El
Frente
Amplio
tiene
una
variedad
de
conflictos
internos,
contradicciones
y
divergencias.
Pero
además
exhibe
de
largo
tiempo
una
falta
de
debate;
hay
muchas
discusiones
y
confrontaciones,
pero
no
verdadero
debate.
Debate
implica
que
cada
uno
exponga
detenidamente
sus
puntos
de
vista,
sus
puntos
de
partida
y
los
puntos
de
llegada
que
pretende.
Lo
sustancial
es
un
debate
sobre
las
diferencias
profundas
que
hacen
a
las
distintas
visiones
sobre
la
sociedad,
el
hombre,
el
mundo.
Hay
al
menos
once
temas
a
debatir,
desde
el
papel
del
Estado
y el
mercado
hasta
el
valor
de
la
democracia,
el
papel
del
partido
político
y de
las
corporaciones,
el
valor
del
trabajo,
el
peso
de
las
libertades
individuales.
Lo
adjetivo
es
discutir
la
estructura
de
la
fuerza
política,
la
composición
del
gobierno
y la
toma
de
decisiones.
Esta
última
no
es
la
discusión
primera.
El
Frente
Amplio
tiene
una
variedad
de
conflictos
internos,
cortocircuitos,
chisporroteos,
contradicciones
y
divergencias.
No
hay
forma
de
superarlo
sin
dos
cosas:
debate
profundo,
negociación
y
transacción.
Si
las
diferencias
son
tácticas,
episódicas
o
de
matices,
es
posible
arribar
a
una
síntesis;
si
las
diferencias
son
de
fondo,
afectan
a
visiones
sustantivas
de
la
sociedad,
solo
es
posible
la
transacción.
Conviene
marcar
la
diferencia.
Síntesis
es
“la
composición
de
un
todo
por
la
reunión
de
sus
partes”,
es
decir,
es
buscar
un
punto
común
a
todos,
en
que
todos
los
sectores
se
puedan
reflejar
parcialmente.
Cada
uno
siente
que
lo
más
significativo
de
su
pensamiento
o lo
más
relevante
de
la
medida
circunstancial
a
adoptarse,
está
reflejado
en
esa
síntesis,
Transacción
es
algo
diferente,
es
la
“acción
y
efecto
de
transigir”
o de
transar,
y
transigir
o
transar
significa
“Consentir
en
parte
con
lo
que
no
se
cree
justo,
razonable
o
verdadero,
a
fin
de
acabar
con
una
diferencia”
y
también
“Ajustar
algún
punto
dudoso
o
litigioso,
conviniendo
las
partes
voluntariamente
en
algún
medio
que
componga
y
parta
la
diferencia
de
la
disputa”.
Como
surge
de
las
propias
definiciones,
una
síntesis
es
un
ejercicio
en
parte
político
pero
en
parte
científico,
que
supone
buscar
los
elementos
comunes
y
superiores
a
todas
las
propuestas
sectoriales;
transar
en
cambio
es
el
resultado
de
un
proceso
de
negociación,
donde
cada
parte
separa
previamente
lo
que
es
sustancial
e
intransigible,
y lo
que
es
transable
a
cambio
de
obtener
elementos
sustanciales.
Es
diferente
el
espíritu
de
cada
cual
si
lo
que
se
busca
es
la
síntesis
o lo
que
se
busca
es
la
transacción.
A
diferencia
de
la
búsqueda
de
síntesis,
en
la
negociación
no
solo
opera
el
peso
de
las
razones
y de
los
argumentos,
sino
la
habilidad
de
los
negociadores
y el
peso
de
la
fuerza
de
los
negociadores.
Por
tanto,
es
esperable
en
toda
negociación
que
haya
previamente
ejercicios
de
fuerza
de
los
contendientes
para
llegar
al
proceso
de
negociación
lo
mejor
posicionados
posibles.
Pero
al
Frente
Amplio
le
hace
falta
debate.
Se
puede
decir
que
hace
dos
décadas
que
no
hay
realmente
debate.
Hay
discusiones,
confrontaciones.
Cabe
aclarar
que
el
uso
en
Uruguay
de
debate
corresponde
a la
definición
que
la
Real
Academia
Española
de
la
Lengua
otorga
a
“discusión”;
a la
inversa,
el
uso
en
Uruguay
de
discusión
es
el
que
la
Academia
reserva
para
“debate”.
Hecha
la
precisión
y el
enroque,
lo
que
ha
habido
en
estos
más
o
menos
veinte
años
es
controversia,
lucha,
combate.
El
debate,
al
uso
uruguayo
del
concepto,
implica
que
cada
uno
exponga
detenidamente
sus
puntos
de
vista,
sus
puntos
de
partida
y
los
puntos
de
llegada
que
pretende,
los
aspectos
que
le
son
sustanciales
e
irrenunciables,
y
los
aspectos
que
pueden
ser
disminuidos,
acotados
o
diferidos.
Un
debate
requiere
un
estudio
comparativo
de
las
diferentes
posiciones.
Una
primera
conclusión
de
un
debate
en
profundidad
es
el
listado
de
los
puntos
comunes,
los
puntos
en
que
hay
vecindad
y
los
puntos
de
discordia,
de
síntesis
imposible.
De
allí
surge
una
segunda
conclusión:
cuán
cerca
se
puede
estar
de
una
síntesis
o
cuán
imposible
es
la
misma,
en
cuyo
caso
debe
irse
a
una
negociación.
Entonces,
recién
entonces
es
llegado
el
momento
de
emprender
esa
tarea
de
síntesis
o
esa
tarea
de
negociación.
Lo
que
no
debe
debatir
en
una
primera
etapa
es
lo
relacionado
con
la
conformación
del
gobierno
ni
de
la
toma
de
decisiones.
Son
dos
aspectos
trascendentes
en
que
hay
fallas
sustanciales.
Pero
son
parte
más
de
una
discusión
operacional
donde
la
síntesis
es
posible,
donde
lo
que
falta
es
más
bien
concepciones
de
organización,
funcionamiento
y
metodología.
Lo
que
debe
debatir
es
lo
sustantivo.
A
título
de
inventario
no
exhaustivo
se
señalan
algunos
temas:
Uno.
Cuál
es
el
objetivo
histórico:
si
perfeccionar
la
sociedad
capitalista
en
base
a
ideas
de
mayor
justicia
social
y
equidad,
o ir
hacia
la
superación
del
capitalismo
y
crear
una
sociedad
diferente.
Lo
cual
también
requiere
de
una
definición,
porque
no
basta
con
decir
que
se
quiere
superar
el
capitalismo,
sino
que
debe
apuntarse
a
qué
otro
modelo
se
quiere,
porque
en
esta
materia
las
diferencias
posibles
son
abismales
y
los
modelos
posibles
pueden
llegar
a
ser
opuestos.
Dos.
Ya
fuere
como
modelo
de
sociedad,
ya
como
reglas
de
juego
de
una
etapa
determinada,
qué
papel
le
asigna
al
mercado
y
qué
papel
le
asigna
al
Estado.
Tres.
Si
el
vector
fundamental
en
la
vida
económica
y
social
es
por
encima
de
todo
la
libre
determinación,
ante
la
cual
la
reglamentación
y el
contralor
son
la
excepción;
o a
la
inversa
el
vector
fundamental
es
la
reglamentación
y el
contralor
estatal,
donde
el
individuo
actúa
en
plena
libertad
a
partir
del
marco
trazado
por
la
reglamentación.
Cuatro.
A
qué
clase
sociales
pretende
representar
el
FA y
con
cuáles
pretende
asociarse,
y en
definitiva
a
cuál
considera
sus
enemigas
o
adversarias.
Cinco.
Qué
modelo
persigue
en
cuanto
a
correlación
de
clases
sociales,
de
poderes
económicos
y
sociales.
Si
aspira
a
modificar
esas
correlaciones,
a
favor
de
quiénes,
en
contra
de
quiénes,
en
qué
dimensión
Seis.
Cuál
es
el
grado
de
adhesión
a la
democracia
liberal,
entendida
como
poliarquía.
Es
una
adhesión
circunstancial
hasta
que
se
procese
un
cambio
hacia
otro
tipo
de
sociedad
u
otro
tipo
de
democracia,
o es
una
adhesión
a
la
poliarquía
como
modelo.
Siete.
Cuál
es
su
adhesión
a la
libertad
individual,
especialmente
en
el
plano
del
pensamiento,
en
el
eje
en
que
en
un
extremo
se
pone
el
derecho
del
individuo
a
pensar
cómo
se
le
ocurra
y
decir
lo
que
piensa
(aunque
ello
implique
racismo,
sexismo,
xenofobia)
y en
el
otro
extremo
una
libertad
dentro
de
parámetros
que
marcan
los
límites
de
lo
admisible
(todo
individuo
es
libre
de
expresar
su
pensamiento
siempre
y
cuando
no
sea
xenófobo,
sexista,
homófobo,
racista
y
contrario
a
una
larga
de
temas
de
lo
socialmente
correcto)
Ocho.
Cuál
es
el
papel
del
partido
político
y de
lo
político
en
la
fijación
del
rumbo
y la
toma
de
decisiones,
y
cuál
es
el
papel
de
los
actores
corporativos.
Cuál
es
el
grado
de
sujeción
a la
fuerza
política
y
cuál
es
el
grado
de
libertad
de
los
actores
sociales
y
corporativos
frenteamplistas.
Nueve.
Si
apostar
a la
cantidad
o
apostar
a la
calidad.
La
opción
entre
distribuir
recursos
con
la
mayor
dispersión
posible
a la
mayor
cantidad
de
gente
o
concentrar
recursos
a la
búsqueda
de
altos
resultados
cualitativos.
De
apostar
al
mejoramiento
de
la
calidad
de
vida
de
la
mayor
cantidad
de
gente
posible
o de
apostar
a la
conformación
de
una
minoría
de
alta
calidad.
Diez.
Derivado
de
lo
anterior,
si
aspira
a la
igualdad
total
de
los
individuos
o
acepta
niveles
de
desigualdad.
Once.
Cuál
es
el
valor
del
trabajo.
Si
es
un
elemento
en
sí
mismo
de
dignificación
del
individuo
o es
meramente
una
de
las
estrategias
de
vida
o
sobrevivencia,
en
igualdad
de
condiciones
con
otras
como
pueden
ser
la
mendicidad,
las
ayudas
sociales
o
inclusive
el
robo.
Si
lo
que
importa
es
el
trabajo
como
tal
o lo
que
importa
es
que
el
individuo
tenga
ingresos
para
vivir,
trabaje
o
no.
Estos
once
puntos,
y
otros
muchos
que
se
pueden
agregar,
constituyen
una
buena
agenda
para
el
necesario
debate
sustantivo
que
el
Frente
Amplio
se
debe,
además
del
otro
debate,
el
relacionado
con
la
conformación
del
gobierno,
la
estructuración
de
la
fuerza
política
y la
toma
de
decisiones,
que
constituye
el
debate
adjetivo.