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¿Qué votarían los uruguayos si
hoy hubiera elecciones?
Oscar A. Bottinelli.
EMILIANO COTELO:
Este 2002 ha sido un año muy movido, desde el comienzo. Y esos
cambios generan preguntas. Por ejemplo: ¿impactan sobre la opinión
pública y en particular sobre la inclinación política de la gente?;
¿las adhesiones siguen siendo las mismas, o se modifican?; ¿hay un
proceso de argentinización, de descreimiento?
Las respuestas a estas preguntas aparecen en este informe de Factum
Opinión Pública, que nos presenta el politólogo Oscar Bottinelli,
director de Factum, con los datos de la última Encuesta Nacional
Factum cerrada el 27 de julio pasado, a propósito de ¿Qué votarían
los uruguayos si hoy hubiera elecciones?
OSCAR A. BOTTINELLI:
Esta es una encuetsa que se hace en forma permanente, y cuando nos
aproximamos a los picos electorales la frecuencia llega a ser
semanal. Es una encuesta representativa del electorado del todo el
país, tanto urbano como real, y esta fue a lo largo de todo el mes
de julio, y se terminó de cerrar el 27 de julio. Prácticamente
estaba cerrada el 20, y recoge un poquito del 27. Para ser claros,
es anterior al feriado cambiario y casi toda anterior al relevo de
Alberto Bensión por Alejandro Atchugarry en el Ministerio de
Economía. La pregunta que se hace siempre es "Imagine que hubiera
elecciones el próximo domingo. ¿A qué partido político votaría?". Es
decir que no se está preguntando qué piensa votar el 31 de octubre
de 2004, sino qué votaría si hubiera elecciones el próximo domingo.
EC - Tengo aguí los datos:
Encuentro Progresista - Frente Amplio, 47%
Partido Colorado, 20%
Partido Nacional, 14%
Nuevo Espacio y otros, 2%
Sin decisión afirmativa, 17%
¿Qué quiere decir "sin decisión afirmativa"?
OAB - Usamos esa expresión para salir de la palabra incorrecta
"indecisos", porque ahí cabe una bolsa de mucha cosa distinta.
EC - A eso iba, ¿qué quiere decir este 17% "sin decisión
afirmativa"?
OAB - Es un 17% que no está expresando una decisión de voto clara
para una de las opciones políticas; un voto afirmativo en el sentido
de que es un voto que se compute, que valga para un partido
político. Pasemos a los componentes de ese 17% sin decisión
afirmativa.
EC - Vota en blanco o anulado, 5%;
vota a algún partido tradicional, 3%;
y sin definición 9%.
OAB - Podemos ver que esa indecisión tiene matices muy importantes.
Hay un 3% que no tiene claro a qué partido votar, pero está claro
que va a votar al Partido Colorado o al Partido Nacional. Esa
diferencia es muy importante en el juego "macro", llamémosle.
Hay un 5% de voto en blanco o anulado. Este porcentaje ¿se mantendrá
o no? Lo histórico en Uruguay en las últimas elecciones ha sido un
3%, un 4%, y en 1984 llegó a casi 5%. De modo que estamos en un
nivel normal, esto siempre existe.
Por lo tanto los verdaderamente indefinidos, indecisos si estuvieran
obligados a decidirse si en verdad hubiera elecciones, son un 9%. Si
pensamos que en el fondo muchos de los que dicen que votarían en
blanco o anulado todavía no saben mucho qué harían, podemos llevar a
los indecisos a entre 9% y 11%.
EC - Repito los números: Encuentro Progresista-Frente Amplio 47%,
Partido Colorado 20%, Partido Nacional 14%, Nuevo Espacio y otros 2%
y sin decisión afirmativa 17%. ¿Qué conclusiones se puede sacar a
partir de estos datos?
OAB - Al principio hablamos de la "argentinización". El término ha
estado muy de moda en los últimos tiempos y dicho sin aquel énfasis
fenomenal del presidente de la República lo está usando todo el
mundo para poco placer de nuestros vecinos. En este caso nos estamos
refiriendo a un fenómeno que está golpeando muy duramente a la
sociedad argentina, que es el descreimiento en los partidos y los
actores políticos, lo que se puede expresar en esa frase que se oye
muy comúnmente en el país vecino, que es "Que se vayan todos. No
creo en nadie".
En Uruguay tenemos que el porcentaje de gente que no expresa ningún
tipo de opción es 17%; pero aún rascando un poco vemos que, de ese
17%, hay un 3% que tiene inclinación hacia un bloque político o es
refractario a otro. Si olvidamos todo esto tenemos que hoy, cuando
faltan más de dos años para las elecciones -o dos años para el
comienzo del ciclo electoral-, el 83% del país tiene una orientación
bastante nítida en cuanto a qué votaría si las elecciones fueran
hoy. Estamos hablando del doble del porcentaje de argentinos que se
están definiendo, con elecciones a la vista.
EC - Es una diferencia importante.
OAB - Lo que se viene produciendo en Uruguay es el fenómeno clásico
de un sistema político: cuando caen unos partidos porque la gente
descree en ellos, porque no les tiene la confianza que les tenía
antes, crece otro en el cual deposita confianza, expectativas; son
vasos comunicantes entre las opciones, no hay descreimiento.
EC - La segunda pregunta que nos hacíamos es qué pueden significar
estos números si pensamos en el esquema electoral uruguayo, en la
forma por la cual, en función de la nueva Constitución, se elige a
las autoridades, en particular al Presidente.
OAB - Estamos hablando de agrupar en bloques. Esto no quiere decir
que el bloque sea sinónimo de voto en balotaje. En el balotaje
pueden incidir otras cosas -los candidatos, las afinidades y los
rechazos, la pericia y capacidad personal que demuestre cada uno-,
pero la elección pasada, que fue el estreno del sistema y no nos
permite sacar conclusiones generales, demostró que se votó muchísimo
en bloque: del 55% que habían sacado los partidos tradicionales,
prácticamente el 52% votó a Batlle.
EC - De acuerdo a estos números casi no sería necesario buscar
bloques.
OAB - Bloques sí.
EC - Pero el Encuentro Progresista - Frente Amplio está ahí, cerca
del 50%.
OAB - Está en el 47%, pero es un dato de la realidad que hay una
aproximación muy fuerte del Nuevo Espacio que lidera Rafael
Michelini con el Encuentro Progresista - Frente Amplio. Tanto es así
que días pasados Rafael Michelini publicitó algo que estuvo presente
en algún análisis que hicimos aquí hace más de un año cuando dijimos
"a la palabra Encuentro Progresista le veo poca vida", porque el
Frente Amplio es una identidad política y va a ser necesario un
nombre que identifique a una macrocoalición o un macroagrupamiento
que incluye al Frente Amplio, a los sectores no frenteamplistas del
Encuentro Progresista y al Nuevo Espacio oficial.
Estos grupos formando un bloque llegan hoy al 49%. Y hay un dato:
todos los votos que recoge Rafael Michelini hoy son absolutamente
trasladables hacia el acuerdo con el Frente Amplio por la razón de
que al partirse el Nuevo Espacio los que no están dispuestos a
seguir este camino están acompañando al Nuevo Espacio Independiente.
EC - Si ese acuerdo se concreta antes de la primera vuelta, ese
nuevo lema está teniendo hoy el 49%.
OAB - Y el resto, lo que uno llamaría el bloque tradicional o el
bloque opuesto a la izquierda... y aclaremos que por "izquierda"
aludimos al Frente Amplio y lo que esté próximo; no estamos juzgando
si hay un espacio más de izquierda o menos izquierda; el Nuevo
Espacio Independiente se autodefine como un partido de izquierda,
una "izquierda moderna y moderada" versus lo que considera una
"izquierda más antigua, incluso demodée", como llamaría al Frente
Amplio. Pero usando la palabra con este sentido y sin ninguna otra
connotación o discusión ideológica, hay un bloque al que los
uruguayos llaman izquierda y otros a los que habrá que buscarle
altuna otra denominación, que básicamente son los partidos
tradicionales. Si a este bloque se les suma lo poco que las
encuestas le vienen dando al Nuevo Espacio Independiente y la Unión
Cívica -que es poco pero registra-, más esos indecisos que no saben
a qué partido votarían pero que tienen claro que están entre blancos
y colorados, es un 37%. Es decir que el juego de bloques da 49% a
37%, con 14% fuera de estos alineamientos -un 9% indefinido y un 5%
que va por el voto en blanco o anulado.
En mayo, la encuesta arrojaba un empate entre esos dos bloques;
ahora da una diferencia de 12 puntos a favor de la izquierda. Basta
que la izquierda capte 1 de cada 9 indecisos para que supere la
mayoría absoluta. Es un muy buen escenario para Rafael Michelini,
para negociar un acuerdo: no es lo mismo estar a tres puntos de la
mayoría absoluta que solamente a un punto. Si estuviéramos a menos
tiempo de la elección, sería el mejor escenario para Rafael
Michelini y el Nuevo Espacio para una negociación de esa naturaleza.
***
OAB - Recordemos que el Partido Colorado obtuvo el 32% del total de
votantes en la elección parlamentaria de octubre de 1999; luego fue
cayendo en las encuestas a lo largo de estos dos años, pero hoy, con
este 20%, que podría llegar a ser un 22% con ese 3% de indecisos
entre los dos partidos tradicionales, está en el nivel más bajo
registrado desde las elecciones hasta ahora.
El Partido Nacional ya había registrado anteriormente el 14%, se
mueve en una franja de entre 14% y 17%, si contamos el voto medio
oculto de que hablamos puede llegar a 18%, 19%, y hoy estaría entre
el 14% y el 15% considerando la probabilidad de que se le vuelque
algo más.
El Encuentro Progresista - Frente Amplio obtuvo en octubre de 1999,
en las elecciones parlamentarias, el 39%. Al mes siguiente, en el
balotaje, Tabaré Vázquez obtiene casi el 45%. En estos años nunca
había superado el 45%, casi lo tocó una vez, en 2000, pero tampoco
tocó el 39%. Siempre estuvo por encima de lo que obtuvo en la
elección parlamentaria y por debajo de lo que obtuvo en el balotaje:
se movía entre el 41% y el 44%, lo normal era que anduviera por el
43%.
En junio tenemos todos aquellos episodios en torno al presidente de
la República y Argentina, que desgastaron fenomenalmente a la figura
presidencial, y la contrapartida es que viene un empuje hacia el
Frente Amplio que ya se sitúa prácticamente en el nivel del
balotaje, y el 20 de julio tenemos el fin último de la estabilidad,
lo que podemos llamar la macrodevaluación, la liberación del dólar,
la incertidumbre de precios, y viene entonces este salto al 47%.
Pero del 43% -que era lo más estable que venía recogiendo- a este
47% subió 4 puntos que están constituidos todos por personas que en
su mitad se sienten blancas y la otra mitad por personas que se
sienten coloradas. Es decir, gente que todavía no desamarró de los
partidos tradicionales, pero está diciendo que vota al Frente
Amplio.
Por lo tanto no es que el Frente Amplio haya logrado el 47% y ve
cómo crece, cómo sigue creciendo, sino que tiene un gran desafío: en
el peor momento para los partidos tradicionales desde el punto de
vista de resultados de gobierno y de clima de opinión tiene un 4%
que está captando, que tiene que afirmar mucho.
EC - Imagino que ese no es el único desafío que tiene la izquierda
de cara a las próximas elecciones.
OAB - Tiene otros desafíos que analizaremos más adelante (la
audiencia sabe que no se puede anunciar con precisión cuándo será el
momento, porque la coyuntura golpea fuerte y cambia los planes de
una semana a otra). De modo que hagamos una especie de punteo.
El primer aspecto es la lucha no sólo entre sectores del Frente sino
al interior de cada dirigente entre reflejar una cultura de
oposición y sintonizar con una disconformidad mayoritaria que hay en
la opinión pública, o manifestar una cultura de gobierno y demostrar
condiciones para encarar los problemas en momentos críticos.
Por ejemplo, en el tema del feriado bancario, independientemente de
qué causa llevó a Uruguay a la crisis bancaria, si el Frente Amplio
hubiera estado gobernando hubiera tenido que tomar decisiones de
gobierno, y no meramente decir que estaba en contra de lo que había
pasado. Si hoy tomara decisiones de gobierno mucha gente se sentiría
decepcionada, porque cree que hay que oponerse a lo que hace este
gobierno. Esa lucha interior es un gran desafío porque todavía
quedan dos años. Si vemos lo lentos que fueron para todos los
uruguayos estos siete meses del año 2002, los próximos meses nos
parecen eternos.
EC - ¿Otros desafíos?
OAB - Tabaré Vázquez y su papel de jefe de Estado. Tenemos la
percepción de que Vázquez no tiene más campo para seguir captando
-ya captó muchísimo-, que su discurso mágico ya no tiene demasiado
para captar. Ahora necesita más una exhibición de cualidades de jefe
de Estado. La gente quiere enfrentar una crisis, salir de la crisis,
y para ello necesita un jefe de gobierno, alguien que timonee la
nave, no que solamente arrastre a la gente. Este es el gran desafío
que tiene por delante Tabaré Vázquez, quien precisamente durante el
período de la crisis bancaria no apareció como un gobernante
manejando a toda su fuerza política detrás, sino que más bien
aparecieron los líderes de nivel sectorial moviéndose por su lado:
fue mucho más fuerte el papel de Mujica, de Gargano, de Astori, de
Couriel, que el del propio Vázquez.
Y acá viene el otro tema, el juego de abanico de los sectores, la
ubicación de cada uno, la forma en que ha ido moviéndose hacia una
posición fuertemente opositora y dura el Partido Socialista, cómo la
Vertiente se está corriendo hacia posiciones más duras, cruzándose
en camino inverso la posición fuerte de diálogo que está asumiendo
Mujica en el Movimiento de Participación Popular, y la actitud de
Asamblea Uruguay respecto al resto del Frente, que exhibe
permanentemente las diferencias en un juego complicado porque
termina votando con el Frente pero hablando diferente.
Como resumen los tres temas son: reflejar la oposición o manifestar
una cultura de gobierno; que el propio Vázquez vaya generando la
imagen de un hombre que va a gobernar -un poco lo que está haciendo
Lula en estos días: que lo vean como presidente, que está tomando
decisiones de presidente-; y la contradicción entre demostrar
unidad, disciplina y coherencia, y conjugar la diversidad del
abanico que integra el Frente de los distintos sectores políticos.
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