final
se da en la segunda Cámara.
El presidente de la Asamblea General decide a
qué Cámara va primero el presupuesto.
La primera cámara tiene una importancia
sustancial; recordemos que en materia presupuestal
el Parlamento tiene muchas limitaciones, no puede
aumentar los gastos, no puede exonerar impuestos,
puede eliminar impuestos o modificar las tasas,
pero no puede crear exenciones para determinados
sectores. Por lo tanto, son muy importantes los
llamados mensajes complementarios.
EC - ¿Qué son los mensajes
complementarios?
OAB - Son los mensajes que envía el
Poder Ejecutivo, normalmente aceptando
modificaciones negociadas en el Parlamento. Esas
modificaciones también pueden haber sido
negociadas por su cuenta, aparte, pero lo
común es que la discusión haya sido
en el ámbito parlamentario. Los mensajes
complementarios están muy acotados desde la
Constitución de 1967. Puede haber un primer
mensaje complementario dentro de los primeros 20
días desde que el presupuesto ingresó
a la primera Cámara, es un primer "round"
preliminar bastante rápido. El último
mensaje complementario puede ser enviado dentro de
los primeros 20 días desde que el
presupuesto entró en la segunda
Cámara.
La negociación final, la que da lugar
al presupuesto definitivo, se va a hacer en la
segunda Cámara. Esta segunda Cámara
tiene 45 días, 25 de los cuales ya se hacen
fuera del envío del último mensaje
complementario. Es decir que negociaciones que
requieran el mensaje complementario tienen los
primeros 20 días, por lo cual este mensaje
va a recoger mucho de lo que se negocie en la
primera Cámara. En definitiva, el primer
mensaje complementario no es tan importante porque
ocurre dentro de los primeros 20 días
después de enviado el presupuesto.
EC - No da para mucho.
OAB - No da para mucho. Se da una gran
negociación en la primera Cámara,
donde se pelea todo lo que requiere mensaje
complementario, que podrá tener un alargue
en el comienzo de la discusión en la segunda
Cámara, hasta que llegan los 20 días.
Luego viene una segunda ronda de negociación
en la segunda Cámara, que es la definitiva,
pero que ya tiene que ver con lo que tuvo mensaje
complementario. No hay posibilidades de otros
mensajes complementarios.
La negociación en la segunda
Cámara puede ser definitiva, pero
formalmente puede haber modificaciones cuando el
presupuesto vuelve a la primera. Si la segunda
Cámara aprueba todo lo que hizo la primera,
se envía al Poder Ejecutivo, pero si se
modifica -que es lo normal- vuelve a la primera. Si
ésta rechaza las modificaciones, va a la
Asamblea General.
En la rendición de cuentas de 1986 no
hubo acuerdo entre las Cámaras -en
definitiva, es un problema de mayorías
políticas- y el rechazo de la primera
Cámara a las modificaciones de la segunda
determinó que fuera a la Asamblea General.
Hubo un intento de aprobar la rendición de
cuentas entre el Partido Colorado y el Frente
Amplio, sin el Partido Nacional. En la primera
Cámara se había aprobado entre el
Partido Colorado y el Partido Nacional.
Terminó yendo a la primera Cámara,
donde resolvieron el Partido Colorado y el Partido
Nacional, que formaban los dos tercios.
Tanto la primera Cámara en la segunda
vuelta como la Asamblea General -el trámite
tiene cuatro etapas- disponen de 15 días. Es
decir que el plazo total es de 45 y 45, 15 y 15;
son 120 días más un plus de
días que se pierden entre el envío de
una Cámara a otra.
Lo que el Parlamento envía al Poder
Ejecutivo no es definitivo. Este puede introducirle
lo que vulgarmente se conoce como vetos; es decir,
observaciones a artículos completos o partes
de artículos. Por lo tanto, la
negociación en la segunda Cámara a
veces comprende la no realización de
observaciones por parte del Poder Ejecutivo. A
veces se da una negociación más
parlamentaria en que el gobierno no entra en la
totalidad de la negociación -esto ha sido
muy frecuente- y luego el Poder Ejecutivo observa,
veta, una serie de disposiciones. Luego, para
levantar ese veto se requiere tres quintos de cada
una de las Cámaras en una sesión de
la Asamblea General.
Hay un segundo elemento que tiene que ver con
el presupuesto, que son las rendiciones de cuentas
de carácter anual que, con posibilidades
políticamente reales de hacer modificaciones
presupuestales, son las que se va a discutir en
2001, 2002 y 2003.
EC - Ya hemos visto las reglas de juego.
Sobre ellas ahora van a operar muchos actores, va a
haber distintas presiones que vendrán de
diferentes lados y serán tanto
públicas como privadas.
OAB - Era importante marcar las reglas de
juego, las canchas y momentos en que se va a dar la
pelea. Esta es la primera, antes de que venga el
mensaje del Poder Ejecutivo. Tenemos que recordar
que todo el presupuesto se hace en el marco de una
modificación cualitativa habida en el
gobierno anterior: las llamadas rendiciones de
cuentas de artículo único. Antes
venía una lucha por el presupuesto y
empezaban a quedar cosas afuera que luego se
podían pelar en la rendición de
cuentas. Pero llegó la primera
rendición de cuentas de 1996 y el gobierno
dijo "artículo único", que
decía "apruébase la rendición
de cuentas y el balance de ejecución
presupuestal del ejercicio anterior"; se
terminó la negociación presupuestal.
Esto fue así en 1996, 1997, 1998 y
1999 y creó una situación muy
diferente. Ernesto Talvi, director del Ceres
(Centro de Estudios de la Realidad Económic
ay Social) y consultor del BID (Banco
Interamericano de Desarrollo), dijo en una
conferencia que era algo que se hacía una
única vez, porque para la segunda se aprende
que las reglas de juego son otras y el presupuesto
concentra la lucha con una intensidad que no hubo
en ocasiones anteriores. De alguna manera, el
segundo gobierno de Sanguinetti tuvo la ventaja de
que salvó fácilmente el presupuesto
porque los actores transaron en algunas cosas y
dejaron lo que no era tan urgente para pelearlo al
año siguiente y después se
encontraron con que las reglas de juego
políticas -no eran institucionales-
habían cambiado. Ahora se sabe que las
reglas cambiaron.
No sólo se sabe, sino que Alberto
Bensión, el ministro de Economía, con
una gran claridad dijo que las reglas de juego van
a ser las mismas: no habrá modificaciones
presupuestales en las próximas rendiciones
de cuentas. Algunos consideraron que no fue
demasiado conveniente que se supiera. De alguna
manera, Bensión dijo: "Peleen ahora todo lo
que puedan".
EC - El "partido" se juega este
año.
OAB - De alguna manera, echó nafta al
fuego. Otros dicen que dejó claras las
reglas, que después nadie venga a reclamar
que no le habían avisado. Bensión
dijo: "El partido se juega ahora; si no,
tendrán que pelearlo en el 2005. Por cinco
años éste va a ser el
presupuesto".
EC - ¿Cuáles son las diferentes
fuentes de presiones?
OAB - Dijimos que las diferentes fuentes de
presiones eran públicas y privadas. En estos
días la concentración más
fuerte de la controversia y las demandas es por
parte de las intendencias municipales. En esta
oportunidad hay un elemento adicional; hace muchas
décadas, cuando se hablaba de gobiernos
departamentales y de recursos para los gobiernos
departamentales, siempre se hacía referencia
al interior, por eso hay una serie de elementos
diferenciales en los aportes patronales, en
subsidios. Había una vieja tradición
de que Montevideo quedaba afuera de los subsidios
en función de muchas cosas, entre otras de
que tiene un Producto Bruto Interno que es
prácticamente el doble del interior. Esta
vez, Montevideo logra que el Congreso Nacional de
Intendentes le recoja las demandas. Tanto es
así que buena parte del aumento de demandas
de las intendencias es producto de la
incorporación de las demandas de Montevideo,
que son muy fuertes. En algún caso, la
cuarta parte del total de demandas corresponde a
Montevideo.
Tenemos la presión de las intendencias
municipales, que tiene una particularidad
política: por un lado, al incorporar
Montevideo se incorpora el Frente Amplio al paquete
de demandas de las intendencias, que es un grupo de
presión opositor. Por otro lado, la
mayoría de las intendencias, 11 de ellas,
están en manos del partido socio del
gobierno, que va a jugarse mucho en la
gestión municipal y que está
presionando con una gran fuerza los recursos para
las intendencias del interior. Recordemos que
tenemos un gran ajuste fiscal nacional, un gran
ajuste fiscal en la Intendencia de Montevideo y
prácticamente más de la mitad de las
intendencias en situaciones fuertemente
deficitarias, algunas con equilibrio y una con
superávit (la de Paysandú).
Luego tenemos la presión de la
Universidad. La marcamos aparte porque ésta
tiene una especie de juego político, no
tiene la intención de asepsia
política del Poder Judicial, y a su vez
está fuera de la composición
político-partidaria relacionada con el
gobierno. Por lo tanto, no está atada a
directivas de gobierno, más allá de
que es la primera vez que se llega a un presupuesto
con las autoridades universitarias en una
relación bastante platónica con el
presidente de la República; hay un cierto
amorío entre el rector y el presidente
Batlle.
Luego tenemos el Poder Judicial y el Tribunal
de lo Contencioso Administrativo, un organismo no
político, que generalmente trabaja con bajo
perfil, más allá de que a veces ha
tenido algunos enfrentamientos por problemas
presupuestales con el presidente de la
República en gobiernos anteriores. Los
recursos para el Poder Judicial vienen siendo un
caballito de batalla en muchas campañas
electorales, con algún intento de
plebiscito.
Luego están los organismos no
políticos pero en cuya composición
hay una incidencia político-partidaria
relacionada con la composición del gobierno,
como la Corte Electoral y el Tribunal de Cuentas
por un lado, y la ANEP y el Banco de
Previsión Social por otro. Son organismos
que por un lado tienen autonomía para pedir
lo que necesitan pero a los que el gobierno, por
razones políticas, les pide que se frenen y
no presionen tanto. Son organismos que demandan
mucho.
En el caso de la ANEP, este presupuesto va a
ser una prueba de qué nivel de
autonomía piensa manejar la
conducción de Javier Bonilla en
relación al Poder Ejecutivo. Recordemos la
forma fuerte, dura, a veces hasta intempestiva, con
que se manejó Germán Rama en la
demanda de recursos para la ANEP. (Recordemos la
batalla a ocho vueltas, Titanic mediante, que lo
enfrentó por un lado a estudiantes, por otro
a gremios de enseñanza, por otro a los
gremios rurales). Más allá de formas
y estilos, era una posición de independencia
respecto al Poder Ejecutivo en las
demandas.
EC - Es más: Rama se despidió
con reclamos y quejas a propósito del
tratamiento presupuestal.
OAB - Se despidió fuerte, con el
estilo de los cinco años de ejercicio. Va a
ser una prueba para Javier Bonilla.
El BPS no ha tenido cambio de autoridades,
por lo tanto no hay ningún test.
Finalmente, dentro de lo público hay
un juego de presiones entre los propios ministros
entre sí; es la pelea que hay en toda
familia por el reparto de la torta.
Luego vienen todas las presiones normales que
llamamos privadas, que no provienen de agentes
públicos: todos los sindicatos, los gremios
de docentes, de magistrados, de funcionarios, de
obreros, más una serie de gremios que no
tienen que ver con la función pública
pero sí tienen que ver con los repartos
presupuestales. De esos repartos salen recursos
para obras públicas, subsidios para tal,
recursos para cual, que afectan a gremios como el
SUNCA (Sindicato Unico de la Construcción y
Afines) para el que la Ley de Presupuesto no es del
todo irrelevante.
Hoy los presupuestos no son como los de
antes, porque hay mucho recurso extrapresupuestal,
como las cifras millonarias en dólares que
suponen préstamos del BID que le otorgan al
gobierno una gran discrecionalidad en el manejo
desde contrataciones de técnicos o empresas
a realización de obra. Mucha obra se realiza
a través de recursos extrapresupuestales,
donde la parte presupuestal es mínima. Ese
juego de tira y aflojes y demandas no pasa por el
canon clásico del presupuesto ni del
Parlamento.
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