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Frente Amplio, los ámbitos de decisión y su
representatividad
Oscar A. Bottinelli.
Versión no corregida por
el expositor
EMILIANO COTELO:
Nos ubicamos en el episodio político más fuerte que tuvo
esta semana. El voto “imperativo” de la mayoría del
oficialismo al Tratado de Inversiones con Estados Unidos fue
resuelto por la bancada de senadores. Los opositores al
tratado dentro del Frente intentaron derivar el tema a la
Mesa Política o al Plenario Nacional del Frente Amplio.
Inclusive, llegaron a manejar la posibilidad de realizar un
Congreso extraordinario para definir este tema.
A propósito de estos desencuentros, el politólogo Oscar A.
Bottinelli, director de Factum, nos propone hoy como tema:
“Frente Amplio, los ámbitos de decisión y su
representatividad”.
***
Oscar, hay varios temas en discusión en este paquete.
OSCAR A. BOTTINELLI:
Sí, hay varios, algunos ya los hemos tratado en estos
espacios y a otros, como este, ya lo mencionamos en un
análisis de mayo y en otro de setiembre.
Los temas en discusión pueden ser, para que quede claro a
qué nos vamos a referir, el ideológico, el tema de cultura
de gobierno versus cultura de oposición, disputas por
espacios de opinión, disputas por espacios de poder. Pero
está este otro: el de los ámbitos de decisión.
¿A qué nos referimos? Acá hay un tema: ¿dónde se procesan y
se toman las decisiones políticas en lo que podemos llamar
“el oficialismo”. Muchas decisiones, entre otras cómo y
cuándo firmar este tratado, las toma el gobierno que puede
ser el presidente con un ministro o con todos los ministros.
Puede ser el presidente del Frente Amplio con los líderes
políticos y de ahí se traslada la consulta al presidente de
la República. Pero a todo esto le seguimos llamando el
gobierno. Puede ser la bancada o las bancadas
parlamentarias. Puede ser la Agrupación de Gobierno con
todos los legisladores, puede ser la bancada de Diputados o
la bancada de Senadores sola como ocurrió en este caso. O
puede ser la estructura frenteamplista que, en general, no
ha participado en muchas decisiones a lo largo del gobierno.
EC - ¿Y el “mandato imperativo”?
OAB – El “mandato imperativo” tiene este problema que es un
tema que está generando mucha discusión. Una cosa es decir
“el Frente Amplio va a estar a favor o en contra de un
tratado” y otra es la conflictividad que genera lo que
podemos llamar “el mandato imperativo a mitad de camino”.
¿Qué quiere decir? Que el gobierno impulsa un camino, lo
decide, y una vez que se compromete en un camino determinado
dice: “ah, esto lo tienen que votar”. Entonces, el mandato
imperativo no surge de la discusión previa de dónde va el
gobierno sino de una discusión a mitad de camino para decir
“apoyen al gobierno”.
Esto mismo ya se dio en la Intendencia de Montevideo y fue
objeto de conflictos. Esto es bastante complicado. Lo
estamos viendo con la reforma tributaria, por ejemplo. El
Frente Amplio como tal recibe la información de la reforma
tributaria por parte del equipo económico, del ministro de
Economía, después que fue lanzada públicamente.
Es verdad que por otro lado se sostiene, con la reforma
tributaria y con otros temas, que “esto ya estaba en el
programa”, “esto ya se había discutido en un congreso”. Pero
es un primer de rispidez, el cuándo de tomar la decisión de
para dónde va el oficialismo.
EC – Tu mencionabas tres ámbitos de decisión: el gobierno,
la bancada parlamentaria y la estructura del Frente Amplio.
¿Cómo juega el tema de la composición de esos ámbitos y la
representatividad de cada uno?
OAB – Ahí viene un tema central del problema. ¿Por qué uno
dice que debe ser la bancada y otro que debe ser la Mesa?
¿Es un problema jurídico, estaba leyendo el estatuto? No. El
problema es este otro. Por un lado tenemos la
representatividad electoral que es la bancada y en cierto
modo el gobierno en cuanto el presidente de la República. ¿A
qué nos referimos? A que el 31 de octubre de 2004, primer
dato, hace un año, 1.125.000 votantes aproximadamente dan
una opinión, un mandato, eligen a determinadas personas para
que los representen, son los diputados, son los senadores.
Eso da al interior del Frente Amplio una correlación de
fuerzas determinada que le da seis senadores del MPP, tres a
Asamblea Uruguay, dos a los socialistas, dos a la Vertiente,
uno a la 1001, uno a la Alianza Progresista.
Otra es la estructura del Frente Amplio, su Plenario, su
Mesa Política, que se eligió el último domingo de mayo de
2002 y se va a elegir nuevamente a los cinco años. Como se
piensa adelantarlo a raíz de la fusión de todos los grupos
dentro del Frente Amplio, sería en setiembre u octubre de
2006.
EC - ¿Cuántos frenteamplistas votan en esas elecciones?
OAB – Ahí tenemos varios temas. Primero, votan 200.000
personas. El 26 de mayo de 2002 votaron 200.000 personas
para elegir las autoridades del Frente. Son 200.000 personas
que se afilian o ya venían afiliadas al Frente. Primer dato,
estos 200.000 no son una muestra, como se hace en una
encuesta, de los 1.125.000. No es que de cada seis votantes
se extrae uno absolutamente representativo. Estos 200.000
tiene un sesgo que después vamos a analizar.
¿Qué eligen? Eligen dos cosas distintas. No me refiero tanto
a los órganos, eligen el Plenario y de ahí surge la Mesa.
Por un lado, votan listas, las clásicas listas que en
Uruguay todo el mundo está acostumbrado a votar, que se
distingue por un número y representan a un sector. Vota a la
90, vota a la 1001, vota la 609, etcétera. Es decir que
expresa las preferencias sectoriales.
Una segunda elección es la de los llamados “delegados de
base”. La elección de “delegados de base” tiene muchas
diferencias con la otra. Primero, en la otra se vota una
lista completa que se identifica con un número, la gente
puede conocer más o menos a los candidatos pero tiene claro
hacia dónde está yendo, está yendo hacia el grupo de Mujica,
hacia el grupo de Astori, hacia los socialistas, hacia la
Vertiente. Es decir, tiene idea ideológica. Lo otro son
nombres que alguna gente identifica y otra no. Unos saben
más o menos qué piensan, otros pueden no saber qué piensan.
Esos nombres se votan de a uno, marcando con cruces. Puede
darse que en un lugar determinado se forme una mayoría en la
que todos voten a las mismas personas y eligen todos los
cargos. Hay lugares que se eligen de a uno, hay otros que se
eligen de a seis porque está dividido en 18 departamento y
en 18 zonas en Montevideo. Es decir que hay 36 zonas para
elegir 72 delegados de base al Plenario Nacional.
Lo otro que tenemos y es muy significativo es que no son
estos 200.000 los que terminan votando sino un poco más de
la mitad de estos, los dos tercios, porque como hay que
elegir nombres de alguna manera hay que conocerlos y si no
se conocen hay que llevar –cosa que a veces ocurre porque
los grupos políticos distribuyen unos papelitos diciendo
“voten a Juan, Pedro y Diego”- los nombres. Entonces hay un
poco más de un tercio de los votantes que votan sólo la
lista de sector, no votan los delegados de base.
Entonces los delegados de base tienen un método de elección
que ya sesga en favor de las mayorías, que es un voto
personalizado, individualizado, que lleva a que vote mucho
menos gente.
Entonces, tenemos elección de parlamentarios que es un
método proporcional con la base de un millón y cuarto de
personas, delegados de sector con el voto de alrededor de
200.000 personas que votan por lista y delegados de base que
son elegidos por sistema mayoritario, personalizado, y con
el voto de 140.000 personas.
***
EC – Entonces tenemos ámbitos diferentes donde se toman
decisiones pero ámbitos en los que, a su vez, participan
electorados distintos y en fechas distintas. ¿Cómo influye
todo esto en los conflictos que pueden darse y de hecho se
han venido dando dentro del oficialismo?
OAB – Claro. En fechas con una diferencia tan grande que
estamos hablando que una, cuando empezaba la crisis del
2002, y otra hace un año. Influye en que hay sectores que
más o menos tienen la misma representatividad en todos lados
porque tienen un peso en la militancia que el que tienen en
el electorado. Hay sectores como la 1001 y el 26 de Marzo
cuyo peso en las elecciones internas, es decir en la
militancia, es sustancialmente superior al peso que tienen
en el electorado. Es decir, en los órganos que salen de las
elecciones internas tienen un peso que no tienen en la
elección nacional. Luego tenemos casos inversos. Asamblea
Uruguay es el sector que menos peso tiene a nivel de
militancia en relación al que tiene a nivel electoral.
¿Cuál es el problema que hay? Que a la hora de la toma de
decisiones hay una estructura del Frente Amplio que
representa una realidad, que podemos decir es la de los
afiliados, la de la militancia en un sentido amplio de la
palabra, la gente muy comprometida permanentemente con el
Frente. Y el gobierno y el Parlamento responde a un
electorado mucho mayor. Claramente, la militancia está
sesgada a posiciones mucho más de izquierda, o más
radicales, o más principistas, como se le quiera llamar, que
el promedio de la masa electoral que está en líneas
muchísimo más moderadas.
Si lo manejamos en términos ideológicos, como hablamos hace
algunos problemas, hay gente que piensa que este gobierno es
más de tipo revolucionario para sustituir el sistema vigente
que está mucho más presente en la militancia que en el
electorado. En el electorado prima más la idea de reformular
los modelos de los años 50, el país protector, etcétera.
Entonces, el tema grande que se está planteando es que ya no
sólo hay diferencias ideológicas, de cultura de gobierno,
etcétera, sino que además ya elegir la cancha donde se va a
disputar el partido termina siendo todo una disputa y un
problema. ¿Por qué unos querían la bancada y otros la Mesa?
Ah, bueno, porque unos sabían que en la Mesa no sólo no
había forma de imponer el mandato imperativo a favor del
tratado con Estados Unidos, sino que podía haber hasta una
mayoría en contra del tratado en la Mesa o en el Plenario.
Si se convocaba a un congreso, los grupos militantes tenían
fe de poder ganar el congreso en contra de la posición del
gobierno. Este es un tema crucial.
EC - ¿Cómo cerramos este análisis? Lo que has estado
planteando es un diagnóstico, ¿de aquí en adelante y a
partir de esta realidad, cuáles son las preguntas?
OAB – La pregunta es que el año que se nos viene, el año
2006, un tema importantísimo que va a tener el oficialismo
es el de los problemas del partido, los problemas de la
estructura política, el Frente Amplio. ¿Cómo va a funcionar
el gobierno en relación al Frente Amplio y cómo va a
funcionar el Frente Amplio en relación al gobierno? Esto
implica que a través de las elecciones que se hacen en
setiembre de 2006 los grupos más comprometidos con el
gobierno logran poner la carne en el asador y logran una
estructura que responda más al gobierno o buscan un reforma
de estatutos, de organización y de estructura para que la
correlación en las autoridades del Frente Amplio esté más
acorde a lo que resultó de la elección nacional. Por
ejemplo, que se incorpore al Plenario a toda la bancada de
legisladores ya le cambiaría muchísimo la correlación de
fuerzas o tomando en cuenta que además de los elegidos por
listas de sectores en elecciones internas, también haya una
representación de sectores según el resultado electoral. El
tema es cómo logran imponer una reforma cuando hay una
estructura que se va defender a sí misma. Pero esta ecuación
se va a resolver de alguna manera. O se va a resolver porque
se va a coloradizar más el gobierno en el sentido de que
cada vez más va a decidir el gobierno con los legisladores y
la estructura no va a funcionar, como fue lo tradicional en
el Partido Colorado. O hay un cambio de dominio dentro de la
estructura o hay una reforma de la estructura o el gobierno
va a tener serios problemas de funcionamiento y esto se va a
repetir a cada rato.
Resulta que por delante hay temas nada menores. Está la
reforma tributaria, la reforma de la salud, la reforma de la
educación que en principio no es tan rápida ni tan
significativo el paso por el parlamento, y habrá temas
internacionales. Entonces, este es un tema absolutamente
clave para que el oficialismo resuelva y es uno de los temas
más duros que atraviesa internamente junto con el tema
ideológico, junto con el tema de la cultura de gobierno y la
cultura de oposición, además de la natural disputa de
espacios de opinión y de poder entre los sectores.
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