EMILIANO COTELO:
Se cerró la segunda
etapa del ciclo
electoral 2009 y se
abrió una tercera al
no definirse el
domingo la
Presidencia de la
República.
El politólogo Oscar
A. Bottinelli,
director de Factum,
nos propone hoy el
primer análisis del
cierre de esta etapa
a partir de los
resultados que
dejaron las urnas
anteayer.
***
EC – ¿Por dónde
empezamos? Porque
hay tanto para
hablar…
OSCAR A. BOTTINELLI:
El tema de las
encuestas en Uruguay
ha pasado a ser uno
de los temas de
análisis de las
elecciones. ¿Por
qué? Porque la
confiabilidad en las
encuestas, los
ataques a las
mismas, tienen que
ver con un elemento
importante para la
democracia.
En esta campaña hubo
una línea de ataque
contra las encuestas
científicas en
general, contra
Factum en
particular, contra
Oscar Bottinelli,
que en este caso
incluyeron ataques
hasta de tipo ético.
Y hubo una campaña
de búsqueda
deliberada de
desinformar a la
ciudadanía que junto
al ataque a las
encuestas pretendió
exaltar y
contraponer los
números de una seudo
encuesta.
EC – Ese ha sido
todo un tema en
estas últimas
semanas y ya hemos
conversado sobre la
posibilidad de
analizarlo más
detenidamente en una
entrevista especial
contigo, el
miércoles de la
semana que viene.
OAB – El miércoles 4
de noviembre. Hay
algunos puntos que
son importantes
destacar como
inicio. Para
empezar, no
confundir tres
técnicas diferentes,
a veces se dice “las
encuestas se
confunden”. Una cosa
son las encuestas de
opinión pública
electoral de
intención de voto,
las “opinion polls”,
que es lo que uno
desgrana a lo largo
de los cinco años,
la última de las
cuales fue la que
presentamos el
jueves de mañana en
El Espectador, que
mide la intención de
voto que tiene la
gente, cuántos
indecisos, etcétera.
Una segunda son las
encuestas post voto,
es decir la encuesta
que no pretende
buscar qué va a
votar sino registrar
un dato, que será
fiable o no, para el
que se le pregunta a
la gente “¿Usted qué
hizo?, ¿qué votó?”.
La más común de las
encuestas post voto
es la encuesta a
boca de urna.
Y tercera cosa, que
no tiene nada que
ver con las
encuestas, son las
proyecciones de
escrutinio,
proyecciones de
voto, que parten del
conteo de los votos
en los circuitos.
EC – ¿Qué te parece
si nos detenemos en
primer lugar con las
encuestas de opinión
pre electorales?,
¿qué pasó con ellas
en esta ocasión?
OAB – Yo diría que
las encuestas de
opinión pública pre
electorales o de
intención de voto de
nivel científico y
autoridad académica
cumplieron con su
deber y dieron a los
uruguayos un
panorama claro y
preciso de cómo
venían las
elecciones.
Lamentablemente hubo
un muy pequeño pero
activo segmento
uruguayo que no
creyó en ellas y fue
llevado a
percepciones
erróneas por
dirigentes
políticos, por
algunos medios de
comunicación, en
función de esa
percepción que surge
de datos que se
atribuían a una
encuesta, a una
seudo encuesta. Una
lástima que haya
ocurrido esto.
Las proyecciones de
Factum el jueves en
El Espectador se
presentaron en
rangos, un rango
quiere decir que un
evento puede ocurrir
en cualquier punto
de un extremo al
otro del rango; no
es decir “tomo la
mitad”, el rango va
de punta a punta.
EC – Este puede ser
un buen momento para
comparar lo que
informamos el jueves
pasado, qué decían
las proyecciones de
Factum y qué terminó
diciendo el
resultado electoral.
OAB - Exacto. La
proyección de Factum
daba para el Frente
Amplio (FA) 48-50 y
el Frente obtuvo en
el primario 48,2.
Para el Partido
Nacional (PN) la
encuesta nos había
dado 29, la
proyección dio 30-32
y obtuvo 28,9, es
decir prácticamente
29. Del Partido
Colorado (PC)
dijimos 14-16 y
obtuvo 16,9. O sea
que el FA estuvo
dentro del rango,
casi tocando el
piso; el PN dio un
punto menos, es
decir que dio
exactamente lo de la
encuesta; y el PC un
punto más.
Esto sugiere o que
hubo algún error de
proyección o más
probablemente que la
última semana hubo
un trasvasamiento
adicional desde el
PN hacia el PC de
los últimos que se
procesaron a lo
largo de las semanas
anteriores.
Por lo tanto, entre
la última proyección
de la Encuesta
Nacional Factum y el
escrutinio hay una
correlación total,
absoluta, hay
decimales de
diferencia.
EC – Cuando hablas
de la última
proyección de la
Encuesta Nacional
Factum te refieres
al trabajo que se
difundió aquí el
jueves y que ya
incluía la
distribución de
indecisos.
OAB – Claro, porque
nosotros el jueves
primero dimos la
encuesta bruta, es
decir lo que la
gente decía que era
su intención de
voto, con un 6% de
indecisos. Ese 6% de
indecisos lo
proyectamos, como es
una proyección
supone diversas
hipótesis, dio
rangos, y esa
proyección de
indecisos comparada
con el escrutinio
primario dio una
correlación total,
con pequeñísimas
diferencias, el
escenario que
ocurrió fue exacto.
Y esto nos lleva a
un comentario a
cuenta de mayor
cantidad. Sobre las
encuestas de opinión
pública políticas
-hablando de las que
son hechas
científicamente, con
gente de nivel
académico- de ahora
en adelante cabe
decir que ninguna
persona con
responsabilidad,
buena fe,
inteligencia y
sentido común puede
seguir dudando de
las encuestas
científicas, al
menos sin presentar
contra alguna de
ellas elementos
concluyentes para
ello. Quizás siga
diciendo “las
encuestas se
equivocan” quien
carece de
responsabilidad o de
buena fe o de
inteligencia o
sentido común.
Terminemos con esto
y pasemos a ser un
país civilizado y
del siglo XXI.
EC – Pasemos ahora a
otro de los
instrumentos que tú
dejabas enumerado al
comienzo del
análisis. Hablemos
ahora de los
instrumentos de
proyección en el día
mismo de las
elecciones.
OAB – Claro,
diferenciemos, se
suele confundir las
encuestas a boca de
urna y las
proyecciones de
escrutinio. Las
encuestas a boca de
urna en principio
nosotros solo las
usamos en
divulgación cuando
el resultado es
categórico, como en
el referéndum de la
ley de empresas
públicas de 1992 que
llegó al 70%. Si no,
lo que se usa es la
proyección de
escrutinio que es
una técnica
estadística, la
encuesta es
preguntarle a la
gente qué votó.
EC – La encuesta a
boca de urna se da a
la salida de
determinados
circuitos de
votación y las
empresas le
preguntan a los
votantes qué
sufragio pusieron en
la urna.
OAB – Exacto. En
cambio, la
proyección de
escrutinio es una
persona, cuyo nombre
oficial es
“observador”, que
observa el
escrutinio, va
contabilizando voto
a voto, en
determinado momento
hace un corte
parcial, envía esos
datos y luego espera
al final del
escrutinio
definitivo y vuelve
a enviar los datos.
EC – Es un trabajo
que se hace con
observadores de
Factum en este caso,
en circuitos que
fueron elegidos
porque conforman una
muestra
representativa.
OAB – Exacto, son
200 circuitos que
representan una
especie de mapa
escala reducido del
país, donde están
proporcionados la
cantidad de
circuitos a cada
departamento, si son
urbanos, si son
rurales, si son de
ciudad, de pueblo
chico, si son de
jóvenes, de adultos
medios, de adultos
mayores, para que la
muestra sea
efectivamente
representativa. Esto
es una estadística
de proyectar, de
expandir los datos
de esos 200
circuitos
validándolos al
conjunto del país.
EC – Esa es la
proyección de
escrutinio.
OAB – Esta es la
proyección de
escrutinio o
proyección de voto o
proyección de
resultados, como se
dice en el mundo, no
son encuestas. La
diferencia en lo que
dio la proyección de
escrutinio de Factum
con el resultado del
escrutinio primario
es esta: Factum
proyectó para el FA
48,0 y el resultado
fue 48,2; para el PN
proyectó 28,8 y fue
28,9; la mayor
diferencia se dio en
el PC para el que
proyectamos 17,7 y
el resultado fue
16,9. Esto da una
altísima fiabilidad,
dos décimas en el
Frente, un décimo en
el PN, ocho décimas
en el PC, que fue la
desviación mayor.
La fiabilidad de la
proyección de
escrutinio se ha
demostrado
sistemáticamente
desde hace 20 años,
pero desde 1996 a la
fecha ha permitido a
Factum anunciar con
absoluta exactitud y
en primicia 10 actos
electorales
consecutivos. Lo
importante es que
pese al
cuestionamiento que
hubo y la campaña
contra las encuestas
todos los dirigentes
políticos siguieron
otorgando la misma
confiabilidad a las
proyecciones de
escrutinio. Desde el
96 -o desde el 94 en
gran medida-
prácticamente se
toman casi como un
anuncio oficial.
Recordemos que todos
los dirigentes
políticos comentaron
la elección,
anunciaron qué iban
a hacer, hasta
Bordaberry anunció
qué pensaba hacer en
el balotaje, cuando
no había datos de la
Corte Electoral sino
en base a las
proyecciones de
escrutinio. Lo cual
implica que la
confiabilidad de los
dirigentes políticos
hacia el instrumento
y los institutos es
total y tiene la
virtud de resguardar
a la Corte Electoral
de impaciencias para
que pueda cumplir su
verdadero rol que es
el de garante de la
democracia.
Una aclaración más
sobre la proyección
de escrutinio. No sé
por qué ha habido
periodistas que
están comentando que
nosotros habíamos
anunciado el triunfo
del SÍ rosado, lo
que es absolutamente
inexacto. A las
20.30 horas dijimos
que no nos daba para
hacer un anuncio,
que estaba entre la
aprobación y la no
aprobación dentro
del margen de error,
y a las 21.03 horas
anunciamos que
quedaba rechazado.
EC – Por último, a
propósito de las
encuestas de urna
este domingo, ¿cuál
es el balance?
OAB – Bueno,
seguimos con la idea
-por eso no lo
usamos- de que es un
instrumento
altamente falible.
Sirve cuando es un
resultado holgado, o
sirve para ir
teniendo a lo largo
del día una
orientación que nos
permita llegar al
momento de la
proyección de
escrutinio con una
idea aproximada de
con qué panorama nos
encontramos. Por
ejemplo, nosotros de
mañana vimos que el
Frente estaba entre
44 y 46; al cierre
del mediodía o
primeras horas de la
tarde estaba en
46-48. De acuerdo al
histórico el Frente
subía dos puntos en
cada tramo de edad o
tramo de votación,
porque se relacionan
bastante, y en lugar
de subir de 46-48 a
48-50, que debía ser
lo esperado entre
los jóvenes, se
quedó clavado en
46-48; ahí dijimos
que se iba camino al
balotaje, y que
incluso había dudas
en cuanto a la
mayoría
parlamentaria. Fue
el comentario que
hicimos entre
nosotros y para eso
sirve; no para hacer
anuncios porque es
muy falible y ya se
ha visto el error de
usarlas para
divulgar datos. Ya
es la cuarta
elección, en el 94,
el plebiscito del
96, la elección del
99, y ahora en 2009,
que hay errores
comunicacionales por
hacer anuncios
basados en las
encuestas a boca de
urna que no son
instrumentos de
precisión.
***
EC – Empezábamos
hablando de las
encuestas y de las
empresas consultoras
en opinión pública.
Pasemos ahora a los
resultados del acto
electoral. ¿Cuáles
serían los primeros
apuntes? ¿Podemos
empezar por el lado
de los plebiscitos?
OAB – Sí, sobre los
plebiscitos
recordemos que son
los llamados
plebiscitos
unilaterales, los
que se inician por
una parte de la
ciudadanía. En el
caso del voto en el
exterior, del SÍ
blanco, fue iniciado
por el FA mediante
la presentación de
dos quintos de los
legisladores.
Unilateral quiere
decir además que lo
impulsa uno y por
eso se plebiscita y
que se vota sólo por
el SÍ, lo cual crea
a veces algunas
confusiones en el
momento del voto.
El plebiscito del
voto en el exterior
realmente no tuvo
gran impulso y eso
es producto de
forzar la marcha en
un tema sin crear un
gran debate nacional
sobre el mismo.
Además es un tema
que tiene por lo
menos dos ángulos
distintos de debate.
Uno, el de fondo: si
está bien o mal que
los ciudadanos de un
país que viven en el
exterior voten para
adentro del país o
no, una polémica que
se da en el mundo
últimamente y que
está teniendo un
gran avance hacia la
consagración del
voto en el exterior.
Pero un segundo
ángulo, que en
Uruguay no era
menor, era el
mecanismo de ese
voto en el exterior.
Quienes impulsaron
el proyecto usaron
el peor mecanismo
desde el punto de
vista técnico -esto
no tiene nada que
ver con el tema de
fondo- porque podía
hacer saltar por los
aires las sólidas
garantías
electorales del
país. Uno no
entiende por qué
hubo un
empecinamiento en el
voto epistolar, que
es el instrumento
que menos garantías
ofrece. Parecería
que la falta de
debate, la falta de
verdadero apoyo
político y las
grandes dudas que
generó sobre las
garantías fueron la
causa de que este
tema no caminase,
que siga abierto y
que se va a tener
que debatir. Pero no
puede nunca
consagrarse el voto
en el exterior si se
considera el impulso
de un partido y el
rechazo de los otros
como un juego de
quién le impone a
quién algo.
EC – ¿Y en cuanto al
plebiscito sobre la
Ley de Caducidad?
OAB – El SÍ rosado,
la anulación de la
Ley de Caducidad,
mostró un país
dividido en dos en
la materia, mucho
más parejo que lo
que fue hace 20
años, con apenas una
mayoría
aparentemente en
contra, porque acá
no se votó NO; una
mayoría que no dijo
SÍ y una minoría
apenas menor que la
mitad a favor.
En las últimas horas
hemos oído decir que
al Frente Amplio le
faltaron hojas
rosadas para
ensobrar y por eso
faltaron votos. Me
parece un argumento
muy débil, porque a
mí no se me ocurre
que si a una lista
le faltaba su propia
lista de candidatos
hubiera ensobrado el
SÍ rosado y no a sus
candidatos; si
alguien ensobra
igual la lista de
candidatos y no el
SÍ rosado es porque
consideró el tema
como secundario.
Otro argumento es
que muchos
frenteamplistas se
olvidaron de poner
la papeleta rosada.
Si alguien se olvida
es porque por lo
menos no le dio la
importancia que
debía al tema. Los
pronunciamientos son
pronunciamientos, lo
otro son
explicaciones de por
qué algo funciona o
no funciona.
Y desde el punto de
vista de los
procesos históricos
hay un contundente
doble
pronunciamiento de
la ciudadanía que va
más allá de que a
uno le guste o no.
En 20 años y por dos
veces se confirmó la
Ley de Caducidad de
la Pretensión
Punitiva del Estado.
Otra cosa son los
grados de
constitucionalidad y
de aplicabilidad de
la ley que se están
viendo.
Lo que habría que
evaluar -no hay
elementos por ahora-
es si estos dos
hechos judiciales de
la última semana que
impactaron sobre el
final de la campaña
electoral -la
decisión de la
Suprema Corte de
Justicia y la
condena a Gregorio
Álvarez- ayudaron o
perjudicaron el voto
rosado. Es una duda,
fueron realmente un
poco sorprendentes
estos
pronunciamientos
judiciales justo en
la semana en que hay
un plebiscito sobre
ese tema.
***
EC – Para cerrar
este análisis de hoy
veamos algunos
primeros apuntes
sobre la elección
nacional en sí
misma.
OAB – Varias cosas.
Lo primero es lo
geográfico, Uruguay
fue avanzando hasta
llegar a una
división del país en
dos, donde ha
quedado esa “L” que
arranca en Salto,
tiene como vértice
Colonia y sigue
hasta Rocha, como un
área donde -en
algunos casos con
más del 50%- la
principal fuerza
política es el FA:
Salto, Paysandú, Río
Negro, Soriano,
Colonia, San José,
Canelones, Florida,
Maldonado, Rocha y
Montevideo. El FA
pasó a ser primera
fuerza en lugares en
que no lo había
sido, como el caso
de Río Negro,
Colonia, San José, y
siguió avanzando en
dominio territorial
como primera fuerza,
no necesariamente
como mayoría.
Mientras tanto, el
PN queda como
primera fuerza en
esa especie de
triángulo imperfecto
entre el centro del
país y lo recostado
hacia Brasil:
Artigas, Rivera,
Cerro Largo, Treinta
y Tres, Tacuarembó,
Durazno, Flores y
Lavalleja.
Segundo, el FA no
ganó en primera
vuelta esencialmente
por su mal
performance en
Montevideo. Si en
Montevideo se
hubiera acercado a
la votación que tuvo
en 2004, el FA
ganaba en primera
vuelta. Es
importante la caída
del FA en
Montevideo, que fue
su punto de
lanzamiento.
Tercero, el FA no
cae ni en la campaña
electoral ni cuando
se dirimen las
candidaturas. Esto
es un fenómeno que
hay que analizar con
este gobierno y
también con el
anterior. Cae en
medio de su gestión
de gobierno, a
mediados de 2007,
así como el PC no
cayó en 2004 sino
entre fines de 2000
y mediados o fines
de 2001. Hay que
tener cuidado con
atribuirle a la
campaña electoral
elementos superiores
a los que tiene sin
fijarse cómo estaban
los partidos en
medio del gobierno.
El FA, que en marzo
de 2007 tenía un 55%
de intención de
voto, cae a mediados
de 2007 al 52, luego
al 47 y al 44, se
mueve en el 2008
entre el 42 y el 46
y antes del Congreso
del FA estaba en una
intención de voto
del 42 cuando
todavía no estaba
cerrada la
reelección y no se
sabía si el
candidato podía ser
Mujica o podía ser
Astori.
EC – ¿Entonces cuál
es la conclusión?
OAB – La conclusión
es que el FA tuvo
una caída producto
de desafectos de la
gente con su gestión
de gobierno, así
como la tuvo el PC
en 2004 por su
gestión de gobierno.
El tema de las
candidaturas es
importante pero es
accesorio al tema
principal, que son
las caídas que
producen las
gestiones de
gobierno que no
satisfacen
plenamente, medidas
en lo que decanta
realmente a la
gestión de gobierno
como indicador
principal, que es el
voto.
EC – ¿Qué otras
consideraciones?
OAB – El FA pierde
alrededor de 2
puntos y cuarto -hay
que esperar el
escrutinio
definitivo-,
conserva la mayoría
absoluta en el
Senado, conserva el
mismo número de
senadores y cae de 2
a 3 bancas en
Diputados, según
conserve o no la
mayoría. Recordemos
que hoy está
obteniendo la banca
50 por una
diferencia de
cociente de tan solo
120 votos contra la
banca número 18 del
PC. Esta banca está
basculante,
pendulante. Las 2 o
3 que pierde son 3 o
4 en Montevideo,
pierde más en
Montevideo porque
aumenta su
representación en
Canelones.
Dentro del FA a
nivel de Senado
prácticamente se
mantiene la
situación entre los
bloques o sectores y
el único cambio que
se observa es de una
banca que pierde la
Vertiente Artiguista
que gana la CAP-L,
que referido a 2004
sería del MPP y
ahora es
independiente.
EC – ¿Y por lo tanto
cómo decías que
quedan los bloques?
OAB – Quedan 7 del
bloque más
“mujiquista”: 6 de
la 609 y 1 de la
1001; 7 del bloque
“astorista”
ampliado: 5 de la
lista encabezada por
Astori con Nin Novoa
y Michelini y 2 de
los socialistas; los
dos restantes son: 1
de Fernández
Huidobro de la CAP-L
y 1 de la Vertiente
Artiguista, es decir
Rubio.
EC – ¿En cuanto al
Partido Nacional?
OAB – Es el más
golpeado de los
partidos, cae 5
puntos y medio,
pierde dos
senadores, ambos de
Alianza Nacional que
es el ala del PN más
castigada, y pierde
6 diputados.
El PN fue prisionero
de la ilusión óptica
del 28 de junio,
creyó ser el primer
partido del país y
se generó una cierta
desubicación en una
parte de su
dirigencia y de su
electorado. Además
tuvo cuatro meses de
constante caída en
los que perdió 9
puntos porcentuales:
arrancó con una
intención de voto
del 39, pasó a 38,
34, 32, 29, la
última encuesta dio
29 y coincide con la
votación, lo que
quiere decir que no
captó un solo
indeciso en términos
de grandes números.
Un dato político
significativo es que
el PN perdió la
capacidad de bloqueo
en un país en que es
muy importante la
conformación de dos
tercios en el
Parlamento para
muchas cosas, desde
designaciones de
Corte Electoral o
Suprema Corte de
Justicia,
determinadas leyes
especiales,
etcétera. Los dos
tercios del Senado
son 21 votos: el FA
más el PN da 25 y el
FA más el PC da 21,
hay dos
posibilidades en
donde sólo es
imprescindible el
FA. Y en Diputados,
donde los dos
tercios son 66, el
FA con el PN excede
porque daría 79 u 80
bancas según el FA
saque 49 o 50; pero
FA más PC sacarían
67 porque la banca
que está basculante
es entre el Frente y
el PC, por lo tanto
la suma de dos sigue
siendo 67 y el PC
puede dar los dos
tercios. Obviamente
hay capacidad de
bloqueo si el PN y
el PC actúan de
común acuerdo y en
bloque, pero el PN
per se perdió una
herramienta política
muy importante que
era esa capacidad de
bloqueo.
EC – ¿En cuanto al
PC que se puede
decir ahora con los
números que ya
existen?
OAB – Lo que se
puede decir es lo
que ya se ha dicho,
es el gran ganador
de esta elección.
Crece 7 puntos
porcentuales a
partir de tener 10,
aumenta casi un 70%
el voto, pasa de 10
diputados a 17 o 18,
gana 7 u 8 en total;
gana dos senadores.
Dentro del PC, el
Foro Batllista más
la lista 15 pierden
un senador -lo
pierde la 15- y el
nuevo grupo de Pedro
Bordaberry, Vamos
Uruguay, gana el que
pierde la 15 más los
dos que adiciona el
PC.
EC – ¿Entonces cómo
queda la
distribución de
senadores dentro del
PC?
OAB – Son 3
senadores de Vamos
Uruguay y 2 de
Propuesta Batllista,
que es la unión del
Foro Batllista y la
15. El Foro
Batllista más la 15
tenían 3 senadores,
pierden 1, y
Bordaberry, que
obviamente no tenía
ninguno porque es su
grupo es nuevo, gana
ese de adentro del
partido y gana 2 de
afuera del partido.
EC – ¿En cuanto a la
evolución de su
intención de voto?
OAB – La evolución
de la intención de
voto es
interesantísima. En
mayo-junio estaba en
7, en junio estaba
en 8 y después pasa
a 10, 9, 10, 11, 11
y cierra la
intención de voto
directa con 13. La
proyección nos daba
14-16 e incluso la
excedió hasta tocar
el 17%.
EC – Terminamos
hablando del PI.
OAB – El PI duplicó
su representación,
aumentó una vez y
media los votos
aunque obviamente
este éxito no lo
festejó porque sigue
sin alcanzar el
Senado, que parecía
que estaba al
alcance de la mano.
Las encuestas, con
la falibilidad del
manejo de decimales,
nos daban que estaba
cerca de alcanzarlo
y la proyección de
indecisos parecía
que le permitía
alcanzarlo pero no
lo logró.
El PI está como
Uruguay cuando juega
las eliminatorias,
esperando el
resultado de los
otros a ver si le va
a ir muy bien o no.
Si el FA no logra
retener la banca 50
y pierde la mayoría
absoluta en la
Cámara de Diputados,
el PI con dos
diputados pasa a ser
de una importancia
decisiva en la
conformación de la
mayoría
parlamentaria.
***
EC – ¿Algo más,
Oscar?
OAB – Sí, el tema de
los votos
observados. Primero
una cosa insólita:
el número de votos
observados, 32.154,
es el mismo de 2004.
EC – ¿El mismo
exactamente?
OAB – El mismo,
increíble. En 2004
en el escrutinio
primario el Frente
sacó 50,93, en el
definitivo 59,45,
cayó casi medio
punto porcentual:
0,48.
Tradicionalmente la
tendencia del voto
observado es hacia
la derecha y
fundamentalmente más
hacia lo colorado,
aunque en la última
elección fue más
hacia lo blanco. No
sabemos si se
mantiene la
tendencia porque
ahora el FA es
oficialismo y no
sabemos si ese
vuelco tendría que
ver con si se
volcaba más hacia el
oficialismo o más
hacia posiciones de
derecha, no hay un
modelo para saber
cómo se asignan. Si
se mantiene aunque
sea en parte la
tendencia habitual
del voto observado,
es muy elevada la
probabilidad de que
el Frente pierda la
mayoría en la Cámara
de Diputados. Para
que no la pierda
tiene que haber un
cambio en la
tendencia histórica
de los votos
observados.
EC – Este fue un
primer capítulo de
análisis de las
elecciones del
domingo. Mañana
tendremos un segundo
y el viernes
retomaremos el
espacio habitual, el
análisis político,
pero ahí te propones
ya mirar al 29 de
noviembre.
Adelantemos el tema
de mañana entonces.
OAB – Hoy estuvimos
hablando de los
números. El tema de
mañana va a ser lo
sustantivo, y lo
podemos llamar: “Los
partidos: sus
encuentros y
desencuentros con la
sociedad y con sus
nichos específicos
de electorados que
expresó la votación
del domingo”.