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El sacudón de la reforma tributaria
Oscar A. Bottinelli.
Versión no corregida por
el expositor
EMILIANO COTELO:
El pasado lunes el ministro de Economía, Danilo Astori,
presentó los lineamientos generales de uno de los pilares
del programa de gobierno del Frente Amplio, la reforma
tributaria y, en particular, el Impuesto a la Renta a las
Personas Físicas, que es, quizás, el capítulo “vedette” de
esta iniciativa. A lo largo de la semana aquí En Perspectiva
hemos tenido la palabra del propio ministro, opiniones de
dirigentes políticos y de técnicos y debate en la Tertulia.
Ahora el politólogo Oscar Bottinelli, director de Factum,
analiza el tema desde el ángulo político. El título que nos
propone: “El sacudón de la reforma tributaria”.
***
Oscar, este es un cambio con respecto al cronograma
anunciado.
OSCAR A. BOTTINELLI:
Como siempre que uno anuncia con anticipación lo que va a
decir, lo tiene que postergar. Habíamos hablado del triunfo
del Frente Amplio y habíamos anunciado el triunfo del
frenteamplismo, que queda para la próxima, esperemos.
EC – Empecemos con el tema que yo anunciaba.
OAB – El Frente Amplio viene anunciando desde hace mucho
tiempo –fue un eje central en la campaña de 1999– el
concepto de necesidad de introducir o reintroducir el
Impuesto a la Renta, en general fue manejado así. El
discurso programático en esta elección, la de 2004, fue muy
vago, en contraposición a lo que ocurrió en 1999, que fue
muy preciso, precisión que le resultó –por lo menos según
algunos indicadores– muy negativa desde el punto de vista de
la captación de votos en el último tramo, que fue el
balotaje.
EC – Por lo menos fue clarísimo que el doctor Jorge Batlle,
que terminó triunfando, hizo del tema impuesto a la renta su
caballito de batalla en contra de Vázquez.
OAB – Exacto, y se notó que a algunos indecisos ese tema los
volcó en contra de Vázquez. En 2004 el tema fue jugado con
un criterio muy abstracto, sin precisiones, que fue en lo
que se había enredado en la elección anterior. Desde el
punto de vista programático el Frente se manejó mucho como
si se introdujera el Impuesto a la Renta, como si en Uruguay
no existiera ese impuesto, cuando existía impuesto a la
renta en el agro y en industria y comercio, pero la
percepción era que ahora iba a pagarse sobre la renta.
El otro tema que detectamos durante la campaña electoral fue
que por renta se entendían distintas cosas, se armó una
discusión técnica distinguiendo rentas de ingresos. En
principio la palabra renta tiene que ver con los ingresos de
la persona, ingresos totales e ingresos con alguna
deducción, pero con todos los ingresos, en general
independientemente de la fuente, que puede ser el trabajo,
puede ser el capital, puede ser combinación de las dos
cosas. Sin embargo hemos visto que desde el punto de vista
popular cuando se habla de impuesto a la renta en general
hay dos conceptos, uno que deriva de esa cosa tan común,
“fulano vive de rentas”, que no quiere decir que fulano
trabaja mucho sino que tiene algún capital en algún lado
–propiedades, dinero en algún lado, lo que podemos llamar
colocaciones, depósitos bancarios, acciones, algún pozo de
petróleo aparece en las historietas– que le produce la renta
de la que vive, y otro concepto que refiere a cuando se gana
mucho y la renta es todo aquello que al individuo le sobra
después de haber cubierto todas las necesidades básicas y no
básicas. En general en el imaginario popular introducir el
Impuesto a la Renta está muy asociado a cobrarles a aquellos
que no trabajan y que viven de un capital o a los que ganan
demasiado.
EC – Yendo al análisis desde el punto de vista político,
¿cuáles son los ejes de esa reforma, de estas bases de
reforma?
OAB – No olvidemos que el punto de vista político tiene
mucho que ver con cómo lo recibe la opinión pública y qué
concepto tiene de renta cuando va a procesar los anuncios.
Un problema que hay es que todavía estamos en anuncios muy
parciales, hubo mucho desequilibrio en el detallismo, en la
precisión de los anuncios.
EC – Algunos temas aparecen muy especificados y otros en
términos bastante vagos.
OAB – El Impuesto a la Renta a las Personas Físicas aparece
muy detallado, con dudas pero muy detallado, mientras que
hay toda otra área de impuestos, ya sea el impuesto al valor
agregado, como el impuesto a la renta empresarial, que deja
muchas dudas. Lo fundamental es que el gobierno trabaja
desde su ángulo con el concepto de equidad y progresividad.
Ahí apareció otra palabra, se dice que esto no es
“progresivo” sino “progresional”, pero idiomáticamente no
existe el concepto “progresional”. La diferencia sería que
si hablamos de progresividad cada tramo lleva todo el sueldo
a un porcentaje determinado –que es la forma como se aplica
y se ha aplicado el Impuesto a las Retribuciones Personales,
sobre todo cuando tenía muchos escalones–, y si hablamos de
progresionalidad cada tramo del sueldo tiene un porcentaje
determinado o una exoneración y el porcentaje final es
producto de la cantidad de tramos que están comprendidos
dentro de un sueldo. Pero técnica e idiomáticamente es un
concepto de progresividad.
Lo segundo es que, a diferencia de lo que ocurre en el
sistema imperante hasta ahora, en el que no existe un
impuesto al capital puro, es decir, a lo que la gente
normalmente llama “vivir de rentas”, ahora se impone en un
sistema especial el impuesto a la renta que deriva del
capital puro, ya sea tener dinero en el banco que produce
intereses, ya sea la ganancia de renta que producen los
inmuebles, vale decir los arrendamientos, se reintroduce el
impuesto a la renta de la persona física, sobre todo de la
que no deriva de realizar una actividad empresarial con
combinación de capital y trabajo. Hasta ahora tenemos el IRP,
que es un impuesto al ingreso producto del trabajo, pero si
el individuo lo recibe por cuenta propia, como empresa
unipersonal, como profesional, y no hay combinación de
capital y trabajo sino sólo trabajo, está exento de
impuestos, y aquí hay un cambio, ya que el servicio personal
pasa a tener impuesto, igual que el trabajo con relación de
dependencia.
El otro eje de la reforma es que –a la vez que a la renta
del trabajo se le pone impuestos altos y progresivos y que
los que estaban exentos dejan de estarlo– la renta de la
empresa propiamente dicha, que combina capital y trabajo,
tiene una baja en los impuestos.
Estos son los ejes principales de esta reforma.
EC – Tratando de hacer resúmenes, ¿cómo has notado que se
agrupan las principales dudas? Nosotros tenemos nuestra
propia experiencia aquí a partir de las consultas de los
oyentes. ¿Qué es lo que tú has recogido?
OAB – No vamos a hacer un catálogo de dudas –es
impresionante la cantidad de dudas que hay, ustedes han
recogido y puesto al aire muchísimas–, sino que las vamos a
clasificar.
Hay dudas que han salido poco en los medios de comunicación,
de las cuales nosotros hemos recibido muchas, por ejemplo
dudas sobre qué pasa con la tributación de las pequeñas y
medianas empresas con respecto a las cuales se dijo en forma
abstracta o genérica que van a tener un régimen de impuesto
a la renta diferente en el cálculo o en la aplicación. No se
sabe si va a ser el sistema actual con un cambio en la tasa,
como para todas las empresas, o si va a haber un cambio
mayor, además del cambio conocido, que es que el llamado
Impuesto a las Pequeñas Empresas desaparece y se sustituye
por el Impuesto a la Renta.
Segundo, qué pasa con la actividad unipersonal, ya sea los
profesionales como empresas, ya sea los servicios
personales, cuándo pueden tributar como empresas, cuándo
pueden tributar como personas físicas, y si es absolutamente
voluntario, si es de ida y vuelta, si se puede optar por uno
y después por otro, si la opción es única y definitiva, en
fin.
Tercero, el eje de duda importantísimo, que yo diría que
estuvo 24 horas en silencio hasta que apareció la pregunta
de Javier de Haedo en la Tertulia.
EC – En la Tertulia del martes, cuando estaba el ministro
Astori.
OAB – Hasta ahora se venía manejando que la reforma de la
salud se iba a financiar con el Impuesto a la Renta, lo que
determinaba que la gente iba a pagar la salud de acuerdo a
lo que ganara. Y viene lo que pareció una sorpresa en
función de lo que se esperaba: que la tributación sobre la
salud no está contemplada en este Impuesto a la Renta y que
lo que habría –usando palabras de Javier de Haedo– sería un
Impuesto a la Renta a las Personas Físicas 2, es decir,
tenemos que esperar un segundo Impuesto a la Renta a las
Personas Físicas que tenga que ver con la salud. Este tema
da para hablar mucho, tenemos versiones de que en el área
del Ministerio de Salud Pública se está pensando más que
nada en una extensión y ampliación del sistema de
tributación de DISSE y, sobre todo, en una cosa diferente de
este impuesto –que está muy personalizado, que tiene que ver
con lo que gana cada persona– que tiene que ver con ingresos
y beneficios globales para el núcleo familiar.
EC - ¿Algo más sobre los capítulos de dudas?
OAB – El tema del aporte patronal. Se está viendo que
Uruguay tenía dos conceptos, uno que es el aporte patronal a
la seguridad social, el aporte de las empresas directamente
sobre el empleo, que fue lo tradicional, cada trabajador
según lo que gana tiene un descuento de su salario nominal y
la empresa aporta un plus por encima de eso. Luego, con el
Cofis, se estableció otro sistema, que existe en el mundo,
que consiste en una recaudación indirecta para la seguridad
social para no recargar el costo del empleo, el costo del
puesto de trabajo. En este caso era un impuesto al consumo
vía determinado tipo de consumo, vía Cofis. Acá se
eliminaría esto, se pasaría a lo primero, entonces surge
como duda por qué este tema, que no es meramente un toqueteo
impositivo, no merece una discusión sobre cómo se piensa
financiar la seguridad social, porque así como está
pendiente la reforma tributaria, también está la reforma de
la seguridad social que el Frente Amplio y la izquierda
habían planteado como uno de sus objetivos, aunque no había
quedado muy claro con cuánto de mantenimiento y cuánto de
cambio en el sistema de las AFAP.
***
EC – Como el tiempo se nos fue, te propongo hacer un punteo
de las objeciones, de las críticas que ha recibido el
proyecto desde la oposición.
OAB – Como ejes de oposición vemos lo siguiente.
Primero, si el impuesto a los depósitos y los controles
sobre la renta personal pueden llegar a afectar la
bancarización, es decir, cuánto la gente se mueve en torno a
los bancos y depende de ellos. En particular no se debate
pero aparece como un tema lateral que se afecta el secreto
bancario sobre la base de que la DGI puede premiar o
penalizar el levantamiento o el mantenimiento voluntario del
mismo.
Segundo tema, si el impuesto debe ser a los ingresos como
vienen, lo que se llama renta bruta, o debe haber
deducciones, es decir, yendo más hacia una renta neta.
También hay discusiones muy grandes acerca de a qué se le
llama renta neta, si se deduce todo lo que gasta una persona
o sólo determinado tipo de gastos, como pasa en otros
países.
Tercero, si el impuesto debe aplicarse persona por persona,
a la pareja o a todo el grupo familiar. Javier de Haedo
presentó un estudio que mostraba que tres parejas que ganan
exactamente lo mismo, según lo que gane uno y otro
integrante pagarían tres volúmenes de impuesto diferentes.
Cuarto, paga el mismo impuesto una persona soltera que una
que tenga cinco personas a cargo. Ese es otro eje de
discusión o de oposición.
Un quinto eje tiene que ver con que la oposición considera
que esto afecta fundamentalmente a la clase media y media
acomodada; la más baja no queda afectada por los impuestos y
con relación a la más alta hemos visto que a las grandes
inversiones, sobre todo las extranjeras, se las declara
zonas franca o proyectos de interés nacional, es decir que
tienen exenciones impositivas totales o muy amplias, y
además tienen acceso a una gran movilidad de capital, pueden
moverse en el mundo de una manera a la que no puede acceder
el individuo de los niveles medios.
Otra crítica se refiere al impacto real que pueda tener la
reducción del IVA del 23 al 21 por ciento, si esa reducción
va o no a trasladarse a los precios. En general muchos
piensan que los precios finales se van a mantener iguales.
Y por último, si puede estar en peligro la recaudación,
porque es claro lo que se deja de percibir por recaudación
del IVA y supresión de otros impuestos, pero no es tan claro
cuánto se incorpora como recaudación.
EC - ¿Alguna conclusión?
OAB – Las señales que tenemos que ver en el horizonte son
básicamente tres. La primera es qué aceptación va a tener
esto por la opinión pública en general, la totalidad de la
sociedad, de la ciudadanía o del electorado. Segundo, qué
impacto y aceptación va a haber por parte del sistema, en el
sentido de quienes van a ser afectados directamente por la
reforma tributaria, sobre todo en la parte renta; en la
parte IVA queda afectada la sociedad, pero los efectos no
parecen tan significativos desde el punto de vista del
impacto político. Y tercero, es muy interesante ver si esto
impacta y de qué manera, si positiva o negativamente, en la
opinión de los niveles medio y medio-altos por un lado, y en
particular sobre los votantes del Frente Amplio de esos
niveles, ya que la gran mayoría votó al Frente Amplio.
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