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Entes autónomos y organismos de contralor
Oscar A. Bottinelli.
EMILIANO COTELO:
Una vez más ha aparecido en el primer nivel de la
controversia política el tema de la integración de los entes
autónomos y de los llamados organismos de contralor. El
politólogo Oscar Bottinelli, director de Factum, se centra
hoy en este tema que comprende a los entes autónomos y los
servicios descentralizados, la Corte Electoral y el Tribunal
de Cuentas.
***
Oscar, los entes autónomos y su integración, vamos por ese
lado.
OSCAR A. BOTTINELLI:
Recordemos muy rápidamente, en noviembre-diciembre el
gobierno electo invita al Partido Nacional, al Partido
Colorado y al Partido Independiente a participar en los
entes autónomos o, mejor dicho, a participar en el gobierno,
lo que luego se concreta en ofertas muy claras al Partido
Nacional y al Partido Colorado
en entes autónomos y servicios descentralizados. Esto
fracasa primero con el Partido Colorado cuando el gobierno dice que para
el Codicen van cuatro para el oficialismo y deja un solo
cargo para la oposición, lo que dejaba afuera al Partido
Colorado, que
había marcado que era el único cargo que realmente le
interesaba y se retira de los diez cargos en entes autónomos
que se adjudicaban.
Sigue la negociación con el Partido Nacional, éste presenta
una lista completa con todos los nombres, y el oficialismo
dice: sí, pero en el Banco República el gobierno lleva cuatro y
el Partido Nacional pierde un cargo. Ahí se rompe la negociación, que
termina cuando el presidente de la República en abril desde
Zapicán le pone plazo al Partido Nacional hasta el 2 de mayo y el
Partido Nacional dice
“no nos ponen plazo”, da un portazo y queda en esto. La
oposición acusa al gobierno de no querer estar controlado y
el gobierno acusa a la oposición de haber recibido una
oferta que no tenía por qué haberle hecho, ya que por sí
solo podía integrar los entes, y haberse puesto en actitud
intransigente. Eso es lo que uno y otro dicen.
EC - Veamos los antecedentes del tema de los entes en la
historia política reciente.
OAB - Sí, sobre todo en lo conceptual, porque eso está
muchas veces en el imaginario de lo que se discute hoy.
A partir de la Constitución de 1952 quedó marcado el famoso
tres y dos para los entes autónomos. Antes de los cinco
miembros de los directorios –antes eran todos de cinco,
ahora hay algunos de tres– tres eran para la mayoría y dos
para la minoría, lo que quería decir tres colorados y dos
blancos y tres blancos y dos colorados, en aquella época se
leía así.
A partir de que el tres y dos se asoció a determinadas
prácticas clientelísticas por las que todo –desde empleos
públicos hasta teléfonos– se repartía en tres y dos, que
quería decir uno para cada director de cada cinco, en la
reforma de 1966 se eliminó esa forma de integración y quedó
ésta, que es una forma medio compleja porque requiere 18 de
los 21 votos del Senado, lo cual pretende que sea algo más
que el partido de gobierno, pero luego, pasados 60 días, la
mayoría absoluta por sí sola puede darle la venia al Poder
Ejecutivo para nombrar los entes autónomos, lo cual de hecho
le permite al oficialismo nombrar por sí solo si quiere.
Así lo hizo Oscar Gestido, que nombró sólo colorados, no le
dio participación al Partido Nacional e incluso nombró a título personal a
10 ciudadanos de origen blanco; el Partido Nacional consideró que lo hacía
a título personal y les retiró toda investidura
parlamentaria.
EC - Es muy interesante ese antecedente. ¿Y cómo se ha
operado más recientemente, desde el regreso a la democracia?
OAB - Desde el regreso a la democracia se operó de esta
manera. Acá viene el tema de si los gobiernos estuvieron o
no controlados. En el período 1985-1990 participaron todos
los partidos; al principio no se sabía mucho cuál era el
gobierno porque hubo una concertación entre la totalidad de
los partidos, más allá de que el gabinete estuvo integrado
por el Partido Colorado con figuras blancas no políticas, como Enrique
Iglesias, como el ministro de Salud Pública Ugarte. ¿Está la
oposición o no? Estaba todo el sistema político.
A partir de Lacalle el oficialismo puro tiene tres cargos y
el Partido Colorado dos, con el Frente Amplio y el PGP afuera. Ahí
estaba el gobierno y no estaba la oposición propiamente
dicha en la medida que el Partido Colorado integraba el gobierno, en lo
que se llamó la Coincidencia Nacional, con ministros.
Después se fue el Foro; al principio no se fue del todo a la
oposición, se fue a una actitud independiente de estar fuera
del gobierno pero dar apoyo legislativo en muchos momentos
–algo parecido a lo que hizo el Partido Nacional desde fines de 2002 hasta
terminar el período de Batlle–. Al principio había blancos y
colorados pero no estaba el resto, se puede decir que no
había oposición. Entonces cuando se dice que la actual sería
la primera vez que la oposición queda afuera -primero está
el antecedente de Gestido- pero no, en el gobierno de
Lacalle no hubo oposición en los entes autónomos.
Lo mismo pasó en el segundo gobierno de Sanguinetti: había
tres colorados y dos blancos o dos colorados y un blanco
–cuando eran tres miembros– en todos los entes autónomos y
los servicios descentralizados y afines –porque también
están las comisiones binacionales y algunas otras–, y la
oposición, que era el Frente Amplio, no estaba, en una elección que
había sido a tres tercios. Ahí había una coalición de
gobierno pactada. Es decir que el gobierno tenía todos los
cargos, aunque era un gobierno bipartidario.
En el período de Batlle se repite lo mismo, con una
diferencia: la oposición era la primera fuerza del país.
Entonces la primera fuerza del país no estuvo en los entes
autónomos, la oposición no estuvo en los entes autónomos
para controlar.
Cito estos antecedentes porque hay una confusión, al ver que
había colorados y blancos, es decir había dos partidos, se
decía que había contralor, pero no hay contralor si está
todo dentro del paquete de gobierno. Técnicamente la
coalición se llevó todos los cargos, y desde ese punto de
vista la integración actual, si queda –como parece que va a
quedar– sólo con los representantes del Encuentro Progresiste -
Frente Amplio, tampoco va a
tener representación de la oposición, la última vez que la
hubo fue en 1985-1990. El gobierno tiene todos los cargos.
Lo que sí se diferencia es que este gobierno, a diferencia
de los otros, no es un gobierno pluripartidario sino
monopartidario, eso puede tener el matiz de que es más fácil
que haya control dentro del gobierno –no desde la oposición
sino dentro del gobierno– entre partidos distintos, donde el
presidente de la República comparte el gobierno con otros
líderes y otras fuerzas políticas, que en un gobierno
monopartidario que tiene un único líder que es el presidente
de la República. Hay que establecer el matiz, ésa sería la
diferencia, no que la oposición no esté en los entes
autónomos.
EC - Son puntualizaciones importantes, valía la pena
tenerlas en cuenta.
OAB - En lo que sí tiene razón la oposición es en la
integración en cuanto a cantidad. La Constitución establece
que los entes autónomos deben tener uno, tres o cinco
miembros; un director general o tres o cinco miembros. En
este momento Antel y el Banco Central tienen dos miembros,
es absolutamente inconstitucional; el Banco República tiene cuatro, es
inconstitucional; y UTE tiene tres, cuando la Constitución
prevé tres pero la ley dice que UTE tendrá cinco directores.
Desde marzo los entes autónomos y los servicios
descentralizados están integrados de manera inconstitucional
o ilegal, según cual sea el caso, y esto podría dar lugar a
la impugnación de alguna decisión por vicio de
inconstitucionalidad o de ilegalidad en su integración. Una
cosa es que estén integrados por un solo partido y otra que
el partido la integre sin respetar lo que marcan la ley o la
Constitución.
***
EC - Hablemos ahora de los organismos de contralor.
OAB - Vamos a hacer un punteo.
Primero, el término está mal usado, la Corte Electoral no es un organismo
de contralor. En Uruguay el Poder Judicial en sentido
conceptual tiene tres poderes: el Poder Judicial propiamente
dicho, el Tribunal de lo Contencioso Administrativo y la
justicia electoral. La Corte Electoral es la justicia electoral, no es un
organismo de contralor. El organismo de contralor es sólo el
Tribunal de Cuentas.
La Corte Electoral tiene cinco miembros, que son denominados neutrales
elegidos por dos tercios de la Asamblea General, y el
Tribunal de Cuentas
tiene siete miembros en total. No está establecido que esto
tenga que ver con resultados electorales ni que
necesariamente tenga que cambiar con cada cambio de
gobierno. Ha sido lo obvio en Uruguay sostener que con cada
cambio de gobierno hay que cambiar la Corte y el Tribunal,
pero esto no está en ninguna norma jurídica, éste es un dato
interesante.
El otro dato interesante es que ha habido integraciones de
la Corte Electoral con una duración de más de 10 años y del
Tribunal de Cuentas que han
llegado a casi 15 años.
EC - Existen esos antecedentes.
OAB - El Tribunal de Cuentas que se nombró en 1954 fue renovado en 1971. Es
decir que antecedentes de integraciones de la Corte
Electoral y el Tribunal de Cuentas que
no se han renovado ha habido muchos en el país.
La Corte Electoral tiene la particularidad de que tiene cuatro miembros
más –tiene un total de nueve– y esos sí tienen que ser
elegidos por el Parlamento en representación proporcional.
EC - Por un lado hay cinco miembros neutrales, cuya
designación requiere dos tercios de la Asamblea General, y
después están los miembros partidarios…
OAB - Representantes de partidos, les llama la Constitución.
EC - ¿Qué mayorías demandan ésos?
OAB - Ésos son elegidos por la Asamblea General por un
mecanismo de elección donde se adjudican por representación
proporcional. Una representación proporcional muy complicada
porque votan todos los legisladores, cada uno vota su
respectivo lema y empata el último cargo, quedan dos del
Frente Amplio
y uno del Partido Nacional y exactamente empatado el tercer cociente del
Frente con el segundo del Partido Nacional.
Esto daría para todo otro análisis, porque hay que ver los
antecedentes, hay que ver lo del tema neutral. Lo que
podemos decir es que hasta la interrupción institucional era
muy claro que para los neutrales se buscaban figuras que si
bien eran tres de origen colorado y dos de origen blanco, o
a la inversa, eran figuras sin participación política, y los
cuatro partidarios eran personas realmente con
representación partidaria. Pero después de la restauración
institucional se hizo una bolsa donde se mezclaban los
miembros y no había demasiada distinción entre ser neutral y
ser partidario, incluso se hacía una bolsa con los nueve de
la Corte y los siete del Tribunal y se hacía una regla de
tres con los dieciséis miembros. Esto entreveró mucho la
cosa. Al punto que en un momento un miembro que era
representante partidario cuando se renueva la Corte pasa a
ser designado como neutral; en la propuesta del Frente ahora
se llegaría a que un nombre que está actuando como
representante partidario fuera presidente neutral de la
Corte, lo cual implica que se ha cambiado bastante el
criterio.
Esto da para un análisis más fuerte, pero importaba marcar:
no estamos en una situación excepcional, puede gustarles a
unos y a otros no, pero Uruguay ya la ha vivido y en varias
oportunidades; y tampoco hay una norma que esté obligando a
los cambios de integración de la Corte y el Tribunal porque
no tienen un plazo fijado de cinco años.
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