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El
primer año del cuarto Presidente Batlle
Entrevista
con el
politólogo Oscar A. Bottinelli.
EMILIANO
COTELO:
Ayer
se cumplió el primer año de la presidencia del doctor Jorge
Batlle, una gestión sobre la cual la gente puede estar desde muy
conforme hasta muy disconforme, pero con respecto a la cual todos
coinciden en que no ha sido intrascendente. Son muchos los hechos
ocurridos en estos 12 meses.
A
propósito de este aniversario, el politólogo Oscar A. Bottinelli,
director de Factum, nos propone como análisis para hoy "El
primer año del cuarto presidente Batlle".
Oscar,
comencemos por esto del "cuarto presidente Batlle".
OSCAR A. BOTTINELLI:
Es
un hecho bastante notorio, es lo que podríamos llamar la dinastía
de los Batlle. Seguramente, cuando exactamente en el año 1800 José
Batlle y Carrió abandonó el puerto de Sitges en Cataluña para
hacer una nueva vida en la otra punta del universo nunca se imaginó
que iba a fundar una dinastía. No se la imaginaba no sólo porque
cuando alguien emigra lejos está de imaginar un futuro para los dos
siglos siguientes, sino porque además José Batlle y Carrió fue un
español fiel a la Corona y jamás imaginó este territorio como
independiente, ya que estuvo del lado de la Corona desde el comienzo
de las luchas independentistas. Lo cierto es que, quizás sin
haberlo imaginado, generó una dinastía con cuatro presidentes
Batlle; cada generación dio inexorablemente un presidente de la República.
Pero
hay una curiosidad en el caso de Jorge Batlle: habiendo habido
cuatro generaciones de presidentes Batlle, Jorge es el primero que
llega a la Presidencia de la República elegido por el voto popular.
EC
- ¿Cómo es esto?
OAB
- Tanto su bisabuelo, el general Lorenzo Batlle, como su tío abuelo
José Batlle y Ordóñez, fueron elegidos por la Constitución de
1830; en la misma el presidente era elegido por la Asamblea General.
José Batlle y Ordóñez sí fue elegido popularmente, ya en la
Constitución de 1918, como presidente del Consejo Nacional de
Administración.EC - O sea que fue electo por la ciudadanía, pero
como presidente de un consejo.
OAB
- Las dos veces que fue presidente de la República fue elegido por
la Asamblea General.
Y
su padre, Luis Batlle Berres, ocupó la Presidencia de la República
por muerte del presidente que había sido elegido, Tomás Berreta,
aunque ocupó casi la totalidad del período. Cuatro años después
de cesar en la Presidencia es elegido, pero ya con la Constitución
de 1952, existiendo el colegiado, presidente del Consejo Nacional de
Gobierno. Es decir que, tanto Batlle y Ordóñez como Luis Batlle
Berres, cuando fueron elegidos directamente por la ciudadanía lo
fueron para un colegiado, no para la Presidencia de la República.
Jorge Batlle es el primero de todos los Batlle elegido presidente de
la República directamente por la ciudadanía.
EC
- ¿Qué futuro tiene por delante esta dinastía?
OAB
- Cuando se plantea cuatro presidentes, uno por generación, uno se
pregunta qué pasa con la quinta generación: hoy no hay ninguna
persona de primer apellido Batlle de quinta generación ocupando un
cargo político. Sí hay un Batlle de quinta generación diputado,
con un papel bastante fuerte en la Lista 15, que es José Amorín
Batlle. Que nadie deduzca que estamos haciendo una proclamación
anticipada, es simplemente un dato estadístico. Ha habido cuatro
generaciones; la interrogante es qué pasa con la quinta, y en ella
la única figura en el horizonte es la que mencionamos.
EC
- Pasemos a otro capítulo. ¿Cómo le ha ido al presidente de la
República en su relación con la opinión pública?
OAB
- Siempre es importante analizar la relación que tienen un
presidente de la República, un gobierno, una institución con la
opinión pública. Pero esa relación es mucho más importante en
este momento en virtud de la forma tan especial en que el presidente
Batlle se manejó con la gente, esa búsqueda de seducir a la opinión
pública, de captarla, de tenerla de su lado. Para Batlle es sin
duda una herramienta fundamental para este gobierno, desde el
momento en que es elegido, su relación con la opinión pública.
Fue elegido balotaje mediante, lo que supone que tiene 52% de los
votos emitidos en forma directa a su favor, que 52% de todo el país
puso una papeleta con el nombre Jorge Batlle en la urna, lo que no
es lo mismo que salir elegido, porque el lema al que pertenecía
tuvo más votos. Todo ese poder de seducción que despliega apenas
elegido, en los meses de diciembre, enero y febrero, lleva a que en
el mes de febrero haya una expectativa favorable muy fuerte hacia su
gobierno, 52% de personas con expectativa favorable, 16 con
expectativa desfavorable, 17 con expectativa neutra y 15 que no opinó.
En un puntaje de cero a 100 en el Indice Factum de Imagen, la
expectativa estaba en 65 puntos, era una expectativa muy buena.
Siguió creciendo y en la primera quincena de julio alcanzó el máximo,
con 68 puntos, un nivel de expectativa favorable de 55% y una opinión
negativa de 17%.
EC
- ¿Qué pasó después?
OAB
- Desde entonces viene ocurriendo una caída sistemática, leve,
paulatina, pero sin ninguna variante, mes a mes, hasta enero -la última
medición que hemos completado-, cuando el puntaje había bajado de
68 a 49 en el Indice Factum y las expectativas habían bajado de 65
a 49. Aún así es todavía un puntaje alto. Recordemos que el
presidente anterior se movió en una media de entre 40 y 42 puntos
prácticamente todo el período. La aprobación o la expectativa
favorable, que fue de 57% en su punto más alto, hoy está situada
en 39%. Y las desaprobaciones, que estuvieron entre 15% y 17%,
tomando en cuenta la expectativa, algunas bajas expectativas que
tuvo en marzo-abril hasta julio, ahora están situadas en 38%.
En
resumen: las aprobaciones bajaron bastante, las desaprobaciones
subieron bastante y unas y otras están casi equilibradas. Esto
significa que ese gran capital de opinión pública que genera con
el balotaje y todas las formas de seducción y esperanza en cierto
modo se le ha agotado. Para comparar con gobiernos anteriores,
digamos que todavía tiene un margen, que todavía puede perder seis
o siete puntos de aprobación, que todavía puede aumentar su
desaprobación seis o siete puntos para llegar a los niveles de los
gobiernos anteriores. Eso es lo que le queda de capital en materia
de opinión pública para poder navegar como lo hicieron los dos
presidentes anteriores.
***
EC
- Pasemos a un inventario de anuncios.
OAB
- Como metodología de análisis vamos a tomar los anuncios que
realizara el presidente Batlle fundamentalmente en el discurso del 1º
de marzo del año 2000, cuando asumió el cargo. Vamos a ir
analizando la gestión a través de ese inventario.
Hace
primero dos anuncios que podríamos calificar como de carácter
puntual, que se transforman en muy fuertes en su administración. El
primero es el ajuste fiscal. Dicho con mucha más generalidad,
Batlle pone un énfasis fundamental en la estabilidad fiscal, en la
búsqueda de la reducción del déficit. Se diría que ésa es una
de las cosas que más claramente surgen en ese año como obsesión
del gobierno, como prioridad; por encima de cualquier otra cosa está
cuidar que se llegue al equilibrio fiscal, que el déficit no
aumente y en lo posible se reduzca. Ahí empieza una política de
ahorro de compras del Estado muy fuerte y muy de shock.
Luego,
al ver que esas políticas de ahorro de compras eran insuficientes,
incurre en el camino de la creación o el aumento de impuestos,
algunos de los cuales recién empiezan a tener efecto, como es el
caso del aumento del Imesi en los combustibles, el Imesi en materia
de vehículos, el IVA a la salud, una serie de aumentos de
porcentajes o extensión de gravámenes que le permitan una mayor
recaudación al Estado.
Finalmente
tenemos la tercera vía, que aparece en los meses de enero y febrero
de este año 2001, que es la búsqueda de aumento de precios de las
empresas del Estado, lo que le permitirá, a título de ganancias,
volcar más cantidad de dinero a Rentas Generales.
EC
- Los dos últimos aspectos que mencionaste han resultado
particularmente polémicos en la medida en que al comienzo de la
administración se había anunciado que no iban a aumentar los
impuestos.
OAB
- Exacto. El último claro, específico y sin dudas es el aumento
del precio de los combustibles, ya que el ministro de Economía
acaba de decir que efectivamente fue la finalidad fiscal la que lo
determinó. Por un lado estaba el aumento del Imesi, que él había
estimado que impactaría en 4% promedio sobre los combustibles, pero
el aumento fue mayor, fue del doble de lo previsto, por mayor
necesidad de recursos por parte del Estado central y la propia
Ancap.
EC
- Sí, hay un componente de aumento de costos de Ancap y también
está esa obligación en cuanto a una determinada contribución del
ente a Rentas Generales para este año.
OAB
- Sí, eso fue explícitamente manejado por el ministro de Economía.
Luego quedó muy poco clarificado qué pasó con el incremento
tarifario de Antel, en el que se dio marcha atrás y que, según
algunos estudios, era un aumento muy importante. Después del
anuncio de Bensión, a mucha gente le surgió la duda de si el
gobierno no intentó un camino similar vía Antel, de si no había
sido una búsqueda de recursos extra.
EC
- También hay quienes sostienen que el camino alternativo de
ajustes que finalmente se adoptó, el que corrige por la inflación
del último año las tarifas con el formato anterior, también tiene
un efecto de mayor recaudación.
OAB
- Pero en la medida en que el aumento se limite a corregir la
inflación no habría una mayor recaudación en términos
constantes.
EC
- Pero hay quienes sostienen que no era necesario llegar a ajustar
por la inflación, que los costos no habían aumentado de esa
manera.
OAB
- Lo que pasa es que en términos de mayor recaudación no es tanto
lo que supone esta vía de Antel en comparación con lo que hubiera
significado la que implicaba un cambio en el sistema tarifario.
***
EC
- Estábamos hablando de anuncios del presidente al asumir.
OAB
- De anuncios y resultados de esos anuncios. El primero ya lo vimos.
En segundo lugar, habló de la transparencia en las compras del
Estado. Aquí vamos a manejar el tema en dos o tres capítulos. En
materia específica de compras del Estado ha habido una continuidad
de las formas de compra tradicionales. Habría que hacer un estudio
para ver si en el manejo de compras ha habido algún tipo de cambio
no del todo perceptible, pero lo que más se esperaba, que era un
sistema por el cual todos los proveedores tuvieran acceso a la
información de todo lo que fuera compras del Estado y pudieran
ofertar libremente, no se ha puesto en marcha, es una asignatura
pendiente.
En
cambio, en materia de transparencia -no ligada a las compras del
Estado, que fue lo que específicamente manejó- hubo dos cosas. Una
era algo implícito que Batlle manejó el 1º de marzo cuando hizo
el anuncio del nombramiento de Gonzalo González como ministro de
Ganadería, Agricultura y Pesca, cuando dijo que puede nombrar a
quien sea, venga de donde venga, sin tomar en cuenta su color político,
y cuando anunció la designación del ex decano de Medicina,
(Eduardo) Touyá, como director nacional de Salud. Es un mensaje
contra la cuotificación política o la forma política de proveer
cargos. Sobre esto que podemos llamar no clientelismo, no
cuotificación, transparencia en materia de designaciones, podemos
llegar a las siguientes conclusiones: primero, salvo algunos casos
muy específicos como el de Gonzalo González y Touyá, la norma que
ha seguido este gobierno no difiere de la seguida por los anteriores
al entender que la representación de los apoyos políticos debe
estar presente en todo tipo de designaciones, ya sea centrales, autónomas,
de primer o de segundo nivel, que ese abanico debe respetarse a través
de las propuestas y las figuras presentadas por cada uno de los
sectores que soportan la coalición de gobierno. En principio, no ha
habido cambios.
Sí
ha habido la provisión de un conjunto de cargos que pueden o no ser
políticos mediante un mecanismo original. Quienes siguen los
anuncios de prensa en materia de oferta de empleo habrán podido
observar que se ha recurrido al método de selección de personal.
El primero de ellos fue el caso del director nacional de Turismo. No
estamos hablando del mecanismo de concurso, son dos cosas muy
diferentes. El concurso es un mecanismo abierto, donde se sabe quiénes
concursan, hay bases preestablecidas, se publica el resultado y se
puede impugnar. La selección no tiene que ver con el concurso pero
no es una selección arbitraria de parte del titular de un cargo político
o no político, sino que se la deja en manos de empresas de primera
línea y muy prestigiosas, a las cuales recurren permanentemente las
empresas privadas para seleccionar personal.
EC
- O sea que cuando se podía producir una designación directa se
opta por este camino de selección.
OAB
- Exacto. El caso del director nacional de Turismo, que pongo como
ejemplo, es además un cargo político de confianza. El director
nacional de Turismo está ocupando un cargo político de particular
confianza, pero no fue designado políticamente sino a través de
una selección de personal a la que se presentaron aspirantes, en
este caso incluso gente que había hecho su experiencia en el
exterior, como quien resultó electo. El proceso de selección fue
realizado por una calificada empresa de selección de personal, en
este caso Saucedo & Asociados que, como lo hace cuando
selecciona un gerente general o un gerente de comercio exterior para
una empresa privada, toma en cuenta los currículum, los
antecedentes, la estructura personal de los individuos, y propone un
candidato. Ultimamente han aparecido avisos en relación al Proyecto
Mercurio de Antel y a otra serie de cargos que se está proveyendo
en distintos ámbitos de la administración, tanto central como autónoma.
***
EC
- Estábamos recorriendo algunos de los principales anuncios hechos
por el presidente Batlle hace 12 meses y viendo qué ha ido
ocurriendo con cada uno de ellos.
OAB
- Podemos marcar como un énfasis muy fuerte en su discurso lo que
en el análisis que hicimos hace exactamente un año llamamos la
impronta liberal. Vamos a manejar el tema de la impronta liberal con
dos significados distintos. En primer lugar, vamos a ver la impronta
liberal en el sentido económico, de modelo de país. Batlle es, sin
duda, un hombre fuertemente ideologizado, que tiene un modelo claro
de país al que desea arribar, y crea la expectativa y hace anuncios
de fuertes desregulaciones, sobre todo de fuertes
desmonopolizaciones y de acentuación de la apertura de la economía.
Lo
transcurrido en el primer año es visto como un "debe" del
presidente por quienes apostaron a este camino y creen con mucha
fuerza en las ideas económicas liberales. En el primer año no se
impulsó grandes transformaciones, grandes desmonopolizaciones ni
grandes desregulaciones. El gobierno avanzó en algunas áreas no
centrales de la materia, por ejemplo en lo que quedó laudado con el
fracaso del pre-referéndum, como el tema de los ferrocarriles y el
de Conaprole. No sabemos si quedó o no laudado el tema de la
terminal de contenedores del puerto, hay que esperar que termine el
proceso porque ya ha habido demasiadas idas y vueltas como para que
una ley sea la señal de que el tema está resuelto. Hubo leyes,
hubo asignaciones, hubo mucha cosa, pero el camino hacia la terminal
de contenedores quedó frustrado en tres oportunidades. Hubo avances
en lo no decididamente central.
En
lo central, a fin del año pasado y comienzo de éste ocurrió un
conjunto de anuncios un poco confusos tanto en materia de política
de combustibles como de comunicaciones. En materia de combustibles
en sentido general, de monopolio de la refinación y de la
distribución mayorista que tiene Ancap -o por lo menos de la
primera venta que tiene el ente-, de la no importación de
combustible, ha habido anuncios contradictorios, no es muy claro cuánto
se piensa mantener el monopolio, unos hacen anuncios en un sentido y
otros en el contrario. Lo mismo ocurre en cuanto a terminar o no la
refinería, asociarse o no con privados. Parecería que no hay una
definición absolutamente clara e inequívoca, los pasos se van
dando uno atrás del otro, quizás encontrando realidades distintas
a las imaginadas en el momento de formular los primeros anuncios y
diseños.
En
materia de comunicaciones da la impresión de que en algunas áreas
el camino no fue claramente trazado, mientras que en otras sí. Se
ha avanzado, por ejemplo, hacia la licitación de dos nuevas bandas
de celulares, hacia la licitación de bandas de alta tecnología y
hacia otro tipo de proyectos en materia de datos y alta tecnología,
en el mantenimiento de la telefonía básica. Aquí vino la confusión
en torno a la reestructuración tarifaria producida en enero y
febrero. En el tema celulares, el gobierno no aparece como el que
toma la iniciativa como tal, sino que la misma surge de un miembro
de la coalición, de un aliado del gobierno.
EC
- Tú te refieres a la posibilidad de transformar a Ancel en una
sociedad anónima y vender hasta el 40% de su paquete accionario.
OAB
- Me refiero a una cosa un poquito anterior: a hacer algo distinto
con Ancel. Recordemos que la primera propuesta salida del Herrerismo
no fue exactamente la que tú mencionas. Primero se habló de la
venta de Ancel. Luego, en la transacción dentro de la coalición o
en el estudio global, la iniciativa se transforma en esta propuesta
de crear una sociedad anónima. La ley ya está aprobada e implica
la posibilidad de una participación privada de hasta el 40%. Ahora
viene la detención de este proyecto ante un cálculo del gobierno
en cuanto a la posibilidad de un pre-referéndum, el riesgo de que
el mismo se transforme en un referéndum y éste sea negativo para
el gobierno. Esta situación lleva a la paralización en esta área
y en esta política para no correr riesgos globales o genéricos en
materia de desregulaciones o desmonopolizaciones.
Buena
parte del país que apoya esta línea política está esperando
anuncios mucho más audaces y fuertes que los habidos durante el
primer año.
EC
- Tú decías que ésa era una lectura del término "impronta
liberal", y decías que había otra.
OAB
- Ya nos referimos a lo liberal en el concepto político, que Batlle
vuelca en el relacionamiento político y social con el Encuentro
Progresista-Frente Amplio, en particular con su presidente y líder
de la oposición, Tabaré Vázquez; con la Universidad de la República,
en particular con el rector (Rafael) Guarga y en general con los
movimientos sociales, aunque el relacionamiento con el PIT-CNT no ha
tenido la fluidez o la envergadura que el desarrollado con la
Universidad y el Encuentro Progresista-Frente Amplio. Este
relacionamiento marcó un muy fuerte cambio de estilo, en particular
con respecto al gobierno anterior y en cierto modo también a los
dos gobiernos anteriores.
Esta
impronta liberal también puede aparecer vinculada a lo que Batlle
denominó la búsqueda de la paz definitiva, que en sustancia está
relacionada con el tema de los desaparecidos. En este tema global,
Batlle comienza su gestión con dos éxitos: en marzo el
esclarecimiento del llamado caso Gelman, la aparición con vida de
la nieta del poeta argentino Juan Gelman, presuntamente nacida en el
Hospital Militar, y a principios de mayo el esclarecimiento de la
situación de Gerardo Vázquez, quien grupos dedicados a la defensa
de los derechos humanos creían era Simón Riquelo, el hijo
desaparecido de Sara Méndez, posibilidad que los exámenes
descartaron totalmente. Hubo esos dos grandes éxitos iniciales y
luego se instaló la Comisión para la Paz, presidida por monseñor
(Nicolás) Cotugno e integrada por Gonzalo Fernández, asesor de
Tabaré Vázquez, José D'Elía, líder histórico del movimiento
sindical, el fallecido padre Luis Pérez Aguirre, el representante
del gobierno Carlos Ramela y una personalidad de origen nacionalista
como José Claudio Williman. Por ahora la comisión sigue teniendo
un margen muy alto de expectativa de todas las partes, por lo tanto
se puede decir que sigue siendo exitosa en la medida en que no ha
habido reclamos o críticas fuertes. Sí ha habido algunas
rispideces con algunos sectores en determinados momentos, cosa que
naturalmente ocurre. Por ahora esta etapa sigue siendo exitosa al
cumplir el año.
EC
- Hablemos de la política exterior.
OAB
- La política exterior fue uno de los cuatro temas que marcamos
como significativos en el análisis que hicimos hace exactamente un
año del discurso inicial del presidente Batlle. Junto con el
cuidado del déficit fiscal, éste es el otro tema en el que se ve
una continuidad absoluta y un énfasis inequívoco, sin una sola
desviación.
Entendemos
por política exterior la macropolítica exterior, la concepción de
cuál debe ser la inserción internacional del país, su marco
geopolítico. La línea seguida por el presidente Batlle se puede
describir muy rápidamente como de muy fuerte antipatía hacia la
Unión Europea y Europa en general, de no demasiada simpatía hacia
el Mercosur, que no aparece como algo realmente deseado por parte
del gobierno -si el Mercosur continúa y funciona el gobierno lo va
a apoyar, pero no es el objetivo en sí mismo un Mercosur fuerte,
con gran presencia, como lo era para el gobierno anterior- y de ver
el camino de Uruguay inserto en un bloque comercial liderado por
Estados Unidos, bajo dos modalidades, la del ALCA, de la Asociación
de Libre Comercio de las Américas, de toda América, o la del
Nafta, la integración a esa zona de libre comercio de los países
de América del Norte -Estados Unidos, Canadá y México- a la que
se está por integrar Chile y a la que todavía siendo candidato
Batlle había declarado una fuerte intención de llegar. Esta
aparece como una de las líneas de gobierno más fuerte, más nítida,
sin ningún tipo de contradicción, como la que refiere al
equilibrio fiscal.
EC
- ¿Qué nos está faltando para completar este repaso de anuncios y
concreciones?
OAB
- Quedarían algunas expectativas que se generaron en la población
y algunas cosas que el propio presidente creó después. A mitad de
camino aparece el tema de la aftosa, que se resuelve con mucha energía
y exitosamente. El otro tema es el contrabando.
***
EC
- Veamos, entonces, qué ocurrió con las expectativas de la población.
OAB
- Decíamos que aparecieron otros temas en la agenda, como el de la
aftosa y el del contrabando; este último se ha transformado en un
tema central. Luego hay otros temas que no fueron anunciados por el
gobierno, sino que fueron expectativas de la población, algunas con
señales dadas por el propio presidente, sobre todo en el período
de transición.
Una
de las expectativas de la población es la que refiere a puestos y
fuentes de trabajo, a la reducción de la desocupación, que en el
momento de asumir Batlle estaba muy cerca a 11%, nivel que se
consideraba muy elevado y que por lo tanto se debía abatir. El
resultado fue el opuesto: estamos en un nivel prácticamente
constante entre 14% y 15%. Buena parte del crecimiento de la
desocupación tuvo que ver con medidas de gobierno como el recorte
de los gastos del Estado y el impacto que éste tuvo sobre el
empleo. Otra parte se debe a problemas de exportaciones y crisis
regional.
Hay
una segunda área en la que hubo muchas señales del gobierno, sobre
todo en la época de transición: la expectativa de una fuerte
reactivación productiva. Hubo un nivel de expectativas en el agro y
un nivel de expectativas en la industria. Las expectativas del agro
fueron expresadas con mucho optimismo por las gremiales rurales en
los primeros meses de la administración Batlle. Recordemos la frase
en que decían: "No tenemos promesas ni anuncios concretos,
pero lo que ha cambiado es el clima y la predisposición a buscar
soluciones". Hoy la actitud del agro es muy diferente, las
gremiales están en una actitud un poco más cautelosa en relación
a lo que hay que esperar, más allá de que hubo un valor agregado
en la situación como lo fue toda la situación surgida a partir del
efecto aftosa, con respecto al cual como "haber" del
gobierno aparece una rápida y buena resolución del tema y Uruguay
sale rápidamente de la suspensión de calidad de país libre de
aftosa sin vacunación. En general, con respecto a los paquetes de
reactivación del agro y los problemas de endeudamiento hay todavía
niveles importantes de frustración o disconformidad en los sectores
agropecuarios.
A
nivel de la industria, la reactivación productiva se está
esperando. Puede haber algunos indicadores positivos de los últimos
meses, pero en general no existe en el medio empresario un clima
acorde a las expectativas de hace un año.
La
última expectativa muy fuerte en la población y los agentes económicos
tuvo que ver con la inflación y la moneda. Había temor de que no
se mantuviese una inflación baja y de que en algún momento se
disparase una devaluación; la inflación se ha mantenido baja y no
se ha disparado ninguna devaluación. Sí ha habido una corrección
monetaria que está satisfaciendo a quienes consideraban que Uruguay
vive un retraso cambiario que es necesario corregir. De alguna
manera se sigue una política gradual, sin riesgos de shock, que por
otro lado hace más competitiva a la moneda en forma también
gradual. A diferencia de lo que pasa con los puestos de trabajo y la
reactivación productiva, en lo que tiene que ver con la inflación
y la moneda el gobierno está acorde de las expectativas que tenía
la gente.
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