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Balance
del año político 2000
Entrevista
con el
politólogo Oscar A. Bottinelli.
EMILIANO COTELO:
Culmina el año 2000 y, con él, el siglo y el milenio. Pero para
Uruguay es un año muy especial desde el punto de vista político,
porque termina el primer año calendario del nuevo sistema político
resultante de la reforma constitucional que impuso, por ejemplo, el
balotaje.
La novedad no fue sólo el sistema, sino también el estilo con que
el doctor Jorge Batlle manejó la Presidencia de la República en
estos meses. A partir de todo esto el politólogo Oscar A.
Bottinelli, director de Factum, nos propone como tema de análisis
político para hoy un balance del año político 2000. Gran desafío,
un balance del año en 20 minutos.
OSCAR A. BOTTINELLI:
Un balancete.
EC - Fue un año intenso.
OAB - Es probable que años más tarde se diga que éste no fue el
último año del siglo XX, sino el comienzo del siglo XXI, no por
temas de calendario, sino como cuando se dice, por ejemplo, que el
siglo XX comenzó con la primera guerra mundial y terminó con el
muro de Berlín. Es probable que en Uruguay el siglo XX haya
empezado con el fin de la guerra del 4, pero ya haya terminado con
el balotaje, porque al inaugurarse un sistema, un estilo
presidencial, un cambio fuerte en el país, es probable que haya
sido el comienzo de una continuidad que vamos a ver en los próximos
años. Es claro que el país, independientemente del juicio que se
tenga -hoy y después- sobre la gestión y su resultado, va a ser
distinto después de esta presidencia. Este no es un gobierno de
continuidad, es un gobierno que está cambiando fuertemente lo que
venía.
EC - Tú dices que un factor clave para esta nueva era es el
balotaje.
OAB - Claro, entre otras cosas el balotaje supuso un cambio en las
reglas de juego. Si nos fijamos en un pequeño dato veremos que este
siglo empieza con el Partido Nacional en armas contra el Partido
Colorado, y el ciclo de guerras civiles termina con la guerra contra
José Batlle y Ordóñez. El siglo finaliza con el Partido Nacional
dando su voto en forma decisiva para que el Partido Colorado y un
Batlle de dos generaciones después accedan a la Presidencia de la
República, con un nuevo actor que apareció en la historia uruguaya
y que fue el Frente Amplio.
EC - Vamos a recorrer el año a grandes pinceladas. En primer lugar
nos instalamos en el verano, en la transición.
OAB - Quisiera hacer cuatro apuntes generales y después entrar en
el balance haciendo un análisis de lo que está hoy, y cómo fue el
discurso del 1º de marzo de asunción del presidente, sin omitir
algunas cosas que se agregaron después.
En primer lugar, podemos decir que el empujón del balotaje, más el
ejercicio de su seducción, se realizó en el verano, durante la
transición, básicamente a través de gestos poco concretos pero
transgresores. Batlle salió a caminar por la peatonal Sarandí, fue
a una peluquería por ahí, con una agenda muy informal, saliendo
del estilo más rígido de Sanguinetti, más programado, más
distante en algún sentido. Esto generó una gran expectativa en
torno a un presidente que ya tenía más de la mitad de los votos
del país detrás, cosa que fue efecto del nuevo sistema.
El segundo tema de este año fueron las elecciones municipales, que
afectaron el año político desde el punto de vista del gobierno, ya
que éste está dos meses y medio navegando con anuncios
entusiasmantes, pero las medidas de gobierno reales comienzan a
tomarse después. Además, estas elecciones municipales llevaron a
la instalación del gobierno con campaña electoral mediante.
Estas elecciones fueron muy importantes porque el Partido Colorado,
que había tenido el éxito de mantenerse más o menos en el mismo
nivel electoral en tres elecciones consecutivas, retenido la
Presidencia de la República -balotaje mediante pero la retuvo, cosa
que no ocurría desde 1971-, retrocede en el número de
Intendencias.
El Frente Amplio, que había ganado departamentos del interior
-Canelones, Maldonado y Paysandú- pierde esas Intendencias. En un
caso por un efecto de balotaje sin balotaje, se polariza la elección
entre dos candidatos, se infla uno y se desinfla el tercero: la
mitad del Partido Nacional se traslada hacia el Partido Colorado
para evitar el triunfo de la izquierda. En los otros dos casos
sencillamente porque el Partido Nacional volvió, por sus fueros, en
Intendencias que la población consideraba exitosas, y el Frente
Amplio no pudo competir.
Lo otro significativo es que el Partido Nacional repunta después de
las elecciones de octubre, cuando había tenido el peor resultado de
su historia; es un repunte interesante, no llega a los niveles de
1994, pero que le da un dominio territorial muy fuerte al tener 13
de las 19 Intendencias, los dos tercios del total.
Finalmente, hay un fenómeno muy fuerte que apareció en estas
elecciones, y que, sumado al balotaje, es uno de los temas de cambio
de sistema: Canelones, San José, Tacuarembó, incluso Cerro Largo,
en menor grado, marcan el derrumbe del muro que separaba las dos
tradiciones de este país, los colorados se desploman en San José,
caen fuertemente en Tacuarembó y Cerro Largo, y los blancos
descienden bastante en Canelones, donde no lo hicieron más porque
hubo una candidatura que al Partido Nacional sostuvo con mucha
fuerza, la de Julia Pou. Los colorados en San José, Tacuarembó y
Cerro Largo, y los blancos en Canelones prefieren votar al otro
partido tradicional sintiéndolo más cercano que a la izquierda,
prefiriendo que ésta no ganara. Quizás en los casos de San José y
Tacuarembó no importaba quién pudiera ganar, sino que, como se sabía
que triunfaba el Partido Nacional, lo que se produjo fue una elección
interna entre Chiruchi y Cerdeña, y Heber da Rosa y Sergio Chiesa.
Lo importante es que este hecho, sumado al balotaje, reveló que en
Uruguay las cosas han cambiado y mucho. Recordemos lo que
mencionamos hace 14 o 15 meses, muy poco antes del balotaje, con
respecto a qué iba a pasar cuando uno de los partidos tradicionales
quedara excluido de la segunda vuelta, cómo reaccionaría la gente
que tendría que votar a un partido históricamente adversario. De
eso hablamos mucho y ahora se piensa claramente que es normal que
ocurriera lo que ocurrió. Eso se derrumbó en dos años, el
balotaje lo erosionó y las elecciones municipales lo confirmaron.
***
EC - Sigamos con las grandes pinceladas sobre el año político
2000.
OAB - Desde el punto de vista gubernativo podemos marcar un
fenomenal envión popular de Batlle -que se expresa todavía más
después de su asunción el 1º de marzo-, la seducción que logra
hacia la izquierda, el diálogo con Tabaré Vázquez, también con
el rector de la Universidad Rafael Guarga, el planteo del tema de
los desaparecidos. Pero a mediados de julio se instala en el país
lo que se ha llamado el bajón, en gran medida a partir de
indicadores de desempleo récord que cierran el año con cifras
cercanas al 15%, con 14,6, que es también la cifra del mes de
julio. En el país hay una sensación muy fea de frustración, de
falta de futuro, el imaginario vuelve a generar la emigración; es
probable que haya habido un empuje migratorio, las cifras no son
consistentes pero por lo menos existe ese imaginario. Por otro lado,
el gobierno se defiende de todos estos elementos negativos, habla de
la teoría de las siete plagas, de la situación externa -de
Argentina particularmente- de los efectos de la devaluación de
Brasil del año pasado, de los factores climáticos, de las tasas de
interés, etcétera.
El otro tema fue el manejo del bloque gubernativo. No existió una
coalición propiamente dicha, sí una mayoría parlamentaria que
soporta al gobierno en negociaciones duras, difíciles, desprolijas,
con muchas idas y vueltas, donde el presupuesto fue el paradigma de
la desprolijidad. Desde el mensaje complementario inicial, con una
negociación en sucesión de etapas que empiezan cada una casi de
cero, reviendo todo lo anterior, y además con tres mensajes
complementarios: los dos que prevé la Constitución y uno insólito
a título de fe de erratas que puede generar muchos problemas jurídicos,
porque sin ninguna duda hay una inconstitucionalidad de forma. Si
alguien se siente perjudicado por alguna disposición cuya
iniciativa es efecto de esa fe de erratas probablemente recurra a la
inconstitucionalidad de la misma.
EC - La fe de erratas fue una de las novedades de este trámite
presupuestal, la otra fue la hoja de ruta.
OAB - La diferencia es que el copiloto no la leía bien. El problema
es el manejo que Batlle ha tenido con los aliados, el Partido
Nacional no actuó como un partido cogobernante, no tuvo espacio
para ello. Además, en el último trimestre del año estallaron los
problemas internos de ese partido. Por otro lado la relación
15-Foro mejoró en la segunda mitad del 2000, o del tiempo que lleva
el presidente Batlle, pero comenzó en términos duros, tirantes,
sobre todo cuando muchas de las medidas del nuevo presidente crearon
efectos muy fuertes de imagen sobre Sanguinetti y su presidencia, se
plantearon temas que directamente generaron erosión sobre el Foro.
EC - Mientras tanto Sanguinetti sigue en silencio, como acaba de
confirmarse anoche mismo en el acto del Foro Batllista en Cambadu,
en el que habló pero para decir dos palabras a forma de saludo, y
nada más.
OAB - Esa fue la estrategia que también eligió después de la
primera presidencia. Pero ahora, cuando deja la presidencia, se ve
en la campaña electoral de mayo; en ese momento viene una serie de
medidas del nuevo gobierno que afectan al gobierno anterior, y sin
duda no le era fácil hacer silencio sobre eso y hacer campaña
hacia las elecciones municipales. Se vio muy enredado en una
presencia política que va a contrario de lo que todo el mundo
esperaba, recién ahora está jugando la estrategia del silencio.
***
EC - Vamos a la segunda parte que, como tú anunciabas, va a tener
como referencia el discurso que el doctor Jorge Batlle pronunció el
1º de marzo ante el Parlamento, en el día de su asunción.
OAB - El 1º de marzo, al prestar juramento de fidelidad y ser
investido como presidente de la República, Batlle anuncia una serie
de Nortes, de rumbos de su gobierno, algunos puntuales y otros
conceptuales, de largo plazo. Lo primero que plantea es el ajuste
fiscal, el cual se cumple inmediatamente; fue un cambio muy fuerte.
El objetivo era el mantenimiento y la retracción del déficit
fiscal, pero mediante la retracción de los gastos del Estado.
Primero esto le generó una enorme popularidad -¡qué bien que se
gaste menos, que se emprolijen los gastos!- hasta que ocurrió lo
que ocurre cuando se retraen las compras del Estado: todo el mundo
aplaude hasta que se da cuenta de que lo afecta. La retracción de
gastos supone que se compra menos y se hacen menos cosas. En
particular hubo una retracción que afectó muchísimo: la de la
suspensión de un número muy grandes de obras públicas, que impactó
de gran manera en el nivel de empleo. Buena parte del incremento del
desempleo es un efecto directo de la retracción de compras del
Estado. Luego otras retracciones, como la de publicidad, que afectó
muy fuertemente a todo tipo de medios de comunicación, en
particular a los más chicos, que son muchos y están dispersos en
todo el país, lo que también contribuyó a esa percepción de una
fuerte recesión e incremento de la desocupación.
Pero el ajuste fiscal no se agotó en esto. Con el presupuesto viene
un segundo ajuste fiscal por la vía clásica, de incremento de
ingresos del Estado, de impuestos. Aquí hay toda una discusión
acerca de si la voluntad del gobierno fue el incremento de
impuestos, o si éste fue obligado por los aumentos de gastos que
imponen los aliados y la oposición en el trámite presupuestario.
Están las dos visiones; es probable que ambos hayan contribuido, el
gobierno ya venía con aumento de impuestos en el presupuesto,
independientemente del trámite parlamentario, que a su vez
incrementó otros gastos y, a su vez, otros impuestos. Lo cierto es
que se termina dando un ajuste fiscal por la doble vía, la clásica,
que se señaló expresamente que se iba a evitar, y una vía nueva,
que muchos cuestionaron por considerar que su impacto social podía
ser más fuerte que el del camino tradicional. Hay que considerar
que los caminos tradicionales afectan las inversiones productivas y
por eso son mucho más dañinos, sobre todo en el largo plazo.
Un segundo tema tiene que ver con la transparencia. Este tema es
tocado en el discurso del 1º de marzo por un solo lado, la
transparencia en las compras del Estado, lo que arrancó un aplauso
en la sala de la Cámara de Representantes. En general la idea de la
transparencia es constantemente lanzada desde el Edificio Libertad a
través de muchos operativos, y luego se centra fundamentalmente en
el tema contrabando. El contrabando es tomado por el gobierno como
un asunto central con dos grandes pilares argumentales, el económico
-lo que el contrabando implica desde el punto de vista del
desarrollo de la industria y el comercio- y el del empleo, mucho más
polémico, acerca de si el contrabando genera desocupación o -como
afirma la otra teoría- si el combate al mismo genera más
desocupación que el propio fenómeno. Este tema es muy polémico,
sobre todo en el Norte del país.
El segundo pilar argumental del tema contrabando está vinculado a
lo ético, y con señales sobre corrupción administrativa, e
incluso algunas de reales o presuntas corrupciones, o tolerancias
gubernativas, en períodos anteriores. Ahora hay un nuevo envión en
relación a la DGI, a formas de corruptelas u ocultamientos a nivel
impositivo, de tratamientos no igualitarios. Lo mismo en cuanto a la
difusión de sueldos públicos, más allá de las críticas de que
se han manejado de manera parcial, incompleta, confusa. Se instaló
en el país el tema de las retribuciones de los funcionarios públicos.
Ligado a esto, trascendió el tema de los contratos de obra; muchos
sostienen que el gobierno tuvo algo que ver con esta filtración.
Sale la lista completa de las personas que en los últimos cinco años
habían tenido contratos de obra con volúmenes mayores al promedio
de los sueldos de funcionarios públicos.
Pero la transparencia en las compras del Estado, entendida como la
puesta en marcha del mecanismo que se estaba instrumentando -que por
vía Internet cualquier persona pudiera acceder a la información de
todo lo que en ese momento el Estado estaba demandando y ofertar
donde y cuando quisiera-, no se dio.
EC - Al menos en este año no se concretó.
OAB - Era algo que venía en marcha desde la creación del SIF
(Sistema de Información Financiera), por el cual se están haciendo
los pagos automáticos a los proveedores del Estado. Se pensaba que
en el segundo trimestre del año esto estaría instrumentado;
aparentemente el paquete técnico está armado, lo que quiere decir
que hay otros problemas que podrán ser burocráticos o de decisión
política, pero lo concreto es que en este plano no se avanzó.
Otro tema del discurso tiene que ver con un aspecto de fondo. En el
análisis del discurso de Batlle hablamos de la impronta liberal, de
un hombre muy coherente desde el punto de vista ideológico, que le
da a su acción política un fuerte contexto en este sentido y,
dentro de él, una visión importante del papel del mercado y un
papel chico del Estado, lo que se denomina, más clásicamente, como
liberal en lo económico.
Desde este punto de vista hay dos visiones. Está la de quienes
consideran que esto es negativo -uno diría que hay, más o menos,
medio país en esa línea-; esta es una caracterización desde el
punto de vista ideológico. Desde lo fáctico, de lo que se hace,
hay dos visiones, una de que se ha perdido el tiempo...
EC - De que el presidente no hizo, no impulsó todo lo que se podía
pensar que iba a impulsar en esa línea liberal.
OAB - Exactamente, consideran que todo el paquete de leyes y medidas
desigualitarias, de mayores aperturas y reformas de segunda generación
que debieron impulsarse, como en todo gobierno, en los primeros 100
días, no se impulsaron. Se le critica a Batlle haber logrado una
popularidad extraordinaria y una tolerancia bastante inédita de la
izquierda hacia la Presidencia de la República y no haber
aprovechado todo ese clima de paz y popularidad para hacer el envión
de aprobación de las medidas que luego ya dejan construida la
autopista para seguir transitando ese camino económico. Yo diría
que esta crítica puede llegar a ser mayoritaria en agentes económicos,
y aún en agentes políticos que comparten esta visión conceptual
de país.
Pero hay otra visión, la de la gente ligada al gobierno, que dice
que no es tan así, que Batlle va a ir haciendo la desregulación,
no a través de grandes leyes confrontacionales, sino aplicando una
especie de gradualismo. Lacalle se lanzó a una gran ley, la Ley de
Empresas Públicas, que el referéndum de 1992 frenó; la
administración Sanguinetti hizo una gran Ley de Seguridad Social,
pero luego viene más bien una multitud de medidas; quizás este
gobierno no necesite tantas leyes, ya que la desregulación se
producirá a través de la gestión.
EC - De todos modos el presidente ahora anuncia, para el año 2001,
una serie de cambios importantes, al punto de que teme que éstos
precipiten una lluvia de plebiscitos.
OAB - En gran medida eso viene un poco acicateado por las críticas
del Partido Nacional, que es uno de los pivotes de la visión
inmovilista, de la pérdida de tiempo. El discurso del presidente
entrante de Ancap, Jorge Sanguinetti, es muy fuerte en cuanto a
marcar, primero, que no necesariamente lo que es bueno para el país
es bueno para Ancap. Con esto está señalando una concepción:
presidir una empresa pública no necesariamente significa
defenderla, y que, por la vía de la gestión administrativa, lo que
pueden hacer el Directorio, por su lado, y el Poder Ejecutivo, por
el suyo, es ir rápidamente a una desregulación. Esto amparándose,
entre otras cosas, en normativas surgidas de la propia creación del
Mercosur y algunas leyes que permiten avanzar, más allá de que
luego puede cuestionarse si se está o no cumpliendo con la Carta
Orgánica de Ancap. Es claro que ésta puede no cumplirse, pero
tampoco incumplirse; es decir, la carta dice que tiene que explotar
una refinería, es un cumplimiento desde el punto de vista de su
filosofía, pero no existe un incumplimiento por el hecho de que
importe combustible, entra en la zona donde el tema es político y
no jurídico.
De alguna manera en Antel hay una concepción parecida, no con la
fuerza de la de Ancap, sino con la de que Antel tiene que responder
a los desafíos de las nuevas tecnologías, lo que implica un cambio
muy fuerte y muy grande de todo el papel. Se produce por ley la
creación de Ancel SA, más como una propuesta política que como
una propuesta de la propia conducción de Antel, pero que coincide
con la orientación de ésta última.
El 2001 va a ser un año clave para ver si va a producirse esa línea
desregulatoria, de acentuación de reformas, si ésta se va a dar sólo
en el plano administrativo o también con un impulso legal. Si se da
esto último, vendrá el tema de si se perdió el tiempo o no, si
debió esperarse un año para hacer esas leyes, o si las mismas
debieron haberse enviado, discutido y tratado de aprobar en medio
del mejor soporte de popularidad del gobierno y la mejor apoyatura
política, durante el primer año de gestión. Habrá que verlo en
el año 2001.
***
EC - Vayamos a algunos otros puntos relevantes en el discurso del
doctor Jorge Batlle en el día de su asunción como presidente, y qué
pasó con ellos en el correr de este año.
OAB - Mencionemos tres puntos de los que se puede decir que han
tenido continuidad en el año. Primero, el relacionamiento político
y social; Batlle inaugura un vínculo con el Frente Amplio y con
Tabaré Vázquez que fue exitoso. En este momento comienza una etapa
diferente, de confrontación entre el Frente Amplio y el gobierno,
pero todavía se puede decir que continúan los réditos de ese buen
relacionamiento inicial, y que el Frente Amplio sigue marcando una
postura diferente hacia el actual presidente que hacia los
anteriores. Lo mismo ocurrió con el rector de la Universidad,
quien, en medio del conflicto, estuvo permanentemente buscando no
erosionar la relación con el presidente de la República. Este
relacionamiento, sin embargo, no fue tan fluido, o no se dio, a
nivel sindical.
Un segundo tema es el de los desaparecidos, un tema fuerte que
Batlle planteó en su discurso del 1º de marzo.
EC - Quizás haya sido la sorpresa del discurso.
OAB - Fue la sorpresa, fue algo que removió mucho al país, de un
lado, del otro, del medio, y que desembocó en tres hechos: la
resolución del caso del escritor argentino Juan Gelman, la aparición
de su nieta; la resolución del famoso tema Gerardo Vázquez, que no
era el niño desaparecido inscripto como Simón Riquelo -este caso,
no sólo no se resuelve, sino que queda mucho más confuso-;
finalmente, la instalación de la Comisión por la Paz, que está
trabajando en silencio, mientras aparecen indicios positivos,
negativos y sorpresas, y que el año que viene, en el otoño, cuando
arranque el año, tendrá que empezar a dar algún tipo de señales
de qué ha logrado, cuánto avanzó y cuánto es esperable que
avance.
El tercer tema es el de la política exterior. El presidente de la
República marcó una línea muy clara de distanciamiento de Uruguay
respecto a la Unión Europea, sobre todo en el primer trimestre de
su gobierno, con ataques casi diarios hacia la misma, los países
que la integran, y Francia. Por otro lado se produjo un acercamiento
muy grande a todo el proyecto integrador continental, al ALCA, la
Asociación de Libre Comercio de las Américas y a Estados Unidos.
Dentro de esto, la vocación de Uruguay por la formación del ALCA,
o por tratar de entrar en una zona de libre comercio con Estados
Unidos o el Nafta. A su vez, dentro de esto, se expresa una línea
poco mercosuriana, en el entendido de ver al Mercosur con un fin
fundamental, y como un gran bloque en sí mismo. Uruguay venía en
la misma línea, coincidente con Brasil, de concebir al Mercosur
como un gran polo que, como tal, negociaba con la Unión Europea,
con el Nafta o con el ALCA, o se integraba a éste, pero como un
bloque. Batlle, aprovechando problemas muy serios en el Mercosur y
las dudas sobre su futuro, apuesta al Mercosur como etapa, y hacia
el ALCA, hacia una integración continental, a una alianza o libre
comercio con Estados Unidos, como el objetivo fundamental. Esto, que
ya aparece en el discurso del 1º de marzo, es una gran constante de
una política exterior muy removedora -porque cambia elementos de la
que había llevado Uruguay en los últimos años-desde la
Presidencia de la República.
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