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La deuda externa, Argentina
y la campaña electoral que se viene
Oscar A. Bottinelli.
EMILIANO COTELO:
Uruguay renegoció de manera consensuada sus bonos de deuda
pública en mayo del año pasado; Argentina, en tanto, ya
cumplió dos años de default. ¿Cómo se lee lo actuado por los
gobiernos de una y otra orilla del Río de la Plata? ¿Cómo
impacta este tema en las elecciones uruguayas? Ese es el tema
que nos propone el politólogo Oscar Bottinelli, director de
Factum, para su análisis de hoy. El título: “La deuda externa,
Argentina y la campaña electoral que se viene”.
OSCAR A. BOTTINELLI:
La competencia política y electoral no es sólo ir mirando la
carrera de porcentajes a favor de partidos y candidatos, sino
también los ejes que van a jugar en el debate político o en la
decisión de la opinión pública. Hay algunos ejes –no se sabe
cuáles van a ser– que a veces se transforman en decisivos;
recordemos el papel que jugó el impuesto a la renta personal
en el balotaje, que se transformó en un eje muy fuerte de
campaña y de decisión de los electores.
Despuntemos algunos temas, entonces, y se verá más adelante
qué importancia llegan a tener. Uno es este. Cuando se habla
de deuda externa se mezcla muchas cosas, a veces cuando se
contabiliza la deuda externa de un país se contabiliza también
la deuda de los propios privados. Cuando se habla de deuda
pública hay que diferenciar sobre todo dos cosas bastante
importantes: la deuda con los organismos internacionales (el
Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), el
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y algunos estados
extranjeros), y otra cosa son los títulos o bonos que se
emiten, cuyos tenedores pueden ser desde grandes bancos o
grandes inversores financieros, hasta particulares que
depositan sus ahorros en el exterior o dentro del propio país
que emite los bonos.
EC - La renegociación que llevó adelante Uruguay el año pasado
fue de la deuda en bonos.
OAB - Exacto, es decir con los tenedores de bonos, que es lo
que en este momento está en el centro de la discusión en
relación a Argentina. Esa renegociación en general fue
considerada por analistas económicos, por analistas políticos
del país y sobre todo del exterior, como una renegociación
exitosa, es decir que el gobierno consiguió que en forma
consensuada se aceptase esa renegociación. Tuvo un costo que
dentro del país se discute si es alto o bajo, ya que significó
postergar los plazos y aumentar las tasas de interés con un
alargamiento muy grande de los plazos, lo que a Uruguay le
significó un gran respiro.
La izquierda sostiene que el costo fue muy alto y que ese
costo se está transfiriendo a otras generaciones, pero en
principio Uruguay queda como país serio, sólido y buen
pagador.
EC - En medio de esas negociaciones el doctor Tabaré Vázquez y
los principales dirigentes de la izquierda aparecieron con
opiniones que provocaron un revuelo importante.
OAB - Exacto; en general la actitud de la izquierda fue
calificada, desde el gobierno pero también por algunos
analistas, como una actitud que “pretendió torpedear” el éxito
de la negociación, mucho más cuando no estaba proponiendo
ninguna otra salida. Uno diría que, como balance en general,
la izquierda en ese momento no salió bien y sí salió bien el
gobierno; este es incluso uno de los activos que capitaliza
Alejandro Atchugarry, cuyo nombre estuvo tan en el tapete en
estos días.
EC - Hablemos ahora de Argentina y su deuda.
OAB - Ante todo, Argentina hizo exactamente lo opuesto a
Uruguay. En primer lugar estableció el “corralón” y el
“corralito”. “Corralito” llaman en Argentina a haber congelado
el uso de las cuentas corrientes y las cajas de ahorro; en
Uruguay no hubo eso. Y “corralón” llaman a haber congelado los
depósitos a plazos. En Uruguay hubo “corralón” para el Banco
República y el Banco Hipotecario y los bancos que terminaron
formando el Nuevo Banco Comercial–. Pero además hubo
pesificación de los depósitos y de las deudas en dólares y un
default declarado ante los organismos internacionales, y otro
por los títulos y los bonos que ya lleva más de dos años, la
que fue declarada a fines de 2001 por el presidente fugaz
Rodríguez Saa.
EC - ¿Qué se puede decir sobre los efectos de esa estrategia?
OAB - Los efectos son un poco contradictorios. Por un lado el
efecto permanente fue decir: “Argentina se marginó del mundo”,
pero lo cierto es que Argentina en esta marginación del mundo
ha sobrevivido dos años, ha tenido una muy importante
reactivación económica (parte de la cual este verano
repercutió sobre Uruguay), pero también ha tenido efectos
negativos, de los cuales el más fuerte desde el punto de vista
político social es el que se da en Italia. Allí Argentina es
un país que fascina mucho, es un país que los italianos ven
muy cerca, y los bonos argentinos fueron comprados por muchas
familias como forma de depositar todos o parte de sus ahorros.
Cerca de uno de cada diez hogares italianos se ve perjudicado
por el default argentino.
EC - Es una proporción impresionante.
OAB - Es una proporción impresionante. Primero, Italia perdió
un 1 por ciento del PBI solamente por el efecto de la deuda
argentina, y son más de un millón 400 mil los hogares
perjudicados por Argentina. Hoy, cuando en Italia se habla de
estafa o de manejos irresponsables de las finanzas, se usan
las palabras Parmalat, Cirio y Argentina, que son los tres
grandes hechos que en los últimos dos años impactaron sobre la
economía familiar de los hogares italianos.
EC - A todo esto, ¿cómo vienen las relaciones entre Kirchner,
el FMI, Estados Unidos, los otros países y los otros
organismos?
OAB - Kirchner está haciendo un muy hábil juego, porque en la
medida que hace un juego muy duro hacia Uruguay –en definitiva
un país muy pequeño– en el tema de los derechos humanos y
también respecto a inversiones en Uruguay y exportaciones
uruguayas hacia Argentina, por otro lado está en una línea de
muy interesante comunicación con el presidente Bush, que lo
está llevando a tener un apoyo importante de Estados Unidos,
sobre todo ante el FMI. En el FMI, Estados Unidos aparece hoy,
en un enroque de posiciones, como facilitándole las cosas a
Argentina frente a países como Italia, en segundo lugar Japón,
quizás en tercer término Francia, que vienen con posiciones
muy duras. Italia, particularmente, que es un país muy cercano
a Argentina y que la ayudó mucho en el comienzo de la crisis,
está en una posición extremadamente dura por el tema de los
bonos.
Lo cierto es que la discusión ya alcanza niveles tales que por
ejemplo el prestigioso y poderoso Financial Times publica un
artículo del economista Martin Wolf, que considera que es
inevitable aceptar la existencia de quitas importantes por
parte de Argentina a sus bonos.
EC - El punto es si la quita será del 75 por ciento.
OAB - Argentina está planteando nada menos que pagar sólo uno
de cuatro dólares. Acá empieza a juntarse el tema. Primero, ya
se está hablando de la posibilidad de quitas, ya la discusión
está fundamentalmente en si es una pequeña quita del 10 o el
20 por ciento o si es una fenomenal quita. (Recordemos que
Uruguay no hizo ninguna quita.)
¿Cómo termina la historia para Argentina? Porque muchos dicen
que esto no puede terminar con quitas porque efectivamente, en
el momento en que Argentina haga una quita viene una cola
interminable de países a decir: “Yo hago la misma quita”. Pero
hay quienes dicen que va a poder hacerla, que ya otros países
la hicieron, como Ecuador y Rusia. Pero ¿qué pasa después de
hacer las quitas: quién va a colocar un solo dólar en bonos de
ese país o quién le va a dar créditos? Ahí hay una gran
incógnita; lo que he visto hasta ahora son posiciones más
políticas e ideológicas que de pronóstico, hay quienes
considera que nadie les va a prestar mientras que otros dicen
que al final les volverán a prestar, porque hay dinero para
colocar y porque Argentina importa.
Si Argentina hace una quita, si no sufre demasiado por ello,
¿qué premio tiene el que no hace quitas?
EC - Qué premio tiene Uruguay…
OAB - Concretamente, qué premio tiene Uruguay. ¿Se va abrir en
el mundo una corriente compradora, va a haber una cola de
gente diciendo: “El país serio es Uruguay, yo pongo ahí los
bonos”? ¿O en el fondo todo va a seguir igual, entre otras
cosas porque Uruguay tiene un problema fenomenal para que
alguien sepa que existe y dónde queda? Y de ahí a entender que
además es buen pagador…
Aquí viene lo que nos importa desde el punto de vista de la
campaña electoral. Quizás esto no culmine en 2004, pero si
avanzado 2004 se ve que entran a discutirse los porcentajes de
una quita, que pueden ser importantes, y desde el ángulo
uruguayo ya un 10 por ciento no es poca plata, ¿cómo se lee la
negociación? ¿Se lee como el año pasado, que un gobierno
exitoso, serio, responsable, eficiente, que, torpedeado por la
izquierda irresponsable logra un gran éxito para el país? ¿O
se lee que el gobierno se apresuró, quizás no tuvo margen
–porque Uruguay no es Argentina, no tiene ese peso ni esa
reserva– y que a la larga manteniéndose firme se logran
quitas? Entonces la posición de la izquierda adquiere otra
lectura.
Lo cierto es que Argentina, en un tema que a la izquierda la
complicaba, con el que no arrancaba bien la campaña electoral
inicialmente, replantea todo el eje de discusión. ¿Qué fue lo
mejor y qué es lo mejor para Uruguay? ¿Haber hecho lo que
hizo, sostener que el mundo no acepta quitas, que lo
importante es la seriedad, ser buen pagador, o en definitiva
ver que, como en la mesa de póquer, el que se queda de cara
dura y aguanta hasta el final termina siendo el que gana, que
es el ejemplo que está dando Argentina?
Es un planteo interesante porque de aquí va a partir sin
ninguna duda un muy importante eje de debate cuyos argumentos
va a estar dando Argentina y lo que pase en el mundo en
relación a Argentina. Los uruguayos vamos a ser espectadores
de eso que ocurre fuera de aquí, pero lo que ocurra va a dar
argumentos a favor de uno o de otro, en contra de unos o de
otros. |