EMILIANO COTELO:
El gran hecho
político de esta
semana ha sido el
anuncio de los
cambios en el
gabinete ministerial
del presidente
Tabaré Vázquez. Hoy,
el politólogo Oscar
Bottinelli, director
de Factum, inicia un
miniciclo de
análisis de esta
reforma en el
Consejo de
Ministros. El título
que nos propone hoy:
“El estilo Vázquez,
el viejo y el nuevo
gabinete”.
***
Oscar, es un tema
que da para
bastante, por lo
visto.
OSCAR A. BOTTINELLI:
Da para bastante el
tema en sí mismo. Se
puede decir que el
tema es el recambio
del gabinete o el
cumplimiento de los
tres años de
gobierno o la
situación del Frente
Amplio y cómo encara
el resto del
gobierno y se pone
de cara a las
elecciones. Son
varios temas
absolutamente
interrelacionados y
que implican una
tomografía del
gobierno y del
Frente Amplio.
Entre otras cosas,
comprende el
análisis de la
relación entre
partido y gobierno,
un tema que el
Frente Amplio no ha
resuelto y ha
debatido poco. Los
equilibrios y
desequilibrios
políticos en el
viejo y en el nuevo
gabinete, el estudio
específico de los
cambios en algunas
carteras, en
particular qué
continuidades y qué
cambios son de
esperar en la
política exterior
del país analizada
como un conjunto, no
solo como el
recambio de la
Cancillería, y el
nuevo papel de la
mano derecha del
presidente de la
República, que es el
abogado Gonzalo
Fernández.
Tenemos muchos temas
en el contexto de un
año 2008 que se
puede decir que es
el último año
efectivo que tiene
el gobierno para
gobernar, para
concretar grandes
cosas o impulsar
cosas. Y un año muy
lleno de desafíos,
porque otro tema son
todos los desafíos
que tienen el
gobierno y el Frente
Amplio como gobierno
en este año tan
importante.
EC - Se puede
examinar también el
estilo del
presidente Tabaré
Vázquez.
OAB - En eso vamos a
centrar este primer
análisis. Porque el
recambio de
gabinete, que tiene
todas las aristas
que mencionamos,
tiene una arista
también con relación
al estilo del propio
presidente de la
República. En
general, el
ejercicio del poder
tiende a ser un
ejercicio en
soledad, esto ha
sido descrito en el
mundo por mucha
gente, pero
particularmente
Tabaré Vázquez en
ese aspecto es un
hombre solitario,
cuyo fuerte no es el
diálogo permanente,
no son las reuniones
de discusión y
elaboración en
equipo.
Tabaré es un hombre
muy fuerte en la
relación con las
grandes masas, en
los grandes actos,
donde su figura se
agiganta, y también
en el diálogo
personal, donde
siempre busca –lo
hemos analizado a
raíz incluso de
equívocos que se han
suscitado en algunas
expresiones de
Tabaré Vázquez–
todos los puentes
posibles con el
interlocutor, no es
un hombre al que le
guste la
confrontación en el
terreno del diálogo
privado. Pero no es
un hombre que se
reúna con los
líderes políticos en
el gabinete, en esos
ping pong de
intercambio en los
que se van
elaborando cosas,
sino que tanto en el
gabinete municipal
como ahora en el
nacional más bien ha
llevado la línea de
un director de
equipo, que oye
informes, escucha y
en todo caso define,
arbitra o da línea.
Es una relación muy
distinta de la que
se le podría señalar
como conducción
política –no estuvo
en el gobierno– al
general Liber
Seregni. Seregni
ante un recambio
ministerial primero
se reuniría horas
con los líderes
políticos, haría
todo un balance, un
intercambio,
recogería todas las
opiniones, dejando
para otro día y
siguiendo la
conversación, para
ver qué opina cada
uno sobre lo que hay
que hacer, hasta
llegar a una
conclusión. Ese no
es el estilo de
Vázquez.
EC - Toda la
información coincide
en que Vázquez
reflexionó y
resolvió estos
cambios mientras
estaba de licencia,
y luego, la semana
pasada, en plena
semana de Carnaval,
entre jueves y
viernes, precipitó
las reuniones y fue
comunicando lo que
tenía pensado.
OAB - Sí, uno por
uno. Fue llamando a
los ministros
salientes para
informarles, fue
informando más que
nada quiénes salían,
no tanto quiénes
entraban. No es un
ejercicio de
elaboración
colectiva.
Cuando se ejerce
así, tiene mucho que
ver con con quiénes
se trabaja.
Precisamente, si
algo aparecía como
contradictorio en la
instalación del
gobierno era ese
tipo de estilo de
Vázquez y la
presencia en el
gabinete de líderes,
de pesos pesados,
muchos de ellos con
fuerte trayectoria
anterior a Vázquez.
Un poco lo que le
pasó a Seregni en el
momento de la
fundación del Frente
Amplio, él se reunía
con un José Pedro
Cardozo, con Juan
Pablo Terra, con
Zelmar Michelini,
con Rodney Arismendi,
que eran figuras con
un largo pasado, una
larga trayectoria,
pesos pesados de la
política, y él era
un hombre que al
pasar el Ejército a
la política a mitad
de la cincuentena
era un recién
llegado y un
outsider.
Pensemos en Mujica,
un hombre con una
larga trayectoria,
básicamente como
guerrillero, pero
también con una
actividad
político-partidaria
juvenil en el
herrerismo. Astori,
que hasta que
apareció el fenómeno
de Tabaré Vázquez en
la elección del 89
era señalado por
todos como el
heredero natural de
Seregni y el futuro
líder del Frente
Amplio, que fue
candidato único al
Senado de todas las
fuerzas políticas
del Frente en el 89.
Gargano, un hombre
que entre él y el
partido que conduce
se puede decir que
proyectaron a Tabaré
Vázquez en la
política, fueron los
que le dieron el sí
a la lucha por la
candidatura
presidencial y por
el liderazgo del
Frente en 1992.
Arana, en torno a
quien se construyó
la Vertiente
Artiguista en el 89,
y candidato del
Frente.
No era fácil para
Tabaré Vázquez ese
gabinete. Ayudaba
que así como
hablamos de su
estilo de reuniones,
también tiene un
estilo de
conducción. Lo hemos
analizado muchas
veces a lo largo de
varios años, es un
hombre que cuando
delega, delega casi
in tótum: tú te
encargas de la
economía, tú te
encargas de esto, tú
te encargas de lo
otro, básicamente tú
fijas lo que hay que
hacer y lo haces, y
yo en determinado
momento te diré “por
acá no, esto no”, y
si hay conflicto
entre políticas de
distintas áreas o
distintos
ministerios arbitro.
El caso más
representativo fue
el del TLC. El
gobierno estaba
dividido en dos
grandes posturas,
Tabaré Vázquez dio
mensajes en el medio
que hicieron pensar
que se inclinaría
para un lado, pero
finalmente arbitró y
dijo: “no vamos al
TLC”. Ese estilo
ayuda a confrontar
con pesos pesados en
la medida que les da
un amplio campo de
acción, pero también
genera algunos
cortocircuitos
importantes.
***
EC - Vamos a
detenernos en los
ministros que se van
y en los que se
quedan.
OAB - Es claro que
hay un cambio
generacional, se
fueron los sub 80,
como salió una vez
en un diario en la
clasificación del
gabinete, hablando
de todos los que
tenían más de 70
años de edad. Hay
una baja clara del
promedio, los que
entran son de una
generación mucho más
joven.
También se van las
personas de fuerte
peso político y
entran figuras de
bajo o de cero peso
político, personas
más técnicas. Si
incluimos lo que se
viene hacia mediados
de año como una
segunda etapa de
este recambio, con
la salida de Astori,
se van los líderes
de los cuatro
sectores de más peso
electoral y
parlamentario del
Frente Amplio:
Mujica, Astori,
Gargano y Arana.
Pero cuidado con la
ilusión óptica de
que ahora es un
gabinete técnico. Es
parte del gabinete
el vicepresidente de
la República,
entonces quedan Nin
Novoa, Rossi y
Lescano, los tres
colíderes de Alianza
Progresista; queda
Marina Arismendi,
senadora titular del
Partido Comunista,
ex secretaria
general; queda
Rubio, el nuevo
conductor de la
Vertiente
Artiguista; y queda
el diputado Bayardi,
también de la
Vertiente
Artiguista. Y
después quedan,
también como figuras
políticas claras,
que no son de un
entorno presidencial
ni pasado ni
previsible: el
diputado Bonomi, que
después de Mujica es
uno de los dos o
tres de mayor peso
en el oficialismo
del Movimiento de
Participación
Popular; y el
senador Ernesto
Agazzi, que será el
titular del
Ministerio de
Ganadería,
Agricultura y Pesca,
aunque en los hechos
se puede decir que
ha sido el conductor
del ministerio desde
un principio, en la
medida que Mujica
ofició más como un
operador político
que como un
conductor cotidiano
de la gestión
ministerial.
EC - En síntesis, tú
dices: ojo, en el
gabinete quedan
dirigentes políticos
importantes.
OAB - Quedan muchos
dirigentes políticos
importantes. La
diferencia es que
son todos dirigentes
que ascendieron a
los primeros planos
en la era Vázquez,
no son personas con
una trayectoria
anterior. Y pesos
muy pesados, de
mucha fuerza en su
forma de actuar,
como Rossi, Rubio y
Bonomi, no son
personas de
confrontación con
Tabaré Vázquez, sino
más bien de diálogo
con él y a lo sumo
de búsqueda de
influencia en el
diálogo, pero es
impensable que
empiecen a jugar a
través de los medios
de comunicación
tirando chumbos
hacia cosas que
puedan preferir el
presidente o su
entorno.
EC - ¿Y cómo ves la
otra parte del
gabinete, la que
incluye en
particular a algunos
de los nuevos? ¿Cómo
ves a Gonzalo
Fernández, Daysi
Tourné, Daniel
Martínez, María
Julia Muñoz, María
Simón, Carlos
Colacce?
OAB - Tienen en
común que en mayor o
en menor medida son
personas que pueden
estar claramente
sujetas a la
influencia del
presidente de la
República, algunos
porque son de su
confianza, otros
porque se definen
como tabarecistas y
otros porque en su
calidad de outsiders
de la política
propiamente, por no
tener un perfil
político tan nítido
entran en el área de
atracción del
presidente de la
República. Hay que
agregar a quien se
considera el más
probable futuro
ministro de
Economía, que sería
el actual presidente
del Banco Central,
Walter Cancela.
La mayoría de los
que hemos nombrado
–no todos– son
personas de
generaciones de
menos años, por lo
menos de menos de
60, con alguna
excepción. Y además
encontramos una cosa
interesante, varios
son socialistas,
Gonzalo Fernández,
Daysi Tourné, Daniel
Martínez, y de la
misma sensibilidad o
corriente dentro del
Partido Socialista;
y otros son
independientes,
María Simón con
cierta afinidad con
el MPP, Colacce más
hacia Arana o hacia
la Vertiente y
Marita Muñoz fue de
la Vertiente pero
gira en una órbita
muy directamente
tabarecista.
Queda claro que es
un gabinete con una
influencia directa
de Tabaré Vázquez
mucho más fuerte. Se
puede decir que
ahora hay una
distancia
generacional, de
origen en la
política, que marca
un desnivel muy
fuerte entre el
presidente de la
República y buena
parte del gabinete.
Uno dividiría el
gabinete entre
personas de
trayectoria política
pero con un estilo
que las lleva a
aunar mucho con el
presidente, a no
confrontar, a tratar
de influir más en
privado y en el
diálogo, y figuras
que claramente se
sienten muy
subsumidas al
presidente de la
República. Este es
uno de los cambios
más importantes.
Y hay una cierta
desparlamentarización
de un gabinete que
estaba muy
parlamentarizado. Se
van Gargano, Mujica,
Arana, se va a ir
Astori, cuatro
senadores, y se va
el diputado Martín
Ponce, en total
cinco
parlamentarios. Pero
quedan el senador
Lescano, la senadora
Arismendi, el
diputado Rossi, la
diputada Tourné, el
diputado Bayardi, el
senador Agazzi, el
diputado Bonomi y,
como subsecretario,
el diputado Felipe
Michelini. Siete
ministros y un
subsecretario son
parlamentarios, más
Rubio, que por la
peculiaridad de la
dirección de la OPP
tuvo que renunciar
al Senado, no puede
ser un senador
suspendido en las
funciones, más una
parlamentaria
suplente, Liliam
Kechichian, la
subsecretaria de
Turismo.
EC - ¿Por qué
introduces esta
lectura por el lado
de los
parlamentarios?
OAB - Primero,
porque siempre se
olvida que el de
Uruguay no es un
régimen presidencial
puro, sino un
régimen con
elementos de
parlamentarismo, con
un gran peso del
respaldo
parlamentario en los
gabinetes. Eso se
está salteando
muchísimo en los
análisis
últimamente. Por lo
tanto tiene mucho
que ver cuánto está
o no presente el
Parlamento dentro
del gabinete.
Y segundo, porque la
calidad de
parlamentarios es lo
que da cierta
dimensión de lo que
acabo de llamar la
cantidad de
políticos, en el
sentido de más
profesionales, más
de carrera, que
puede existir en un
gabinete. Se ha
insistido mucho en
que este es un
gabinete técnico
como algo diferente
de un gabinete
político. Si miramos
la cantidad de
parlamentarios que
hay en este
gabinete, no parece
tan técnico, sino
más bien mejor
equilibrado entre lo
político de carrera
y lo técnico.
***
EC - ¿Alguna
conclusión para el
final?
OAB - Sin duda hay
un cambio en el
posicionamiento
–desde ángulo del
análisis de hoy,
otros días vamos a
analizar otros
ángulos– de Tabaré
Vázquez respeto del
gabinete, aparece
ahora como una
figura de más peso
con relación a cada
uno o al conjunto de
los miembros del
gabinete.