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El peculiar proceso que desembocó
en un candidato común de la 15 y el Foro
Oscar A. Bottinelli.
EMILIANO COTELO:
Sabíamos que el mes de marzo iba a ser un mes de definiciones,
con vistas a las internas del mes de junio, en los tres
grandes partidos políticos. En el Encuentro Progresista (EP)
falta saber si Astori va a competir con Vázquez; en el Partido
Nacional (PN) está pendiente que decante la oferta de
precandidatos, con acuerdos entre algunos de ellos; y en el
Partido Colorado (PC) faltaba saber cómo comparecerían la
Lista 15 y el Foro Batllista (FB), aunque se daba como un
hecho que iban a ir por lados separados y por lo tanto se
aguardaban los nombres de uno y otro sector.
Mucho más temprano de lo que esperábamos, casi al arranque del
mes, desde el PC se dio el primero de estos pasos que estaban
en las gateras esperando para salir. Vino muy temprano en el
mes y vino con sorpresa: un acuerdo entre la 15 y el Foro para
que el candidato sea el escribano Guillermo Stirling.
Ese, justamente, es el tema para el análisis político especial
de hoy con el politólogo Oscar A. Bottinelli: “El peculiar
proceso que desembocó en esta candidatura común”.
OSCAR A. BOTTINELLI:
Comencemos viendo la nueva realidad del PC o de la gran
mayoría del PC, que conforman la 15 y el FB.
EC - La nueva realidad: cómo quedaron las cosas a partir del
acuerdo.
OAB - Claro, cómo quedan a partir de este acuerdo que va a
terminar de ser formalizado seguramente mañana con la
agrupación de gobierno del FB.
Primero, hay un candidato único de lo que fue en su momento el
Batllismo Unido (BU) que ganó las elecciones en 1984 y que se
rompe después de los sucesos de 1989.
EC - Los sucesos de 1989 fueron los que precipitaron la
interna, dentro del BU, entre Batlle y Tarigo.
OAB - La confrontación Batlle-Tarigo, que fue el primer
capítulo electoral de otras confrontaciones que venían de
antes, las confrontaciones Batlle-Sanguinetti. Entonces
candidatura única de lo que fue el BU; segundo, que la
candidatura vicepresidencial se dejó abierta, en disputa
electoral, en función del resultado del 27 de junio entre el
Foro y la 15. De estos dos grupos, el que obtenga más cantidad
de votos, el que le gane al otro, va a indicar el candidato a
vicepresidente de la República; cada uno estará manejando
nombres, es probable que los nombres se manejen después del 27
de junio. Da para muchas ideas diferentes atendiendo, por
ejemplo, a la edad de Stirling, si debe ser un hombre más
joven, si debe ser otro hombre del interior, en fin, cuál es
el perfil que el Foro o la 15 elegirían.
EC - Una de las preguntas es: suponiendo que el que triunfe en
la interna de los dos grupos sea el Foro, ¿qué quiere decir:
que va a haber un candidato a la Vicepresidencia también del
Foro?
OAB - De eso prefiero hablar al final. El candidato a la
Vicepresidencia va a ser del Foro o de la 15; el candidato a
la Presidencia va a ser común, ese es el dato.
Lo otro es la disputa senatorial, que va a dirimir el peso
político dentro del PC entre una lista del FB encabezada por
Julio María Sanguinetti y una Lista 15 que todavía no se ha
tomado la decisión definitiva, pero que existen muy altas
probabilidades de que sea encabezada por Jorge Batlle. Es
decir que Julio María Sanguinetti y Jorge Batlle van a dirimir
personalmente y cabeza a cabeza el liderazgo del PC el 31 de
octubre, lo cual demuestra con mucha claridad que con este
acuerdo la mayoría del PC ha diferenciado candidatura
presidencial de liderazgo; distinto por ejemplo al Partido
Popular español, donde Aznar, al ceder la candidatura también
anuncia su retiro del liderazgo, que también le cede al nuevo
candidato. Son dos procesos diferentes.
El PC queda con una realidad en la que de un lado hay un
candidato único de la 15 más el FB, y va a competir con los
que podemos llamar los candidatos alternativos, que
básicamente son de dos candidaturas distintas: de un lado la
Unión Colorada y Batllista (UCB), con Alberto Iglesias, el ex
presidente del Banco de Seguros, y del otro lado los que se
denominan a sí mismos candidatos renovadores, como Ricardo
Lombardo, Ope Pasquet y Manuel Flores Silva, que son los que
hasta ahora se han lanzado más o menos oficialmente al ruedo.
EC - Con esa oferta llegará el PC al 27 de junio.
OAB - Y tenemos lo que no va a haber, que son varias cosas. La
primera es que sigue sin haber en Uruguay un presidente que
dispute por tercera vez la Presidencia de la República; no
ocurrió en 1919 porque José Batlle y Ordóñez no se postuló a
una tercera Presidencia porque previamente estuvo la reforma
constitucional que instauró el colegiado, y además para la
Presidencia de la República –que no era esta sino una cosa
mucho más chiquitita– también se había pactado expresamente en
la convención que Batlle no se postulara; Julio María
Sanguinetti también declina, y en la medida que fueron las
únicas dos personas que ocuparon la Presidencia dos veces, no
hay una tercera postulación.
Lo segundo que no va a haber es una confrontación presidencial
mano a mano entre Lacalle y Julio María Sanguinetti. No
llegaron nunca a confrontar: Lacalle confronta con Batlle
cuando Sanguinetti es presidente por primera vez y vuelve a
confrontar en la elección pasada con Sanguinetti otra vez
presidente; y cuando Sanguinetti está en el ruedo el
presidente es Lacalle. La única vez que podían haber
confrontado no lo van a hacer.
EC - De todos modos todavía está pendiente la definición de la
interna del PN. Tú dices que todavía corría la posibilidad de
que terminara siendo Lacalle el candidato presidencial del PN.
OAB - Hablaba de lo que ya no va a ocurrir. Si Lacalle pierde
el 27 de junio no se va a dar, pero podía haberse dado; en
cambio, aunque ganara, ahora ya no se va a dar.
Esta es la nueva realidad colorada, lo que tenemos de aquí en
adelante.
EC - Ahora tendríamos que ir atrás en el tiempo, porque este
es el escenario tal cual quedó y tú nos proponías ver “el
peculiar proceso que desembocó en esta candidatura común”.
¿Cómo empezó esto?
OAB - Primero, ¿de dónde se partió? El Foro partió con un dato
que era: hay un candidato natural, y los candidatos naturales
no necesitan escribano público para serlo. Cuando en diciembre
de 1999, apenas elegido Batlle, preguntábamos quiénes iban a
ser los candidatos, la gente mencionaba a Vázquez, a Lacalle y
a Sanguinetti, y seis meses después, más o menos en
julio-agosto, apareció Larrañaga. Estos fueron los que podemos
llamar candidatos naturales, que no necesitaron proclamación
para que la gente los viera en carrera, surgieron solos.
La duda que quedaba –hicimos un largo análisis el 6 de febrero
sobre esto– era qué haría Sanguinetti. Es verdad que él nunca
dijo que iba a ser candidato, pero en la medida en que era un
candidato natural lo importante era que no decía que no lo iba
a ser, era la señal para la gente. El tema era si iba él o si
ponía a otro, si le cedía el lugar a otro, lo que se dice
poner un vicario, el que sustituye a otro u ocupa el lugar de
otro; el vicario podía ser Luis Hierro López o Guillermo
Stirling.
Había dos cosas que estaban planeando sobre el escenario que
condicionaban mucho. Una era que se decía que si Sanguinetti
no era candidato era porque creía que el PC no podía ganar;
eso iba en contra de la declinación de Sanguinetti, que debía
presentarse. Por otro lado había muchas señales de que
Sanguinetti no estaba muy convencido de pelear una candidatura
por tercera vez ni de ejercer una tercera Presidencia; había
insinuado en muchos discursos y expresiones que no sentía lo
que había sentido las dos veces anteriores en cuanto al rol a
cumplir en una tercera Presidencia. De modo que había un
factor personal pesando en contra y un factor de ámbito
público que lo empujaba a ser candidato.
EC - Paralelamente no era indiferente, en esta decisión que
tenía que tomar el Foro, lo que al mismo tiempo estaba pasando
con la 15.
OAB - Exacto. Observemos la sucesión de hechos del propio Foro
y del propio Sanguinetti: en octubre o noviembre se dice que
el tema se deja para después del 7 de diciembre, es decir para
después del referéndum; después se dice que iba a ser después
de enero; por el camino quedó claro que era Sanguinetti o
Stirling, a fin de año quedó claro que Hierro López era un
camino que se cerraba; cuando está pasando febrero se dice que
va a ser en marzo, y esta semana, cuando estaban por ocurrir
todos estos acontecimientos, Sanguinetti está hablando de que
no hay que tener apuro y que por lo menos se va a esperar dos
semanas: “No esperen noticias antes de dos semanas”.
EC - Lo dijo la semana pasada.
OAB - Lo dijo la semana pasada, antes de que empezaran a
desencadenarse estos hechos.
La 15, primero, tiene el problema que tiene todo grupo del
presidente de la República: el presidente no puede ser
reelegido y siempre viene el: “¿Y? ¿Quién lo sucede?”, y
normalmente hay un desnivel muy grande entre el presidente de
la República y quienes lo suceden, hasta por razones de
trayectoria y de cargo.
Pero además no surgió un candidato natural inicialmente. Hay
quien dice que nadie tuvo condiciones para surgir, hay quien
dice que no lo dejaron surgir, hay quien dice que el propio
estilo Batlle impedía que surgiera algo –hay quien dice que
todo líder impide que surja alguien–, y hay quien dice que
hubo otro que no dejó surgir a más nadie y monopolizó todo el
poder dentro de la 15, refiriéndose a Alejandro Atchugarry. Lo
cierto es que Alejandro Atchugarry emerge hacia fines del año
pasado como el candidato natural, el tema parecía resuelto,
pero para sorpresa de todos no acepta y finalmente…
EC - Tú dices “para sorpresa de todos”, pero hay que reconocer
que Atchugarry muy temprano ya había dicho que no iba a ser
candidato; en este caso se cumplió.
OAB - Sí, pero es lo mismo que cuando Sanguinetti dice: “Yo
nunca dije que iba a ser candidato”.
EC - De acuerdo.
OAB - Nunca lo dijo en una forma tan absolutamente tajante que
dejara claro que no iba a ser candidato, como lo hizo en
enero; porque si sigue peleando espacios de poder, si sigue
confrontando con otros grupos y dice: “No voy a ser
candidato”, las señales son contradictorias y equívocas.
Por otro lado hay que tener en cuenta que Batlle desde el año
2000 venía planteando que el PC tenía que terminar con un
candidato de consenso entre la 15 y el Foro; incluso hay
muchas anécdotas de que a los ministros del Foro les decía: “A
2004 tenemos que llegar con un candidato de consenso Julio y
yo, y ese candidato tiene que ser del Foro y tiene que ser uno
de los ministros”. Se lo decía a Brezzo, se lo decía a
Stirling y se lo dijo alguna vez a Opertti. Es decir que esto
no fue repentino en Jorge Batlle, sino que hay muchos datos
del año 2000 de Jorge Batlle trabajando en esta dirección.
EC - Lo que de alguna manera indica que Batlle no quería a
Atchugarry; pero ese es otro tema.
OAB - Sí, es otro tema; nos oiríamos muy lejos. Lo que está
claro es que en las últimas semanas en los últimos intentos
que algunos dentro de la 15 estaban haciendo para convencer a
Atchugarry estuvo claro que desde la Presidencia de la
República no había señales favorables para que continuaran.
Lo otro que hay que recordar –ya estamos casi en el comienzo
de este proceso– es que hace más o menos un mes hubo una
reunión de importantes dirigentes de la 15 con el presidente
de la República en Suárez y luego una visita de dirigentes de
la 15 encabezada por José Luis Batlle –los protagonistas
fueron José Luis Batlle y Juan Adolfo Singer– al ex presidente
Sanguinetti en la que formalmente le plantean una candidatura
de consenso y claramente dejan traslucir tres cosas. La
primera cosa es que un candidato de consenso no puede ser
Sanguinetti –lo explicó Singer, con razón: no es un tema
vetos, es un tema de que no puede haber candidato de consenso
con uno de los líderes porque ello implicaría que un grupo se
plegara al otro; si el Foro sigue a Jorge Batlle se pliega a
la 15, si la 15 sigue a Sanguinetti se pliega al Foro–. La
segunda cosa es que el candidato a consenso puede ser
cualquiera del Foro; pero la tercera es que la 15 prefería a
Guillermo Stirling. Eso quedó muy claro entre esa reunión y
sus entornos y tuvo una clara, tajante respuesta de
Sanguinetti, pública, cuando salió diciendo que al PC lo
fortalecía la competencia, que el PC salía fuerte con una
fuerte elección interna con un candidato de cada lado.
EC - Ante el primer ofrecimiento de la 15 de búsqueda de un
candidato común la respuesta de Sanguinetti fue negativa.
OAB - La respuesta de Sanguinetti fue: no al candidato común,
vamos a la confrontación; y claramente, si bien no dijo que no
iba a ser candidato, tampoco dio señales absolutamente
inequívocas de que Stirling fuera a ser candidato únicamente
del Foro. Se seguía especulando con que era Sanguinetti o
Stirling, y yo diría que en los entornos había una convicción
cada vez mayor de la candidatura de Sanguinetti.
***
EC - Seguimos viendo este “peculiar proceso que desembocó en
el candidato común de la 15 y el Foro”.
OAB - Más que una cronología del proceso, vamos a ver las
fuerzas que operaron en el proceso que desembocó en la
candidatura común. En primer lugar, hay un papel muy activo,
muy dinámico, de Jorge Batlle que jugó como un político de
raza –dicho esto con todo respeto: aquello de que el zorro
pierde el pelo pero no las mañas– e hizo una finísima y
arriesgadísima jugada de ajedrez la semana pasada.
EC - En un momento en el que su sector político estaba
debilitado, mal en intención de voto, sin candidato, se las
ingenia para jugar de manera decisiva.
OAB - Sí, un sector que tenía la convicción de que a esta
altura tenía que jugar a la candidatura común como una razón
de sobrevivencia.
Aquí operan distintas fuerzas. La primera: Jorge Batlle puso
todo su peso, toda su fascinación, todo su poder de convicción
para terminar de incentivar a Guillermo Stirling, de
fortalecerlo íntimamente en la convicción de que debía ser el
candidato. Jorge Batlle juega muy fuerte en posicionar a
Stirling ante sí mismo como un candidato inexorable.
EC - ¿Tú hablas de reuniones mano a mano, ese tipo de cosas?
OAB - Sí, entre otras cosas; para empezar entre el presidente
de la República y el ministro del Interior hay siempre un
intercambio fluido, mucho más cuando el ministro del Interior
es un posible candidato.
(De paso y sin abrirnos, en Uruguay es un tema interesante lo
difícil, lo imposible que es llegar a la Presidencia de la
República por vía electoral desde la Vicepresidencia; los
vicepresidentes que han llegado lo han hecho por muerte del
presidente, ninguno ha llegado de otra manera. Y otro tema
interesante: la reiteración que se ha dado últimamente del
salto desde el Ministerio del Interior: Ramírez ministro del
Interior fue el candidato de Lacalle; Hierro López fue el
precandidato de Sanguinetti y ahora Stirling es el candidato
de todo el gobierno, tanto de la 15 como del Foro. Es un lindo
dato a tener en cuenta por alguien que elige cargo, que podrá
decir “No; cedo la Vicepresidencia, aspiro sólo y modestamente
al Ministerio del Interior”.)
Primero, entonces, cómo jugó Batlle, primero con la 15, en la
convicción de que para el sector era fundamental la
candidatura común, que era un problema de sobrevivencia, más
allá de que ellos también llegaron a la convicción –al revés
de lo que pensaba el Foro– de que no fortalecía al PC la
competencia, sino que lo fortalecía la candidatura única y
definida de largo tiempo, que ya posiciona a Vázquez y
Stirling como dos de los tres candidatos principales que van a
llegar al 31 de octubre, lo cual también es una ventaja, es
una contra y una ventaja. Segundo, cómo jugó Jorge Batlle en
fortalecer al candidato y trasmitirle toda la confianza y todo
el peso de su liderazgo, el apoyo de su sector y del gobierno.
La segunda fuerza que operó fue Guillermo Stirling, un hombre
que termina de convencerse de su potencialidad como candidato;
puede ser mayor o menor, pero tiene la convicción de su
candidatura, de que este es el momento y opera muy fuertemente
en ese sentido para definir: “Yo soy candidato,
independientemente de otras decisiones”. Este tema pesó desde
mediados de la semana pasada, Guillermo Stirling se había
posicionado en candidato y lo había comunicado.
EC - Lo proclamara el Foro o no.
OAB - Esas cosas quedan así cuando se terminan definiendo de
otra manera, pero el paso fue muy fuerte. También existe un
ala pro Stirling en el Foro que había venido pensando en la
conveniencia de esa candidatura desde hacía mucho tiempo, y
que en estos días siguió marcando la importancia de que el
candidato fuera Stirling y adhiriendo a la idea de la
candidatura de consenso.
Por otro lado está el tema –que operó en contra– de un muy
fuerte sector, yo diría mayoritario dentro de la dirigencia
del Foro, que estaba muy jugado a Sanguinetti y había hecho
algunas declaraciones públicas, como la departamental de
Canelones que lo proclamó en medio de estas conversaciones, y
los grupos que rodean a Washington Abdala que a lo largo del
mes de febrero llenaron de cartelería buena parte de
Montevideo con: “Se necesita a Sanguinetti”, señales muy
explícitas de en qué estaban pensando dirigentes o sectores
muy importantes del FB.
Otras dos fuerzas que operan en este proceso fueron: por un
lado, que quedara abierta la resolución de la Vicepresidencia,
y que Stirling quedara posicionado por encima o al margen del
Foro y la 15, porque si bien salía del Foro venía muy
posicionado desde la 15; y por otro que la 15 no la reclamara,
el hecho de que se abriera la Vicepresidencia ayudó muchísimo
a este proyecto.
Y finalmente, en última instancia, el que termina decidiendo
si acepta o no una candidatura es el propio candidato; lo
dijimos en el análisis del 6 de febrero: era una decisión muy
personal e intransferible que Sanguinetti tenía que tomar: si
estaba, si se sentía en condiciones para librar una nueva
batalla presidencial o si consideraba que debía dar un paso al
costado. Salir a librar la batalla implicaba heridas dentro
del Foro, porque podía significar una 15 siguiendo adelante
con Stirling, también un Stirling que podía seguir adelante,
lo que ya le daba un tono más amargo a la confrontación que
podía debilitar en parte al Foro, pero sin ninguna duda que
debilitaba al PC. Da la sensación de que Sanguinetti, al dar
un paso al costado, contribuye apostando al futuro.
En definitiva no se ceden liderazgos: no lo cede Batlle ni lo
cede Sanguinetti; Batlle no tiene un vicario que le pueda
disputar el liderazgo de la 15 –podía haber ocurrido con
Atchugarry–, Sanguinetti no tiene un vicario que luego
pretenda posicionarse por sí mismo, como de alguna manera
ocurrió con Ramírez y Lacalle, cuando Ramírez después de haber
sido nombrado por Lacalle se autoposiciona y lo confronta.
Ninguno de los dos tiene en riesgo el liderazgo y Stirling
pasa a ser un candidato presidencial común.
***
EC – No se cierra aquí el análisis, quedan algunos aspectos
por conversar. Por hoy ¿puedes trazar un balance inicial a
partir de todo esto que has estado considerando?
OAB - Vamos a hacer un punteo. Primer balance inicial: la 15
sale tonificada psicológicamente, con fuerza para salir a
pelear.
Segundo: el Foro tiene que terminar de restañar las fuertes
heridas de quienes hasta último momento jugaron por la
presentación de Sanguinetti y no están conformes con la
salida; unos no están conformes con que Sanguinetti no sea el
candidato, otros no están conformes porque no los convence
ideológicamente la confusión entre la 15 y el Foro, consideran
que el Foro tiene un perfil ideológico sobre el Estado, sobre
las políticas sociales, diferente del de una Lista 15 muy
fuerte partidaria del libre mercado, y esto puede diluir la
diferencia.
Tercero: la necesidad de cerrar heridas, la 15 ha hecho mucho
por tratar de amortiguar algunos impactos negativos hacia el
Foro –declaraciones de Singer en particular–, y Stirling sin
duda tiene un papel clave, sobre todo en que no se repita lo
ocurrido en 1989, cuando Batlle y la 15 salieron victoriosos
y, lejos de captar, expulsaron a los que no habían apoyado
entusiastamente la candidatura; Stirling hoy tiene que hacer
el esfuerzo de captar a los que más se opusieron a él y
entusiasmarlos detrás de su candidatura, ése es un juego
intransferible que debe hacer el candidato.
En cuanto al futuro, ¿cómo va a ser la campaña electoral? ¿Va
a ser una campaña donde el candidato presidencial, Guillermo
Stirling, va a formar su propio equipo de campaña, va a tener
su jefe de campaña y su propio equipo recaudador? ¿O la 15 y
el Foro van a poner todos los soportes y los apoyos? Va a
haber un juego muy interesante porque, obviamente, más allá de
Stirling, Batlle y Sanguinetti, hay gente interesada en que
Stirling se posicione solo, gente interesada en que lo rodee
la 15 y gente interesada en que lo rodee el Foro.
EC - ¿Qué otras preguntas quedan para el futuro?
OAB - Primero, ¿qué pasa ahora con un ministro, el de mejor
imagen de todos, pero un ministro de consenso, un ministro del
que hablan bien los frenteamplistas y los blancos, cuando deje
de ser el ministro de consenso –ya dejó de serlo, dentro de
unos días deja de ser ministro– y pase a ser el candidato en
controversia? Será un Stirling distinto del que hubo hasta
ahora, un Stirling que va a tener que ponerse casco porque va
a empezar a recibir golpes, cosa que no ocurrió en estos años.
Luego, ¿qué pasa con un candidato que emerge de esta manera?
El PN ya salió a golpear duramente diciendo que la diferencia
entre el PN y el PC es que al candidato blanco lo elige la
gente y al candidato colorado lo eligen las cúpulas. Además es
un candidato que no es un líder. En el PN si gana Lacalle es
un líder, un hombre que ya fue presidente de la República, y
si gana Larrañaga es un hombre que llegó a ser candidato
porque demostró que llegó el momento de cambiar el liderazgo;
los dos son procesos que revitalizan a un partido político. En
el PC los liderazgos se mantienen igual, hay un candidato, no
da una imagen de renovación (sí desde el punto de vista del
estilo: el estilo Stirling es muy distinto del estilo Batlle y
del estilo Sanguinetti, que a su vez son distintos entre sí
aunque corresponden a un tiempo político); Stirling es casi de
la misma generación que Sanguinetti, tiene 65 años, es mayor
que Lacalle y Vázquez y ni hablar en relación a Larrañaga, que
es el benjamín de la disputa presidencial.
Finalmente está el tema de la pos-elección, donde Stirling
emergerá como presidente de la República –posibilidad que hoy
aparece como la menos probable en función de lo que indican
las encuestas hacia el EP-FA–, y de lo contrario lo más
probable es que tengamos a Julio María Sanguinetti y a Jorge
Batlle con los pesos con que emerjan del resultado del PC –del
resultado de la lista al Senado encabezada por Sanguinetti y
del resultado de la lista al Senado en el caso de que fuera
encabezada por Jorge Batlle–. Esto parece, en cuanto a
liderazgo e historia futura del PC, más un paréntesis que una
definición. |