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Elecciones en la vereda de enfrente:
Argentina decide, Uruguay espera
Entrevista
con el
politólogo Oscar A. Bottinelli.
EMILIANO COTELO:
Pasado mañana, domingo 14, Argentina enfrenta elecciones de
senadores y diputados. No es una elección de gobierno, pero
sin duda el resultado puede incidir de manera fuerte en la
orientación del Poder Ejecutivo. Especialmente cuando el país
vecino vive una crisis de la magnitud de la que atraviesa en
los últimos meses.
A propósito de estos comicios que caen en un momento tan
particular, el politólogo Oscar Bottinelli, director de Factum,
nos propone para su análisis de hoy este título: "Elecciones
en la vereda de enfrente: Argentina decide, Uruguay espera".
En principio ¿por qué este tema?
OSCAR A. BOTTINELLI:
El mundo vive un proceso de globalización por un lado, pero un
proceso de regionalización por el otro. La conformación de
bloques regionales determina que los problemas de los países
de una misma región ya no son exclusivamente nacionales,
siempre son regionales. La política de cada país de una misma
región influye sobre los demás países de la misma. Uruguay
depende de sí mismo, no hay duda, pero también depende, y no
poco, de lo que haga Argentina, como también de lo que hace
Brasil.
Las elecciones argentinas, entonces, son un tema argentino
pero son también un tema de todo el Mercosur, en particular de
Uruguay; sólo que nosotros no votamos, no tenemos ni arte ni
parte en la decisión, pero sí vamos a tener arte y parte en
los efectos.
¿Cuánto van a repercutir las elecciones argentinas? Recordemos
que tienen lugar en un contexto muy particular de la vida de
ese país. Un ejemplo es la tasa de desempleo, otro es el
problema gravísimo en materia de pagos y otro es el riesgo
país. Hay que ver que hoy Paquistán está en la primera línea
de fuego contra Afganistán y tiene una inestabilidad interna
preocupante: hay destitución de generales, de jefes del
servicio secreto, grandes manifestaciones con muertos; el
riesgo país de Argentina está en el doble que el de Paquistán,
y en mucho más del doble que el de países que realmente
entraron en quiebra, como los casos de Ecuador y Rusia.
EC - En estos días llegó a empatar con Nigeria.
OAB - Sí: Nigeria es el récord mundial y Argentina llegó a
superarlo cuando casi alcanzó los 2.000 puntos. El riesgo país
de Argentina es seis veces el de Uruguay (el de nuestro país
se movió muy poco, casi nada en relación al de Argentina).
Aquí hay que hacer una lectura: por un lado los uruguayos
tememos mucho que la elección argentina impacte sobre el
comercio entre Argentina y Uruguay, que impacte sobre el
turismo, sobre la moneda... siempre está el temor a la
devaluación argentina. Pero por otra parte uno observa que los
mercados no mueven el riesgo país de Uruguay y sí el de
Argentina: aparentemente no están demasiado preocupados, no
creen que, pase lo que pase en el país vecino, afecte de tal
manera a Uruguay. Si no fuera así, el riesgo país de Uruguay
tendría que haberse movido al compás del argentino.
Estas son las dos visiones a propósito de si nos va a afectar
mucho o poco el resultado de las elecciones argentinas.
¿Qué se juega en estas elecciones? Como en toda elección, la
correlación de fuerzas entre los actores políticos, partidos
por un lado, personas por otro. Como toda elección a mitad de
camino -las llamadas de medio período, "middle term elections"-,
posiciona y desposiciona a los presidenciables, los pone mejor
o peor, según cómo salgan en estos comicios intermedios. Esto
en cuanto a lo que tiene que ver con el juego político, con el
movimiento de las piezas en el tablero.
Pero en el contexto económico argentino inmediato es
importante ver una serie de aspectos: qué poder va a tener
después de las elecciones el presidente Fernando de la Rúa, si
lo fortalecen o lo debilitan; qué va a pasar con el ministro
de Economía, Domingo Cavallo, el superministro o
superconductor de la economía argentina y, directamente ligado
a esto, qué va a pasar con el plan económico en general y en
particular con la convertibilidad, con esta paridad uno a uno
entre el peso argentino y el dólar, y la modificación de la
paridad prevista de un peso argentino por una combinación de
un dólar y un euro. Ligada al tema de la convertibilidad está
la temida devaluación. Además, qué pasa con este déficit cero
que ha determinado recortes muy importantes en salarios y
jubilaciones, y qué pasa con el producto bruto, con la
producción y con la desocupación y, consecuentemente con ésta,
con todos los riesgos de estallidos sociales que desde hace
tiempo están aflorando.
De alguna manera esto es lo que se juega en la elección; no es
una elección presidencial pero es muchísimo lo que está en
juego.
***
EC - ¿Cómo se evaluará el resultado?
OAB - Para la gente es complicadísimo votar, y para cualquier
analista extraer resultados. Recordemos que Argentina fue
sufriendo un proceso de confusión política: a principios de
este año se retira del gobierno prácticamente toda la plana
mayor del partido de gobierno, la Unión Cívica Radical, y su
aliado principal en la Alianza, el Frente País Solidario (Frepaso).
Si bien subsiste, el Frepaso se ha deshilachado, en particular
primero porque perdió el liderazgo cuando Carlos "Chacho"
Alvarez renunció a la Vicepresidencia de la Nación y se retiró
a la vida particular; luego sufre una importante serie de
escisiones que dieron lugar a varios partidos políticos que se
presentan a esta elección. De esas escisiones surgió, entre
otras cosas, uno de los competidores más importantes que tiene
el Radicalismo en la Capital Federal, que es la Alianza para
una República de Iguales (ARI), que dirige la diputada Elisa
Carrió y que entre otros lleva como candidato a senador, a
Alfredo Bravo, una figura de la socialdemocracia argentina,
además de outsiders como la candidata a la segunda banca
senaturial porteña, Susana Rinaldi.
Tanto el Radicalismo como el Frepaso -es decir la Alianza-
prácticamente están haciendo una campaña opositora. Terragno,
primer candidato a senador, que fue jefe de gabinete en la
primera parte del gobierno de De la Rúa (cargo que sin llegar
a ser tanto equivale a una especie de primer ministro: era
prácticamente la segunda figura del gobierno después del
presidente), es el primer candidato a senador de la Unión
Cívica Radical y está haciendo una campaña frontalmente
opositora contra la política económica del gobierno. Lo mismo
pero más moderado, sobre todo tratando de preservar al
presidente de la Nación, está haciendo el ex presidente Raúl
Alfonsín, primer candidato a senador por Buenos Aires. Es
decir que tenemos al primer candidato a senador por la
provincia de Buenos Aires y al primer candidato a senador por
Capital Federal, ambos del partido de gobierno, haciendo
campaña opositora.
Por otro lado, el Justicialismo, el Peronismo, da mensajes muy
confusos. En la provincia de Buenos Aires, su candidato es el
ex vicepresidente, ex gobernador y anterior candidato
presidencial Eduardo Duhalde, quien está haciendo una línea
frontalmente opositora. En Capital Federal, el referente
principal es Daniel Scioli -diputado, ex campeón de
motonáutica-, aliado con Liendo, un hombre muy vinculado a
Cavallo, y se presenta como un grupo cien por ciento defensor
de la actual política económica. Por otro lado gente de peso,
como los gobernadores de Córdoba y Santa Fe, De la Sota y
Reutemann, aparecen en una línea muy confusa: no tienen una
oposición dura, pero tampoco aparecen en un oficialismo tan
claro como el de Scioli en Capital Federal.
Para el votante que quiere votar en contra del gobierno no es
tan claro que lo esté haciendo si vota a la Unión Cívica
Radical, porque vota un discurso contra el gobierno, pero al
mismo tiempo al partido que ganó las elecciones y al cual
pertenece el presidente de la Nación. La gente que está a
favor del gobierno en Capital Federal tiene una opción clara;
en la provincia de Buenos Aires tendría que ir a partidos muy
menores, como el propio partido de Cavallo, Acción por la
República. No hay una forma nítida de expresión.
Pero además, lo que ha llevado al electorado a mucha confusión
es que hace menos de dos años que este gobierno fue llevado
por la Unión Cívica Radical, el Frepaso y otros partidos
menores que constituyeron la Alianza, y hoy este gobierno de
la Alianza, con un presidente aliancista, está siendo atacado
por los que lo eligieron. La gente siente descreimiento hacia
la política porque no entiende qué es lo que está pasando; no
tiene muy claro cuáles son las propuestas.
EC - Ahí aparece el otro protagonista de esta elección del
domingo, al menos de acuerdo a los sondeos previos: el voto en
blanco o nulo.
OAB - Vamos a ver en qué se traduce esto. En Argentina, a
diferencia de lo que sucede en Uruguay, hay tradición de
abstención, de voto en blanco, y de una volatilidad electoral
muy grande. Un mismo partido puede ganar una elección, quedar
reducido a la décima parte en la siguiente y volver a ganar,
como le pasó al Radicalismo, por ejemplo. En Argentina los
fenómenos de grandes correntadas electorales para uno y otro
lado no son sorpresa, y todas las encuestas están dando una
dimensión muy elevada de la suma de lo que sería la abstención
-quedarse en la casa-, del voto en blanco y del voto
deliberadamente nulo (gente que desde ya está anunciando que
va a votar a Sarmiento, a Belgrano, a San Martín...). Tanto es
así que en algunos distritos se habla de que la suma de los
votos negativos -abstención, en blanco y nulos- puede llegar a
superar al primer partido.
Esto es muy grave por los riesgos que implica de pérdida de
credibilidad en la democracia. No es que nadie esté alentando
un golpe de Estado, pero ya se empieza a erosionar la
credibilidad en el funcionamiento democrático y en el juego
político que supone, como el mecanismo para resolver los
problemas generales de un país y en particular de la propia
gente, que incide a través del voto. Eso es lo que está en
gran medida en duda en la República Argentina.
EC - ¿Cuál es tu conclusión entonces?
OAB - Es una elección de la que no va a ser fácil extraer
conclusiones. No es fácil saber lo que va a ocurrir, porque la
confusión también puede servir al gobierno para decir que
nadie puede sacar conclusiones claras, que votar al
Radicalismo es votar al partido del presidente; otro puede
decir que votar al Radicalismo es votar en contra del
gobierno. Votar al Justicialismo... depende de cuándo y dónde,
hay que ver cómo suman los votos.
El presidente ya dio una señal diciendo que va a hacer algunos
cambios. La secretaria de Trabajo, Patria Bullrich, va a salir
del cargo; pero en principio aparece fortalecido Domingo
Cavallo, que es lo mismo que decir que se fortalece la
política económica.
A partir del lunes va a venir el juego de tensión: unos dirán
"Aquí hay un mandato en contra", es probable que pueda
presentarse muy fácilmente que la gente votó en contra; pero
también podrá decirse que eso no es tan claro. Además, la
gente podrá haber votado en contra pero no a favor de ninguna
alternativa.
Lo cierto es que va a ser una semana en que habrá un poco de
tembladeral en la política argentina, algo que a los uruguayos
no nos viene del todo bien, más allá de que desde el punto de
vista de los mercados hay bastante tranquilidad en el análisis
del riesgo país de Uruguay, en el sentido de que no aparece
tan directamente contagiable por el fenómeno argentino.
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