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Dos
visiones enfrentadas: jacobinismo y liberalismo
Oscar A. Bottinelli.
Versión no corregida por
el expositor
EMILIANO COTELO:
En estos días estalló una polémica dura a propósito del
secreto profesional entre el director general de Rentas, el
contador Eduardo Zaidensztat, y el Colegio de Abogados del
Uruguay. Es el tema que nos propone hoy el politólogo Oscar
A. Bottinelli, director de Factum, el título: “Dos visiones
enfrentadas: jacobinismo y liberalismo”.
***
Oscar, vamos a recordar por dónde empieza esto, cuál fue la
iniciativa del Poder Ejecutivo que dio pie a este debate.
OSCAR A. BOTTINELLI:
El origen es un proyecto de artículo en el presupuesto que
dice: “Todas las personas físicas o jurídicas, las entidades
de derecho privado sin personería jurídica, las personas
públicas no estatales, las empresas públicas, los gobiernos
departamentales, la Administración Central, el Poder
Legislativo, el Poder Judicial y demás organismos públicos
están obligados a aportar, sin contraprestación alguna, los
datos que no se encuentren amparados por el secreto bancario
o estadístico y que les sean requeridos por la Dirección
General Impositiva para el control de los tributos, en la
forma, condiciones y plazo que se establezcan”.
EC – Un artículo que está incluido en el proyecto de ley de
presupuesto.
OAB – Sí, a esta altura está cayendo del presupuesto.
EC – No terminó votándose cuando se sancionó el proyecto en
la Cámara de Representantes.
OAB – Exacto, esta norma está excluida de la media sanción
de la Cámara de Diputados.
EC – De todos modos, pese a que fue excluida por la bancada
oficialista a raíz de las reacciones contrarias que había
precipitado, la discusión ocurrió después.
OAB – Aparentemente la Dirección General Impositiva (DGI)
reaccionó cuando vio este artículo eliminado. El objetivo
perseguido por la DGI es bastante claro y tiene que ver con
la impronta personal de su director. El contador Zaidensztat
está en este momento en una línea de cruzado en defensa de
la recaudación fiscal y en contra de la defraudación y la
evasión fiscal, en una línea muy fuerte en dos sentidos,
comunicacionalmente muy fuerte y con acciones muy fuertes.
EC – Es un funcionario con una presencia importante en los
medios, por ejemplo.
OAB – Muy importante, y además uno lo ve muy imbuido del
rol. Hay varios funcionarios en este gobierno imbuidos del
rol “ahora yo soy el que emprende una cruzada para hacer lo
que antes no se hizo”. Pero Zaidensztat empezó en el
gobierno anterior, es un político colorado que ocupó la DGI
a título de cargo de confianza, y luego continuó en este
gobierno a título de técnico. Creo que también las razones
político-personales están operando, es un hombre que no ha
sido bien recibido por la totalidad de la fuerza de
gobierno, es notoriamente un hombre de confianza de
Alejandro Atchugarry, que fue un hombre que tuvo a Astori
como un elemento de consulta durante su ministerio y a quien
hoy Astori consulta mucho. Todos estos hechos generan en
parte de la izquierda desconfianza hacia Zaidensztat, lo que
lo fuerza a redoblar ese papel de hombre que obtiene
resultados y que combate implacablemente la evasión y la
defraudación.
EC – Volvamos al artículo cuestionado. ¿Cuáles eran los
efectos? ¿Qué era lo que se buscaba?
OAB – Buscaba establecer algo así como: aquí no hay secreto
para nada, salvo el secreto bancario y el estadístico.
Aclaremos que el secreto estadístico queda referido
estrictamente a la recopilación estadística del gobierno
nacional, no a la recopilación privada, lo cual crea un
problema en la recolección de información con fines
estadísticos privados. Además, como está redactada la norma,
un contador o un abogado puede ser obligado a aportar
elementos contra su propio cliente, lo que no ocurre en
materia penal, donde el abogado dice: “dígame cómo son las
cosas y yo voy a ver cómo lo defiendo”. Lo mismo puede pasar
en cualquier tipo de juicio, el abogado puede ser obligado a
decir “mi cliente me dijo que en tal caso había defraudado o
había evadido”. Como está redactado, incluso un sacerdote
puede ser obligado a revelar los datos que hubiere recibido
bajo secreto de confesión.
EC – Supongo que también los periodistas quedan abarcados.
OAB – Exacto, un periodista o un medio de comunicación
pueden ser obligados a revelar las fuentes. Desde este punto
de vista era una disposición en la cual el fin estaba por
encima de todo otro conjunto de derechos que equilibra el
funcionamiento de una sociedad liberal.
El contexto constitucional es importante, porque este
artículo parecía pretender ser una ley de interés general
que estableciera la violabilidad de los papeles de los
particulares. El artículo 28 de la Constitución establece la
inviolabilidad de los papeles de los particulares, de su
correspondencia epistolar, telegráfica o de cualquier otra
especie. Para la DGI no existe el artículo 28 de la
Constitución. La ley general establece que en una
circunstancia específica o en un caso estrictamente
determinado y en forma excepcional ese derecho a la
inviolabilidad de papeles, de correspondencia, etcétera,
puede quedar transitoriamente suspendido o aminorado, pero
en la norma de la DGI quedaba por siempre, hablaba de toda
persona física o jurídica, no había límite a los hogares de
los individuos, a la relación, el padre tenía que entregar
los papeles del hijo, atestiguar contra el hijo.
Los derechos agredidos son derechos fundamentales con
relación a los derechos tutelados por la norma, que son los
que permiten obtener una buena recaudación fiscal y combatir
la evasión y la defraudación. Las armas para combatir se
priorizan sobre los derechos, es lo que en general se
considera una concepción jacobina que se ve cuando en
general hay alarma contra toda cosa y se dice “en aras de la
defensa contra el terrorismo todos los demás derechos
desaparecen”, “en aras de la lucha contra la subversión
todos los demás derechos desaparecen”, “en aras de la
defensa de la revolución todos los demás derechos
desaparecen”, y aquí “en aras de la recaudación fiscal los
demás derechos desaparecen”, sobre todo este tipo de
derechos que son imprescindibles. Si el abogado no tiene la
posibilidad de recibir bajo secreto y de guardar ese secreto
no puede ejercer una defensa adecuada, el derecho a defensa
se debilita. Si un periodista no puede preservar la fuente
su libertad de comunicación está afectada, si un encuestador
no puede guardar el secreto de a quién encuestó puede estar
impedido de realizar la encuesta. Son muchos los derechos
tutelados.
EC – A partir de ese contexto, de esa introducción, ¿cómo
viste el debate en sí mismo, la postura del Colegio de
Abogados y la respuesta de Zaidensztat?
OAB – El Colegio de Abogados salió en forma dura a la
defensa de ese tipo de principio que hace a la esencia misma
de la profesión. Zaidensztat cuestiona sobre una base real,
porque es real que basándose en esto hay protección, hay
abogados corruptos y contadores corruptos, no hay duda, que
se especializan en decir cuáles son todas las trampas
posibles para evadir la ley. Corruptos o no corruptos,
porque poner todos los conocimientos a favor de que alguien
sin cometer ningún delito ni irregularidad trate de eludir
determinados pagos es una conducta considerada normal en el
mundo, con ese criterio también se consideraría corrupto al
abogado que busca que su defendido no sea penado en un
juicio penal.
EC – Pero también es cierto y está claro que hay
profesionales que asesoran cómo evadir. Eso es lo que estaba
de telón de fondo.
OAB – Exacto, cómo perfeccionar la evasión. Esto está en el
mundo entero, es muy difícil evitar que un profesional diga
cómo evadir porque está en la base de la norma. Pongo un
ejemplo: después del crack de la bolsa de Nueva York, que es
el símbolo de la gran crisis económica mundial de los años
treinta, había un gran problema con el funcionamiento de la
bolsa, ¿y qué hace Franklin Roosevelt? Nombra a Joseph
Kennedy, padre del que fue presidente, del senador y de los
otros, que había sido un gran manipulador de la bolsa,
conocido como un individuo que había hecho todas las
operaciones habidas y por haber, y lo puso al frente de la
comisión para crearle nuevas reglas a la bolsa con el
criterio de que el que ha sabido manipular sabe cómo tapar
los agujeros para que la gente no especule o especule lo
menos posible. Lo que se hace no es tratar de reprimir
abusivamente sino tratar de tapar todo tipo de agujeros que
permitan la evasión o la defraudación. En este sentido este
gobierno ha avanzado muchísimo con la reforma de la DGI, con
los cruces de datos, porque muchas veces la evasión se
producía porque la Aduana no conocía los datos de la DGI, la
DGI no conocía los del BPS ni los de la intendencia, los
datos los tenía el Estado. Con esto se ha avanzado
muchísimo.
El tema es que Zaidensztat ha avanzado en su ataque al
Colegio de Abogados, creo que no ha percibido la visión
jurídico-política que está expresando en ese ataque. De
alguna manera ha sostenido que la defensa de los secretos
profesionales no debe estar por encima del derecho del
Estado a cobrar los impuestos. Esto ha sido lo complicado de
la discusión, que el director de la DGI no percibió el paso
que estaba dando como concepción de funcionamiento de un
Estado de derecho. ¿Que hay abogados corruptos? Perfecto.
¿Que hay contadores corruptos? Perfecto. Y hay periodistas
corruptos, encuestadores corruptos, sacerdotes corruptos,
todo lo que quieras. El tema es que hay mecanismos, y si no
los hay en general el derecho liberal hace que se creen o se
perfeccionen, para combatir esa corrupción. Si alguien puede
asesorar cómo evadir es porque existen agujeros en la
normativa que permiten hacerlo, la función es evitar que
esos agujeros existan.
***
EC - ¿Alguna conclusión sobre este tema?
OAB – La conclusión final es el cuidado que hay que tener en
la sociedad y en el gobierno, por supuesto, o por parte de
actores principales, de que el tratamiento de un tema
puntual no se unilateralice de tal manera que deje de verse
el conjunto de reglas y de principios sobre los cuales se
asienta una sociedad. De alguna manera de esa forma estuvo
planteado este debate.
Lo otro es que en la medida que el director de la DGI ocupa
un cargo, prácticamente deja al ministro de Economía en el
borde de tener que respaldarlo, lo cual afectaría mucho el
prestigio del contador Astori en cuanto a sus valores sobre
los equilibrios en una sociedad o dejar como que fue un
error del director de la DGI que el ministerio o el Poder
Ejecutivo no comparten.
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