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El clima político se enrarece
Entrevista
con el
politólogo Oscar A. Bottinelli.
EMILIANO COTELO:
El clima político parece entrar en un clima crecientemente
ríspido, y ese es el tema de la que nos propone conversar
ahora el politólogo Oscar Bottinelli, director de Factum.
OSCAR A. BOTTINELLI:
El clima político está más o menos como el clima atmosférico.
En los últimos días o semanas se fueron dando hechos que van
enrareciendo el clima político. Uno diría que no sólo el
sistema político sino el sistema de poder en general,
incluyendo todo lo que rodea al Estado y al sistema político,
está dando algunas señales de despegue en relación a las
preocupaciones de la gente: una especie de internismo, un
debate sobre una serie de temas por un lado, y por otro va el
conjunto de preocupaciones de la gente (el individuo común,
industriales, comerciantes, productores).
Hay un conjunto de hechos cada uno de los cuales daría para un
examen en profundidad, pero vamos a hacer una especie de
inventario para dar un panorama global. Por un lado, estuvo la
polémica desatada en torno a los pases en comisión, que puso
al tema como si fuera el más grave que vivió en ese momento el
país.
EC - Una polémica que todavía no se ha agotado.
OAB - No. Segundo, el gobierno que formula anuncios como el
lanzamiento de una política, anuncios que quedan en el camino,
se enredan, desaparecen: la rebaja del precio de los
combustibles, esta corta vida estelar del Cofis, que todavía
no empezó a funcionar y se anuncia que progresivamente empieza
a eliminarse, el anuncio de la flexibilización laboral del que
no se ha sabido más nada, la rebaja del IVA básico, el aumento
del IVA mínimo y la eliminación de exoneraciones que, después
de un anuncio como el de una política al estilo de "ahora las
cosas cambian así", recién empieza una negociación que nadie
sabe adónde va ni en qué termina.
EC - ¿Qué otros ejemplos?
OAB - La relación entre la Justicia y la política. En los años
1996 y 1998 dedicamos algunos espacios aquí a ese juego de
doble partida donde por un lado los actores políticos juegan
una parte del partido político en el Poder Judicial, con
derivaciones hacia ese poder en forma permanente, y por otro
lado jueces con intervenciones que en sentido estricto son
políticas (no partidarias pero sí políticas), que se dieron
mucho en esos años.
Esta situación parece repetirse: colorados y frenteamplistas
se empiezan a enviar temas a través de la Justicia, o a
incitar a la Justicia a actuar en determinados temas; por otro
lado hay jueces que emiten fallos que tienen importancia muy
fuerte en el devenir político y del Estado, y por otro lado
está lo que pasa en Maldonado, que parecería una especie de
caso extraterrestre; una jueza inicia una investigación penal
por unas declaraciones públicas que describen un fenómeno de
clientelismo, uno de los fenómenos más viejos que hay en
Uruguay como que la designación directa de funcionarios
corresponde a nueve de cada 10 funcionarios públicos,
incluidos los jueces que ingresan, todos, por designación
directa.
Como trasfondo está el anuncio del aumento de la desocupación,
de la baja de los ingresos de los hogares, mientras la
industria, el comercio y el agro siguen dando señales de
preocupación, lo que indica que hay un país con un conjunto de
indicadores que preocupan mucho, y paralelamente un sistema
que está viviendo este internismo al que hacíamos referencia.
EC - Pasemos entonces a los aspectos políticos.
OAB - En el aspecto estrictamente político vemos, por un lado,
que la competencia dentro del Partido Nacional, que lo llevó
al internismo durante más de un año, se ha debilitado, ha
bajado en decibeles; no hay los niveles de enfrentamiento
personal que había hasta hace algunas semanas. En cambio
surgen dos niveles de enrarecimiento del clima.
Uno se viene dando ya desde hace mucho tiempo, prácticamente
desde que se instaló este gobierno: hay una confrontación con
el Foro Batllista de sus aliados del Partido Colorado, del
Partido Nacional y del Encuentro Progresista - Frente Amplio,
que lleva a una permanente rispidez del Foro Batllista con los
grupos políticos que lo enfrentan permanentemente. Y hay un
segundo nivel que es una confrontación particular del
Encuentro Progresista con el Foro.
En esta confrontación y en los últimos tiempos habría que
hacer tres niveles o items de lo que ha ocurrido en los
últimos días.
EC - Eso en cuanto a la confrontación Frente Amplio - Foro
Batllista.
OAB - El EP-FA viene en una línea de enfocar sus baterías
fundamentalmente contra las figuras foristas y contra el
propio Julio María Sanguinetti. Pero dentro de las figuras
foristas es notorio que está eligiendo todo lo que entiende
que está más cercano a Sanguinetti, que puede rodearlo y
afecta a Sanguinetti. Por ahí vienen algunas explicaciones a
cuestionamientos que hubo tiempo atrás a Opertti con sus
convocatorias a comisión a la Cámara de Senadores, los ataques
a Brezzo, al subsecretario Yavarone (quien es el titular de la
banca cuyo suplente es Julio Luis Sanguinetti), los ataques a
Julio Luis Sanguinetti. En esos niveles de ataque no aparecen
Luis Hierro López (una figura que en su momento analizamos,
que está actuando con un perfil bastante propio e
independiente), ni el ministro del Interior, Guillermo
Stirling.
Una de las tres áreas es el análisis de los temas en sí
mismos: el robo de municiones en la Armada, las declaraciones
de Nin Novoa, cosas que llevan a uno a atacar al otro. Una
segunda área tiene que ver con cuál es la razón de este
funcionamiento. Se podría decir que es de tipo político
electoral, o de competencia política: en principio se observa
que tanto el Foro Batllista como el EP-FA ven al otro como el
más probable enemigo en el 2004. Para el EP-FA, erosionar a
Julio María Sanguinetti con la finalidad de que llegue muy
deteriorado, y en lo posible que no se presente a las
elecciones, sería una forma de asegurarse un triunfo
electoral, de llegar a una elección casi sin competencia. Para
Sanguinetti, hay como una obsesión en erosionar a este
enemigo, un camino de erosión que ha tenido éxitos y fracasos.
Exitos en cuanto ha impedido que Tabaré Vázquez ganara las
elecciones en 1994 y en 1999, pero que no ha significado
erosión desde el punto de vista de las adhesiones y los apoyos
populares, porque Vázquez ha crecido sostenidamente.
Más allá de la explicación que pueda haber en relación a esto,
hay un tercer elemento: hay una cuestión de piel, una falta
total de empatía, de entendimiento entre Sanguinetti y Tabaré
Vázquez. Si recordamos la primera administración de
Sanguinetti, sin perjuicio de que el país vivía una situación
política muy peculiar con la salida del régimen de facto,
entre Seregni y Sanguinetti, entre la vieja dirigencia
comunista y Sanguinetti, había un entendimiento entre
Sanguinetti y la 99 (que tenía mucho peso en el Frente en
aquel momento), un feeling que en parte era recíproco. Hoy
ocurre todo lo contrario: las líneas de entendimiento que va
más allá de lo racional, de lo ideológico, de lo que tiene que
ver con formas de ser parecidas, se da más entre Jorge Batlle
y Tabaré Vázquez. Entonces, más que los relacionamientos
tácticos y estratégicos, consideramos que ni el más frío
ajedrecista puede con sus filias y sus fobias, y que la
empatía y falta de empatía juegan mucho a la hora de hacer
este tipo de planteos.
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EC - ¿Algunas consideraciones más sobre este clima político
que se enrarece?
OAB - No vamos a analizar los hechos puntuales en sí mismos,
pero estamos viendo dos tipos de cosas.
Por un lado lo que tiene que ver con si las partes no están
pasando los límites de las reglas de juego. En estas últimas
acusaciones del EP-FA sobre hechos del Ministerio de Defensa,
que afectan entre otros al subsecretario Yavarone, aparece una
serie de nombres sin que haya elementos de indicio o de
prueba. Son acusaciones que en una interpelación no
aparecerían como elementos probatorios. El ministro de Defensa
las derivó a la Justicia para que ésta intervenga.
Por otro lado, el Foro replica relacionando unas declaraciones
de Nin Novoa, que aunque pueden ser consideradas imprudentes
no tuvieron demasiado eco, en las cuales hace una defensa
-algunos dicen que una "incitación a las ocupaciones", por lo
menos considera que son una manera lícita de lucha-, con la
ola de ocupaciones que ocurrió, y crea una especie de causa y
consecuencia entre las declaraciones y sucesos de violencia
como los del liceo 12.
Parecería que esta línea de juego en la que cada una de las
partes empieza a hacer acusaciones sin que haya hilos
conductores muy fuertes entre un acontecimiento y las
conclusiones supone un muy duro enrarecimiento del clima.
Siempre hay que advertir que cuando se van enrareciendo los
climas se entra en espirales que llevan a niveles muy altos de
los cuales a veces es difícil salir.
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