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El
presupuesto: la batalla decisiva para
los cinco años por venir.
Entrevista
con el
politólogo Oscar A. Bottinelli.
EMILIANO COTELO:
La Cámara de Diputados
está entrando en la quincena final para la votación del resupuesto
nacional del período 2001-2005. Esta votación no es una instancia
definitiva; la pelea final tendrá como escenario la Cámara de
Senadores, pero las discusiones en la Cámara Baja y la forma en que
los partidos voten, para un lado o para el otro, las mayorías que
se forme, los artículos que se apruebe o se rechace, van a marcar
el grado de dificultades que habrá después en el Senado.
A partir de esta realidad,
Oscar A. Bottinelli, director de Factum, nos propone hoy el análisis
titulado "El presupuesto: la batalla decisiva para los cinco años
por venir".
***
EC - Comencemos por
algunas definiciones básicas para ubicarnos en cómo es el proceso
del presupuesto.
OSCAR
A. BOTTINELLI:
El proceso del presupuesto tiene algunos pasos similares a
cualquier ley y otros diferentes como, por ejemplo, la existencia de
plazos, 45 días en cada una de las dos cámaras y 20 en la primera
cámara, en este caso la de Diputados, si el presupuesto vuelve.
El presupuesto general se
aprueba por mayoría. Casi todos los artículos requieren mayoría
simple -que haya más votos a favor que en contra- o mayoría
absoluta, 50 diputados o 16 senadores. Puede haber artículos
especiales, como por ejemplo alguno que tiene que ver con la
modificación de la ley orgánica de algún ente autónomo, que
requiere dos tercios. Esto es así en las dos cámaras, tanto en
primera instancia como si vuelve. Pero si en las dos cámaras se
vota cosas distintas, Diputados vota un presupuesto y el Senado lo
modifica, lo que este último aprobó vuelve a Diputados, que tiene
sólo dos caminos: aceptar o rechazar. Si acepta el artículo queda
aprobado, si lo rechaza va a la Asamblea General, la reunión de las
dos cámaras, donde se resuelve por dos tercios de votos del
conjunto.
Políticamente, este dato
no es menor. Si va a la Asamblea General quiere decir que sí o sí
participa el Frente Amplio en la decisión, porque no hay dos
tercios sin la participación, al menos parcial, del Frente Amplio.
Como la Cámara de Diputados queda a la vuelta, en la segunda
instancia, acotada a aceptar o enviar a la Asamblea General, la gran
decisión la toma la Cámara de Senadores, porque lo que se decida
en esta cámara que no sea ratificado en Diputados desde el punto de
vista del gobierno deja esos dos caminos de hierro: dar participación
al Frente Amplio o callarse la boca y aceptar lo que dice la Cámara
de Senadores. Ese es el papel que les queda a los diputados de la
coalición una vez que el Senado aprueba. Por eso de hecho ha
quedado como una batalla preliminar la de la Cámara de Diputados y,
como la batalla decisiva, la del Senado. Esto ha sido prácticamente
un hecho en el país desde muchas décadas atrás, con la excepción
del presupuesto de 1964, que invirtió el procedimiento y el lugar
clave de elaboración fue la Cámara de Diputados.
Recordemos cómo están
las fuerzas. En la Cámara de Diputados el presidente (Jorge)
Batlle, como cabeza de un sector político, tiene el respaldo de tan
sólo 15 diputados, el Partido Colorado tiene 33, con los 18 del
Foro; el Partido Nacional tiene 22, 18 del Herrerismo y cuatro del
grupo de (Jorge) Larrañaga y Arturo Heber; el Frente Amplio tiene
40 y el Nuevo Espacio cuatro. A nivel de Senado son cinco de la 15,
seis del Foro porque se agrega el vicepresidente de la República;
siete del Partido Nacional, 12 del Frente Amplio y uno del Nuevo
Espacio.
Estas cifras están
marcando que, para llegar a la mayoría, el Partido Colorado solo
está distante. En la Cámara de Senadores requiere cinco votos más,
de los siete del Partido Nacional; llega a la mayoría con el
Herrerismo, pero lo cierto es que en la medida en que ese partido
siga actuando bastante en bloque los votos están o no. En la Cámara
de Diputados requiere 17 diputados de los 22 o una cifra menor si en
algunos casos obtiene el apoyo del Nuevo Espacio, cosa que en
algunos casos se logra. Pero no es cualitativo en este aspecto: en
Uruguay hay una alta disciplina política. Este tema se discutió
mucho en la reforma, se decía que el sistema político es muy
indisciplinado. No; está muy fraccionalizado y la gente se puede ir
de una fracción, constituir una nueva o pasar a otra; mientras
pertenece a una fracción la disciplina es muy alta. Esto acota la
forma de manejo del presidente de la República.
En general hay dos grandes
sistemas, con todos los matices que puede haber en el medio. Cuando
los grupos políticos se mueven -caso uruguayo-, sean partidos o
fracciones, y se suman o, como en Estados Unidos, donde hay un
manejo muy débil de los partidos políticos y el presidente puede
negociar, uno por uno, con los congresistas o los senadores, no del
todo libremente, hay ciertas lealtades partidarias, pero el conteo
de los votos permite juegos. Hace poco se vio en el cable una película
medio romántica, con Michael Douglas, donde en algunas escenas la
que ejerce representación de intereses ante el Parlamento actúa
como lobby, con el conteo de votos, "me falta uno",
"me faltan dos", "llego" o "no llego".
Eso no es así en Uruguay y es importante tenerlo en cuenta, por eso
la importancia de los acuerdos políticos. Lo que tenemos que sumar
es 15 más 18, que da 33; de 33 a 50 faltan 17. ¿Qué hay para 17?
Hay 18 del Herrerismo, cuatro del Nuevo Espacio que solos no llegan,
cuatro blancos no herreristas, cuatro más cuatro más 33 son 41, no
llegan. Ergo: Herrerismo más Foro más 15 es lo único que desde el
ángulo oficialista constituye una mayoría absoluta. Esta forma de
matemática política parlamentaria es esencial a la hora de ver la
viabilidad de las leyes.
EC - Imagino que esto
tiene que ver con la forma como se redacta o se negocia el
presupuesto antes de enviarlo al Parlamento, ¿o no?
OAB - Tiene mucho que ver.
Tiene que ver una combinación de dos factores: el estilo del
presidente, la fuerza que sienta y el nivel de acuerdo con los
grupos políticos. Un presidente puede optar por decir "la
gente me respalda, que se animen los grupos políticos a votarme
algo en contra". Lo envía y va poniendo en bretes a los
sectores políticos en un juego de tira y afloje donde algo aflojará,
pero parte con cartas muy fuertes. Pacheco Areco jugó de esa
manera, más allá de que usó los instrumentos excepcionales de la
Constitución y que tuvo un apoyo parlamentario bastante fluido.
Otra posibilidad es jugar
a los consensos previos: tenemos un paquete de gobierno y antes de
enviar todo el articulado lo paso por los grupos políticos. Tengo
el acuerdo previo y, a partir de ahí, lo que viene es una aprobación
casi mecánica en las cámaras donde se discute cosas laterales,
menores, que no hacen a la esencia del presupuesto y lo cambian muy
poco; el grueso sale de ese acuerdo.
Este gobierno optó por el
camino de hacer algunas consultas pero luego aparece un paquete
fundamental de medidas que provoca distintas visiones dentro de la
coalición y, según la visión de los asociados, tanto el Foro como
el Partido Nacional no fueron consultados previamente. Dentro del
oficialismo más restringido, de la 15, aparecen versiones
contradictorias. Algunos dicen que es así, que ésa es una potestad
del presidente, y otros dicen que había sido hablado. En general da
la impresión de que si se habló fue con medias palabras o que
directamente no se habló. Sobre todo, de ciertos temas que para
algunos pueden ser temas menores y accesorios al presupuesto pero
que para otros han sido temas que, por su índole económico-financiera
o política, son centrales.
***
EC - En esa etapa de
elaboración de presupuesto, en cuanto a si hubo o no negociaciones,
consultas, hay un dato que no es menor: estamos ante un gabinete
compuesto por representantes de la 15, del Foro y de sectores del
Partido Nacional.
OAB - Sí. Ya hemos
hablado de este tema en otras oportunidades. En Uruguay no se
terminan de clarificar del todo las reglas de los juegos de las
coaliciones, qué representan los ministros, sobre todo cuando ya no
estamos con la gobernabilidad de la época de Wilson Ferreira, en el
primer gobierno de Sanguinetti, donde el Partido Nacional tenía
figuras de alto peso personal pero de bajo peso partidario, sino que
tenemos figuras de la alta confianza del presidente del Partido
Nacional como (Carlos) Cat y (Antonio) Mercader, dirigentes políticos
de peso como (Jaime) Trobo en el Herrerismo, (Alvaro) Alonso como
uno de los número dos del partido y (Sergio) Abreu como candidato
vicepresidencial.
EC - Sin embargo, no
juegan como negociadores, por ejemplo, en el conjunto del
presupuesto.
OAB - Los ministros pueden
cumplir dos papeles: pueden ser ministros de su cartera o
representantes de su partido en un Consejo de Ministros.
EC - Da la sensación de
que más bien son titulares de sus respectivas carteras.
OAB - Esa es la impresión
que han dado los cinco ministros del Partido Nacional y se diría
que también los del Foro. El caso de (Ariel) Davrieux es mucho más
confuso, porque es un hombre de alta actividad política, de alta
confianza política del Foro que actúa, por otro lado, con un nivel
técnico muy fuerte. Queda un poco confuso hasta dónde juega políticamente
y hasta dónde actúa en el plano técnico. Lo cierto es que esa
contradicción está, los ministros del Partido Nacional o los del
Foro firman el mensaje presupuestal al Parlamento y esos grupos
discrepan con muchas de las medidas. En general en este presupuesto
se vio mucho más claro que en los anteriores que entre las
negociaciones que tuvieron lugar hubo una muy fuerte y muy dura
entre los ministros y el ministro de Economía con el director de
Planeamiento en conjunto. Incluso se dio un episodio que no es tan
común: que los ministros expliciten en la Comisión Parlamentaria
su insatisfacción con el mensaje presupuestal, su discrepancia con
la concepción del Ministerio de Economía y de la Dirección de
Planeamiento y Presupuesto con el presupuesto que les toca a sus
respectivas carteras.
EC - En otros niveles,
también se han dado situaciones de diferencias que han sorprendido,
como es el caso del Codicen. Si bien no es un ministerio, no tiene
la misma relación con el presidente, de todos modos está
encabezado por un hombre de la más directa confianza del presidente
Batlle, puesto por el presidente, que sin embargo envía al
Parlamento un mensaje propio muy distanciado del que remite
paralelamente el Poder Ejecutivo con respecto a la enseñanza.
OAB - Hace un mes hice aquí
un análisis que se tituló "Un combate por cinco años: la
lucha por el presupuesto". Una de las cosas que señalé al
final era que se iba a ver la independencia del Codicen en función
del mensaje presupuestal. Yo estoy un poco sorprendido por las
sorpresas. Con (Germán) Rama el Codicen envió un presupuesto mucho
más alto que el que envió el Poder Ejecutivo y hubo una negociación
combinada. El propio gobierno cedió -no sólo las bancadas sino el
propio gobierno- en la discusión parlamentaria a ciertas presiones
que hacía Rama. En algunos casos no, como en ocasión del famoso lío
que tuvo con las organizaciones del agro a raíz del Impuesto de
Primaria, pero en otros casos logró que se le anexara algunas
partidas y obtuvo un presupuesto mayor al que enviaba el Poder
Ejecutivo pero menor al que había enviado el Codicen. Creo que el
nivel de relación política de Rama con Sanguinetti era mucho más
fuerte que el de (Javier) Bonilla con Batlle; entonces quizás tendría
que haber sorprendido más en aquel momento que en éste.
***
EC
- Veamos cuáles son los temas de la controversia, por lo menos tal
como ha quedado planteada la "cancha" en Diputados.
OAB
- Los temas son muchísimos y de distintos niveles y magnitudes.
Cuando uno habla con los miembros de la Comisión de Presupuesto
encuentra un montón de temas que cada uno está manejando, que
representan a determinados grupos de presión que han llegado hasta
ahí y se negocia articulito por articulito. Básicamente, la
controversia macro, la que corta entre los partidos, se refiere, por
un lado, al tema impositivo. Este tema tiene dos ángulos: primero,
la discrepancia que está planteando el Partido Nacional en relación
a que había un compromiso de bajar impuestos y el presupuesto los
está subiendo. La postura del gobierno es que no suben los
impuestos, sino que cambian.
EC
- Unos suben y otros bajan, y el resultado final es más o menos
equilibrado.
OAB
- Ese es el argumento del gobierno. Por otro lado, se dice que los
impuestos que se baja son impuestos excesivos que pagaban las
empresas del Estado, que nos les permitían competir.
EC
- Y que no necesariamente se van a traducir en ventajas para la
gente, dice el Partido Nacional, mientras que los que suben sí van
a pesar en el bolsillo del ciudadano.
OAB
- Hay algunos impuestos muy fuertes. Uno es el Imesi de automotores
y combustibles; en el caso de los combustibles siempre está el
temor no sólo por el tema del precio directo al consumidor
–nosotros–, sino al consumidor para el cual ese consumo es parte
de un operativo de servicios que luego influye en el precio de ese
servicio y así sucesivamente, lleva a una cadena que se traslada al
consumidor y lleva a que en algún lugar alguien se asfixie más por
suba de costos y precios que no puede mover. El aumento del precio
de los autos nuevos con el aumento del Imesi crea dos tipos de
controversia: una con el tema del Mercosur, porque si bajan
aranceles y sube el Imesi éste se convierte en una medida
paraarancelaria y estamos haciendo trampas al solitario. La otra
postura es una discrepancia muy grande en relación a cuánto van a
subir los automóviles. La Cámara de la Industria Automotriz ha
hablado de que subirían entre un 8% y un 10%, lo que supondría un
aumento en cadena de otro tipo de cosas vinculadas al automóvil
cero kilómetro.
El
otro tema de gran controversia en materia impositiva es el Impuesto
a las Retribuciones Personales (IRP) a las empresas unipersonales y
profesionales universitarios. Técnicamente es una forma un poco
bruta del Impuesto a la Renta; bruta en el sentido de que va sobre
el volumen grueso, bruto de ingresos, sin deducciones y sin computar
distintos ingresos. Cada ingreso se computa por separado y tres
ingresos por debajo de seis salarios mínimos aportan mucho más que
un ingreso solo por encima de los seis salarios mínimos. Está,
además, toda la discusión de qué pasa con las empresas
unipersonales que podrían estar pagando más IRP que Impuesto a la
Renta de Industria y Comercio (IRIC), sobre todo las que tienen una
forma de tributación ficta, que pagan el 30% sobre el 11% de toda
su facturación, en realidad el 3,3%. Entonces, si están por encima
de seis salarios mínimos el IRP es mucho más alto que eso.
Los
profesionales universitarios son un grupo de presión nada menor en
Uruguay. Además, se crearía algunos problemas en áreas donde prácticamente
no se factura, como la salud, que al estar exonerada de IVA e IRIC
prácticamente no tiene un nivel de facturación alto.
EC
- Ese es otro capítulo de discusión, el que tiene que ver con
impuestos.
OAB
- Dentro de esto está toda la discusión porque el compromiso había
sido bajar el IRP, el impuesto a los sueldos, y resulta que ahora no
se baja y además se amplía la base imponible.
Luego
tenemos algunos presupuestos. Tú preguntaste por el presupuesto de
la enseñanza; éste figura en el acuerdo del 9 de noviembre entre
el Partido Colorado y el Partido Nacional como un sector sensible a
ser contemplado. Aquí hay dos concepciones muy diferentes en el
Ministerio de Economía y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto
(OPP), que dicen “podemos esto”, y la Administración Nacional
de Educación Pública (ANEP), que dice “necesitamos esto”. La
distancia entre lo que se puede y lo que se necesita es muy grande.
Es
verdad que esta distancia se da en todos los llamados organismos del
220. Es importante en el Poder Judicial y -aunque en cifras muy
pequeñas, porque los presupuestos son chicos- porcentualmente es
importante la diferencia en la Corte Electoral. No es solamente en
la enseñanza que hay esa diferencia, pero la enseñanza es un tema
clave, sensible, por la cantidad de gente afectada, desde alumnos a
docentes –es uno de los funcionariados más numerosos de este país–
y además por un tema que hace tiempo se viene discutiendo: cuánto
resiste un país con este nivel de retribución a los docentes, qué
formas de reforma educativa hay, qué resultados se puede obtener
con estos niveles de retribución a los docentes. La postura del
gobierno es que es así, pero las finanzas no dan para más. Acá
viene una pulseada muy grande; es uno de los lugares donde por ahora
se está muy lejos de llegar a un entendimiento dentro de la coalición
de gobierno. El Partido Nacional está en una postura muy
discrepante con el Partido Colorado en este tema.
***
EC
- Continuemos viendo otros temas del presupuesto.
OAB
- Debemos recordar que la práctica del gobierno anterior, de la
llamada rendición de cuentas cero -es decir que se aprueba el
presupuesto y en los siguientes cuatro años no se toca-, le dio a
esta lucha presupuestal un carácter diferente. Ahora no es que
peleo en el 2000 y sigo discutiendo en el 2001 y en el 2002, sino
que quedó la sensación de que lo que pierdo en el 2000 está
perdido hasta el 2005. Esto crispa mucho más, es el todo o nada,
hoy o dentro de cinco años.
En
ese todo o nada en que están metidos la enseñanza y los docentes
hay temas muy recurrentes, como el de la retribución de los policías.
El tema de la retribución de los militares está asociado a otro:
el alto peso que tiene en Uruguay el presupuesto de Defensa, que
insume casi el 8%. Objetivamente, es un presupuesto muy alto para
las necesidades de defensa de nuestro país. Por otro lado, es muy
elevada la proporción de retribuciones personales del presupuesto,
por lo tanto no se puede hacer cortes sin generar desocupación, si
estamos hablando de tropa, que además tiene retribuciones muy
magras.
Finalmente
está el tema del Poder Judicial. Hay una muy vieja discrepancia
entre el Poder Judicial y el poder político sobre su presupuesto.
Hay una permanente recurrencia en el poder político a invocar la
necesidad de incrementar los recursos judiciales, pero siempre se
termina en un recorte muy alto de las demandas del Poder Judicial.
Ahora
aparece un tema políticamente clave, como lo es el de las
intendencias. El Frente Amplio se está jugando sobre la base de que
tiene otra vez una única intendencia, como ya le pasó en los dos
períodos anteriores. La diferencia es que es una intendencia que
agotó las posibilidades de seguir teniendo incrementos de recursos
por sus propias vías, llegó al tope de la capacidad de extracción
de recursos de la población por vía impositiva, y por otro lado
llegó al tope de la posibilidad de seguir incrementando gastos con
un desfinanciamiento muy importante, sobre todo a partir de que
también ha bajado la contribución real, lo que la gente
efectivamente está pagando. La Intendencia de Montevideo deja de
hacer demandas teóricas y políticas de la necesidad de aportes del
Estado; a esta altura hace pedidos de auxilio para un salvataje. La
posición del Frente Amplio coincide objetivamente con la del
Partido Nacional, un partido que quedó debilitado en el esquema político
nacional, una tercera fuerza muy distanciada, con menos de la cuarta
parte de la representación parlamentaria, clave, sí,
cualitativamente, porque de él depende la mayoría para el gobierno
y que tiene los dos tercios del territorio nacional bajo su
administración.
EC
- Que además siempre hizo de la descentralización una bandera
principal.
OAB
- Hizo de la descentralización una bandera principal, tiene 13
intendencias, todas en el interior-interior –tampoco tiene
Canelones–, además habiendo quedado en la elección de octubre y
en la de mayo con un electorado concentrado en el interior del país,
como un partido muy regionalizado, no metropolitano. Son muchas
razones para que al Partido Nacional le sean muy importantes el
interior y las intendencias. Lo expresó anteayer Irineu Riet
Correa, el intendente de Rocha, cuando dijo que al Partido Nacional
le va la vida para las elecciones del 2004 en lo que hagan las
intendencias en estos años. Y a estas intendencias les va la vida
en lo que salga en este presupuesto.
EC
- Curiosamente, ese tipo de argumentos ha sido manejado también por
algún intendente colorado a propósito de lo importante que fue
para que no ganara el Encuentro Progresista el papel que han jugado
las intendencias en el interior. Por lo tanto, concretamente,
Eduardo Malaquina ha reclamado también un mayor apoyo de parte del
Poder Ejecutivo en estas partidas que se está discutiendo.
OAB
- Sí; sin embargo al Partido Colorado estratégicamente le son
menos importantes las intendencias, en la medida en que lo que se
está jugando es Rivera, Artigas y Salto y luego la Intendencia de
Canelones, que se puede manejar con reglas distintas, es otro tema.
En el último período se vio cómo el gobierno nacional hizo mucha
ejecución propia dentro del departamento de Canelones, que
repercutió favorablemente para el Partido Colorado en las
elecciones municipales sin que fuera una ayuda a la Intendencia.
Canelones se puede sacar del tema.
***
EC
- Completamos el recorrido de los temas de la controversia en
materia presupuestal.
OAB
- De este diseño nos queda que hay muchos cruces. Por un lado hay
cruces de distribución de recursos que tienen que ver con pesos políticos;
para el Partido Nacional no es lo mismo discutir si va más o menos
para las intendencias que si va más o menos para la Policía, la
enseñanza o el Poder Judicial, está discutiendo qué capacidad de
gestión les queda a las áreas de poder que administra por sí
solo. En esto tiene como un aliado objetivo al Frente Amplio, en la
medida en que el Partido Nacional, para fortalecer su postura, dio
un apoyo muy grande en el Congreso de Intendentes a la Intendencia
de Montevideo, cosa que no había hecho antes con tanta fuerza. El
Partido Nacional y el Frente Amplio han unido sus intereses en la
medida en que ambas fuerzas juntas hacen mayoría en el Parlamento y
eventualmente podrían, si el Partido Nacional se pone en una posición
muy dura, votar algunas disposiciones presupuestales que llevaran
contra las cuerdas al presidente de la República y lo obligaran a
un veto. Recordemos un dato fundamental: si el presidente de la República
veta algo votado por el Partido Nacional y el Frente Amplio no tiene
capacidad de mantener el veto, en la Cámara de Senadores no tiene
el número de votos que sostengan ese veto. Estamos hablando de una
situación extrema, pero el Partido Nacional empieza a jugar con esa
situación extrema.
Por
otro lado, está un Partido Nacional que quiere aparecer con
ganancias netas en reivindicar que tales y tales aumentos son
posibles por su actitud intransigente.
EC
- Y porque además tiene que defender el acuerdo previo al balotaje.
OAB
- Cada uno tiene su lectura sobre ese acuerdo; el gobierno sostiene
que ese acuerdo está sujeto a una manifestación de propósitos que
se irá cumpliendo en la medida en que las arcas presupuestales y
las finanzas del país lo permitan. Están las dos lecturas.
EC
- Hay una tercera lectura: la del Encuentro Progresista, que juega y
mete cuña en este debate denunciando que tales y cuales cláusulas
no se están cumpliendo.
OAB
- Y que fueron hechas con fines electorales para perjudicar al
Encuentro Progresista o sensibilizar a la gente para que los votara
en aras de un programa que no se cumple.
EC
- Quien tenga dudas, que se remita al discurso de Tabaré Vázquez
del viernes pasado, que seguramente coloca en posición más incómoda
al Partido Nacional, ya que fue con su voto que fue posible el
triunfo de Batlle.
OAB
- Está todo destinado a eso.
Al
Partido Colorado esta batalla por el presupuesto se le está
transformando en una batalla por el control del poder. Cuando se
juega con la fuerza con que está jugando el presidente de la República
su cargo y su poder, tiene que ganar bastante la pulseada para no
quedar debilitado en el gobierno. Si manda este presupuesto con un
nivel bajo de consulta y con bajo acuerdo previo y el mismo no se
aprueba y se despatarra en el Parlamento, pierde su poder. Necesita,
pues, imponer, jugando a un discurso que dice: “El país está muy
mal, tenemos que hacer un ajuste muy grande, hay que ajustarse el
cinturón y todo lo que no sea apretarse el cinturón es
irresponsabilidad”. Ese es el mensaje del gobierno en esta
pulseada con el Partido Nacional que está diciendo “necesitamos
esto para las intendencias”, “necesitamos esto porque se lo
prometimos a la gente y además porque hay recursos”, ya que tiene
su discurso propio a propósito de dónde se puede extraer y dónde
se corta, de una forma distinta de la que propone el gobierno.
Además,
en el presupuesto hay un problema: las cifras no son nunca
absolutamente claras, nunca son cuentas que todo el mundo toma como
punto de partida. Las estimaciones de recaudación, de gasto, también
son discutibles en un presupuesto. Nunca se sabe si lo que dice el
Ministerio de Economía es exacto, si lo que dice esta oposición es
exacto y si lo que dice este tercer partido también es exacto.
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